El Arpa del Rey David

El Rey David no dormía toda la noche como el común de la gente. Desde el anochecer hasta cerca de la medianoche estudiaba Torá jubilosamente con voz agradable.

Cuando el cansancio lo vencía, se adormecía. Pero a la medianoche se despertaba y se levantaba como un león para estudiar Torá ininterrumpidamente hasta el amanecer.

¿Cómo sabía el Rey David cuando era exactamente la medianoche?. Él tenía un despertador original -su arpa-, el mismo instrumento con el que acompañaba sus hermosos cantos de alabanza al Creador. El arpa estaba colgada sobre su cama. A la medianoche, un viento suave del norte soplaba a través de la ventana que estaba abierta y tocaba dulcemente las cuerdas del arpa. Los suaves sonidos lo despertaban y le recordaban que era la hora de servir a su Creador.

Una vez, cuando empezaba a amanecer, los sabios de Israel y sus parnasim (líderes) entraron al cuarto del rey y le dijeron, “Su majestad, el pueblo necesita ganarse la vida. Hay mucha gente que no tiene nada para comer.“

“Vayan a ver a los Judíos ricos y díganles que les den Tzedaká (caridad) a sus hermanos pobres para que mantengan unos a otros”, respondió el rey.

“Perdónenos, Su Majestad, por nuestra insistencia,“ le dijeron los parnasim a modo de disculpa“ pero hay muchas familias numerosas con grandes necesidades. El dinero que recibirán de los ricos no será suficiente, del mismo modo que una pequeña cantidad de carne no alcanzaría para satisfacer a un león hambriento, y así como un pozo nunca se podría llenar con la tierra que se sacó a los costados y que luego se arrojó nuevamente al mismo.“

La compasión de David por los que padecían miseria resurgió. Luego de reflexionar por un momento. respondió, “ustedes saben que nuestros enemigos están oprimiéndonos y tramando destruirnos constantemente. Declarémosle la guerra. Con la ayuda de D’s, triunfaremos. En consecuencia, podremos tomar todo su oro y plata como botín de guerra y repartirlo entre los pobres. Esto les va a alcanzar para un tiempo largo.”

Antes de declarar la guerra, los sabios Judíos consultaron al consejero del Rey, Ajitofel, sobre quien Shemuel Hanaví (el profeta Samuel) declaró que recibió su cargo por ruaj hakodesh (espíritu divino). Ajitofel le enseñó estrategia militar a los judíos. Luego los líderes le pidieron permiso al Sanhedrín (Supremo Tribunal) para hacer la guerra y rezar por el triunfo. También consultaron a los Urim Vetumim, que era un trozo de pergamino sobre el cual estaba escrito el nombre sagrado de Hashem. Este estaba colocado dentro el peto del Kohen Gadol (sumo sacerdote). El joshen (peto) era una vestidura adornada con doce piedras que tenía los nombres de las doce tribus. El Kohén Gadol (Sumo Sacerdote) le preguntaba a los Urim Vetumim si el pueblo debía salir a la guerra o no, y si iban a triunfar. Como respuesta ciertas letras del Joshen se encendían como faroles y el Kohén Gadol ordenaba las letras en palabras. Si el mensaje que se formaba indicaba triunfo, los judíos sabían que del Cielo les permitían salir a la guerra y les otorgarían la victoria.

Festejando la espiritualidad

El judaísmo ofrece muchas oportunidades para regocijo, alegría y deleite, principalmente las tres Festividades de Peregrinación (Pesaj, Shavuot y Sucot). En lo relativo a estos días festivos Di-s nos ordena: «Vosotros os regocijaréis en vuestra festividad.

Pesaj conmemora el éxodo físico de los judíos de Egipto; Shavuot – la entrega de la Tora; Sucot – la protección en el desierto del calor chamuscante del sol por las Nubes de Gloria.De las tres festividades, Shavuot es obviamente la más espiritual en naturaleza, conmemorando un evento enteramente espiritual.

Las tres Festividades de Peregrinación se supone que serán celebradas no sólo con plegarias y estudio, sino también con fino alimento y bebida. En ciertas circunstancias, sin embargo, el deleite de Pesaj y Sucot puede ser expresado de una manera totalmente espiritual, renunciando a comida y bebida. Tal sería el caso cuando uno ayuna durante estas fiestas a causa de un sueño aflictivo.

Esto no es así con respecto a Shavuot. En esta fiesta estamos obligados a «comer y regocijarnos, demostrando que los judíos están complacidos y gratificados con el día en el cual la Tora fue entregada». Ayunar en Shavuot a causa de un sueño perturbador está prohibido.

Parece paradójico que Pesaj y Sucot, las dos festividades que conmemoran primariamente eventos físicos, puedan ser celebradas de una manera totalmente espiritual, mientras Shavuot, que conmemora un evento que es completamente espiritual, debe ser celebrada no sólo espiritualmente, sino también físicamente.

¿Por qué debe ser celebrada así Shavuot?

Shavuot es la revelación de la Divinidad que acompañó la Entrega de la Torá y penetró toda la creación. En las palabras de nuestros Sabios: «El sonido de la entrega de la Torá por parte de Di-s llegó de las cuatro direcciones así como también de arriba y abajo». Tan temible y todo-abarcador fue este evento que «ningún pájaro gorjeó; ..ninguna vaca mugió; …el mundo estuvo silencioso y mantuvo su paz».

Además, el sonido de la Entrega de la Tora imbuyó a todo, aún lo inanimado. Por lo tanto, dicen nuestros Sabios, este sonido no produjo eco. Un eco resulta cuando ondas de sonido no son absorbidas por un objeto, sino rebotan fuera de él. Dado que el sonido de la entrega de la Tora por parte de Di-s penetró toda materia, fue imposible para el sonido producir eco.

