¿Qué fue lo que lo propulsó a Di-s crear el Universo?

La respuesta que proveen los místicos judíos es que Di-s deseaba casarse. El matrimonio requiere de la existencia de una persona distinta a uno mismo con quien deseas compartir tu vida, una unión de marido y mujer. Di-s eligió a la humanidad como Su novia. ¡Qué matrimonio ha sido éste! Una montaña rusa de romance, afecto, discusiones y alejamientos. En cada generación, muchos consejeros abogaban un divorcio mientras otros proclamaban a la novia muerta. Aún así, la relación ha perdurado porque ambas partes instrínsecamente sabían que se pertenecían mutuamente. Cuando todos los velos son removidos, el hombre busca y desea la unión con Di-s.

El noviazgo El mes hebreo de Elul precede a las Altas Fiestas. Este mes es descrito en las enseñanzas Jasídicas como el tiempo en el que «El Rey al campo a reunirse con Su pueblo, recibiéndolos con bondad y ternura, mostrando un rostro radiante a todos». Nosotros, a la vez, «volcamos nuestros corazones a Di-s» Este período nos provee de una oportunidad para conocer a Di-s.

De acuerdo a la Kabalá, la temporada de las Altas Fiestas es la experiencia anual del matrimonio cósmico entre Di-s y la humanidad. Los cinco momentos espirituales claves de la temporada son paralelos a las fases básicas de una unión convencional. Las festividades nos invitan a recorrer este proceso otra vez y a rejuvenecer la relación.

La propuesta del Novio El mundo está loco, dice el Maestro Kabalista Rabí Isaac Luria. «Durante la noche de Rosh Hashana»,escribe, «la conciencia que anima al universo se torna frágil y débil». Los grandes místicos judíos solían sentir, de hecho, una debilidad física durante la noche de Rosh Hashana. Toda existencia fue creada para contraer este matrimonio. Si nos negamos, entonces todo ha sido en vano. Todo el cosmos espera nuestra decisión. La Novia se compromete En la mañana de Rosh Hashana, un sonido punzante surge de la Tierra: el llanto del Shofar. Es un simple llanto, una expresión del hombre por querer conectarse con lo Divino. Hemos decidido. Nuesta respuesta ha sido Sí.

El casamiento El día de la boda ha llegado: Iom Kipur. Un día descrito en la Kabalá como «un momento de unidad», en el que la novia cósmica ha forjado un vínculo para siempre. En la tradición judía, el novio y la novia ayunan el día de su boda. El día en el que nos reunimos con Di-s, nos abstenemos de toda comida y bebida. El Talmud enseña que en el momento del casamiento, todos los pecados de los novios son perdonados. Por eso, es que este día es llamado Iom Kipur: «Día del Perdón». La ceremonia del casamiento comienza con la melodía de Kol Nidrei, en el que nos despojamos de toda promesa y juramento que hemos hecho. Durante estos profundos momentos, intentamos liberarnos de los malos hábitos, y dejamos ir todo tipo de resentimiento, enojo, temor y envidia. La traidicional ceremonia judía culmina cuando los novios ingresan a un

cuarto alejado (Jeder Ijud) para pasar allí unos minutos a solas. Iom Kipur culmina con Neilá, o, la plegaria de cierre, llamada así porque cuando el sol se oculta en Iom Kipur, las puertas del cielo se cierran, con nosotros adentro. Durante Neilá, cada alma está sola con Di-s.

La Celebración. Cuando los novios salen del cuarto, cominenza la fiesta. De Iom Kipur, pasamos a la festividad de Sucot, descrita en la Torá como «el tiempo de nuestra Alegría» Estos días están llenos de alegría y festines, celebrando así, la unión entre Di-s y Su pueblo. La Unión El banquete del casamiento ha finalizado. Los invitados y los parientes vuelven a sus casas. En una consumación de la relación, los novios experimentan la intimidad por primera vez, sus vidas son fundidas juntas como marido y mujer. Por ende, luego de los siete días de Sucot, alcanzamos el cenit de la temporada de las Altas Fiestas: Shmini Atzeret y Simjat Torá, descritas en la Kabalá como » un momento de intimidad con lo Divino». Durante estos días cargados de regocijo, la alegría alcanza su pico máximo, cuando Di-s y su Pueblo se unen en un todo. Una semilla Divina es plantada en los corazones de cada uno y uno. Es por eso, que recitamos plegarias especiales por la lluvia en la festividad de Shmini Atzeret. ¿Qué es la lluvia? En el medio de la intimidad entre los cielos y la tierra, gotas procreadoras caen desde el cielo, y son absorvidas, fertilizadas y críadas por la tierra, dando a luz, a hijos botánicos.

El mes común La luna de miel finaliza y toda la alegría comienza a desvanecerse. Ahora el matrimonio consiste en cuidarse uno al otro y en demostrar lealtad mientras trabajamos y vivimos el día a día. De los doce meses del calendario judío, el único carente de festividades es el que le sigue a la temporada de las Altas Fiestas. El mes hebreo de Jeshvan es el momento para construir una relación genuina con nuestro cónyuge. Es el momento para descubrir la alegría que nace de la relación con Di-s.

Por Yosef Y. Jacobson



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