¿A qué partido político apoya la Torá?

En una carta escrita en el año 1937 por Rabi Iosef Itzjak Schneersohn, sexto Rebe de Jabad y suegro del actual Rebe de Lubavitch, el Rebe comparte la siguiente anécdota:

En el año 1913, en Rusia se festejaba los 300 años de la permanencia de la familia Romanov en el reinado. Yo viajaba en un tren a Petersbusgo. Estaba en un vagón de segunda clase, y junto a mí se ubicaron miembros del gobierno y del clero. Los pasajeros debatían sobre el sistema monárquico. En el medio del debate, surgió la pregunta: “¿Qué opina la Torá sobre este régimen?”. Inmediatamente se desató una encendida discusión sobre ello. 

Algunos de los pasajeros opinaban que nuestra sagrada Torá está a favor de la monarquía. Otros opinaron lo contrario: la Torá está a favor del socialismo. Incluso hubo alguien que sostenía que la Torá armoniza con el pensamiento comunista.

Yo no tomé parte en la discusión.

Luego ingresaron al vagón algunos judíos, buenos amigos míos, que se introdujeron también en el debate. Ellos me pidieron que diera mi opinión al respecto. Entonces les expliqué: “Todos ustedes- aunque con diferentes ideas sobre nuestra Torá y religión- tienen razón.

Cada fracción política- monarquía, socialismo o comunismo- tiene su parte positiva y su parte negativa, de acuerdo a la regla filosófica conocida que dicta que no hay mal sin bien y bien sin mal. Es decir, no existe bien que no contenga algo de mal y no existe mal que no tenga dentro de él algo de bien. Sólo que esta ley es así exclusivamente con respecto a los elementos que las personas han instituido.

Pero la sagrada Torá que fue entregada por el Creador, bendito sea Su nombre, se compone únicamente de lo bueno que hay en cada cosa. Debido a ello todos encuentran en la Torá las mejores cosas de su partido. 

Igrot Kodesh, Admur HaRaiatz, tomo 4, pag 200.

Una nación de estrellas luminosas

La primera nieve del invierno, siempre es placentera. Pero no cuando sucede en medio de la primavera.

Ajeno a la terrible tormenta que acechó a la ciudad durante la noche, me levanté aquella mañana y me dirigí hacia una calle repleta de árboles tirados y cables rotos. Los semáforos no funcionaban, y las calles estaban resbalosas por el hielo, pero la mayor sorpresa llegó cuando descubrí que no había electricidad en nuestra sinagoga. 

Sin luz, apenas podíamos llevar a cabo los servicios matutinos. Un número de gente que venía a rezar todas las mañanas llegó; muchos se fueron a rezar a sus casas, pero la gran mayoría se quedó. Encendimos velas, nos pusimos los Tefilín, y comenzamos a rezar. Mi mirada recorría la sala, y poco a poco, se me fue levantando el espíritu. Estaba encantado con aquella escena, la sinagoga a oscuras, y todas las cabezas al lado de las llamas de las velas leyendo en la penumbra; se parecía mucho a un Shtetl (pueblito).

Un calor me envolvió mientras observaba la sala, porque en la oscuridad, podía sentir el corazón del judío. Estaba oscuro, frío y helado, en la sinagoga no había ni calefacción, ni luz, y a pesar de todo, nada evitaba que los judíos vinieran a rezarle a Di-s. Era de mañana, y a pesar de los obstáculos, estos judíos piadosos estaban en la sinagoga. Me dí cuenta que el judío, es, como Di-s le prometió a Abraham, como las estrellas en el cielo.

