El Pozo de Miriam y las Nubes de Gloria de Aarón

En el mérito de Miriam, Di-s proporcionó a los Hijos de Israel agua de un pozo que los acompañó en sus viajes durante los 40 años de su peregrinación por el desierto. También estaban protegidos por las “nubes de gloria” que los rodeaban dondequiera que iban, en mérito de Aarón, hermano de Moshé. Parshat Jukat, cuenta la muerte de Miriam y cómo el pozo que Di-s había dado a los judíos en su mérito dejó de fluir cuando falleció. La Torá relata que los iehudim vinieron a Moshé y Aarón y se quejaron.   Di-s hizo fluir el pozo una vez más, esta vez en el mérito de Moshé. Si nos adelantamos un poco a la muerte de Aarón, vemos que los iehudím no estallaron en llanto y queja cuando fueron quitadas las nubes de gloria. Estas nubes no eran menos necesarias en el desierto que en el pozo, ya que protegían del sol y de los vientos del desierto, abrían el camino ante ellos, mataban a las serpientes y escorpiones, y mostraban en qué dirección viajar. ¿Por qué no protestaron tan enérgicamente como con la remoción del pozo de Miriam?

 

Nuestros Sabios dicen que, en realidad, había dos tipos de nubes. Un tipo los protegía de los elementos peligrosos, y el otro, tenía el único propósito de “gloria”: demostrar el honor y estima que Di-s tenía a Israel. El último tipo de nubes fueron las que cesaron después de la muerte de Aarón. Las nubes que eran necesarias para el bienestar de los judíos en el desierto nunca fueron retiradas y continuaron protegiéndolas como antes. Los judíos no protestaron después del fallecimiento de Aarón porque no necesitaban las nubes de gloria para su supervivencia en el desierto.

 

La pregunta sigue siendo: si Di-s hizo que el pozo de Miriam fluyera nuevamente en el mérito de Moshé, ¿por qué no restauró las nubes de gloria que fueron removidas después de que Aarón falleció? ¿No era Moshé suficientemente grande como para merecer esto también?

 

Di-s proporcionó el pozo y las nubes de gloria debido a los méritos personales de Miriam y Aarón. Cuando fallecieron, dejaron de existir. Este no fue el caso, sin embargo, con Moshé, el pastor del pueblo judío, que cuidó de las necesidades de su rebaño. Cuando los Hijos de Israel requerían algo, Moshé estaba allí para proporcionarlo, no por su mérito personal, sino porque era necesario para ellos.

Es por eso que el pozo fue restaurado, mientras que las nubes de gloria no lo fueron. La gente necesitaba beber, pero en realidad no necesitaba las nubes, que eran solo en su honor. Moshé, en su papel de líder, se aseguró de que los judíos no sufrieran por la falta de agua. Vemos en esto la grandeza de un verdadero líder de Israel, cuya preocupación radica únicamente en satisfacer las necesidades físicas y espirituales del pueblo judío. La devoción de Moshé fue tan grande, que los judíos continuaron comiendo el man, que cayó en su mérito, 14 años después de que él falleciera.



La bondad verdadera

¿Por qué la vaca roja es llamada «Jukat HaTorá, «el decreto de la Torá»? Es como si la Torá estuviera diciendo: «Este es el quid de toda la Torá».

Sabemos que la esencia de toda la Torá es el amor al prójimo: Está la famosa historia del Sabio Hilel y una persona que se quería convertir, a condición de que Hillel le enseñara la Torá mientras estaba parado en un pie. Hillel respondió: «Lo que es odioso a ti, no lo hagas a otro, esto es toda la Torá, todo el resto es comentario…» ¿Qué quiso decir con esta afirmación?. Él quiso decir que el amor hacia el compañero es la clave de toda la Torá. Eso es lo que Di-s quiere en primer lugar. Y si una persona tiene amor por un compañero Judío, esto lo llevará a la Torá y el amor a Di-s.

El revés no funciona. Si uno sólo tiene amor a Di-s, pero no ama a su prójimo, está cometiendo un terrible error.

¿Cuál es la paradoja de la vaca roja? Se trataba de que los Judíos se adelantaban y entregaban horas de su tiempo con el fin de prepararse para otra persona. Ellos no lo hacían por sí mismos, sino por los Judíos que se habían convertido espiritualmente impuros. Además, aquellos sacerdotes que preparaban la vaca roja no sólo daban su tiempo para prepararlo (es un proceso largo), sino que también se impurificaban.

Uno se podría preguntar: «¿Por qué debería seguir adelante y dar mi tiempo para ayudar a una persona que ni siquiera conozco? No sé quiénes van a ser los beneficiarios de esta vaca roja. ¿Quién sabe?, tal vez no ocurra hasta dentro de diez años «¿Cree usted que la mezcla de la vaca roja era utilizada todos los días?. La mantenían en una cierta parte del Templo Sagrado y cada vez que era necesario se utilizaba. No es que era para el vecino de al lado, por tu madre, tu hermano, tal vez para ellos un sacerdote ha gastado su tiempo y pureza haciéndolo. Pero, ¿para un total desconocido? ¿Por qué un Judío haría eso? Acaso una persona normal se haría daño a sí mismo para ayudar a otro Judío?

«Este es el decreto de la Torá.» Una persona no debería sólo desea ayudar a otro Judío a cambio de recibir un premio, o cuando se convierte en Presidente de la cena o el Hombre del Año. Todo el mundo sabría que esta persona hizo una gran hazaña y que saldrá en el periódico. Eso no es necesariamente amor al prójimo. Se parece más a servirse a uno mismo. ¿Quién sabe si en realidad están haciendo una buena acción por los demás, o para que todos los demás sepan que es una buena persona? ¿Cuál es su verdadera intención?

Pero si usted hace algo para el otro, y no sólo que no se ve recompensado ​​por ello, sino que también se impurifica, eso es auto-sacrificio verdadero. Cuando usted se sacrifica por el otro, no sólo no se obtiene un premio, sino que también, en cierto sentido, sufre por ello. Eso es: «el decreto de la Torá».