Esto fue así porque cuando la Tora fue entregada, la esencia depuradísima de Di-s fue revelada, pues Di-s imbuyó a la Tora de Su Esencia. Ya que Di-s es la única entidad que es verdaderamente infinita, el tiempo en que la Tora fue entregada – cuando Su Esencia fue revelada – nada fue impermeable a esta revelación; penetró e imbuyó a toda la creación, aún a la más tosca de las materias corpóreas.

Una fiesta que celebra lo último en revelación espiritual y que también imbuye a toda la creación sin limitación, debe ser celebrada de una manera verdaderamente revelada y sin limitación, incluyendo un modo físico, es decir, a través de comer y beber.

Si ayunar a causa de un sueño aflictivo fuera permitido en Shavuot, esto indicaría que quedó un nivel en el universo que fue impermeable al júbilo de Shavuot. Esto sería contrarío al espíritu de la festividad como un todo, la que proclama que aún el nivel más bajo está «complacido y gratificado» dé recibir la Tora.

Así, Shavuot afecta aún a un individuo que está tan afligido que en cualquier otro tiempo del año sería imposible para él derivar placer de alimento. Shavuot y su júbilo transforman aún a este individuo perturbado, pues él, también, está «complacido y gratificado» de recibir la Tora.

Basado en Likutéi Sijot, Vol. IV, págs. 1092-1096; Vol. XXIII, págs. 27-32.

La Torá, el Rey David y el Baal Shem Tov

La fiesta de Shavuot marca muchos eventos. Principalmente, Shavuot conmemora Matan Tora, la Entrega de la Tora. Por ello, esta fiesta es llamada en las plegarías y Kidush del día, «el Tiempo de la Entrega de Nuestra Tora». Muchos años más tarde, el Rey David falleció en Shavuot. Más recientemente, la muerte del Baal Shem Tov fue en el primer día de Shavuot.

Todo lo que ocurre en el mundo es un resultado de la Providencia Divina; y ciertamente así respecto de eventos de tal magnitud como la Entrega de la Tora y el fallecimiento del Rey David y el Baal Shem Tov. Seguramente, entonces, el acaecimiento de estos tres eventos en la misma fecha no es coincidencia, sino una señal de conexión interna entre ellos. ¿Cómo están estos eventos relacionados?

La relación entre estos tres eventos se describe de la siguiente forma: La revelación de Divinidad en el tiempo de Matan Tora fue puesta de manifiesto a un grado aún más grande por el Rey David, y luego revelada aún más por el Baal Shem Tov.

Esto será mejor entendido introduciendo el pasaje del Midrash que explica el logro de Matan Tora:

«David dijo, ‘Aunque D¡-s decretó que «Los cielos son los cíelos del S-ñor, y la tierra Él ha entregado al hombre»…’, cuando El deseó entregar la Torá Él anuló el decreto inicial y dijo ‘Aquellos que están más bajo ascenderán a lo más alto, y aquellos que están más alto descenderán a lo más bajo. Y Yo tomaré la iniciativa’, como está dicho, ‘Y Dí-s descendió sobre el Monte Sinaí y luego está escrito, ‘Y a Moshé Él dijo, «Sube a Dí-s».

Si bien el Midrash declara que Di-s dijo, «Yo tomaré la iniciativa», y que Su descenso precedió al ascenso de Moshé, el Midrash no obstante menciona el «ascenso de lo más bajo» antes del «descenso de lo más alto».

Esto es porque el propósito principal y primario de la «anulación del decreto» era llevar a cabo y causar que «lo más bajo [debiera] ascender a lo más alto» – algo que era capaz de ser realizado sólo después que la Torá fue entregada. No obstante, para que aquellos de abajo pudieran ascender a lo alto era primero necesario que «Di-s descendió sobre el Monte Sinaí».

Aquí descansa la conexión entre Matan Tora y la muerte del Rey David: En el tiempo de Matan Tora, el logro primario fue el aspecto de «aquellos que están más alto descenderán a lo más bajo» – algo que fue entonces logrado en totalidad, ya que la Divinidad permeaba la misma calidad física del universo entero.

No obstante, el refinamiento del mundo mismo comenzó sólo después de Matan Tora, cuando el pueblo judío comenzó a refinar y elevar el mundo, convirtiéndolo en un recipiente y receptáculo para Divinidad.

Lo mismo que el proceso de «aquellos que están más alto descenderán a lo más bajo» comenzó realmente con nuestro patriarca Avraham 7 y alcanzó su cénit en Matan Torá, así, también, el proceso de «lo más bajo ascendiendo a lo más alto» comenzó después de Matan Torá y fue completado por el Rey David.

La razón para esto es la siguiente: David fue el primer rey en regir sobre todo Israel, y la dinastía del reino judío fue confiada a él en perpetuidad. La razón que la monarquía de David es simbólica de la elevación desde abajo hacia lo alto, desde «lo más bajo a lo más alto», se explica de la siguiente manera:

La conexión entre un rey y sus súbditos es todo-abarca-dora, pues un rey tiene poder sobre cada aspecto del ser de un súbdito.

Dado que la anulación de un súbito judío a su rey depende de la absoluta anulación del rey delante del Reino Celestial – una condición necesaria para un rey judío, la anulación de los judíos a Di-s (una anulación que resulta de su obediencia absoluta a su rey) es tal que toca la misma esencia de los judíos.

Cuando el pueblo judío recibió la Tora, su obediencia y anulación estuvo limitada, dado que fue Di-s quien tomó la iniciativa. Como su obediencia y anulación no acaecieron completamente de sus propios esfuerzos, no afectó absolutamente su entero ser.

