Flan de coco (neutro)

Ingredientes

6 Huevos

2 tazas de azúcar

1 taza de agua.

esencia de vainilla a gusto

1 taza de coco rallado

Hacer caramelo con 1 taza de azúcar y colocarlo en un molde para horno. 

En un bowl aparte mezclar los 5 huevos con 1 taza de azúcar, esencia de vainilla a gusto y la taza de agua, y la taza de coco rallado.

Cuando el caramelo del molde esté solidificado, añadir toda la preparación del bowl al molde.

Luego llevar a horno a baño maría durante aproximadamente 60, 65 minutos a un fuego medio. 

Sacar del horno cuando clavamos el cuchillo y sale casi limpio.

CONSEJO: dejarlo enfriar en heladera si o si antes de desmoldar, si se deja de un día para el otro para desmoldar MUCHO MEJOR. 

Importante: No desmoldar en caliente, de lo contrario se rompe.



¿Por qué honramos a nuestros padres?

Esta Mitzvá tiene tanto peso que es uno de los Diez Mandamientos. La importancia de honrar a los padres es enfatizada por el hecho que es el número cinco de éstos.

Como muchos saben los Diez Mandamientos fueron dados en dos tablas con cinco mandamientos en cada una. La primera fue reservada para aquellas leyes que tienen que ver con la relación entre la persona y Di-s, mientras que la segunda tabla se ocupa de las leyes que gobiernan la interacción humana. Los Sabios notan que incluir el mandamiento de honrar a los padres en la primera tabla nos muestra su importancia: Se trata de un aspecto tan fundamental  de nuestra existencia que sólo mediante el cumplimiento de esta ley, podemos apreciar plenamente nuestra relación con el Todopoderoso.

 

Los 10 Mandamientos son recordados en la Torá dos veces. La primera aparece en Itró y la segunda en Vaetjanán. Cuando aparecen por segunda vez, las palabras cambian un poco, por ejemplo: las palabras “El Eterno, tu Di-s, te ha ordenado «se añaden. Las palabras adicionales subrayan el hecho de que, aunque tenemos una tendencia natural a honrar a nuestros padres, esta tendencia puede disminuir dependiendo de las circunstancias. Sin embargo, cuando se nos recuerda que esto es una orden directa de Di-s, nos hace entender que el cumplimiento de esta obligación no tiene nada que ver con nuestros sentimientos o experiencias personales. En cambio, la idea se ve reforzada a honrar a nuestros padres, no sólo por nuestros sentimientos naturales, sino porque el «Comandante en Jefe» ha ordenado así.

 

Esta ley en particular se remonta a un tema recurrente. La filosofía judía afirma que hay tres socios en la creación de una nueva vida, y estos son Di-s, la madre y el padre. Estamos obligados a ver a nuestros padres, no sólo con amor, pero con respeto también. Colocamos a nuestros padres sobre un pedestal y los mantenemos allí.

 

Esta filosofía nos recuerda un componente crítico en la fe judía. En contraste directo con el punto de vista secular, entendemos que cuanto más atrás vamos en la historia judía, mayores nuestros predecesores se consideran. Es cierto que pudimos avanzar en el campo del conocimiento secular, pero cuando se trata de la esfera de lo espiritual nos palidecemos en comparación a aquellos que vinieron antes que nosotros. Nosotros los Judíos también sabemos que aquellos que se destacan en el ámbito espiritual son nuestro modelo a seguir y los «superhéroes» de cualquier Judío.

 

Como Rabino, recibo muy frecuentemente la pregunta: “¿Festeja el día del padre o de la madre?”. A esto yo respondo: “En el Judaísmo, cada día debemos honrar y apreciar a nuestros padres”

Son por estas razones que cada uno de nosotros debemos esforzarnos para honrar verdaderamente a nuestros padres. Eso significa que debemos hacer un esfuerzo activo para cuidar de sus necesidades (tanto física como espiritual), así como tratarlos con el máximo respeto. No es sólo una cosa agradable o sensata de hacer, sino que es un mandamiento directo de Di-s!

 

Por Yerujem Eilfort



El Shema Israel de mamá

La Parshá de esta semana contiene una de las proclamas más significativa dentro de la liturgia judía, el Shemá Israel. A continuación una historia que lo ilustra en su plenitud.