Si alguna vez va a un funeral Judío(que nunca tenga que ir a uno), usted podrá notar que en el auto que transporta al fallecido hay cuatro letras hebreas: guimel, jet, shin, alef. Estos son las iniciales de las palabras: «Guemilut Jesed shel emet», «los actos de verdadera bondad». ¿Por qué se llama » verdadera bondad?», porque cuando usted hace un acto de bondad, alguien le dirá: «Oh, eres muy amable, una buena persona». Pero si usted va a enterrar a un muerto, nunca le van a decir «Gracias», simplemente lo está haciendo por el. Se trata de una verdadera bondad.

Por Nejoma Greisman



¡Stop!, ¡Basta de chismes!

Cada vez que bajo a tomar el subte, doy una mirada a los títulos de los diarios del dia y a las revistas que se exhiben en el kiosco del andén. Aumenta día a día la tendencia en muchos títulos y encabezados de diarios, mencionando temas que solían ser solamente comentarios de revistas que, hace años se llamaban “chismes”. Por su parte, las revistas que tratan temas de economía y de política cada vez más publican títulos y fotos de tapa que las asemejan a las revistas “chismosas”, para atraer la mirada del público y el consumo.

 

Las revistas en general, ya casi no se diferencian entre sí; aunque su temática principal sea distinta, cada vez más incluyen en sus contenidos los asuntos privados de la vida de actores, modelos, deportistas, y políticos, principalmente describiendo sus desdichas y problemas con lujo de detalles y publicando fotografías que testimonian esas situaciones negativas.

 

Se podría decir que el modo de presentar las noticias se ha ido “igualando para abajo”, ya que hasta el diario más “serio” ha creado una ventana a través de la cual todos los lectores pueden chusmear los asuntos privados de las personas que hoy en día se llaman “mediáticas” (palabra usada para nombrar a la persona expuesta de turno).

 

Esto se puede ver también en las publicaciones de estos mismos medios en internet, donde, para que la gente pueda acceder con un simple click a esta clase de contenidos, se les da un lugar importante.

 

Me sorprende muchas veces escuchar, hasta en las conversaciones entre hombres adultos, cultos y con ocupaciones importantes, comentarios acerca de las intimidades de tal o cual artista, periodista o deportista, como en mi adolescencia escuchaba solamente cuando acompañaba a mi mamá a la peluquería, pero actualmente expresados con menos benevolencia, ya que los asuntos no se mencionan mostrando empatía con la desdicha ajena, sino simplemente como parte de un pasatiempo de actualidad que incluye el comentario trivial, la crítica y la exageración.

 

¡Que hermosas son tus tiendas Iaacov, tus moradas, Israel! menciona el versículo en la Parshat Balak, señalando que las puertas de las carpas estaban orientadas de manera de no coincidir entre sí para que las familias estuvieran a resguardo de miradas ajenas y no cundiera el chisme. En la Parshat Behaalotejá, Aharón y Miriam critican entre ellos la vida privada de Moshé, por haberse éste separado de su esposa. Hashem los reprende y castiga a Miriam con una enfermedad de la piel (Tzaráat) que la obliga a estar separada del pueblo durante 7 días y a detener la marcha del mismo en su travesía por el desierto.

 

Las fuentes mencionan que el castigo por hablar mal de otras personas es esta enfermedad, de apariencia similar a la lepra. También dicen que se considera Lashón ha Rá (hablar del mal) cuando la conversación no se realiza para ayudar al que está en desgracia, cuando no tiene un objetivo de reparación, cuando se realizan críticas que no ayudan a la persona en cuestión porque se hacen a sus espaldas y cuando tiene solamente el objetivo del chisme, o sea la difusión de una situación ajena que no trae ningún beneficio al damnificado, sino todo lo contrario, ya que muchas veces disminuye su buen nombre y honorabilidad, aunque no sea esa la intención de los que hablan.

 

Maimónides menciona a esta erupción que deja manchas blancas en la piel del enfermo y que contamina también sus ropas y su casa, diciendo que se ha producido un desequilibrio en sus aspectos espirituales y que esta alteración se manifiesta como lepra.

 

El desequilibrio impulsa a la persona a hacer estos comentarios y a su vez, hablar del otro, profundiza el desequilibrio espiritual. Podría decirse que es una enfermedad Espíritu-psico-somática. También señala el Rambam que los efectos espirituales que provoca la acción de hablar sobre los males de los demás son muchos, como por ejemplo que las mitzvot positivas acumuladas del mal hablante, pasan a favor del perjudicado y que las negativas acumuladas por éste, pasan al chismoso, como una forma espiritual de indemnización. También menciona que el daño causado por el chisme o comentario sobre otros, sin objetivos de ayudar o reparar, se extiende al que habla, a sus hijos y al que escucha.

 

Sí enfatiza en cambio, que cuando una persona cree que puede ayudar a otra, puede buscar consejo con alguien que colabore o lo oriente en la ayuda que desea brindar a la persona en cuestión, absteniéndose de comentarlo con terceros que no participarán del asunto.

 

Cuando estaba investigando para escribir esta nota, sentí escalofríos pensando que, si nos dejáramos envolver por la tendencia actual, estaríamos todos hablando Lashon HaRá; por lo tanto tratemos de estar atentos, trabajar para mantener nuestro equilibrio espiritual y sobre todo, para enseñar a los más jóvenes a no desperdiciar tiempo y energías en tan inútil pasatiempo.

 

Dra. Beatriz Literat



Parashá en síntesis: Jukat

Las 613 Mitzvot de la Torá se subdividen en tres categorías, a saber: Edut (Testimonios), preceptos relacionado con eventos históricos de nuestro pueblo o con aspectos de nuestras creencias; en éstas figuran el Shabat como testimonio de la Creación del mundo y de la salida de Egipto, la celebración de fiestas como Sucot, Pesaj, Shavuot, las Mitzvot de Tzitzit y Tefilín, que demuestran la fe en Di-s. Mishpatim (Leyes), preceptos que tienden a preservar el orden civilizado de la sociedad, como “no matar”, “no robar”, “honrar a los padres”. Y jukim (Decretos), aquellas leyes divinas cuya explicación no está al alcance de la inteligencia y comprensión humana.