La monarquía, sin embargo, deriva de los súbditos del rey. Su autoridad es totalmente dependiente de su anulación absoluta al rey. Como tal, el reino del Rey David significa un paso adicional: no sólo fue la revelación de Di-s -Di-s «descendiendo» al hombre – completa, sino la aceptación del pueblo judío – el hombre «ascendiendo» a Di-s – fue también ahora completa.

Estos dos aspectos, Di-s descendiendo al hombre y el hombre ascendiendo a Di-s, finalmente unirán y se volverán uno, con la llegada de Mashíaj. Las enseñanzas de jasidut, las enseñanzas del Baal Shem Tov, sirven como el precursor para ese tiempo glorioso. Pues Jasidut revela a Di-s dentro de este mundo y concurrentemente nos eleva a Di-s – la introducción perfecta al tiempo cuando «arriba» y «abajo» verdaderamente se vuelvan uno.

Basado en Likutéi Sijot, Vol. VIII, págs. 21-28.

Ruth, la elección de ser

El Libro de Ruth fue escrito por el profeta Shmuel.

Es apropiado leer el Libro de Ruth en Shavuot, por dos razones:

Primero, porque nos da una visión de la cosecha, y cómo eran tratados los pobres durante esta época, con bondad y amor.

En segundo lugar, porque Shavuot es el aniversario de la muerte del rey David, y en el Libro de Ruth tenemos el origen de la Casa de David. El Rey David fue el bisnieto de Ruth y Boaz.

Pero quizás la razón más importante para la lectura del Libro de Ruth en este festival sea el hecho de que nos brinda una vivida descripción del perfecto Guer Tzedek, el prosélito o converso al judaísmo.

Shavuot es la época de la «Entrega de Nuestra Ley», y cuando la recibimos, nosotros también, como el Guer Tzedek, juramos aceptar la Torá y cumplir sus 613 Mitzvot —mandamientos—.

La aceptación sin vacilaciones de la Torá y sus magníficas enseñanzas es nuestro orgullo. A pesar de todas las aparentes restricciones y responsabilidades, que coloca sobre los hombros de todo judío adulto, tenemos conciencia del privilegio de formar parte del «pueblo elegido» por Di-s.

Sin embargo, no buscamos prosélitos, o conversos.

Cuando un Guer viene y dice que quiere abrazar el judaísmo, nuestra Torá nos dice que es deber nuestro indicarle todas las dificultades y el peso de la responsabilidad que cabe a cada judío para cumplir dignamente la Torá. Debemos demostrarle que está eligiendo un camino muy difícil, y un modo de vida que no es popular en el resto del mundo.

Si, a pesar de todas estas consideraciones y advertencias, el Guer insiste en su deseo de abrazar el judaísmo, entonces sí podemos estar orgullosos de aceptar a un hombre así en nuestra congregación, pues seguramente será un judío devoto y sincero.

Onkelos, el famoso autor del Targum (traducción de la Biblia al arameo), fue un Guer Tzedek, y también lo fue Ruth.

Ruth era una princesa Moabita que profesaba altos ideales.

No estaba satisfecha con la adoración de ídolos en su propio pueblo, y cuando se presentó la oportunidad, abandonó los privilegios de la nobleza en su tierra para aceptar una vida de pobreza entre el pueblo que admiraba.

He aquí cómo ocurrió.

Eran los días en que los Jueces regían Israel.

Los hijos de Israel se habían alejado de la observancia de la Torá, haciéndose acreedores al castigo de Di-s. El hambre reinaba en toda la tierra.

Había un cierto personaje en Judea llamado Elimelej. Era un rico mercader que no estaba acostumbrado al hambre y la pobreza, y pensó que podía escapar a la miseria yéndose a otro lado. Junto con su esposa, Naomí, y sus dos hijos, emigró a Moav.

Ruth se hizo amiga de la familia judía, y comenzó a comparar su modo de vida, diferente, con el que ella llevaba.

Aprendió a admirar las leyes y costumbres judías, y la desazón que había sentido ante la vacía adoración de ídolos por parte de su pueblo se transformó en abierta crítica.

De esta manera, cuando uno de los hijos de Naomí le propuso matrimonio, se sintió feliz y orgullosa de aceptar.

No tuvo remordimientos por lo que dejaba atrás, su vida plena de lujos en el palacio, su título real, las posibilidades de riqueza y honores en el futuro. Todo lo que veía era el egoísmo y la crueldad de su gente, y la diferencia notoria con los judíos, a quienes ya se sentía profundamente ligada.

Elimelej y sus dos hijos murieron, y Naomí se convirtió en una pobre viuda, sin saber hacia dónde ir o qué hacer.

Por eso, Naomí dijo a Ruth y a su otra nuera, Orpá (también moabita): —Hijas mías, debo irme, y he decidido regresar a mi ciudad natal, Bet-Lejem. Las cosas no pueden estar muy bien allí, y no hay razón para que vosotras también sufráis. Aceptad mi consejo, entonces, y regresad a la casa de vuestros padres. Vuestros esposos están muertos, y quizás, si os quedáis en vuestra propia tierra, podréis encontrar otros hombres y volver a casaros. Yo he perdido a mis hijos para siempre, pero vosotras sois jóvenes, y podréis encontrar nuevos maridos.

Orpá se entristeció, besó a su bondadosa suegra y se despidió de ella. Ruth se aferró a Naomí llorando y le suplicó que le permitiera ir con ella. Se lo imploró con palabras emocionadas, diciendo: —No me pidas que te deje y me vuelva, pues donde tú vayas, allí iré yo, y donde tú te hospedes, allí me hospedaré yo; tu pueblo es mi pueblo, y tu Di-s mi Di-s; donde tú mueras yo moriré, y allí seré enterrada; que ésto y más me haga el Señor si nada más que la muerte nos separa.

