¿Que significa “Macabeo”?

Macabeo se ha convertido en sinónimo del pequeño grupo de luchadores judíos que liberaron a Iehuda, de los conquistadores sirio‐griegos durante la saga de Januca en el período del Segundo Templo. Este término se aplicó originalmente solo a Iehudá, quien dirigió el grupo después de la muerte de su padre, Mati‐ tiahu, y en los primeros escritos se hace referencia a él como “Iehudá Macabeo”
 

Quizás la explicación más conocida es que la palabra “Macabeo” se compone de las letras iniciales del versículo que el pueblo judío cantó después de que Di‐s dividió el mar: “Mi kamoja baeilim Hashem, “¿Quién es como Tú entre los valientes, Oh Di‐s. ”· Se dice que esta frase fue el grito de batalla de los Macabeos, escrito en sus estandartes y escudos. 

· Algunos explican que la palabra “Macabeo” está relacionada con la palabra griega “fuerte” o “luchador”.

· Otros exponen que proviene de la palabra hebrea para “martillo”, makav, ya sea porque Iehudá era el “martillo de Di‐s”, sus rasgos se parecían un poco a los de un martillo, o porque su ocupación anterior era la de herrero.

· Algunos sugieren que proviene de la palabra hebrea mejabe, que significa “extinguir”. Los macabeos se esforzaron por apagar el fuego de los griegos, que sembró la muerte y la desolación por toda la tierra de Israel.

· El padre y patriarca de la familia era Matitiahu el Cohen (“Sacerdote”). Por lo tanto, algunos explican que la palabra Macabeo era en realidad un acrónimo de las letras iniciales de su nombre, Matitiahu Cohen Ben (hijo de) Iojanan.

· Los maestros jasídicos explican que los 2 versículos conectados con “Macabeo” denotan la presencia de Di‐s en el mundo.

Y en última instancia, de lo que se trata Ja‐ nuca: traer luz y santidad a la oscuridad, un proceso que se completará con la llegada del Mashíaj. ¡Que sea pronto en nuestros días!

Comprendiendo el milagro de Januca

En unos días (este año del 28 de noviembre al 6 de diciembre de 2021) vamos a celebrar la festividad de Jánuca (la fiesta de las luminarias), en la cual encendemos la janukía por ocho días para agradecer y recordar el milagro que Hashem nos hizo, que las velas permanecieron prendidas esos 8 días a pesar de que el aceite encontrado (un único tarrito con el sello del Kohen Gadol, que esto significaba que no había sido impurificado por los griegos) sólo alcanzaba para un día.

Ahora, surge una pregunta acerca de este milagro que celebramos, en el Beit Hamikdash, el Kohen todos los días ponía siempre la misma cantidad de aceite en la menorá, y ¿ cuánto tenía que poner? la mitzvá era que las velas perduren MEEREV AD BOKER, es decir, desde el anochecer hasta el amanecer, dentro de ese momento hay 2 tiempos llamados BEIN HASHEMASHOT, que es desde cuando el sol se pone hasta la salida de las estrellas en la tarde y desde el alba a la salida del sol en la mañana, tiempo en el cual hay duda si es día o noche.

Todos los días el Kohen llenaba todos los tarritos con la misma cantidad de aceite necesario para ese tiempo, pero la única que permanecía encendida también en el tiempo de Bein Hashemashot era el NER HAMARAVÍ, la vela occidental, las otras no.

De acá vemos, que el milagro de permanecer encendidas las velas ya existía, con el Ner Hamaraví.

Entonces, ¿qué diferencia hubo entre el milagro de januká, que las velas permanecieron encendidas 8 días, con el Ner Hamaraví del Beit Hamikdash?

En Jánuka, TODAS las velas permanecieron encendidas también en el tiempo de Bein Hashemashot, mientras que en el Beit Hamikdash solo el Ner hamaraví. De aca, que en el Beit Hamikdash había milagro dos veces, en el Bein Hashemashot de la noche y en el del día, ya que al día siguiente tenía que rellenarlos nuevamente, en cambio en januká hubo milagro 8 días, ya que todas las velas permanecieron encendidas también en el tiempo de bein hashemashot todos los días sin apagarse en ningún momento con solo 1 tarrito de aceite.

Encendemos la Menorá de Januka al atardecer y es costumbre de Jabad incluso encenderla al momento de la puesta del sol, es decir, justo al comienzo de Bein Hashemashot.