 

El origen Divino de estas categorías de Mitzvot es lo que determina la necesidad de su cumplimiento; el judío cumple los preceptos porque son expresiones de la voluntad divina, no porque le parezcan lógicos o razonables. Al hacerlo, se refina y eleva la espiritualidad del mundo, reafirmando su vínculo de trascendencia.

 

Aún cuando coincidan con las leyes civiles del país, los Mishpatim son de naturaleza distinta: la ley es establecida por el hombre, a diferencia de aquello que emana de las palabras “Yo soy Di-s, el único Di-s… No matarás “.



Los Testimonios (Edut) no hubiesen sido conocidos por el hombre si Di-s no los hubiera revelado, aún cuando sean racionalmente comprensibles. Los Jukim son evidencia de la existencia de Di-s como un Ser Supremo con una lógica que va más allá de lo que la mente humana puede comprender.

 

Existen diferentes ejemplos de Jukím: Kashrut, Mikve. Pero la Torá establece explícitamente cuatro de ellos como tal: Yibum, la mitzvá que hace el cuñado al casarse con la viuda de su hermano que no haya tenido hijos; Shatnez, la prohibición de usar una prenda de vestir que tenga en su tejido mezcla de lana con lino; Zair LaAzazel, el carnero que se mataba como parte del servicio de Yom Kipur y que se servía para expiar la culpa del pueblo judío; Pará Adumá, la vaca roja mencionada en el presente Parashá.

 

Se sacrificaba una vaca roja y sus cenizas se mezclaban con agua, para purificar a la persona que hubiera tenido contacto con un muerto. A la vez, quien hacía este proceso se contaminaba. Está Mitzvá (carente de lógica para nosotros) demuestra la total aceptación de la Voluntad Divina como antítesis de la idolatría. La única persona a quien se hizo comprender esta Mitzvá fue Moshé, porque no participó ni activa ni pasivamente en el pecado de idolatría del becerro de oro.



El rey Salomón, considerado el más sabio de los hombres, declaró que a pesar de sus esfuerzos y estudios, la Mitzvá de Pará Adumá estaba fuera del alcance de su comprensión.

 

Hasta el día de hoy se han quemado nueve Vacas Rojas: la primera por Elazar, hijo de Aharón, bajo la supervisión directa de Moshé; otra, en tiempos de Ezra; la tercera y cuarta bajo la guía de Shimón Hatzadik; dos más en tiempo de Yojanán, El Gran Sacerdote. Desde la destrucción del Segundo Templo fueron sacrificadas tres vacas más. La décima y última será preparada por Mashiaj.

 

Después de Matán Torá, Di-s elevó los judíos por encima del poder del “Ángel de la Muerte”. Al no estar sujetos a la muerte – como antes del pecado de Adam-, la impureza desapareció. Di-s designó a la vaca – madre del becerro – para purificar la impureza causada por su cría.

 

El “Ángel de la Muerte” no pudo ejercer su poder sobre seis justos (Tzadikim), quienes murieron al partir su alma por el llamado “Beso Divino” (mitat neshika). Ellos fueron: Abraham, Itzjak, Iaacov, Moshé, Aharón y Miriam, quien murió el 10 de Nisán del cuadragésimo año en el desierto, a la edad de 123 años. Aharón, su hermano, murió a la misma edad, el 1º de Av del año 2487.

 

La “fuente de Miriam”, de la cual los judíos tomaban agua durante su estadía en el desierto, desapareció temporalmente con su muerte, para que se dieran cuenta de que existía por su mérito. Lo mismo sucedió con las Nubes de Gloria que acompañaban a Israel por el mérito de Aharón y, tras una desaparición temporal, fueron restituidas por el mérito de Moshé.




Después de la victoria contra Sijón, el amorita, y Og, rey de Bashan, sobrevivientes de los gigantes que existieron antes de la época del diluvio, los demás pueblos por donde tenían que pasar los judíos sentían un gran temor. 

 

En Moab se designó un nuevo rey, llamado Balak, quien usó los servicios de Bilam para que, con los poderes que tenía, maldijera al Pueblo Judío. De acuerdo con la Guemará, Bilam era hijo de Laván y creyó la calumnia de que Iaacov le había robado a su padre sus posesiones. De allí, el odio que le profesaba a todos sus descendientes. 

 

En Egipto, como consejero del Faraón, fue quien propuso que los varones judíos recién nacidos fueron echados al río Nilo. Sentía además especial animadversión por Moshé,

porque se consideraba su igual en sabiduría. Bilam, a diferencia de Balak, ocultaba su odio hacia los judíos bajo su poder de profeta. 

 

Bilam imploró a Di-s que le permitiera maldecir a los judíos, pero mientras formulaba la maldición en su mente y su corazón, Di-s cambiaba su intención y le hacía pronunciar lo contrario de lo que estaba pensando; por ello, de cada bendición podemos deducir la maldición respectiva. 




El fallecimiento de Aharón

La Nube de Gloria permaneció varios meses en Kadesh, en el límite de la tierra de Edom. Luego se elevó y condujo a Benei Israel en un desvío alrededor de la tierra de Edom. Ella vino a descansar delante de la montaña de Hor Hahar. El nombre «Hor Hahar» significa «montaña de una montaña». Ella era realmente una colina descansando sobre la cima de otra, y se asemejaba a una pequeña manzana sobre la parte superior de una grande.

Usualmente la Nube de Gloria achataba todas las colinas y montañas en el desierto para que Benei Israel pudieran viajar sobre un sendero parejo. No obstante, Hashem dejó en pie tres montañas:

Har Sinai, por la entrega de la Torá; Har Nevó, para servir como lugar de entierro de Moshé y Hor Hahar, para volverse el lugar de entierro de Aharón.

Hashem preservó también a estas montañas como un recordatorio de que había habido muchas colinas como éstas en el desierto. Los judíos entonces apreciarían la bondad del Todopoderoso en nivelar las montañas por su bien.

Cuando ellos arribaron a Hor Hahar, Hashem anunció a Moshé: “Aharón será reunido con su pueblo. Su alma se unirá a aquéllas de otros tzadikím (justos) en Olam Haba (mundo por venir)”.