Durante el Holocausto en Europa, muchos niños Judíos fueron dejados en conventos católicos. Los padres, ante la desesperación elegían a veces este camino. Depositaban entonces bebés y niños en los orfanatos de la Iglesia. Allí estos recibían alimento y techo. Miles se salvaron así de las cámaras de gas. Concluyó la guerra. Muchas asociaciones y centros de refugiados se ocuparon de volver a reunir a familias y registrar datos. Lentamente comenzaron a llegar noticias sobre los niños que fueron depositados en las Iglesias.

Fue enviada una comisión integrada por Rabinos desde USA y Gran Bretaña para tratar de devolver a estos niños al seno de su Pueblo. Los Rabinos se dirigieron al primer convento y pidieron hablar con la máxima autoridad allí. «Por supuesto que no nos oponemos que los niños vuelvan a sus familiares o por lo menos a su gente» -dijeron. Pero… ¿cómo sabrán distinguir cuál es Judío? Nosotros no acostumbramos a señalar el origen o religión de los chicos».

«Pues la lista de nombres nos ayudará», contestaron. «¡La revisaremos y aquellos que suenen como Judíos nos demostrará su origen!».

«No, no, no; no acostumbramos a hacer así las cosas!!», dijo el Padre ofendido. «Tenemos que ser detallistas al máximo, sin posibilidad de error. No liberaremos niños por el mero sonido de un nombre». Los Rabinos intentaron convencerlo con buenos argumentos, pero éste, seguía en la suya. «Sólo permitiré que se retiren niños con la total seguridad de que sean Judíos». ¿Qué hacer? La mayoría de los pequeños fueron separados de sus familias cuando eran muy pequeños aun y no podían recordar por sí solos sus orígenes. ¿Documentos? Imposible de encontrarlos después de semejante destrucción. Hicieron un nuevo intento para convencer al sacerdote pero éste perdió la paciencia. «Lo siento mucho. Ya les di demasiado de mi tiempo. Decidan ya qué hacer. Les otorgo sólo tres minutos». Parecía que todos los esfuerzos iban en saco roto. El corazón de los Rabinos se partía de dolor. De acuerdo a la información que tenían, decenas de niños Judíos se hallaban en este convento, y sólo contaban con tres minutos… Los labios murmuraron una plegaria al Amo del Mundo, para que los ilumine con una idea que les permita distinguir entre cientos de niños, quienes eran Iehudim, y sólo en tres minutos. Sus rezos fueron escuchados. A la mente de uno de los Rabanim llegó una idea increíble. «¿Podemos utilizar los tres minutos cuando querramos?» «Sí», fue la respuesta. «Entonces, vendremos cuando los niños se acuesten a dormir» «A las siete en punto», fue la respuesta del Padre, que no ocultaba su desdén por la testarudez y perseverancia de los Rabinos y esperaba ansiosamente la llegada de la hora señalada para saber realmente qué es lo que tramaban. ¿Para qué irse y volver?. Cuando el reloj dejó oír las siete campanadas, todos los pupilos se encontraban, después de un pesado día, acostados en sus camas, ordenadas una al lado de la otra en el gran salón.

Los Rabinos caminaron hacia el centro de la habitación. Uno de ellos se paró sobre un pequeño banquito y esperó. Un silencio total reinó allí. Y así, con voz calma, el Rabino pronunció seis palabras que penetraron en la sala de punta a punta: «SHEMA ISRAEL HASHEM ELOKEINU HASHEM EJAD» (Oye Israel, Hashem es nuestro Di-s, Hashem es Uno).

En el instante se escucharon murmullos de todos los extremos del salón. Vocecitas y llantos: «Mamá», «Mámele», «Mame». Cada niño, en su lengua, buscaba a su madre. La que, unos años antes, en el momento de acunarlo y taparlo cada noche antes de dormir, y darle el beso de las «buenas noches», le susurraba al oído estas palabras, que son la base de la fe. Palabras que todo niño Judío sabe: «Shemá Israel Hashem Elokeinu Hashem Ejad. El sacerdote bajó la vista. Los Rabinos lo lograron. Pudieron rescatar a los niños perdidos. Los pocos segundos que cada madre dedicó noche a noche al acostar a sus niños, fueron los que mantuvieron a sus hijos unidos a Su pueblo: Israel.