La Halajá (Ley) establece que para cumplir la Mitzvá, las velas deben estar encendidas un mínimo de ½ hora aproximadamente una vez entrada la noche, y ese tiempo es exactamente el tiempo de 2 Bein Hashemashot (de aproximadamente 15 minutos cada uno, el de la mañana y el de la tarde).

La Luz de las velas de Januka representan la Luz milagrosa que iluminó a nuestros antepasados justamente en los tiempos de duda, tiempos donde no se sabe si es día o noche, tiempos de confusión.

Esa misma energía se renueva cada año en Januka y es un momento propicio para alegrarnos por la Luz que ilumina y despeja todas nuestras dudas.

Quiera Hashem que la luz de este Januca disipe toda duda y perdure por siempre.

Por Shulamit Grodzicki

Una Ieshivá en Egipto

«Él envió a Iehudá adelante… para mostrar el camino»…

La Torá nos dice que cuando Iaakov mudó a su familia a Egipto, en dónde los judíos iban a residir por más de dos siglos, «Él envió a Iehudá adelante… para mostrar el camino». La palabra hebrea lehorot («para mostrar el camino») literalmente significa «para enseñar» y «para instruir», citando al Midrash a decir que el propósito de la misión de Iehudá era «establecer una casa de estudio en la que se diseminaron las enseñanzas de la Torá»

Iosef ya estaba en Egipto, y Iaakov sabía que su partida de casa, veintidós años atrás, no habían perjudicado su educación y su compromiso con la Torá.  Él tenía la autoridad y los medios para establecer la Ieshivá más magnífica del imperio. Entonces, ¿por qué Iaakov deseó que Iehudá, un inmigrante sin dinero que apenas sabía el idioma, sea el que estableciese la Ieshivá que era para servir a los judíos en Egipto?

IEHUDÁ Y IOSEF

Los hijos de Iaakov estaban divididos en dos: de un lado estaban diez de los doce hermanos, llevados por Iehudá; en el otro, Iosef, cuyas diferencias con sus hermanos fue la causa de mucho dolor y disputa en la familia de Iaakov.

El conflicto entre Iosef y sus hermanos fue más profundo que una pelea por una chaqueta multicolor o la porción de un hijo favorito de los afectos de su padre. Era un conflicto entre dos visiones del mundo, entre dos perspectivas de la vida como un judío en un mundo pagano.

Abraham, Itzjak y Iaakov eran pastores, como eran los hermanos de Iosef. Ellos escogieron esta vocación porque encontraron en la vida del pastor, una vida de aislamiento, la comunión con la naturaleza, y distancia del tumulto y vanidades de la sociedad, muy adecuada a sus aspiraciones espirituales. Cuidando sus ovejas en los valles y en las colinas de Canaan, ellos podrían darle la espalda a los asuntos mundanos del hombre, podrían contemplar la majestad del Creador, y podrían servirlo con una mente clara y el corazón tranquilo.

Iosef era la excepción. Él era un hombre de mundo, un «triunfador fortuito» en el negocio y la política. Vendido a la esclavitud, fue pronto gerente principal de todos los asuntos de su amo. Tirado en la cárcel, fue pronto un miembro de alta clasificación jerárquica de la administración de la prisión. Llegó a convertirse en el Virrey de Egipto, era el segundo después del Faraón, en la nación más poderosa de la tierra.

Aún así, nada de esto lo conmovió. Esclavo, prisionero, gobernante de millones, director de un imperio, dio lo mismo: el mismo Iosef que había estudiado Torá a los pies de su padre, cruzó los palacios y vestíbulos del gobierno de Egipto. Su esencia espiritual y moral derivaba desde adentro y no lo afectaba en absoluto en la sociedad, ambiente, u ocupación que exigía su participación veinticuatro horas por día.

El conflicto entre Iosef y sus hermanos, era el conflicto entre una tradición espiritual y una nueva mundanalidad; entre una comunidad de pastores y un empresario. Los hermanos no podían aceptar que una persona pueda llevar una existencia mundana sin tornarse mundano; que una persona puede seguir unida a Di-s, mientras se encuentra sumergido en los asuntos de la más depravada sociedad de la tierra.