«Informa suavemente a Aharón que él está a punto de partir de este mundo porque pecó en Mei Merivá. Su hijo Elazar lo sucederá como Cohén Gadol. Quien deja un hijo para tomar su lugar es considerado como si no murió”.

Hashem escogió revelar las noticias a Aharón mediante Moshé, antes que comunicarlas Él mismo, como si afirmara, «Yo estoy avergonzado de decírselo”.

Al recibir las órdenes de Hashem, Moshé rogó, «Señor del Universo, ¿no puede Aharón permanecer vivo en el lado oriental del Jordán?».

«Imposible”,- replicó el Todopoderoso – «El estar vivo impide a Benei Israel entrar a la Tierra. ¿Deseas que él viva a ese precio?».

Moshé todavía continuó orando:  «Señor del Universo, ¿cómo puedo yo decir a mi hermano, Tu tiempo ha llegado?».

Replicó Hashem, «Es un honor para él ser informado por ti. Dile, ‘Cuan afortunado eres tú que yo y tus hijos te atendemos en tu última hora. (¿Quién cuidará de mí cuando yo esté a punto de morir?) Más aún, tu hijo tomará tu lugar (y el mío no lo hará).

«Además, Aharón no morirá por medio del Ángel de la Muerte. Cuando Aharón arriesgó su vida quemando ketoret en medio del pueblo a fin de detener la plaga, Yo decreté que el Ángel de la Muerte no tendría poder sobre él. Yo Mismo recogeré su alma.»

Cuando Moshé comprendió que el decreto de Hashem era irrevocable, obedeció sin demora.

A la mañana siguiente él le acordó a Aharón público honor. Antes que caminar al Ohel Moed en la acostumbrada formación- Aharón a la derecha, Elazar a la izquierda, los nesiím (líderes de las doce tribus)  flanqueándolos a ellos a ambos lados, y el pueblo detrás de ellos- Moshé le ordenó a Aharón caminar en el centro, donde Moshé usualmente caminaba.

El pueblo se preguntaba por qué se le acordaba a Aharón honor especial. Ellos supusieron que a Aharón se le había concedido ruaj hakodesh (inspiración Divina) en lugar de Moshé.

Cuando la procesión arribó al Mishkán, Aharón quiso entrar para realizar el diario Servicio matinal.

«Espera,» dijo Moshé, «Hashem ordenó que tú no realizarás la avodá hoy.»

«¿Qué ha ordenado Él?» preguntó Aharón. «Ascendamos a Hor Hahar, y te lo contaré,» replicó Moshé. Al pie del monte, Moshé ordenó a los nesiím esperar. Sólo él, Aharón, y Elazar ascendieron.

Otra vez Aharón interrogó, «¿Qué ha ordenado Hashem?» «Hermano mío,» Moshé presentó cautelosamente el tema,

«¿eres consciente de retener un depósito el cual el Todopoderoso puede querer de regreso?»

«Mi hermano Moshé,» replicó Aharón, «el Mishkán entero y sus santas vasijas están bajo mi cargo. ¿He fallado en la avodá?»

Moshé intentó un abordaje más directo. «¿Te ha confiado el Todopoderoso una luz?» preguntó él a Aharón.

«No sólo una,» replicó Aharón, «todas las siete luces de la menorá son mi responsabilidad.»

«Esto no es lo que yo quise significar,» dijo Moshé. «¿Quizá El te confió a ti algo que se asemeja a una luz?»

«‘ El alma del hombre es la vela de Hashem'» (Mishlé 20:7), replicó Aharón. «¿Implicas que mi tiempo de fallecer ha llegado?»

«Sí,» dijo Moshé, y, colocando sus manos sobre su corazón, él clamó, «‘Mí corazón está dolido dentro de mí, y los temores de la muerte han caído sobre mí'» (Tehilím 55:5).

Sobre la cima de la montaña se hallaba preparada una cueva, y en ella una cama y una vela ardiendo.98

Hashem instruyó a Moshé, «Transfiere las vestimentas sacerdotales de Aharón a su hijo Elazar, quien lo sucederá como sumo sacerdote.» Cuando Moshé oyó este mandamiento él no supo cómo realizarlo. Estaba prohibido vestir al Cohén Gadol en cualquier otro orden excepto el prescripto: primero la ropa interior, y luego las exteriores. A fin de vestir a Elazar en el orden correcto, él tendría que desnudar a Aharón de todas sus vestimentas, incluso su ropa interior.

«No temas,» dijo Hashem a Moshé, «procede, y Yo haré Mi parte.»

Los milagros que el Todopoderoso realizó para Aharón cuando él estaba a punto de morir fueron más grandes que aquellos durante la vida entera de Aharón. Cuando quiera que Moshé removía una de las vestiduras sacerdotales de Aharón, él lo encontraba vestido debajo con una correspondiente vestimenta Celestial, así que el cuerpo de Aharón nunca fue desnudado. Después de que Moshé hubo removido todas las ocho vestimentas del sumo sacerdote, Aharón vestía ocho correspondientes vestimentas celestiales.100

Luego Moshé le ordenó a Aharón, «¡Acuéstate sobre el lecho!» Aharón lo hizo.

«Cierra tus ojos,» ordenó Moshé. Aharón los cerró.

«¡Extiende tus pies!» ordenó Moshé. Aharón obedeció.

La Shejiná (Divinidad) descendió, y el alma de Aharón fue atraída hacia ella con felicidad y regocijo, retornando anhelantemente a su fuente (mitat neshiká).

Dado que la partida del alma por mitat neshiká («un beso Divino») es un sublime y santo espectáculo, el alma de Aharón partió en aislamiento en una cueva. A nadie además de Moshé y Elazar se le permitió observar la gran escena.102

Moshé anhelantemente exclamó, «¡Cuan afortunada la persona que muere de esta manera!»

Hashem concedió más tarde el deseo de Moshé de experimentar esta muerte.

El Todopoderoso ordenó a Moshé y Elazar, «Ahora abandonen la cueva.» Tan pronto como ellos partieron, su entrada se cerró.

Cuando Moshé y Elazar retornaron, el pueblo no podía comprender qué había sucedido. Ellos habían visto a tres personas ascender la montaña, y ahora sólo dos descendían.