Parasha en síntesis – Vaetjanán

Moshé ruega a Di-s para que lo deje entrar a la Tierra Prometida. Aun cuando Moshé sirvió durante toda su vida a Di-s, no hace esta petición como recompensa, sino en tono de súplica. Sabiendo que tenía muy poca chance de que su ruego fuera concedido, siguió rezando hasta el final, lo que nos demuestra que ningún rezo es en vano, aún cuando no se obtengan resultados tangibles e inmediatos.

Moshé exhorta al pueblo para que se mantenga siempre fiel a la Torá, cumpliendo sus leyes y preceptos, como única forma de vivir plenamente y cumplir su misión en el mundo.

 

Sin embargo, profetiza que luego de la llegada del pueblo a Eretz Israel y después de vivir así por varias generaciones, el pueblo pecará, se volverá idólatra y será exiliado y dispersado entre todas las naciones del mundo. 852 años después del Éxodo de Egipto, el pueblo fue expulsado de la tierra, cumpliéndose así la profecía de Moshé.

Durante su permanencia en el exilio, Moshé advierte al pueblo que debe hacer Teshuvá, retornar a su esencia judía y a sus raíces. Dicen nuestros Sabios que aún en los casos más extremos de alejamiento de Di-s siempre existe la posibilidad de establecer relación con Él.

 

Dice el versículo: “Buscarás a Di-s y lo encontrarás”, ya que en este caso buscar ya es encontrar. A diferencia de la búsqueda de un tesoro, que de no ser encontrado resulta un esfuerzo vano, en este caso la misma búsqueda, es el proceso de acercarse a Di-s y la disposición a mejorar, ya constituye un encuentro. 

 

En esta Parashá, Moshé repite los Diez Mandamientos, que aparecen por primera vez en Parashát Itró, ya que esta generación pronta a entrar a Israel no los había oído directamente la vez anterior, aún cuando sus padres se lo relataron vívidamente.

 

Los Diez Mandamientos están escritos en singular para que cada persona entienda que tiene la obligación de cumplirlos. Además, los últimos cuatro mandamientos empiezan con la palabra “y” – “y no robarás…”; “y no cometerás adulterio…”, lo que nos enseña que transgredir uno inevitablemente nos lleva a incumplir los demás.


Los 10 mandamientos

 

  1. Yo soy el eterno, tu Di-s, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de los esclavos . 2. No tendrás dioses ajenos en mi presencia. No harás para ti efigies talladas ní cualquier imagen de lo que exista arriba en los cielos, abajo en la tierra o en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos ni les servirás, pues Yo soy el eterno, tu Di-s, (un) Di-s celoso, que toma en cuenta la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen. Pero hago bondad por millares (de generaciones) a los que me aman y a los que guardan mis mandamientos.
  2. No tomarás el nombre del Eterno, tu Di-s en vano; pues el Eterno no absolverá al que jure su nombre en vano.
    4. Recuerda el día de Shabat para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu labor. Pero el séptimo día es Shabat para el eterno, tu Di-s; no harás ninguna labor; ni tú, ni tu hijo o tu hija ni, ni tu siervo o tu sierva, ni tu ganado o el extranjero que esté en tus portales. Porque (en) seis días el Eterno hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descanso en el séptimo día. Por eso el Eterno bendijo al día de Shabat y lo consagró.
  3. Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el eterno, tu Di-s, te concede.
    6. No asesines.
    7. No cometas adulterio.
  4. No robes.

9, No expreses falso testimonio contra tu compañero.
10.No codicies la casa de tu prójimo; no codicies la mujer de tu prójimo, ni su siervo ni su criada, ni su toro ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.


El mandamiento “no matarás” implícitamente comprende otras prohibiciones como las siguientes: dar testimonio que pueda provocar la muerte de alguien o negarse a revelar un secreto que puede salvar una persona de la destrucción; matar a alguien hablando mal de él; avergonzar públicamente a un judío; acortar la vida a quien está cercano a la muerte (eutanasia); practicar abortos (cada caso debe ser evaluado por un rabino ortodoxo) y, para un juez, condenar a muerte a un inocente.