En este conflicto, Iosef tenía que salir vencedor. El aislamiento espiritual que caracterizó las primeras tres generaciones de la historia judía estaba destinado a concluir; Iaakov y su familia se mudaron a Egipto donde el «horno de fundición» del exilio forjaría a sus descendientes en la nación de Israel. Cuando Iosef había previsto en sus sueños, que sus hermanos y su padre se inclinaban ante él,. Iaakov había entendido la importancia de estos sueños desde el principio, y esperaba su cumplimiento. Los hermanos de Iosef encontraron más difícil de aceptar que la era del pastor estaba llegando al cierre, lucharon durante veintidós amargos años, hasta que ellos, también, aceptaron que el desafío histórico de Israel era el desafío de vivir una vida espiritual en un ambiente material.

LOS PADRES FUNDADORES

No obstante, fue Iehudá, y no Iosef  el escogido por Iaakov para establecer la Ieshivá que iba a servir como fuente de conocimiento de la Torá para los Israelitas en Egipto.

Las primeras tres generaciones de vida judía no eran un «falso comienzo»: ellos eran la fundación de todos los que los seguirían. Era esta la fundación de la cual Iosef obtuvo la fuerza para perseverar su fe y rectitud en un ambiente extranjero; era esta fundación en la cual el edificio entero de la historia judía sería construido.

El judío vive en un mundo material, pero sus raíces se plantan en la tierra de pura espiritualidad. En su vida diaria debe ser un Iosef, pero su educación debe proporcionarse por un Iehudá.

Basado en las enseñanzas del Rebe de Lubavitch Cortesía de MeaningfulLife.com

3 opciones fáciles y ricas de licuados

Este verano, te proponemos sumar a tus comidas y encuentros, tres opciones de Licuados. Son ricos, fáciles y refrescantes. 

Licuado 1: Melón, ciruela y durazno

 1/4 de melón rocío de miel

 2 ciruelas

 1 durazno

 1 vaso de agua fría

 hielo a gusto

Licuado 2: Frutilla y Durazno

 ¼ kg de frutilla

 1 durazno

1 banana

 1 vaso de agua

hielo a gusto

Licuado 3: Cerezas, ciruela y Durazno

1/4 de cerezas descarozadas

 2 ciruelas

 1 durazno

 1 vaso agua fría

hielo a gusto

¿Cuál te gustó más? ¡Contanos! Y si te gustó la receta, compartila.

11 consejos para aumentar tus ganancias

Te invitamos a leer estos once consejos que ayudarán a que tu economía se estabilice y hasta de mayores frutos. 

1. Es conveniente destinar un determinado porcentaje de la ganancia neta para tzedaká (caridad).

2. Asistí a clases de Tora.

3. Tomá decisiones sólo luego de analizar los detalles con tres amigos y seguir su consejo.

4. Dedicá esfuerzo y tiempo extra al estudio de la Torá, o sea, «Amal Tora», esforzarse en el estudio de la Torá con gran diligencia.

5. Fortalece tu bitajón (confianza) en Di-s como Proveedor de todas tus necesidades.

6. Incrementá la cantidad de tzedaká que normalmente das. Distribuí el dinero en lugar de darlo todo de una vez. Por ejemplo, si planeas dar $1000, en vez de darlo entero de una vez, da $100 en diez diferentes oportunidades.

7. Independientemente de tu situación económica, debe darse un par de monedas a diario antes de la plegaria de la mañana.

8. Estudiá de la filosofía jasídica, denominada «árbol de la vida», pues mejora también la propia vida física.

9. Da tzedaká (caridad) a las instituciones de mi santo suegro. [Lo mismo se aplicaría a las instituciones del Rebe, por ejemplo, Batei Jabad, sinagogas Beit Menajem, etc.].

10. Poné un «dólar o una moneda del Rebe» en el fundamento del hogar o del negocio que estás construyendo. Si la propiedad ya existe, entonces ponelo dentro de la casa o negocio. Si se trata de una oportunidad comercial o laboral, hace que sea parte de la transacción.

11. Las mujeres deberían dar alguna suma para tzedaká al fondo «Rabí Meír Baal HaNés» antes de encender las velas de Shabat y festivas.

Basado en Sefer Heijal Menajem, Vol. 2, págs. 87-90, y diversos Igrot Kodesh

Extraído de «Consejos del Rebe» de editorial Kehot. 