Toda suerte de rumores y sospechas relativas al destino de Aharón se suscitaron.

«¿Dónde está Aharón?» fue interrogado Moshé.

«El falleció,» replicó Moshé.

Esta afirmación se encontró con total descreimiento. El pueblo dijo amenazadoramente a Moshé, «¡No nos digáis que el Ángel de la Muerte tuvo poder sobre Aharón, quien lo controlaba y le impedía matar judíos! ¡Traed a Aharón de regreso inmediatamente, o nosotros lo lapidaremos!

«Nosotros conocemos tu estricta disposición. Aharón debe haber dicho o hecho algo que vos considerasteis pecaminoso, ¡y vos decretasteis la pena de muerte sobre él!

La falsa sospecha lanzada sobre Moshé invitaba al castigo Celestial. Inmediatamente después el pueblo judío fue atacado por Amalek.

Moshé oró a Hashem ser absuelto de sospecha.

El Todopoderoso ordenó a los ángeles traer el ataúd de Aharón y mostrarlo al pueblo. Ellos tuvieron una visión del ataúd de Aharón flotando en el aire. Después de eso, aceptaron su muerte.

El duelo por él fue intenso. Duró treinta días e incluyó a todos los miembros de la nación, hombres, mujeres, y niños.

Los cielos, también, hicieron duelo. Di-s y Sus huestes ] Celestiales ensalzaron a Aharón, proclamando, «La Tora de Verdad estaba en su boca e iniquidad no era encontrada en sus labios: él caminaba conmigo en paz y rectitud. Porque los labios del cohén ; (de Aharón) mantenían conocimiento y ellos buscaban Tora desde su boca, porque él era como un ángel del Señor de las huestes» (Malají 2:6-7).

¿Por qué fue Aharón tan grandemente llorado?

Aharón disfrutaba de gran popularidad porque él amaba la paz y perseguía la paz.

Mientras caminaba por el Campamento, saludaba a cualquier judío que encontraba con una amplia sonrisa y cálidas palabras, aún si esa persona era un rashá (malvado). Inmediatamente, cualquiera que había cometido o estaba a punto de cometer un pecado, pensaba, «¿Por qué Aharón (el Cohén Gadol, el más grande dignatario de Kelal Israel) me saludó? Obviamente él piensa que yo soy un tzadik (justo).» Avergonzado de que su verdadero carácter no conformara la imagen percibida por Aharón, la persona resolvía mejorar su conducta.

Cuandoquiera que Aharón oía que dos judíos habían peleado, él visitaba a uno de ellos y decía, «¿Sabéis cuan apenado está vuestro anterior amigo de que él ya no se lleva bien con vos? El se sienta en casa, golpeando su pecho con su puño y rasgando sus vestimentas apenado por la desavenencia entre ustedes dos, ¡pero está demasiado avergonzado para decíroslo!» Luego Aharón visitaba a la otra parte y le contaba lo mismo. La próxima vez que los dos se encontraban, ellos se abrazaban, se besaban uno al otro, y estaban reunidos.

Si Aharón oía de una fricción entre un marido y su esposa, no descansaba hasta que él los había reconciliado. Si se le contaba acerca de dos partes que tuvieron una discusión, encontraba un compromiso para resolver la materia.

Aharón falleció a la edad de 123 años, en el primero de Av, de 2.487.

Kelal Israel había estado protegido por las Nubes de Gloria en su mérito; con su muerte, ellas desaparecieron.



¿Qué es lo que quería en esencia Koraj?

La grave pelea de Koraj con Moshé tuvo lugar, en lo que hace a la secuencia del tiempo, a continuación del episodio de los espías, los meraglim. Esto sugiere que fue justamente la manera como concluyó el suceso de los espías lo que generó que Koraj se enfrente a Moshé.

No se encuentra otra causa que justifique el estallido de la controversia justo en este momento. Si lo que encolerizó a Koraj, fue el traspaso del sacerdocio a Aharón y sus hijos, esto ocurrió más de un año antes (Yerushalmi Iomá). Si lo inició el nombramiento de Elitzafán hijo de Uziel como líder de los hijos de Kehat, también esto tuvo lugar un par de meses atrás. Por lo tanto, es lógico decir que, aunque estos sucesos generaron una acumulación de amargura en el corazón de Koraj, la decisión para declarar una guerra abierta contra Moshé, fue el resultado del episodio de los espías.

 

¿QUÉ ES LO PRINCIPAL?

Los espías argumentaron que para estar cercanos a Di-s es preferible permanecer en el desierto y no entrar en la Tierra de Israel donde el orden material podría perturbar el apego a Di-s. A ello les respondió Moshé, que lo fundamental no es el apego a Hashem en la dimensión abstracta del espíritu, sino que “lo principal es la acción”. Lo más importante es cumplir los preceptos, y esto podría lograrse sólo en la Tierra de Israel.

Esta respuesta es la que causó que Koraj salga a discutir contra Moshé. Koraj era consciente que en lo que hace al estudio de la Torá, y al nivel espiritual en el que se encontraban Moshé y Aharón el sacerdote, superaban con creces a cualquier otro hombre. Sabía que Moshé recibió la Torá del Altísimo y Aarón HaCohen fue el primero en recibirla de Moshé. Sobre ello no tenía dudas ni argumentos.

 

LOS MISMOS TEFILÍN

Pero ahora escucha de Moshé que el nivel espiritual y la intensidad del apego interior a Di-s no son lo principal. Si es así, se quejó Koraj, “¿por qué han de erigirse ustedes como superiores?”. ¡Si lo más importante son los actos, entonces yo y todo judío, incluso el más simple, colocamos los mismos Tefilín y cumplimos los mismos preceptos!

 

SE REQUIERE INTERACCIÓN

La verdad es que Hashem quiere ambas cosas. La intención meditada (“kavaná”) y la acción de cumplir la Mitzvá en la práctica. Tanto el vínculo espiritual interior entre el hombre y su Creador, como la estricta y minuciosa observancia de todos los detalles “técnicos” de la Mitzvá.