Moshé enseña al pueblo la mitzvá de reconocer y creer en la unidad y unicidad de Di-s por medio del Shemá Israel, que debe ser recitado dos veces al día, en la mañana y en la noche, antes de dormir.

 

Cuando se ve el Shemá en hebreo, se pueden distinguir dos letras que sobresalen de su tamaño: la ain, última de la palabra Shemá (oye), y la daled, última de la palabra ejad (uno); estas dos letras forman la palabra ed, que significa “testigo”. Los judíos fueron creados para testimoniar la verdad de la unicidad de Di-s, que proclaman dos veces al día. 

 

El Shemá consta de tres párrafos; veahavta (“y amarás a Di-s”), que establece el amor a Di-s como mitzvá; se ama a Di-s porque Él lo ordena y además, con todo el ser, tanto con inclinación al bien, como con la inclinación al mal. Por eso se utiliza la palabra levavjá- en plural- corazones. Vehaya im shamoá tishmeú et mitzvotai, que exhorta al cumplimiento de las mitzvot y está expresada en plural para denotar la importancia de su cumplimiento por todo el pueblo judío; y Vayomer,  que hace referencia al hecho de Egipto. 

 

Cuando se dice Shemá, se cubren los ojos porque se considera que está presente en el momento de la Providencia Divina. 



El Shemá Israel

 


Oye, Oh Israel, Di-s es nuestro señor, Di-s es uno (único). Bendito sea el nombre de Su glorioso reinado eternamente. Y amarás a Di-s tu Señor con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Y estarán estas palabras que yo te ordeno hoy, sobre tu corazón, y las enseñarás a tus hijos, y hablarás sobre ellas, cuando estés sentado en tu hogar, y cuando vayas por el camino, y al acostarte y al levantarse. Y las atarás como señal sobre la mano, y serán como recordatorio entre tus ojos, y las escribirás sobre las jambas de tu hogar y en tu portones.

SHEMA ISRAEL A-DO-NAI ELO-HEINU A-DO-NAI EJAD

 

Baruj shem kevod maljuto leolam vaed. 

Veahavta et A-do-nai Elo-heja bejol levavja uv`jol meodeja. Vehaiu hadevarim haeile asher anoji metzavja haiom al levaveja. Veshinantam levaneja vedibarta bam, beshivteja, beveteja, uvlejteja baderej, uv´shojbeja uv´kumeja. Ukshartam leot al yadeja, vehaiu letotafot bein eineja, ujtavtam al mezuzot beiteja uvishareja. 



¿Por qué nos cubrimos Nuestros ojos al decir el Shemá?

La respuesta básica: Mientras recitamos esta importante plegaria, no debemos distraernos con nada. Cerrando los ojos, podemos concentrarnos más. (Código de la Ley Judía, 61:5)

 

El Talmud (Brajot 13b) trae como origen de esta práctica al gran Rabí Iehudá el Príncipe. Él solía interrumpir sus estudios de la Torá para decir Shemá, y sus estudiantes observaban que él se cubría sus ojos en el momento en que decía el versículo.

 

La respuesta más profunda es: El significado del Shemá va más allá de la creencia que sólo hay un Di-s. «Hashem Ejad» declara que *no existe nada fuera de él.*

 

Nuestro mundo, y todo lo que hay en él, es creado por la palabra de Di-s en cada momento. Durante un rato cada mañana, cerramos nuestros ojos y vivimos esta realidad. Nuestro desayuno, nuestro trabajo…todo es esencialmente Divinidad.

Luego abrimos nuestros ojos y vemos un lugar muy distinto enfrente nuestro.

Y esta realidad permanece con nosotros hasta la noche, cuando llega el turno para nuestra carga, el Shemá de la noche…

 

Por Israel Cotlar



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Un chico se conoce con una chica…

PREGUNTA: Mi mejor amigo se comprometió después de un mes y medio de haber conocido a la chica. Se encontraron a través del sistema de citas judío, Shiduj, y es una pareja increíblemente bien preparada. Lo que no entiendo es, ¿cómo después de tan poco tiempo, pueden saber lo suficiente como para decidir vivir juntos por el resto de sus vidas? Puede tomar años saber que uno ha encontrado a la persona correcta. ¿Puede explicarlo?