Ángeles reales

Dicen que “no puedes bailar en dos casamientos a la misma vez”. Pero según las enseñanzas del Maguid de Mezritch sí puedes.

La lectura de la Torá de Vaishlaj comienza: “Y Iaakov envió ángeles delante de él a Esav su hermano” (Génesis 32:4). Iaakov lucha para reconciliarse con su salvaje hermano Esav, quién está determinado en castigar a Iaakov.

Comentando las palabras “Y Iaakov envió ángeles”, Rashi dice: “Ángeles reales”. El Maguid de Mezritch dice: “Sólo el aspecto ‘real’ de los ángeles le envió a Esav, pero el componente espiritual se mantenía siempre con Iaakov”.

Espera un minuto, algo no está bien aquí. Parecería que el objetivo de Iaakov en el envío de los ángeles, era que ellos ejercieran sus inmensos poderes espirituales para neutralizar la hostilidad de su hermano Esav. ¿Por qué el Maguid propone que en el envío de los ángeles, Iaakov retenga estos poderes espirituales, enviando una versión más común de los ángeles en su lugar?

Pero las palabras del Maguid pueden ser entendidas de otra forma más mágica.

Los ángeles traen todo de sí mismos para el encuentro con Esav. Están totalmente equipados, en la realidad, así como también espiritualmente, para hacer frente a este formidable desafío. Sin embargo, mientras que luchan para realizar su misión, nunca dejan de darse cuenta de que estar con Esav no es su destino final. Ellos se apuran en terminar y reunirse con Iaakov. Así, mientras los ángeles están con Esav en la realidad, siguen estando espiritualmente conectados con quien los envió.

Y es este vínculo inquebrantable que provoca el éxito de los ángeles. Sólo permaneciendo firmemente conectados con su fuente, el virtuoso Iaakov, los ángeles pueden estar seguros de tener éxito en su esfuerzo de refinar a Esav.

Así también es la historia de nuestras vidas.

Nosotros también estamos en una misión. Nuestras almas se han enviado desde lo alto, para investirse en un cuerpo. Al mismo tiempo, se nos ha imbuido con las herramientas necesarias para dominar, refinar y elevar nuestro entorno.

Es imprescindible que para enfrentar esta prueba, tengamos el arte de bailar simultáneamente en dos casamientos. Mientras enviamos a nuestro ángel mensajero, a nuestra alma, para vencer, debemos mantener firme nuestro propio “Iaakov”, la fuente de nuestra alma Divina, que nunca puede ser manchada.

Por: Dovi Scheiner

¿Para qué debemos rezar?

Pregunta: Estoy un poco confundido acerca de la idea de rezarle a Di-s para que nos ayude en alguna situación o para que nos provea de algo. Si Di-s creó la situación en la que la persona se encuentra, es porque desea que así sea. Él sabe que eso es bueno para el individuo. Entonces, ¿para qué debemos rezar para que la cambie?

Respuesta: Si, en realidad todo el concepto del rezo es confuso. Confiamos en que Di-s es Bueno y todo Lo hace por el bien. Creemos en que Él posee el conocimiento perfecto de todo y todo está bajo Su control. Y le pedimos que cambie las cosas y las haga para bien. Si, parece ser una contradicción.

Pero, piénselo así: Di-s desea que la gente le rece a Él. Algo parecido a lo que cualquier padre desea. Que su hijo levante el tubo y le diga: “Hola, Papá, Mamá”.  Más aún, Él desea que las cosas progresen en su mundo a través de la mutua consulta. Desea que nos involucremos y tratemos de comprender qué es bueno para nosotros y tratemos de que suceda- no importa cuánto más grande y mejor es Su propio entendimiento y habilidad que la nuestra.

En eso consiste el rezo, en realidad: Vínculo entre usted y Di-s. Piense que rezar es algo así como que Di-s conversa consigo Mismo a través suyo. En la Plegaria Di-s y usted son uno.

Por eso, pida por todo lo que necesite, pero tenga presente a Quién se lo está pidiendo. Y piense: ¿qué está haciendo usted a cambio? ¿Qué tipo de socio es usted?

Rabino Tzví Freeman

Rajel y Lea: Dos destinos, dos mundos

Rajel y Lea, dos hermanas, las dos esposas de Iaakov y las dos matriarcas de nuestro pueblo. Rajel y Lea, dos poderosas pero con personalidades contrastables, cada una representaba un mundo por sí misma.