Estos dos aspectos constituyen la misma unidad, así como el alma y el cuerpo que se conjugan el uno con el otro en una sola entidad- el hombre. Los espías no entendieron que todo el valor del apego espiritual a Di-s tiene lugar sólo y exclusivamente cuando va acompañada con el cumplimiento de los preceptos en la práctica; mientras que el pecado de Koraj fue una consecuencia de su falta de comprensión de que “una Mitzvá sin intención meditada, es cual un cuerpo sin alma”, y que la meditación, el sentimiento y la unión espiritual entre el hombre y Hashem son elementos fundamentales que deben acompañar la acción de la Mitzvá que es lo principal y condicionante.

Likutei Sijot, Tomo 4, Pág. 1046



Parashá en síntesis: Koraj

En esta parashá se narra la sublevación de Koraj, quien se rebela junto a 250 personas contra la autoridad de Moshé y Aharón, alegando que si todo el pueblo tenía la característica de “ser santo”, de ser “un pueblo de sacerdotes”, no había necesidad de que éste sacerdocio fuera ejercido por Aharón y el pueblo liderado por Moshé.

La protesta de Koraj provino de la envidia que sentía por no poder ejercer el mismo liderazgo que sus primos hermanos Moshé y Aharón, quienes fueron designados para tal fin por Di-s por su nivel espiritual y por su capacidad de no distorsionar la Torá.

Moshé fue la más humilde de las personas y Aharón era conocido por sus esfuerzos en pro de la paz; sin embargo, eso no frenó a Koraj y a sus seguidores de acusarlos de arrogantes. Explican nuestros Sabios que cuando una persona ve defectos o falladas en otra es porque generalmente está proyectando las propias. La envidia y el deseo de poder fueron los móviles de esta acusación. 

Koraj y su séquito fueron castigados, la tierra se abrió y se los tragó vivos, confirmándose así la autoridad dada por Di-s a Moshé. 

Todos los judíos se equiparan en la acción, pero existen diferencias entre ellos desde el punto de vista espiritual. El Alter Rebe explica que los judíos son parte de un todo, cada uno tiene su misión y beneficia, del mismo modo que cuando sucede con los diferentes miembros del cuerpo: no se puede pensar que solo esté formado por cabezas, o por manos, etc.

Si bien el Pueblo Judío es “un pueblo de sacerdotes” que debe impregnar lo mundano con la santidad en todos los actos de la vida diaria (forma de vestir, comer y comportarse), también existen en su seno los “sacerdotes”, que por su grandeza espiritual están totalmente consagrados al servicio Divino. 

Así como el episodio de los espías indica la importancia de la acción en el mundo físico para elevarlo espiritualmente, del mismo modo lo sucedido con Koraj enfatiza el componente espiritual, que también está imbuido de elementos mundanos en el servicio del Sacerdocio (comer de los sacrificios, usar vestimentas especiales). 

En el Judaísmo, la necesidad de entrelazar la elevación espiritual con el mundo de la acción mediante el cumplimiento de los preceptos tiene una importancia capital. 

La actitud de Moshé al tomar la iniciativa de buscar hacer las paces con los revoltosos, nos instruye sobre la importancia del Shalom (paz) en el Judaísmo. Aún en su posición de líder, Moshé no deja que el orgullo lo venza y va en busca de la paz. 

Muchas peleas se prolongan por orgullo. Algunos no piden perdón aun cuando están claramente errados en su posición, otros no lo hacen porque creen tener la razón. Sin embargo, debe tomarse en cuenta que ningún esfuerzo por lograr la paz es inútil. Cuando hay una pelea, el énfasis debe ponerse en la paz y no en quién tiene o no la razón.

Esta Parashá demuestra la influencia que ejerce la mujer sobre su esposo. La mujer de Koraj lo instigó para que liderase la rebelión; en cambio, la esposa de On Ben Pele aconsejó a su esposo para que se separase de la conspiración y así lo salvó de la muerte, con la que fueron castigados los demás. 

En la parashá de Bereshit, la Torá define a la mujer como ezer kenegdó (“una ayuda en su contra”), lo cual parece una expresión contradictoria. Explican nuestros Sabios que, con frecuencia, el hombre no es capaz de juzgarse objetivamente y a veces no ve sus defectos; no obstante, su esposa si es capaz de verlo como realmente es. Si el esposo es observante de leyes de DI-s y ayuda a su prójimo, ella debe ayudarlo y estimularlo. Si por el contrario es irrespetuoso y abusivo, debe oponerse a esa conducta, señalarle sus errores y ayudarlo a mejorar. 

Bien sea como “ayudante” o como “opositora”, es innegable la importancia de la mujer en el Judaísmo en todas las épocas.

Los pilares para la construcción de un hogar sano

Hay que hacer todo lo posible por asegurar la paz en casa. Hay tres elementos clave en la construcción de una vida de hogar pacífica: la relación entre los miembros de la familia, la atmósfera del hogar mismo, y el modo en que el hogar funciona.

El tono de las relaciones dentro de la familia lo dan los padres: cómo se aman y respetan, cómo realizan juntos las actividades diarias, cómo se comunican. 

Marido y mujer deben hacer de su relación su más alta prioridad. Deben pasar tiempo juntos, tener charlas significativas y disfrutar cada uno de la compañía del otro. Sí, deben compartir las responsabilidades hogareñas y financieras, pero también deben compartirse a, sí mismos, es decir, los temas personales y filosóficos que son importantes para ellos.

Todo el mundo reconoce la tragedia del derrumbe de la familia y sus efectos devastadores sobre hijos y padres por igual. Ahora estamos presenciando una vuelta a creencias más tradicionales. Se están haciendo mayores esfuerzos por lograr matrimonios duraderos; las parejas están decidiendo tener más hijos y pasar más tiempo con ellos.

Pero el deseo de pasar tiempo juntos no basta. Aun cuando los padres aman genuinamente a sus hijos, pueden tener problemas de comunicación. Los motivos pueden ser obvios: cuando las discusiones más importantes de una familia tratan del tamaño del televisor que comprarán, por ejemplo, la familia se desintegrará naturalmente. Esto es producto tanto de nuestra sociedad materialista como de nuestro egoísmo natural.