Agujereando a la Oscuridad

Las estrellas son fuentes de luz constante. Incluso cuando el velo de la oscuridad está esparcido por el cielo, las estrellas siguen brillando. Podemos apreciar una estrella cuando su luz agujerea aquel velo de oscuridad y reconforta al cielo nocturno con su luz brillante. Las estrellas brillan todo el día, pero no llaman nuestra atención. Cuando el mundo está bañado por la gran luz del Sol, las pequeñas estrellas son prácticamente invisibles. Es solo de noche, cuando desciende la oscuridad, que las pequeñas estrellas demuestran su fuerza. Puede ser muy pequeña, de hecho, las estrellas sólo aparentan ser pequeñas dado a la distancia en la que se encuentran en relación a la tierra, pero de hecho son gigantes, pero su poder de iluminar prevalece durante la noche.

La humanidad también es comparada con las estrellas. Están las almas fuertes, que, a pesar de los desafíos, pueden sobrellevar su oscuridad personal. En una mañana normal, en donde las calles están secas y la luz está encendida, muchos judíos van a la sinagoga. Cuando hay tormentas y las calles mojadas y frías hacen que nos resguardemos en nuestros hogares, la gran fuerza de aquellos que sobrellevan los desafíos, llaman nuestra atención. Es ahí, cuando estas estrellas brillantes evaporan la penumbra y nos imparten inspiración y fuerza.

La promesa de Di-s

Esto es de hecho, lo que Di-s quiso decir cuando le dijo a Abraham: “Mira al cielo y cuenta las estrellas…ve si puedes contarlas”. Y Él le dijo a Abraham: “tan (numerosos) serán tus hijos”. La ciencia aún no ha descubierto, y menos aún contado ni identificado, cada estrella. Esto es porque ellas operan en las lejanas distancias de galaxias oscuras que el ojo humano no puede apreciar. Aún así, a pesar de la oscuridad, una estrella ocasional aparece a la distancia. Es por esta razón que la estrella nos reconforta tanto. Somos arrastrados hacia ella, porque su luz parpadeante y brillante nos está llamando; nos hacen recordar que cada desafío puede superarse, cada distancia puede ser atravesada y cada oscuridad, puede ser iluminada.

Obstáculos como oportunidades

Más allá que un impedimento para iluminar, las estrellas ven a la oscuridad como una oportunidad para brillar. Como aquellos judíos que fueron a rezar a la sinagoga oscura, agachándose cerca de la llama. Estos judíos son mis estrellas; no se rinden con los desafíos, no se agobian por la oscuridad, ni temen a la noche. Estos son estrellas, que nunca dejan que un obstáculo interfiera en su camino. Estas son estrellas que nos inspiran en la noche. Estas son estrellas, que cuya luz hace que no tengamos razón para temerle a la oscuridad.

No fueron las velas las que me iluminaron aquella fría mañana, sino que eran las cabezas que estaban encima de las velas. En esas cabezas, vi a las estrellas que Di-s se refería cuando le habló a Abraham.

Por Lazer Gurkow

Shabat Bereshit, empezamos nuevamente…

Cada día, varios miles de millones de horas de sueño humano se derraman en el universo. Si hay más de 6.000.000.000 de personas en el mundo, y cada una duerme un promedio de siete horas por noche… haga sus cuentas. El punto es que el tiempo de sueño es probablemente nuestro mayor malgastado recurso.

¿Por qué pasamos más del 25 o 30 % de nuestras vidas haciendo nada? ¿Para qué dormimos? Quizás parezca una pregunta sin sentido. ¿Para qué dormir?

Pues nuestro cuerpo lo demanda. Porque así estamos psicológicamente construidos; necesitamos cierta cantidad de horas de descanso por día para poder funcionar.