Rajel fue el primer amor de Iaakov. Pero Lea fue la primer esposa con la cual se casó y tuvo la mayoría de sus hijos.

En el momento de más necesidad de Lea, Rajel hizo el mayor acto de autosacrificio renunciando a su destinado esposo con el fin de no hacer pública la degradación de Lea. Mientras el padre le colocaba el velo a Lea, reemplazando a Rajel como esposa de Iaakov, ella no solo se mantuvo en silencio, sino que ayudó a su hermana con el engaño. Lo hizo simplemente para no avergonzarla.

Lea también, a pesar de experimentar el dolor de no ser «la esposa amada» de Iaakov, demostró su sentimiento hacia su hermana Rajel, rezando para que pudiera tener un hijo.

Embarazada de su séptimo hijo, Lea rezó para que el feto sea femenino, para así Rajel también tuviera su lugar en las tribus de Israel.

A pesar de sus enormes compasiones una a la otra, Rajel y Lea tenían personalidades muy diferentes, representando dos planos completamente diferentes de la realidad, lo cual más tarde se transformó en una rivalidad.

El inmenso abismo que dividía sus respectivos mundos, no solo afectó sus propias vidas, sino que continuó como una grieta en la vida de sus descendientes.

Comenzando con la rivalidad entre Iosef (hijo de Rajel) y sus hermanos (hijos de Lea), quienes buscaron matarlo pero en lugar de eso lo vendieron como esclavo.

Fue Moshé, descendiente de Lea, quien redimió a nuestro pueblo de la esclavitud de Egipto, pero solo Iehoshua, el discípulo de Moshé, y descendiente de Rajel, pudo dirigir a la nación a la Tierra Santa.

El reinado de nuestro primer rey nacional, el Rey Shaúl (descendiente de Rajel), fue interrumpido por el Rey David (descendiente de Lea), del cual se establecería una dinastía. Pero el cisma nuevamente salió a la superficie con la contrastante división entre Maljut Israel (el reinado de Israel) y Maljut David (La dinastía de David)

Esta separación permanecerá hasta el final de los días. Mashiaj ben Iosef (de Rajel) tiene la tarea de preparar al mundo para la redención, pero el Mashiaj ben David (de Lea), será quien realmente logre la redención final por la eternidad.

Por: Jana Weisberg

El secreto del pozo de agua

En la Parshá leemos sobre los tres pozos que excavó Itzjak, nuestro Patriarca. La Torá lo relata en detalle y enumera los nombres de los pozos: “Eisek” (discusión), “Sitná”(acusación) y “Rejovot” (amplitud). El Rambán dice, que estos pozos aluden a los Sagrados Templos que serían construidos en el futuro. El primer Templo se llama “Eisek”; el segundo “Sitná”; y el tercero “Rejovot”, puesto que “será construido sin pelea ni discordia, y el Altísimo en‐ sanchará nuestro territorio”.

También Abraham y Iaakov recibieron indicios sobre los tres Templos futuros, pero es con Itzjak que encontramos una alusión tan detallada, con tres nombres que encierran un sentido vinculado con cada uno.

Resulta que hay una relación entre los tres Templos y el patriarca Itzjak.

El hecho que la Torá haya elegido simbolizar a los tres Santuarios en la imagen de pozos de agua no es casual.

Está el pozo de agua y el manantial. La diferencia es que el pozo es producto de la mano del hombre, que excavó en la tierra y descubrió agua, y el manantial es obra del Cielo.

Conjuntamente con que el pozo es hecho por el hombre, no es él quien crea el agua ni quien la hace venir de un lugar a otro; el hombre tan solo revela el agua que ya se encontraba allí.

Las aguas estaban cubiertas y el hombre con su esfuerzo les per‐ mitió fluir hacia fuera.

Este es el sentido del Sagrado Templo: su función primordial es revelar la Shejiná, la Presencia Divina‐ “Y harán para Mí un Santuario y Moraré en ellos”.

Por un lado somos nosotros los que debemos construirlo concretamente, con nuestra acción. Pero, no son nuestros actos los que generan la Santidad y la revelación de la Presencia Divina.

Esta llega sola, desde Arriba, y nuestra función se resume a generar las condicione aptas para que Ella se pose.

Esto nos explica la relación especial entre el patriarca Itzjak y la construcción del Sagrado Templo. Entre los tres patriarcas, es Itzjak quién expresa la tendencia del esfuerzo personal.