Cuando cada miembro de una familia se preocupa principalmente por sí mismo, la familia está destinada a sufrir. Cuando el padre se queda hasta tarde en la oficina, cuando la madre está absorta en su carrera o en su trabajo comunitario, cuando los hijos se preocupan sobre todo por fiestas o proyectos escolares, no pueden mantener relaciones profundas dentro de la familia. Pueden dormir bajo el mismo techo y comer en la misma mesa, pero estarán a mundos de distancia.

Cuando una familia comparte principios y valores, en cambio, crecen juntos. El hogar se vuelve un fundamento del sentimiento compartido de finalidad de la familia, a la vez que da la plataforma de lanzamiento para que cada miembro procure sus propios objetivos

En esos hogares, las familias se quedan hasta tarde en la noche hablando sinceramente de lo que los ocupa. Los niños juegan y leen libros. Los jóvenes debaten cuestiones importantes entre ellos y con sus padres. Los niños sienten la libertad de hablar de sus miedos y presiones. Toda la familia se reúne para pasar veladas de canciones, juegos y recuerdos. El hogar cobra vida, se vuelve una fuente de energía y esperanza, de urgencia y amor y de tradición. No es el silencio de un hogar lo que lo hace pacífico; es la vida que hay dentro.

Un empresario joven trabajaba mucho y tenía mucho éxito, pero parecía muy triste. Su padre lo notó y fue a hablar con él; el joven se sorprendió cuando, en lugar de preguntarle por su trabajo, su padre le preguntó cuánto tiempo estaba pasando con su familia.

«Con todas las exigencias de este trabajo, tengo muy poco tiempo para eso», respondió.

«Eso era lo que mi padre solía decir», dijo su padre. «Todos los días yo esperaba junto a la ventana que él volviera a casa, y todos los días me dormía antes de que llegara. Por el bien de tus hijos, y por el bien de los hijos de ellos, no importa cuánto trabajo tengas, trata de llegar a casa todas las noches a tiempo para darles un beso. No puedes imaginarte cuánto estarás haciendo por ellos… y por ti mismo. «

El segundo elemento de un hogar sano es su atmósfera. Una casa debe ser cálida e invitante tanto para la familia como para los visitantes. Piensen en lo desplazados que nos sentimos cuando estamos de viaje, separados de todas las cosas que conocemos y las personas que amamos. Nuestro hogar debe ser un sitio donde cada invitado se sienta en paz.

Un verdadero hogar es más que una simple casa; un verdadero hogar es una casa hermosa, un jardín. La dinámica de una familia sana es, por supuesto, el ingrediente clave de una casa hermosa, pero el ambiente físico también es importante: el espíritu y el aspecto de la casa. Esto no significa que debamos tener una casa grande y costosamente amueblada, sino que debe reflejar el espíritu de la familia. Un museo puede tener hermosos muebles, pero nadie querría vivir ahí.

Un hogar hermoso también debe estar libre de las influencias que pueden contaminar su plenitud y su gracia espiritual. Por ejemplo: hoy todos reconocemos los efectos dañinos que en la televisión sobre niños impresionables, y, en realidad, sobre jóvenes y adultos. No debemos permitir que la televisión gobierne el hogar. Aunque pueda ser muy difícil de aceptar por algunos, sería mejor no tener televisor, antes que tratar de ver sólo programas positivos.

La máxima belleza de un hogar, por supuesto, es su calidez emocional y espiritual. Hay muchos modos de embellecer una pisa espiritualmente, de invitar a Di-s a nuestro hogar. Pon una alcancía de caridad en cada cuarto. Habla con tu familia sobre Di-s y nuestras responsabilidades como personas de buen corazón. Invita gente a tu casa, y permite que sea usada como lugar de estudio y plegaria, o para reuniones de caridad o asambleas comunitarias.

Esas son las cosas que hacen la casa realmente hermosa; y cuestan mucho menos que los muebles caros o un aparato de televisión. Piensen en cómo reaccionarán los niños a esa atmósfera. Crecerán y recordarán su hogar como un sitio de calidez y bondad, donde la gente se reunía con gusto para hablar de cosas que les importaban. Con toda probabilidad, estos niños se volverán adultos que crearán la misma clase de hogar.

Por último, el modo en que es administrado un hogar es muy importante. Esto incluye todos los aspectos «triviales» del mantenimiento de la casa: horarios y tareas, limpieza y compras, etcétera. Un hogar sano debe ser dirigido suavemente, y no por impulsos de intereses independientes.

Todos deben compartir estas responsabilidades: no por deber sino por amor, porque un hogar sano es una búsqueda de unidad, y todos los miembros de la familia son socios iguales en su éxito.

Extraído de «Hacia una vida plena de sentido» por Simon Jacobson, basado en las enseñanzas del Rebe de Lubavitch. Editorial Kehot.

https://kehot.com.ar/tienda/libros/ensenanzas-de-los-rebes-de-jabad/hacia-una-vida-plena-de-sentido-1608



Ideas para iluminar el mundo en honor al Rebe

El día 3 de Tamuz, este año sábado 2 de julio, se conmemora el  Iortzait- Hilulá, aniversario de la desaparición física del Rebe de Lubavitch.

El mundo se sostiene en mérito a los Tzadikim, hombres justos, que bregan por nosotros. Más aún, un Tzadik que dedicó todo su ser para el bienestar del pueblo judío y de la humanidad general es seguro que también ahora – al igual que Moshé Rabeinu, sobre quien está escrito en el Talmud  “tal cual antes estaba parado sirviendo (al pueblo de Israel), también ahora está parado sirviéndolo”- el Rebe brega por el bienestar de este mundo, despertando la benevolencia Divina.

Las enseñanzas del Rebe, a través de sus escritos y de sus alumnos, siguen inspirando a cientos de miles en el camino de la bondad y la santidad, difusión y fortalecimiento de la Torá y de sus preceptos, con amor y alegría. Lo que implica una presencia real de su mensaje tanto a nivel comunitario como individual.