Pero el iehudí sabe que no es una pregunta sin sentido. Si Di-s nos creó de cierta forma, existe una razón. Si nuestras horas activas deben estar precedidas por el sueño, al que el Talmud llama “una muerte menor”, debe haber algo para aprender, una verdad que es fundamental para alcanzar lo mejor de la naturaleza humana.El Rebe de Lubavitch explica: Si no durmiésemos, no habría mañana. La vida sería un hoy interminable. Cada uno de nuestros pensamientos y acciones serían una acumulación de los pensamientos y acciones previas. No habría nuevos comienzos en nuestras vidas, pues el mero concepto de comienzo sería totalmente extraño para nosotros.Dormir significa que poseemos la capacidad de, no sólo mejorar sino de trascender. Abrir un nuevo capítulo en nuestra vida sin tener en cuenta lo que se hubiera predicho o sido posible por lo que hicimos hasta ahora. Ser capaces de liberarnos de las limitaciones de ayer y construir un nuevo y recreado ser.

Rabí Israel Baal Shem Tov enseñó que Di-s recrea constantemente cada detalle del mundo. Y eso es para que nosotros seamos capaces de hacerlo también… al menos una vez al día.

Levántese mañana y comience de nuevo.

Borrar nuestros pecados

El propio día expía 

(Talmud Shvuot 13,a)

Con respecto a la expiación de los pecados en Iom Kipur, encontramos en el Talmud una discusión: Los Sabios dicen “Iom Kipur expía sólo a los retornantes”. Rabí (Yehuda, el Príncipe) disiente, y sostiene “tanto haya hecho Teshuvá (se haya arrepentido, retornado a Di-s y Su camino de vida) o no, el día de Iom Kipur expía, puesto que el propio día expía”. La conclusión se define como los Sabios.

En realidad, todos están de acuerdo con que “el propio día de Iom Kipur expía”, es decir, el día de por sí expía, sólo que Rabí sostiene que la santidad de Iom Kipur es tan poderosa que expía incluso a aquellos que no retornaron con Teshuvá; mientras que los Sabios opinan que es necesario el arrepentimiento previo para acceder a la extraordinaria expiación generada por Iom Kipur.

LIMPIEZA DE LAS MANCHAS

Pero esto requiere aclaración: Expiación no significa tan sólo ser perdonado por el Altísimo. Cuando un judío transgrede, genera un defecto espiritual, una mancha en su alma, y debe arreglar el defecto y limpiar la mancha. ¿Cómo se entiende que el defecto y la mancha se borren por el sólo hecho de que llega un día específico, Iom Kipur?

La explicación es que en Iom Kipur encuentra expresión lo más profundo del vínculo entre Di-s y el judío.

Hay una relación generada por el cumplimiento de los preceptos -las mitzvot– y por la aceptación del “Yugo Celestial”. La predisposición a cumplir con la Voluntad Divina genera el vínculo entre el judío y su Creador, y cuando cumple con los mandatos de Di-s se liga a Él.

Superior a ello es el grado de relación que se expresa a través de la Teshuvá, el retorno a Hashem. ¿En qué consiste la Teshuvá? Se trata de un hombre que se liberó  “yugo de los preceptos” y con ello parecería que, desconectó su vínculo con el Altísimo. Si es así, ¿por qué de repente decide retornar a Di-s?. Lo que ocurre es que su Teshuvá revela que en esencia seguía conectado con Di-s incluso cuando actuó contra Su voluntad, (transgrediendo los preceptos de la Torá). Este punto de unión interior que perduró en él es lo que lo mueve y motiva a volver a conectarse (también conscientemente) con Hashem, a través de la Teshuvá.

UN LAZO PROFUNDO

Pero incluso este vínculo, que se expresa en el proceso de Teshuvá, no es el final de la historia. De alguna manera, también el vínculo que mueve a laTeshuvá tiene algún tipo de condicionamiento. Está limitado a la intensidad de su arrepentimiento.

Hay un nivel de unión más profundo aún: es el lazo de esencia (o sea no generado por factores externos) entre el alma del judío y el Altísimo. El alma que poseemos en nuestro fuero íntimo es “una parte de Di-s de lo Alto, tal cual”, y ella está unida permanentemente con su fuente y raíz- Hashem.