Ruth era perfectamente consciente de lo que hacía. Naomí le había recordado las dificultades que el judío enfrentaba en todo momento, pero con todo, permaneció firme en su propósito de seguir a su suegra y aferrarse a la fe de su adopción, que se había vuelto tan preciosa para ella. El futuro probaría que Ruth sería recompensada con justicia por su resolución, mas, aún en su pobreza, Ruth no tuvo remordimientos. Era la época de la cosecha cuando Ruth y Naomí llegaron a tierra de lehudá —Judea—.

Ambas estaban cansadas de su viaje, y Ruth insistió que Naomí descansara, mientras ella salía a los campos de Bet-Lejem para encontrar algo con qué paliar el hambre.

Ruth penetró en un campo donde muchos hombres estaban ocupados cortando trigo, mientras otros los ataban con hojas y otros más los apilaban en carretas para su transporte.

Un poco vacilante, pero alentada por el hambre y el pensamiento de que debía obtener algo de comer para su suegra, Ruth ingresó al campo y se sentó a descansar, y ver si allí tenía suerte. —¡Di-s sea contigo, extraña!

Ruth hizo señas de haber recibido el amable saludo. Se sintió aliviada al escuchar a la misma persona bondadosa —¿Por qué no te adentras más en el campo? No temas. Junta algo de grano para satisfacer tu hambre.

Boaz mismo, el dueño del campo era el que así hablaba a Ruth. En ese momento, él era el Juez de Israel.

Ruth le agradeció y recogió algunas mazorcas.

Estaba por retirarse cuando la misma voz bondadosa le instó a quedarse y juntar aquellas que los hombres habían dejado de cosechar en las esquinas del campo, como «Pea».

—¿Qué es pea? —preguntó Ruth.

Nuestra Torá nos dice que cuando el dueño de un campo ha cortado el grano, debe dejar las esquinas para los pobres, los necesitados y los extranjeros, quienes pueden venir a cosecharlo ellos mismos y llevarse el fruto de su trabajo —contestó Boaz.

—¡Qué maravilloso! —exclamó Ruth.

Se quedó pues a cortar el grano de una punta del campo, y culminada su labor se preparó para retirarse.

—No necesitas irte todavía —insistió Boaz— ¿Por qué no te quedas y te beneficias con Léket?

—¿Qué quiere decir Léket? —preguntó nuevamente Ruth.

—Según nuestra Torá, si un cosechador no corta de un solo golpe la espiga, o no la ve, no puede volver atrás, sino que debe dejar el grano que no ha cortado, o se le ha caído, como beneficio para los pobres y extraños —explicó Boaz pacientemente.

Ruth no dijo nada, pero no vio razón alguna para rehusar beneficiarse con las leyes de la Torá que ella misma había abrazado sin reservas.

Cuando hubo recogido toda una canasta, volvió a Boaz, le agradeció muy sinceramente por su bondad y se dispuso a partir.

—Aún puedes quedarte —insistió Boaz—. Puedes tomar Shijejá.

—La Torá es verdaderamente ilimitada al velar por aquellos menos afortunados —dijo Ruth— ¿Ahora dime por favor qué es ‘Shijejá»?

—Cuando el propietario de un campo lleva su carga de grano hacia los depósitos, es posible que haya dejado por olvido algunos fardos en el campo. Pues bien, la Torá le prohíbe regresar y recogerlos, y debe dejarlos para los pobres, las viudas, los huérfanos y los extraños.

Ruth se alegró con su buena fortuna.

Había juntado casi más de lo que podía llevar. Naomí y ella estarían ahora a salvo del hambre, por un buen tiempo. Agradeció a Boaz una vez más, y éste le hizo prometer que volvería.

Ruth estaba llena de emoción mientras se dirigía en busca de su suegra. Le relató todo lo que le había sucedido en los campos de Boaz. Naomí se sintió feliz con el éxito de Ruth y con el hecho de que ésta hubiera agradado a Boaz, el generoso terrateniente. Además, le dijo a Ruth que Boaz era pariente de Elimelej.

Entretanto, Boaz había hecho averiguaciones sobre la extraña que había capturado su corazón, y descubrió que era la nuera viuda de Naomí. Debido al parentesco existente, y de acuerdo a las leyes de la Torá era recomendable que Boaz contrajera enlace con Ruth y así se lo hizo saber. Cuando Boaz pidió a Ruth que se casara con él, Naomí le recomendó aceptar.

De esta manera Ruth fue imprevistamente recompensada con riqueza y felicidad.

Ruth y Boaz tuvieron un hijo llamado Oved, quien fue padre de Ishai. El hijo menor de Ishai fue David, quien se transformó en el ungido del Señor y querido rey de todo el pueblo judío.

Símbolos y costumbres de Shavuot

* Shavuot quiere decir no sólo “semanas” (Shavúa) sino también “juramentos” (Shevuá). El nombre indica los dos juramentos que Di-s e Israel intercambiaron el día de la Entrega de la Torá, de permanecer fieles el uno al otro, por siempre.

* A Shavuot se lo llamaba “Pentecostés” (“Quincuagésimo”) por los judíos griegos, porque se celebra cincuenta días después de la ofrenda del Omer.

* Los Dos Panes de Trigo que eran traídos como señal de gracias en la época del Bet Hamikdash, simbolizaban la naturaleza dual de nuestra Torá: la Torá Escrita (Torá Shebijtav) y la Torá Oral (Torá Shebeal pé) que se dieron simultáneamente en el Monte Sinaí.

* El día en que se dio la Torá fue un Shabat.

Si la Torá hubiese sido entregada en un día de semana, algunos judíos hubieran pensado que, dado que el Shabat es un día de descanso, deberían tener un descanso también del estudio de la Torá.

