Hogar dulce hogar

La verdadera morada de un sincero arrepentimiento, es la Sucá«…

Que tus generaciones sepan que Yo causé que los Hijos de Israel moren en Cabañas». (Levítico 23:43)


¿Cuál es el significado en el orden del año? ¿Por qué Sucot, la fiesta de las cabañas, viene en seguida después de Rosh Hashaná y Iom Kipur?


Rashi dice en este versículo, que «Sucot«, literalmente «cabañas», se refiere a las Nubes de Gloria que protegían a los Hijos de Israel cuando salieron de Egipto. Si es así, pregunta Rabeinu Asher (conocido por el nombre de su famoso epítome de la Ley Judía, el «Tur»), ¿Por qué no celebramos Sucot en el mes de Nisan en la Primavera, cuando los Hijos de Israel fueron protegidos por el calor ardiente del desierto por las «Nubes de Gloria»?


El Tur contesta que si las personas saldrían a la Sucá en Nisan, cuando el clima es cálido y seco en la Tierra de Israel, no sería algo muy inusual. Pero si se van de sus casas, a morar en cabañas en el mes de Tishrei (como lo hacemos hoy en día), cuando el clima allí comienza a estar más fresco y húmedo, sería obvio que no lo estamos haciendo por comodidad, sino, para servir a Di-s.


El Jidushei HaRim trae otra respuesta en tradición a los maestros Jasídicos Polacos: Cuando en la Torá, en Parshat Emor, nos describe los detalles de la festividad de Sucot, nos instruye que debemos morar por siete días en la Sucá. «… para que las futuras generaciones sepan que “Yo lo hice morar en cabañas cuando los saqué de Egipto». (Levítico, 23:43)


Durante todo el año, el judío pelea contra su mala inclinación, cayendo de tiempo en tiempo en la transgresión. Siendo que el Talmud establece que una persona no comete una transgresión a menos que un espíritu de enajenación lo embargue (Tratado de Sotá 3a), todo el año la persona está como sin discernimiento. Sin sensatez, uno no puede cumplir adecuadamente la mitzvá de Sucá.


Un Baal Teshuvá verdadero (arrepentido, retornante), luego de los días de Rosh Hashaná y Iom Kipur, queda sin un lugar al que pueda llamar ‘casa’. El Baal Teshuvá está en su propio mundo, un mundo que incluso los Tzadikim (rectos) no tienen acceso, como establecen nuestros Sabios, «En el lugar en que los Baalei Teshuvá están parados, incluso los Tzadikim absolutos no tienen acceso» (Talmud, tratado de Berajot 34b).   Di-s, que deseaba que el Baal Teshuvá se convierta en quien es, está obligado a su vez de proveerlo de un lugar para que el Baal Teshuvá pueda vivir. Ese lugar es la Sucá.


Di-s, es llamado «El Lugar» (En Hebreo, «HaMakom»). Incluso Él, que hizo que este mundo exista y no hay lugar en el mundo que esté desprovisto de Su presencia, Su lugar no es en este mundo. Por lo tanto, sólo Di-s puede crear un lugar para alguien que no tiene lugar donde morar. En verdad, en virtud de convertirse en una persona sin lugar, el Baal Teshuvá tiene la posibilidad de hacer de cualquier lugar en el mundo, su morada.


Este mundo existe sobre tres pilares: Verdad, Juicio y Paz. «Verdad» es Rosh Hashaná, cuando Di-s asigna a cada uno lo que honestamente precisa. Iom Kipur es el Juicio, el  momento del juicio principal de cada individuo. Sucot es Paz, cuando Di-s extiende Su Sucá de Paz para los Baalei Teshuvá. La Sucá es física, estructuras finitas de madera y ramas que, extraordinariamente crean un receptáculo para una infinita e ilimitada morada para la Divina Presencia. El mundo que incesantemente expone la Divina Presencia, es el mundo de un verdadero Baal Teshuvá. Por lo tanto, siendo que la presencia de Di-s llena este mundo, también cada lugar del mundo se convierte en una morada para el Baal Teshuvá.


Sólo después de la expiación de Rosh Hashaná y Iom Kipur en el mes de Tishrei, cuando la persona se limpia de sus transgresiones y decide ser un tzadik de ahora en más, es que tiene el entendimiento para cumplir adecuadamente con la Mitzvá de Sucá.


Basado en Sfat Emet y otras fuentes de la Kabalá y el Jasidut.


Por Biniomin Adilman

Entradas recomendadas