Este vínculo no se ve afectado por nuestra conducta y por nuestras transgresiones. Se encuentra en todo judío por la propia naturaleza del alma. No hay pecado que pueda dañarlo. Sólo que durante el año este lazo está oculto y tapado en lo profundo del corazón. Lo que encuentra expresión son los niveles más externos de unión con Di-s, los que dependen de nuestra conducta y decisiones. Pero en el día de Iom Kipur se revela este lazo esencial entre el Altísimo y el pueblo de Israel.

ENCERRADOS EN PRIVADO

Este es el significado del concepto “el propio día expía”. En el día de Iom Kipur, cuando este vínculo de unión interior se revela, se borran automáticamente todos los defectos y manchas generados por el pecado. Este día revela que cada judío está conectado a Di-s con un vínculo imposible de destruir. Por lo tanto cuando este vínculo sale a flote, no existen  pecados, desaparecen automáticamente (salvo quien transgrede los preceptos del propio Iom Kipur, p.e. rompiendo el ayuno).

Esto encuentra su expresión principalmente en la plegaria de Neilá, la oración de “cierre” de todas las plegarias de Iom Kipur. Ahí se “encierran”, por así decirlo, Di-s con Israel, a solas, y nadie puede perturbar esa su unión absoluta.

(Likutei Sijot, Tomo 4, Pág. 1149)

Shabat Teshuvá.

Este Shabat se conoce con dos nombres: Shabat Shuvá y Shabat Teshuvá.

El nombre Shabat proviene de las palabras iniciales de la Haftará de esta semana: “Shuva Israel ‐ Regresa, oh Israel”.

El segundo nombre, Shabat Teshuvá, se deriva del hecho de que este Shabat cae en medio de Aseret Iemei Teshuvá, los Diez Días de Arrepentimiento. Este nombre también está asociado con la Haftará, ya que su tema central es el regreso a Di‐s.

Los dos nombres de este Shabat revelan una lección oportuna. La frase “Shuva ‐ Regreso” es gramaticalmente una orden. Di‐s nos ordena regresar a Él en arrepentimiento.

Teshuvá, por el contrario, es un sustantivo que denota la acción misma, el retorno real a Di‐s.

La palabra “Shuva” se relaciona más con Aquel que da la orden que con la persona a la que se dirige.

Implica una situación en la que la orden ya ha sido emitida, pero aún no ejecutada. La orden en sí imparte cierta fuerza, pero no garantiza que necesariamente se cumplirá en el futuro.

“Teshuvá”, por otro lado, implica que la acción ya se ha realizado, es decir, que la Teshuvá ya se ha realizado. Pero si ese fuera el caso, ¿por qué seguiríamos refiriéndonos a este Shabat como Shabat Teshuvá?

La respuesta es que el acto de Teshuvá consiste tanto en la orden de regresar a Di‐s como en su posterior implementación.
Shuvá nos enseña que incluso después de que un judío haya hecho teshuvá, todavía necesita trabajar en sí mismo.

No importa cuánta Teshuvá haya hecho una persona, siempre es posible elevarse más; de ahí la directiva: “Vuélvete, oh Israel, al Señor tu Di‐s”.
Así se entiende que siempre hay margen de mejora, para un nivel de Teshuvá aún más profundo e infinito, ya que Di‐s mismo es Infi nito y sin limitaciones.

Ésta, entonces, es la lección de Shabat Shuvá: un judío nunca debe contentarse con los logros espirituales que ya haya alcanzado.
Nunca debe pensar que, por haber trabajado en sí mismo durante toda una semana, ahora tiene derecho a “descansar” porque es Shabat.

¡No, hoy es Shabat Shuvá! Incluso después de haber hecho Teshuvá, se requiere más trabajo. Porque el servicio de Teshuvá es continuo y sin fin.