Al darnos la Torá en un Shabat, Di-s nos mostró que, no sólo se nos permite estudiar la Torá en Shabat, sino que debemos dedicar el día Santo por entero para estudiarla y dedicarnos al culto Divino.

* En muchas comunidades se acostumbra decorar la sinagoga con yuyos, flores y plantitas para el festival de Shavuot. La razón es doble:

a) Shavuot es el Día del Juicio para los árboles frutales.

b) En recuerdo al Monte Sinaí que estaba rodeado de verdes pastos, evidenciado por el hecho de que se ordenó que el ganado y las ovejas no pastaran al pie de la Montaña de Di-s.

* En la primera noche de Shavuot, es costumbre regresar a la sinagoga luego de la comida, para leer el “Tikún leil Shavuot”.

El libro (“Preparativos para la Noche de Shavuot”), contiene: los versos iniciales y finales de todas las Secciones semanales del Jumash

—Pentateuco—, los párrafos primeros y últimos de los Profetas y las Sagradas Escrituras, las Mishnaiot, partes del Zohar, etc.

Algunos capítulos especiales de la Torá (como el Cruce del Mar Rojo, la Entrega de la Torá, los Diez Mandamientos, el Shemá, etc.) se dan completos.

También la enumeración de los 613 preceptos, tal como los enumera Maimónides con su división en “positivos” (Mitzvot Asé) y “negativos” (Mitzvot Lo Taasé). Muchos judíos pasan toda la noche recitando el “Tikún”.

Para la lectura de los Diez Mandamientos de la Torá, el primer día de Shavuot por la mañana toda la congregación se pone de pie y la escucha.

Algunos judíos observan la costumbre de comer en Shavuot pasteles de crema o miel porque la Torá se asemeja a la leche y la miel.

 Se acostumbra escuchar la lectura de los 10 mandamientos el primer día de Shavuot, para revivir la entrega de la Torá y renovar nuestra aceptación del regalo de Di-s. 

Visitá que *www.shavuotargentina.com* y enterate dónde podes hacerlo, manteniendo todos los cuidados necesarios. 

Si no tenes la posibilidad de escuchar la lectura de la Torá, podes traer la experiencia a casa! La mañana del lunes 17 de mayo leé los Diez Mandamientos y profundizá en sus enseñanzas. No importa las circunstancias en las que nos encontremos, estamos recibiendo la Torá! Ponete en contacto con tu Beit Jabad para recibir el material de lectura.

* La costumbre de comer “blintzes” de queso en Shavuot se basa en un juego de palabras hebreas.

La palabra hebrea para queso es “Gueviná”, que nos recuerda la “controversia” de las montañas más altas, cada una pretendiendo ser ella más merecedora que la de Sinaí para el privilegio de recibir la Torá.

Por eso se las llamó “Gavnunim” (Salmos 68:17) — “jorobas”, por su falta de modestia, mientras que la de Sinaí fue elegida por su humildad (Talmud, Meguilá 29a).

* Algunos judíos observan la costumbre de comer “Kreplaj” (ravioles de tres puntas) en Shavuot.

La razón es recordarnos la Torá aún durante las comidas. Pues todo lo que tenía relación con la entrega de la Torá es de naturaleza triple:

La Torá —que consiste en el Jumash, Profetas y los Hagiógrafos— (Tanaj) fue dada a Israel —compuesto de Sacerdotes, Levitas e Israelitas— a través de Moisés —el tercer hijo de Amrám— luego de tres días de preparación, en el tercer mes (Siván).

* La costumbre, observada en muchas sinagogas, de leer el Libro de Ruth en el segundo día de Shavuot tiene varias razones:

a) Shavuot es el cumpleaños y también aniversario del fallecimiento del Rey David, y el Libro de Ruth da la información sobre sus antepasados. Boaz y Ruth fueron los bisabuelos de David.

b) Las escenas de la cosecha son apropiadas para el Festival de la Cosecha.

c) Ruth fue una conversa sincera, que abrazó el judaísmo con todo su corazón. Similarmente, en Shavuot, todos los judíos eran prosélitos, habiendo aceptado la Torá y todos sus preceptos.

Un corazón

“En el tercer mes luego de la salida de los Hijos de Israel del Éxodo de Egipto, ese mismo día fueron al desierto de Sinai…Y allí Israel acampo en frente de la montaña (Exodo 19:1-2)

En todos los otros campamentos, el versículo dice: Vaiajanu (y acamparon), aquí dice: Vaijan (y acampó). Esto es debido a que en todos aquellos campamentos, Israel estaban en desacuerdo unos con los otros, mientras que en éste, todos acamparon como un solo ser humano, con un corazón. (Mejilta, Rashi)

¿Cuándo el ser humano comenzó a ver y experimentar el universo como una entidad unificada? Muchos pensadores argumentan que nuestro entendimiento del universo ha evolucionado de ser una visión pluralista a una singular.

Hoy en día, sin embargo, hemos desarrollado una apreciación mas sofisticada del universo como un todo unificado. Todos los sistemas y organismos son parte de una entidad singular.

¿Cuándo exactamente cambió esta percepción?

De acuerdo a la Tora, sucedió hace 3300 años, cuando Israel acampó frente a la montaña de Sinai.

¿Qué poder tenía el Sinai para unir al Pueblo cuando «acamparon frente a la montaña»?

El Midrash explica que sucedió un acontecimiento que cambiaría el curso de toda la historia. Hasta tal punto que aquello que estaba arriba no descendió hacia abajo y Vice Versa. Lo espiritual estaba separado de lo material y mundano. Espíritu y materia eran dos fuerzas que no podían unirse. Obviamente, incluso antes de Sinai, la materia y energía eran esencialmente uno, pero los seres humanos no eran capaces de integrarlos.