RESPUESTA: Un tipo está sentado en la barra y una muchacha se sienta cerca. Se miran y sonríen.

Él dice “Hola, me llamo Juan. ¿Puedo invitarte una bebida?”

La muchacha dice: “Antes que nada, me gustaría saber si estás pensando en el matrimonio o estás buscando algo casual. Estoy lista para afianzar mi vida y no deseo perder mi tiempo. También, ¿eres del tipo familiar? Porque quiero tener muchos niños. ¿Cuáles son tus valores? ¿Tienes creencias fuertes y convicciones? Yo sí y quiero compartirlos con mi marido. Me gustaría también saber qué visión tienes para tu futuro. Una vez que pasamos esto, podemos empezar la charla informal”.

Juan regresa a su lugar y vuelve a mirar el fútbol.

¿Esta mujer no tiene razón? ¿No tendría más sentido averiguar estas cosas antes de empezar una relación? ¿No es tonto arriesgarse a atarse emocionalmente a alguien que está en una página diferente a uno? Si no está listo para el matrimonio y usted sí, si no quiere una familia y usted lo desea, si no tiene el mismo sistema de valores, ¿por qué empezar un camino que sólo llevará al dolor? Cada relación es un riesgo, pero el riesgo ¿no debe ser un poco más calculado y menos echado al azar?

El problema es que en el mundo de hoy, es completamente ‘desubicado’ discutir estos temas pesados en los primeros seis meses de una relación. ¿Pero no es tonto eso? Sólo se enfrenta la relación real una vez que uno se enreda y no puede ver claramente.

El sistema de citas judío tradicional es diferente. Antes de la primera reunión, cada uno averigua sobre el otro. Hablando con un amigo mutuo o rabino o alguna otra persona fidedigna, se puede conseguir un cuadro básico de una persona sin siquiera poner los ojos en ella. Antes de ver su cara, se puede saber cuáles son sus valores, dónde está en la vida y si está en la misma página general que uno.

Usted cita a alguien que tiene sus mismos valores. Alguien que comparte sus creencias, y tiene una lista similar de prioridades en la vida.

Una vez que tiene toda esa información, la cita real es ver si “hacen click”, si pueden comunicarse, entenderse, si se atraen. La mayoría de las preguntas fuertes ya se han contestado, ya sabe que los principios están. En los papeles es todo bueno, ahora usted necesita ver si hay conexión. Con los problemas más profundos resueltos, esto no toma mucho tiempo.

Y en este sistema, sólo se cita para el matrimonio. Usted o se comprometerá, o regresarán a ser extraños. Ningún área gris desarreglada, ninguna atadura prolongada, ninguna relación sin compromiso, ningún romance al azar condenado a fracasar.

El sistema de Shiduj no es perfecto. Pero es bastante mejor que cualquier otro método de citas que he visto.



¿Qué es Meguilat Eijá?

En ocasión del ayuno de Tishá Beav se lee Meguilat Eija o “Libro de Lamentaciones”, ya que en esa fecha se conmemora el aniversario de la destrucción del Primer y Segundo Gran Templo de Jerusalém. 

 

“Lamentaciones” es uno de los cinco rollos o meguilot – Rut; Cantar de los Cantares; Eclesiastés; y Ester son las otras cuatro -que forman parte de los Hagiógrafos. Los rollos constituyen una sola entidad, aun cuando son diferentes no sólo en términos cronológicos, sino también en estilo y contenido.

De acuerdo a la Halajá o Ley judía sólo es un Precepto-mitzvá- la lectura pública de la “Meguilá de Ester” en Purim y la recitación de “Eija” -Lamentaciones en Tishá Be Av.

De acuerdo a la tradición, el autor del “Libro de Lamentaciones” fue el Profeta Jeremías (en hebreo Irmiahu) quien presenció la destrucción del Primer Gran Templo de Jerusalem y plasmó los nefastos acontecimientos junto con el impacto emocional que produjo esta tragedia nacional. Se trata del lamento de todo un pueblo, en el cual el desastre de lo individual es tan solo un ejemplo personal de la catástrofe nacional.

A pesar de la amargura expresada en las lamentaciones, no existe nada que aluda al deseo de anular el nexo con Di-s o producir una ruptura permanente.

