El lider de toda «La generacion»

En 5760 visité París. Regresando a mi casa luego de realizar un trámite, tomé un taxi. El tráfico era infernal.

El taxista me preguntó por mi procedencia. Le dije que era judía. Entonces dijo: “¿Conoce al Rebe de Lubavitch?” Me sorprendí muchísimo pues estaba se- gura de que el chofer no era judío. Le respondí que era discípula del Rebe.

Entonces me contó:

“A pesar de que no soy judío, soy un gran admirador del Rebe de Lubavitch. Hace ocho años viajé a Nueva York para recibir su bendición y un dólar”. Sacó su billetera y me mostró una pequeña foto del Rebe y el dólar que le entregó.

Al notar mi sorpresa me dijo: “Todo comenzó durante una charla que un Rabino de Jabad dio en la universidad de Londres donde yo estudiaba. La mayoría de la audiencia era judía. Concurrí porque un amigo me invitó.

De la charla sólo recuerdo un punto. El Rabino explicó por qué en cada gene- ración existe un Moisés que dirige al pueblo judío y que a su vez, es el conducto para que reciban también influencia espiritual y material todos los pueblos del mundo. Yo entendí que se trataba del Rebe de Lubavitch.

Terminé mis estudios, y trabajé en una empresa de computación en Londres. Al poco tiempo la compañía quebró y quedé sin trabajo. Traté de hallar empleo pero no tuve éxito. Comencé a deprimirme. En invierno de 1992, sentado recordé la charla del Rabino. Debía ver al Moshé de la generación y pedir su ayuda. Decidí viajar a Nueva York. Mi esposa creyó que era una broma. Pero yo estaba decidido. Y viajé.

Mis amigos judíos me explicaron que el Rebe recibía a cada uno que deseaba los domingos por la mañana. El domingo siguiente yo estaba esperando en la larga fila. Llegó mi turno. El Rebe me miró con un rostro radiante. Debido a la emoción, sólo pude decir: “He venido de Inglaterra” El Rebe asintió y me dijo en inglés: “Todo se solucionará para bien. Y con la ayuda de Di-s serás chauffeur indépendant…….”

Me sorprendió que él ya sabía qué necesitaba y qué bendición darme. Encontré otro detalle. El Rebe dijo las palabras en francés aunque indiqué que era de Inglaterra. Luego me entregó un dólar, me deseó “éxito” y me indicó que entregara el billete para caridad.

Regresé a Londres. Mi esposa me contó que durante esos días estuvo pensando que lo ideal sería mudarnos a Francia. Estuve de acuerdo y viajamos a Paris.

Un amigo, que tenía una empresa de taxis, nos visitó. Llegamos a la conclusión de que lo ideal sería que trabajara de manera autónomo. Sólo que el trámite del permiso para ser chofer independiente era engorroso y

caro.

Esa misma semana recibimos tres ofertas de crédito de diferentes bancos. Mi mujer dijo: “Has recibido una bendición de tu Rebe. Debes tomar el préstamo «. La ley del país exige para la apertura de cualquier emprendimiento privado dos permisos: Uno municipal y otro del ministerio de trabajo. Recibí ambos permisos. Del ministerio de trabajo recibí una carta del jefe de área a mi nombre. A continuación del mismo se leía: “chauffeur indépendant”

“Sentí que la bendición del Rebe estaba relacionada con todo el desarrollo del tema. Hoy, gracias a Di-s, trabajo y tengo un buen sustento. Además, en el comedor de mi casa, junto a la foto de mi padre está la foto del Rebe… ”

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