Sinai cambió todo eso. Unió el cielo y la tierra, integrando lo sublime y lo mundano.

En una palabra: Fusión. Ahora podemos tomar un objeto físico inanimado, y convertirlo en una energía sublime. Lo temporal se puede transformar en permanente, y lo mortal, en inmortal.

Esta fusión no solo ha cambiado el paisaje global, sino que también ha transformado nuestra experiencia personal.

El ser humano es un universo en microcosmo. Nosotros también tenemos dos fuerzas, nuestros cuerpos y nuestras almas. ¿Podemos integrar estas dos?, ¿o estamos condenados a una vida de compartimientos en donde la mayor parte del tiempo estamos implicados en la lucha por la supervivencia?

Sinai introdujo a nuestras vidas una nueva forma de ser: no tienes que separar tu vida en dos o más partes. Tienes el poder de espiritualizar los material y fusionar tu cuerpo con el alma.

Ésto se hace transformando nuestro cuerpo y actividades físicas en vehículos para expresar y cumplir la misión del alma. En vez de controlar tu vida espiritual, tu vida material sigue los deseos de tu alma. El conductor dirige el vehículo, no al revés.

No significa que sea fácil. Es por esto que nos tapamos los ojos cuando recitamos el Shema, al declarar «Hashem ejad», que Hashem es uno. Nos cubrimos nuestros ojos porque son ellos los que nos llevan a percibir un universo pluralista.

Cuando piensas en eso, realmente tiene más sentido que todos los aspectos del universo y nuestras vidas están conectados.

Cierra tus ojos, escucha una melodía, y te sentirás uno contigo mismo, uno con otros y uno con el universo

Cuando el Pueblo llegó a Sinai, de pronto fueron tomados por un nueva «música» que los rodeaba. Todas sus diferencias fueron disueltas en ese increíble momento. Se convirtieron es «un ser humano, con un corazón».

Ahora que se acerca Shavuot, ve a una sinagoga y escucha la lectura de los Diez Mandamientos. Lleva a tu familia. Recrea la experiencia de Sinai. Cierra tus ojos. Visualiza el cielo encontrándose con la tierra.

Imagina lineas imaginativas que te conectan a ti con tus familiares y otras personas.

Cuando abras tus ojos, pregúntate:

¿Quién estará en el lugar del conductor? ¿Mi cuerpo y sus necesidades, o mi alma?

Por: Simon Jacobson

El propósito de los mandamientos

Los Diez Mandamientos son, en varios sentidos, los destacados de toda la Torá. Pero el Midrash trae una declaración sorprendente: Se dice que la primera palabra de los Diez Mandamientos está en lenguaje Egipcio, ¿Qué significa?.

Los Diez Mandamientos son la síntesis de toda la Torá. Todo el Pueblo Judío los escuchó de Di-s. El primer mandamiento “Yo soy Di-s, tu Di-s, quién te sacó de la tierra de Egipto”, es la declaración básica de nuestra relación especial con el Infinito. La primera palabra, “Anoji”, significa “Yo soy”. Di-s está hablando de Sí mismo, y comunicándose con nosotros.

El Midrash es intrigante. Dice que esta primera palabra es Egipcia, porque Di-s quería hablarnos en el idioma que habíamos aprendido cuando estábamos en Egipto. Esto nos dice algo sobre la naturaleza de la Torá y de ser Judío. Di-s no quiere relacionarse con nosotros sólo en el nivel sagrado y espiritual de nuestras vidas, representado por el hebreo, la lengua Sagrada. Él quiere también llegar a la dimensión terrenal, “Egipcia”.

No debemos caer en la convicción  de que no tenemos este nivel más bajo. Sino, debemos tratar de controlarlo, luego elevarlo y por último, transformarlo en algo Sagrado.

Di-s nos ayuda en esto: Hay enseñanzas judías para cada aspecto de la vida, incluyendo lo más básico. Las Mitzvot nos conectan con Di-s en cada nivel de nuestro ser. Por esta razón, la primera palabra de los Diez Mandamientos, “Anoji”, es en Egipcio: Llega a la persona “Egipcia” dentro de nosotros y la transforma en Judío.

Punto de Encuentro

Los Sabios nos dicen que cada alma Judía estuvo presente en la entrega de la Torá. Fue un momento de encuentro de todo el Pueblo Judío.

El reconocimiento a Di-s que fue experimentado en Sinai, se mantiene en el corazón de cada judío, y en la chispa de su identidad Judía.

Durante esos cuarenta días y noches en el Monte Sinai, se le fue revelada toda la Torá a Moisés. Los Sabios nos dicen que “Cada nueva idea que podría haber sido sugerida por un estudiante en una discusión con su maestro, se la fue dicha a Moisés en Sinai”.

Sinai fue, por lo tanto, el punto de encuentro de Di-s, todo el Pueblo Judío y la Torá.

Por Tali Lowenthal

Extraído de chabad.org

¿Por qué la Torá fue entregada en el desierto?

Si la Torá se supone que representa bendición y conexión con Di-s en este mundo, ¿por qué no fue presentada al mundo en un lugar de abundancia física revelada?

1. Igualdad de oportunidades y capacitación

El hecho de que los Diez Mandamientos fueron dados en el desierto, en una montaña, no fue coincidencia. Todo tiene una razón y enseñanza. El desierto es un lugar que no le pertenece a nadie. Así también la Torá, es accesible a todos.

2. El viaje es también parte de la diversión

La Torá es una vibrante y profunda vía hacia la Santidad. Es una herramienta de transformación para quienes la abrazan.

La tradición Judía nos enseña que en la entrega de la Torá, el monte Sinai floreció. Con la introducción de la Torá, la tierra estéril se convirtió en un exuberante jardín lleno de flores. Por lo tanto, la dinámica del poder transformador de la Torá fue revelada, incluso en mayor medida de lo que podría haber sido si se hubiera dado en una manifestación ya establecida de bendición.