El amor permanece intacto. En una perspectiva amplia hay también señales de esperanza pues se tiene la certeza de que es un ocultamiento temporal de la Divinidad y que al final el amor triunfará.

Tres de los cinco capítulos del Libro, comienzan con la palabra Eijá (¿cómo?) y por tanto se entiende que el libro reciba este nombre, no sólo por que ésta es la palabra inicial; sino porque es la palabra clave en toda la obra.

Hay tristeza, llanto y quejas en la Meguilá, pero además de todo eso, hay profundas interrogantes, sobre cómo es posible que ocurran cosas de la magnitud de esa destrucción. Son preguntas dolorosas a las cuales no se da respuesta en el libro, pero que provocan una genuina búsqueda para comprender y clarificar la razón de los horrores, comprender su significado y procurar un camino de solución.

La Divina Providencia se siente fuertemente en cada uno de los versículos, aun cuando en algunos no se menciona en forma expresa a Di-s pero siempre con la certeza de que mientras exista el poder Divino, siempre hay una oportunidad para la construcción, siempre habrá esperanza.

El estilo de las lamentaciones está entretejido con la fe en Di-s y en la justicia de sus decretos, con un nexo profundo en su faceta de padre misericordioso que no permitirá que el mal reine por siempre.



Leyes del 9 de Av

El próximo Shabat (6/8) a las 18:17 hs., comienza el ayuno del 9 de Av que se extiende hasta las 18:44 hs. del día domingo (7/8).

Nos está prohibido comer y beber, bañarnos, escuchar música, utilizar calzados de cuero y mantener relaciones maritales. Acostumbramos a sentarnos en sillas bajas hasta el mediodía y sólo se pueden estudiar temas tristes que acaecieron al pueblo judío.Los Tefilín se colocan en el rezo de la tarde. Lo más importante de lo dicho es, que realmente sintamos la pérdida del Templo de Jerusalém y deseemos y esperemos la pronta redención del pueblo judío con Mashíaj, quien construirá el Tercer Templo.

9 de Av en la historia de nuestro pueblo

· El pueblo se sublevó contra Moshé y Aarón, cuando los espías volvieron de la Tierra de Canaan con su informe alta‐mente negativo. 

· Di‐s decretó que la generación del desierto, habría de morir en el desierto durante cuarenta años. (Números 14:33‐34). · Fue destruido el Primer Beit HaMikdash ‐ Gran Templo de Jerusalém ‐ en el año 3338 (422 antes de la e.c.). 

· Fue destruido el Segundo Beit HaMikdash, en el año 3828 (68 e.c.). 

· Fue destruida la Ciudad de Betar, tras la derrota de la rebelión de Bar Cojba. 

· La ciudad de Jerusalém fue arada por el invasor romano, para asegurarse de que nunca más pudiera ser reconstruida. 

· En el año 5050 (1290) fueron expulsados los judíos de Bretaña. 

· En el año 5222 (1492) fueron expulsados los judíos de España. El 10 de Av…· …del año 5266 (1506) fueron expulsados los judíos de Francia. 

· El 10 de Av del año 5754 (1994) tuvo lugar el atentado en el edificio de la Amia en Argentina

¿Qué causó la destrucción del Templo Sagrado, y cómo podemos retificarlo?

El Talmud nos explica por qué el exilio de Babilonia, que ocurrió después de la destrucción del Primer Templo, duró sólo setenta años predeterminados, mientras que ahora nos encontramos en un exilio mucho más largo y tampoco se nos ha dado una fecha de finalización.

«Los primeros cuyos pecados eran conocidos, el fin (de su exilio) se dio a conocer. Estas últimas, cuyos pecados no eran conocidos, su final es (también) desconocido”.

Esta declaración parece contradecir otra, citada en el mismo lugar del Talmud: «¿por qué fue destruido el Primer Templo? Por los tres pecados que los Judíos cometían:, idolatría, adulterio y asesinato. El Segundo Templo, cuando los judíos estaban llenos de Torá, Mitzvot y actos de bondad, ¿por qué fue destruido? Debido a que los judíos eran culpables de tener odio infundado hacia los demás.

 

¿Cómo pudo el Talmud decir que «los pecados no eran sabidos?»