En el día de la elevación de su alma, como está escrito en la Kabalá (Igueret Hakodesh Tania IV, epístola 28) la suma de los méritos del Tzadik a lo largo de toda su vida brilla aquí abajo, en la Tierra, con toda su intensidad, unida simultáneamente con la fuente del alma “arriba”, y “genera salvaciones en plena Tierra” y “logra la expiación por las transgresiones de la generación·”

El 3 de Tamuz honramos el recuerdo del Rebe por su bendita obra, vigente aquí en Argentina y en el mundo entero, para despertar la bendición Divina, e inspirarse en sus enseñanzas.

Se acostumbra a donar tzedaká para sus instituciones; estudiar sus enseñanzas, participar de un farbrenguen- reunión jasídica-  en honor a la fecha (este año en particular por el COVID-19 en algún Zoom o plataforma virtual), y tomar buenas decisiones en lo que respecta a la propia conducta en Torá y Mitzvot, y en relación al semejante. Especialmente, en la mitzvá de colocación de Tefilín, encendido de velas de Shabat, estudio de Torá, amor al prójimo, etc.

Quienes desean ser mencionados en plegaria a Hashem frente al sagrado lugar de descanso del Rebe, pueden enviar su pedido, con su nombre y nombre de la madre, (preferentemente en idish o hebreo) a ohel@ohelchabad.org

El máximo deseo del Rebe fue alcanzar la llegada del Mashiaj por medio del esfuerzo mancomunado, que esto ya tenga lugar de inmediato!



No podremos entrar a Eretz Caanán

En el desierto, el pueblo de Israel disfrutó una utopía espiritual. Apartados de un mundo pagano y material, estaban libres para servir a Di-s y procurar la sabiduría Divina revelada a ellos en Sinaí. ¿Por qué abandonar todo esto, argumentaron los espías, por una vida de agricultura, comercio y política? ¿Por qué ingresar a una tierra que consumiría la vida espiritual de sus habitantes, llenando sus días con esfuerzo material?

En la Sección Semanal de Shlaj (Números 13-15) leemos acerca del incidente de los espías que regresaron de su misión a la Tierra Prometida con argumentos que pretendían disuadir al pueblo judío de la idea de entrar a la tierra que Di-s les había asignado como herencia eterna.

«Es una tierra que consume a sus habitantes», advirtieron; mejor haríamos quedándonos aquí, acampando en el desierto, en lugar de intentar domesticar un ambiente tan hostil.

Otro argumento contra el ingreso a la Tierra de Israel, repetido por aquellos seducidos por el consejo de los espías, fue que «nuestros pequeños serán para botín» por el enemigo. A lo que Di-s contestó:

«Y vuestros pequeños, de quienes dijisteis que ‘serán para botín’, a ellos llevaré Yo, y ellos conocerán la tierra que vosotros habéis despreciado».

Fisifobia

La enseñanza jasídica explica la reluctancia de los espías a entrar a la tierra.

En el desierto, el pueblo de Israel disfrutó una utopía espiritual. Todas sus necesidades materiales les fueron provistas sin esfuerzo ni involucración de su parte: el maná cayó del cielo, el «manantial de Miriam» les dio agua; milagrosamente, sus ropas no se estropearon e incluso crecieron con sus cuerpos

Apartados de un mundo pagano y material, estaban libres para servir a Di-s y procurar la sabiduría Divina revelada a ellos en Sinaí.

¿Por qué abandonar todo esto, argumentaron los espías, por una vida de agricultura, comercio y política? ¿Por qué ingresar a una tierra que consumiría la vida espiritual de sus habitantes, llenando sus días con esfuerzo material, sus pensamientos con preocupación financiera, y su psiquis con las depravaciones del «mundo civilizado» con el que inevitablemente entrarían en contacto como estado nacional?

Derroche Santo

Es allí donde se esconde el significado más profundo de su lamento: «nuestros pequeños serán para botín».

Al describir la generosidad de Iosef hacia su familia durante los años de hambruna en Egipto, la Torá nos cuenta que: “losef alimentó… a toda la familia de su padre, pan según sus pequeños”5

La naturaleza de un niño pequeño, explican nuestros Sabios, es que desparrama su alimento; apenas un pequeño porcentaje de lo que se sirve sobre su plato entra realmente en su boca.

Cuando se alimenta a un adulto hambriento, se sabe que cada miga de su dádiva sirve a un fin caritativo. Alimentar niños implica un grado mayor de generosidad: uno debe estar dispuesto a que la mayor parte de su regalo sea derrochado en aras del excepcional bocado que efectivamente se aplicará al destino pretendido.

Lo mismo es cierto de la caridad espiritual. Es mucho más gratificante ser maestro de una clase de eruditos que aprecian el valor de lo que se les está enseñando, que buscar al espiritualmente inmaduro – que menosprecia el mensaje que se desea compartir con él- con la esperanza de que siquiera una sola palabra logre hacer impacto en su corazón y produzca el más minúsculo efecto sobre este.

Es más gratificante recluirse en una habitación y abocarse al estudio y la plegaria con el conocimiento de que el potencial Divino de cada momento y caloría está siendo cristalizado, que tratar con el mundo material, un emprendimiento caracterizado por falsos comienzos, fines enclenques y resultados ambiguos.

«Nuestros pequeños serán para botín», afirmaron los espías, si entramos a la tierra. Aquí, cada uno de nuestros momentos y recursos está aplicado a su uso más óptimo. Aquí, no hay privación ni superávit en nuestras vidas; ni deficiencia ni desperdicio. Allí, nos conduciremos con las dilapidadoras vidas de niños pequeños – arrojando nuestro grano a la tierra para que se descomponga, de modo que quizás una centésima parte de éste germine y produzca fruto, invirtiendo el grueso de nuestro tiempo y energía en el plano de lo material para obtener su magro y esporádico rendimiento espiritual

Pero es el pequeño niño que hay en nuestro interior lo que Di-s desea. Es por él que creó un mundo, no para una nación de eruditos ermitaños recluidos en un desierto sin rumbo.

Sí, dijo Di-s, Yo os he puesto en una utopía espiritual, pero sólo como preludio para el verdadero negocio de la vida.

Una única victoria moral entre el derroche y la ambigüedad de lo material. Me es más preciada que los logros incesantes, invisibles, sin esfuerzo, de vuestro paraíso alimentado por el maná.

Basado en Likutei Sijot, Vol. XIII, 195-196