La Torá es un sendero, no un destino. El camino que nos conecta con el Infinito Creador nunca debe ser estático o habitual. Para demostrar esto, se nos fue presentada en el camino hacia la Tierra de Israel.

Por: Rab Baruj E. Erdstein, Nejama Dina Kumer

Lag Baomer 2023

Desfile, juegos, música y mucha diversión en el festejo de Lag Baomer organizado por Jabad  

Con un gran desfile de más mil personas por el barrio de Once, alumnos de escuelas primarias judías comenzaron el martes 9 de mayo los festejos de Lag Baomer. Encabezados por la Banda de Música de la Prefectura Naval Argentina, los chicos recorrieron las calles con pancartas y maquetas vinculadas a esta fecha tan especial de unión y orgullo judío. La fiesta continuó después en Super Park, el parque de diversiones de Avellaneda, donde se unieron las instituciones educativas participantes para disfrutar de una jornada de encuentro con el show musical de Tiembla el Mohel, las palabras del Rabino Tzvi Grunblatt, la actuación de alumnos en el escenario, sorteos, y todo el entretenimiento de los juegos mecánicos. 

El martes desde las 10.30 horas, las calles del barrio de Once se llenaron de música y color con la marcha de chicos y chicas de la escuela Oholey Jinuj desde Boulogne Sur Mer al 600 hasta la plaza ubicada en Córdoba y Anchorena. Tras un enorme camión con grandes maquetas de las campañas del Rebe, seguido por la banda militar, marcharon las bandas infantiles de Tzivot Hashem y chicos con maquetas y carteles con Mitzvot.  

La fiesta siguió en Super Park, el parque de diversiones de Avellaneda. Mil chicos se unieron en el Acto Central para disfrutar un show de música y las palabras del Rabino Grunblatt. También actuaron los bajurim de la Ieshivá y la banda de Tzivot Hashem. Después del sorteo de dos monopatines, un juego y una bicicleta, se encendió una fogata. ¡Todos los chicos tuvieron su momento para divertirse en los juegos mecánicos del parque! 

El Rabino Tzvi Grunblatt, Director General de Jabad Argentina, dirigió unas sentidas palabras a los chicos señalando la importancia de ese gran Hakhel –reunión– en honor a Rabí Akiva y a Rabí Shimón Bar Iojai. Lag Baomer es una fiesta de bendición y de alegría, explicó, que nos habla de la relación con nuestros pares y con Di-s: “Rabí Akiva nos enseña a buscar siempre el bien de todos, que nadie se sienta mal, que nadie se sienta excluido. Rabí Shimón Bar Iojai nos enseña que estudiar Torá nos une a Hashem”.  

Las actividades fueron organizadas por el Departamento de Eventos y DIfusión de Jabad Argentina dirigido por el Rabino Levi Silberstein y Etti Silberstein, y por Tzvivot Hashem liderado por el Rabino Shlomo Taubenfligel, con la supervisión y dirección general del Rabino Tzvi Grunblatt. Agradecemos la colaboración de DAC por el sistema de seguridad brindado para el evento, y a todas las escuelas que participaron de esta gran fiesta. ¡Lag Baomer saméaj!  

Shavuot 5783/2023

¿Qué es Shavuot?

Shavuot significa “semanas”. Se refiere a las siete semanas que contamos por orden Divina a partir del segundo día de Pésaj. Conmemora, entre otras cosas, las siete semanas que contaron nuestros antepasados al salir de Egipto en anticipación y preparación para la entrega de la Torá en el Monte Sinaí, hace exactamente 3335 años.

Este día celebramos la única vez que Di-s se manifestó con Su Presencia Divina ante toda la nación judía, para entregarle la Torá.  Así, de ser un pueblo de esclavos nos convertimos en el pueblo al que se le encomendó la misión cósmica de traer luz Divina al mundo entero, a través del estudio, cumplimiento y difusión de Sus preceptos.

En profundidad

La entrega de la Torá activó la esencia del alma judía para la eternidad. Nuestros sabios la definen como la “boda” entre Di-s y el pueblo judío. Shavuot también significa “juramentos”, porque este día Di-s juró devoción eterna por nosotros, y nosotros a su vez le prometimos lealtad eterna a Él.

¿Sabías qué?

En la antigüedad, en este día se ofrecían en el Templo Sagrado de Jerusalem dos panes de trigo. También se comenzaba a traer Bikurim, las primeras frutas, como agradecimiento a Di-s por la generosa cosecha producida por la Tierra de Israel. Anhelamos la inminente reconstrucción del Beit Hamikdash para poder volver a cumplir estos dos preceptos.

Al pronunciarse los Mandamientos en el Monte Sinaí cada uno percibió la presencia Divina. Utilicemos la Torá y sus enseñanzas, el único medio que se nos entregó para transformarnos -a nosotros y al mundo que nos rodea- abiertos hacia la Divinidad.

Adaptado de las enseñanzas del Rebe de Lubavitch

Costumbres de Shavuot

Reviví la experiencia

Es costumbre escuchar el primer día de Shavuot (viernes 26 de mayo) la lectura pública en la sinagoga de los Diez Mandamientos para revivir la entrega de la Torá y renovar nuestra aceptación del regalo de Di-s.

Ingresá en jabad.org.ar y encontrá tu Beit Jabad más cercano para escuchar los Diez Mandamientos.

Disfrutá de una comida láctea

La Torá se compara con la leche por varias razones. Una de ellas es que el valor numérico de la palabra hebrea “jalav” -leche- es cuarenta, la cantidad de días que Moshé pasó en el Monte Sinaí cuando recibió la Torá.