El Rebe de Lubavitch explica que el carácter de odio y pelea, es el pecado desconocido. En general, un idólatra, un adúltero o un asesino, es consciente de su pecado. “La carne es débil” y las personas son víctimas de la tentación, pero el arrepentimiento es perfectamente alcanzable, debido a que la persona misma está preocupada por los pecados que manchan su alma.

 

Por el contrario, la persona que es culpable de participar en peleas e incitación al odio, no tiene idea de que él tiene la culpa. En su opinión, el otro merece todo el abuso que está recibiendo. De hecho, odio sin fundamento es quizá, el pecado más evidente, sin embargo, muy pocos reconocen tener la culpa.

Esto es cierto tanto en nuestras relaciones interpersonales, así como en la lamentable tendencia de nuestra nación de estar muy preocupada por disputas entre las diferentes líneas. Izquierda, derecha y el medio. Conservador, ortodoxo y reformista. Jasídico, no jasídico, sionista y anti sionista, etc.

La Redención vendrá cuando finalmente reconozcamos que el «yo tengo razón y él está equivocado», incluso si ese es el caso, no es una razón válida para odiar.

 

Por: Rabino Naftali Silberberg



El actor de Saber

¿Puedo saber algo sin saber que lo sé? ¿Y si no sé que lo sé, qué diferencia hace si lo sé o no?

 

Freud generalmente se acredita el haber descubierto el inconsciente. Pero la idea de que hay cosas que sabemos aun cuando no sabemos que las sabemos, y sentimientos que sentimos aun cuando no sentimos que los sentimos–y que estos reinos inconscientes de sabiduría y sentimientos ejercen una influencia profunda en nuestras vidas–preceden al buen doctor vienés por muchos siglos.

 

En el Libro de Daniel, el gran príncipe Judío narra una visión profética: Y solo, yo, Daniel, vi la visión, pero la gente conmigo no la vio; con todo, un gran terror cayó sobre ellos, y huyeron a ocultarse. (Daniel 10:7). «Pero la gente conmigo no la vio», dice el Talmud, «¿por qué estaban asustados»? Y responde el Talmud :»Porque aunque ellos no lo hayan visto, su mazal sí vio.»

 

¿Qué es este «mazal» nuestro que ve cosas que nosotros no vemos? Los maestros jasídicos explican que solo una pequeña porción –un simple «rayo» o «reflejo»– del propio alma se enviste en el cuerpo para volverse el ser consciente que siente y actúa. El alma misma permanece «por encima». Sin embargo un constante flujo de vitalidad e iluminación del alma superna baja y va filtrando el alma corporal (el palabra mazal en hebreo significa «la fuente del filtrado»), imbuyéndolo con las cualidades trascendentales de la fe, el instinto y conocimiento suprarracional.

 

La existencia de tal conocimiento inconsciente–o más bien, supra-consciente–se nota extensivamente a lo largo de la Torá. Incluso tiene repercusión legal en la ley Torácica. Un ejemplo prominente es una cláusula en las leyes de divorcio: para un escrito de divorcio (guet) para que sea válido, debe concederse de buena gana. Sin embargo, si la halajá dicta que debe concederse un divorcio, el bet din (el tribunal rabínico) tiene el derecho de forzar al marido para que lo de; en las palabras del Talmud, «se lo golpea hasta que diga »yo lo deseo». Maimónides explica: «En verdad, (cada judío) desea ser de Israel, y desea observar todos los preceptos y evitar todas las transgresiones de la Torá. Sólo que su mala inclinación lo ha dominado. Así que, si se lo golpea hasta que su mala inclinación se debilite, y diga »Lo deseo», él se ha divorciado de buena gana… no se lo considera »forzado» –al contrario, es su inclinación al mal que lo ha forzado, contra su verdadera voluntad, en primer lugar.»



Imagínese el siguiente escenario: Hacés algo feo a un amigo o un ser querido. Después te disculpás: «Lo siento mucho, honestamente no sé lo que me pasó. ¡Me conocés, yo no soy así! Realmente ayer no fui yo…”. Su amigo lo mira con simpatía, como diciendo «lo que decís tiene sentido».