La línea de conducta de Abraham era “jesed”‐ generar el des‐ censo de la bondad Superior. El accionar principal de Iaakov era “Torá”‐ que fue entregada desde “Arriba”.

El aspecto en el que concentraba Itzjak era “avodá”‐ el servicio a Di‐s‐ el esfuerzo personal.

Se despierta aquí un interrogante: el tercer Templo Sagrado no parece estar ligado al esfuerzo de la acción personal ya que descen‐ derá desde lo Alto, y se llamará “la construcción del Altísimo”.

¿Por qué éste también es aludido a través de Itzjak?.

Es que el tercer Beit Hamikdash expresa más que los otros dos Santuarios el esfuerzo personal. El Tercer Templo llega después de la era del galut, un período de ocultamiento y de servir a Di‐s a través de mucho esfuerzo personal. Es a través del duro trabajo espiritual del galut que nos haremos acreedores de la construcción del Tercer Templo que será de una perfección total y perdurará eternamente.

Likutei Sijot Tomo 30 pag. 116

Una carta sin abrir

Hace más de 30 años, a un hombre de negocios le ofrecieron un trato comercial que podía hacerle ganar un alto beneficio, pero para ello tenía que invertir mucho dinero. El hombre se sentía inseguro y no sabía si proseguir con el emprendimiento.

Para su tranquilidad, decidió consultar con algunos amigos.

Entre ellos había un jasid de Lubavitch que le recomendó escribir al Rebe y pedir su consejo. El hombre escribió al Rebe, describió su dilema y le preguntó qué hacer.

Esperó varias semanas por una respuesta pero no recibió ninguna contestación.

Finalmente, después de mucha vacilación, decidió proseguir con el negocio. Todo fue como había planeado en un principio y el hombre prosperó tremendamente.

Un día, este comerciante entró a su casa y encontró una carta del Rebe en su buzón.

Pensó: “¡Cuando yo necesité su consejo, el Rebe no estuvo allí para ayudarme y ahora que soy mucho más rico, quiere estar en contacto conmigo!”

El hombre no abrió siquiera la carta, la arrojó en un cajón y se olvidó de ella…

Ese año, la esposa de nuestro protagonista dio a luz a una hija. Pasaron veinte años. Cuando la hija ya era mayor como para casarse, se conoció con un hombre de una familia Sefardí. Después de un tiempo decidieron contraer matrimonio.

El padre de la joven era de una ilustre familia Ashkenazí y prohibió autoritariamente la boda. La hija no deseaba romper con el joven porque no veía razón alguna para abandonar su felicidad debido al entorno familiar.

El padre informó a su hija que si se casaba contra su deseo, él cortaría sus lazos con ella. La hija insistió en pensar que, aunque amaba a su padre y no quería ser la causa de ninguna infelicidad, era su vida y se negaba a ser manipulada, incluso por su padre.

El exitoso comerciante estaba completamente consumido por este problema familiar.

¡Un día, ordenando un cajón de su escritorio, se sorprendió al encontrarse con la carta sellada del Lubavitcher Rebe que había sido escrita hacía 21 años! Recordó perfectamente de que se trataba y decidió que finalmente la abriría para ver lo que el Rebe le había escrito.

Primero el Rebe expresaba una bendición para que obtuviera éxito en el nuevo negocio y le indicaba que debería usar el dinero apropiadamente, para obtener idishe najas (satisfacción judía) de sus niños.

Al final de la carta, el Rebe escribió como posdata: “Se sabe que nosotros no somos tan meticulosos acerca del linaje cuando el temor al Cielo es como debe ser. Y ha habido muchas bodas entre Ashkenazim y Sefardim y gracias a Dis han tenido éxito y construyeron un edificio eterno en las bases de la Torá y las Mitzvot”.

Decir que el hombre quedó enmudecido sería insuficiente. “¡Hace veintiún años el Rebe vio lo que pasaría ahora y entonces me escribió, advirtiéndome que no hiciera infeliz a mi familia y a mí mismo!” pensó.

Supo que estaba haciendo lo correcto si daba su consentimiento a este matrimonio. Innecesario es decir, que el feliz padre se apresuró a serenar a su hija y su futuro yerno. La boda se llevó a cabo con mucha alegría para deleite de todos.