Toda la noche

Para rectificar el error de nuestros antepasados, a quienes llegado el momento de la entrega de la Torá Di-s encontró dormidos, nos quedamos despiertos la primera noche de Shavuot estudiando Torá hasta el alba para demostrar nuestro entusiasmo por recibir nuevamente el regalo más preciado de Di-s.

Seguinos en nuestras redes o contactate con tu Beit Jabad para recibir material de estudio para esta noche. ¡No olvides imprimirlo antes de la festividad!

El Libro de Ruth

Se recita como parte del programa de estudio de la primera noche de Shavuot. En muchas comunidades se lee públicamente el segundo día de la festividad, ya que el Rey David, quien falleció ese día, desciende de esta gran mujer.

Flores y plantas

Decoramos el hogar y la sinagoga con flores y plantas en recuerdo de la abundante vegetación que por milagro floreció temporalmente en el Monte Sinaí, ubicado en medio del desierto.

Izkor

El sábado 27 de mayo a la mañana se recita, en el Templo o en casa, la plegaria conmemorativa por los difuntos.

Encendido de velas

Las dos noches de la festividad, las mujeres y niñas encienden las velas de Iom Tov.

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Bendición 1:

Baruj atá A-do-nái E-lo-heinu mélej haolam asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu lehadlik ner shel Iom Tov.

Bendito eres Tú, Di-s nuestro Señor, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender la vela de la Festividad.

Bendición 2:

Baruj atá A-do-nái E-lo-heinu mélej haolam asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu lehadlik ner shel Shabat ve shel Iom Tov.

Bendito eres Tú, Di-s nuestro Señor, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender la vela de Shabat y de la Festividad.

Bendición 3:

Baruj atá A-do-nái E-lo-heinu mélej haolam shehejeianu vekiemanu vehiguianu lizman hazé.

Bendito eres Tú, Di-s nuestro Señor, Rey del Universo, Quien nos otorgó vida, nos sustentó y nos hizo llegar hasta la presente ocasión.

Eruv Tavshilín

Para poder cocinar el viernes 26 de mayo para el Shabat posterior, una acción usualmente prohibida en la festividad, se debe hacer Eruv Tavshilín la tarde del jueves 25 de mayo.

Procedimiento:

Antes del horario de encendido de las velas, se toma un pan y un alimento cocido (por ejemplo: pescado, carne o huevo duro), se le entrega a otra persona designada como “agente” y luego se dice lo siguiente:

Ani mezaké lejol mi sherotzé lizkot velismoj al eruv ze.

Concedo en este Eruv a quien desee participar y depender de él.

El agente alza los artículos unos 24 centímetros y los devuelve (si no hay otra persona, se comienza desde aquí).

Luego se recita:

Baruj atá A-do-nai E-lo-heinu mélej haolam, asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu, al mitzvat Eruv.

Bendito eres Tú, Señor nuestro Di-s, Rey del universo, que nos has santificado con Sus mandamientos y nos ordenó lo relativo al precepto de Eruv.

Luego, hay que decir (en un idioma que entendamos):

Con este nos estará permitido a nosotros y a todos los judíos que viven en esta ciudad: hornear, cocinar, guardar comida [con calor], encender una vela, y preparar y hacer en la festividad todo lo necesario para Shabat.

Los artículos comestibles designados como Eruv Tavshilín deben guardarse para consumirse en Shabat.

Los 10 Mandamientos

Sientan las bases de nuestra relación con Di-s y con nuestro semejante:

1- Yo Soy el Eterno, tu Di-s, que te saqué de la tierra de Egipto.

Siempre podemos confiar en que Él nos está cuidando atentamente y controlando todos los acontecimientos que afectan nuestras vidas.

2- No tendrás dioses ajenos en mi presencia.

Di-s es el único que lo controla todo. Ninguna otra entidad, ni un gobierno, ni tu jefe, ni tu cónyuge, pueden beneficiarte o perjudicarte, a menos que así Di-s lo haya decidido.

3- No tomarás el nombre del Eterno, tu Di-s, en vano.

La relación con Él puede ser íntima y personal, pero nunca debes perder la perspectiva: Él es tu Creador, no tu compañero.

4- Recuerda el día de Shabat para santificarlo.

Mantener esta relación con Di-s requiere un esfuerzo de tu parte. El sábado, Shabat, es un día para reafirmar las verdaderas prioridades de la vida y para extraer inspiración para la semana siguiente.

5- Honra a tu padre y a tu madre.

Aunque le debemos todo a Di-s, no podemos olvidarnos de expresar gratitud a aquellas personas a quienes Di-s les ha dado el poder para engendrarnos y ayudarnos en nuestro viaje por la vida.

6- No asesines.

Debemos interiorizar la importancia de valorar a cada individuo. Si Di-s piensa que esta persona merece existir, vos también debés creerlo.

7- No cometas adulterio.

El amor no es una carta blanca que justifica todo. Hay atracciones que  exigen disciplina y abstención para no llegar a expresarse de forma indebida.

8- No secuestres.

La esencia del secuestro es privar a alguien de su libertad personal para explotarlo en beneficio propio:  no estés en una relación solo para tu propio provecho. Estate ahí para el otro, incluso cuando te sea incómodo o inconveniente. 

9- No expreses falso testimonio.

Estamos constantemente observando a nuestros conocidos y amigos, juzgando cada una de sus palabras y acciones. Debemos ser cautelosos con la tendencia a “dar falso testimonio” en el proceso de emitir nuestro veredicto personal.

10- No codicies lo de tu prójimo.

Después de que te hayas entrenado para respetar al prójimo y lo veas de manera constante con luz positiva, es el momento de involucrar a tu corazón.  Amalo. Sé feliz con sus logros y compartí su tristeza durante sus momentos difíciles.