 

¿Qué quiere decir que «vos» no eras «vos»? Significa lo que todos verdaderamente sabemos, porque sabemos esto sobre nosotros: hay un yo real, y un yo irreal. El yo irreal puede actuar cruelmente o de manera estúpida, o ambas; el yo real nunca haría algo para herir a un amigo o ser querido, o a nadie.

 

Así que, ¿por qué mostramos a menudo al mundo un yo irreal? Hay, claro, muchos factores que conspiran para anular la bondad del corazón de nuestras almas. Pero quizás la causa principal es que simplemente nos adaptamos a la manera que los demás nos perciben, que a la vez es un espejo de la manera en que nosotros los percibimos a ellos. Así que terminamos viendo alrededor todo distorsionado, percepciones irreales de nosotros, y protegiéndose de todos esos monstruos aterradores que se acercan furtivamente a nuestro mundo con un monstruoso traje como el nuestro.

 

Imaginá si de repente todos los demás lo vieran cómo realmente sos, cómo vos te  ves a vos mismo. Y mirara a los demás y los viera como ellos se ven a sí mismos. Nuestro mundo sería un lugar muy diferente, ¿verdad?.

 

Esto explica uno de los más básicos –pero también uno de los más asombrosos– principios de la fe judía. Uno de los trece «principios» del Judaísmo es la creencia en la venida de Mashiaj, y que el judío «anticipa su venida, todos los días». Para creer que vendrá un día cuando «no habrá más hambre o guerra, celos o rivalidad. La bondad será abundante, y todos los placeres disponibles como el aire. Y todo el mundo se llenará con el conocimiento de Di-s», es realmente asombroso. Aún más es esperar que esto realmente suceda todos los días–incluyendo hoy, cuando el mundo que vemos por la ventana parece significativamente alejado de este ideal.

 

Pero si lo pensamos, realmente no es tan asombroso. Se reduce a esto: ¿Si creés en tu propia bondad esencial, es lógico pensar que el tipo de enfrente crea en la suya propia también, ¿no? ¿Y si lo que le está impidiendo ser tu verdadera esencia es el hecho de que el tipo de enfrente no ve el verdadero vos, es razonable pensar que lo mismo es cierto para él, ¿no?

 

En otras palabras, lo que está equivocado en nuestro mundo no es una cuestión sustancial, sino una cuestión de percepción: el hecho de que nosotros no estamos viendo las cosas de la manera en que realmente son. Como en un mal sueño donde todo está equivocado, en lo profundo sabemos que es simplemente una ilusión. No importa cuán feo y aterrador sea el sueño, no importa cuán distorsionada es la percepción de la realidad, nunca es «poco realista» esperar reemplazarla por un mundo sano y hermoso. Al contrario: es el sueño el que es irreal, y lo más realista es esperar reemplazar su distorsionada perspectiva, a través del solo acto de despertarse con una visión no distorsionada del mundo real.

 

El Shabat antes del 9 de Av se designa en el calendario judío como Shabat Jazón, el «Shabat de la Visión» -el día que lamentamos la destrucción de los dos Templos Santos -leemos una sección especial de los profetas (Isaías 1:1-27) que describe las causas de la destrucción y las maneras de rectificarlas. La lectura comienza con las palabras Jazón Ieshaiahu, «La visión de Ieshaiahu…»; de ahí el nombre, Shabat Jazón.

 

El gran maestro jasídico Rabí Levi Itzjak de Barditchev reveló un significado más profundo del nombre «Shabat de la Visión»: en este día, dijo Rabí Levi Itzjak, se concede a todos y cada uno de nosotros una visión del Tercer Templo que descenderá del cielo en el momento de la Redención.

 

El Rebe de Lubavitch a menudo citaba esta enseñanza de Rabí Levi Itzjak, y pregunta: ¿cuál es el punto de concedernos esta visión de la redención mesiánica, si no podemos verla realmente?

 

Podemos verla, enseñaba el Rebe. La redención mesiánica es nuestra propia y verdadera esencia revelándose, la realidad de la creación como realmente es. Y verla requiere de sólo una simple acción simple–una acción que tomamos claramente todos los días, los trescientos sesenta y cinco días al año.

Para ver la realidad, sólo necesitamos abrir nuestros ojos.

 

Yanki Tauber