Adaptado de Hitvaaduiot 5744, Volumen

La costumbre de Kaparot

Algunos tienen la costumbre de realizar el rito de kaparot[expiación simbólica] en el día anterior a Iom Kipur; si no es posible hacerlo, entonces el rito se realiza antes. El rito consiste en tomar un pollo en una mano y recitar cierto texto. ¿Cómo se hace? Un hombre toma un gallo; una mujer toma una gallina; una mujer embarazada toma dos aves de corral – una gallina y un gallo. 

De manera óptima, el ave debe ser blanca para simbolizar la purificación del pecado, como indica el verso (Ieshaiahu 1:8): Y si tus pecados fuesen escarlata, pasarán a ser blancos como la nieve. Uno, sin embargo, no debe hacer un esfuerzo excesivo para encontrar un ave blanca. Si no hay un gallo o una gallina, se pueden usar otras aves o animales; hasta un pescado se puede usar para el rito. 

Sin embargo, uno no debe usar palomas, ya que las palomas fueron traídas como ofrendas de sacrificio en el Templo, y esto puede dar lugar a la impresión errónea de que los kaparot son una forma de sacrificio.

  •  El ave [u otro animal] que se use para kaparot es tomado en la mano derecha y se recita el texto correspondiente del libro de plegarias. Luego se agita el pájaro sobre la cabeza tres veces y se recita el texto correspondiente. La palabra kaparot [como kipur] significa “expiación” y usa para hacer referencia a los pollos mismos, pero no debe pensar que los kaparot mismos sirven como fuente de expiación. En vez de eso, sirven como medios para recordar a una persona que podría bien merecer la muerte debido a sus pecados y motivarlo a arrepentirse y pedirle piedad a Di-s.
  •  El ave es luego sacrificada de acuerdo con el procedimiento halájico, y las vísceras son desechadas en un lugar donde los pájaros las puedan encontrar. El simbolismo de esta acción es servir de advertencia al hombre. Se dice que los gallos logran su sostén “robando”, por lo que sus vísceras son los órganos que reciben su botín. Por lo tanto, mostramos nuestro desdén por el robo descartando estos órganos.
  •  Otra explicación de esta práctica es que damos las vísceras como alimentación a los pájaros que pasen, no estando obligados a alimentarlos, como un medio para demostrar nuestra piedad por todas las cosas vivas. Al igual que la piedad de D-os “es para todas Sus obras” (Tehilim 145:9), así una persona debe ser misericordiosa con todas las criaturas vivientes, especialmente durante estos días cuando buscamos la piedad Divina para nosotros mismos. Nuestras acciones son así el cumplimiento del dictado de los Sabios: Aquel que es misericordioso es tratado con misericordia.
  •  Otra explicación más es que si hubiese dictado un decreto duro contra los judíos, indicando, Di-s no lo quiera, que la carne de nuestro pueblo sirva de alimento a pájaros y animales, simbólicamente expresa nuestra esperanza de que tal decreto sea cumplido por medio de las aves de corral que usamos para kaparot, rogando que en cambio a nosotros se nos dé vidas largas y pacíficas.
  • Se acostumbra redimir los kaparot por dinero, que es luego dado a los pobres; algunos dan las aves de corral mismas a los pobres. Otros realizan todo el rito únicamente con dinero, recitando los versos establecidos y dando dinero para caridad.

¿Por qué no se toca el Shofar en Shabat?

Tocar el Shofar en Rosh HaShaná es un precepto bíblico, sin importar en qué día de la semana caiga la festividad, pero la Mishná nos dice que no tocamos el Shofar cuando cae en Shabat: Si es en Shabat, el Shofar suena en el Templo Sagrado, pero no en todo Israel.

El Talmud explica:

Raba dijo: Todos tienen la obligación de tocar el Shofar, pero no todos son expertos en tocarlo. Existe el peligro de que uno tome el Shofar y acuda a un experto para aprender [cómo tocarlo correctamente], y lo llevará cuatro codos en el dominio público [un acto que está prohibido en Shabat].

Los Sabios pueden “anular” un precepto de la Torá (si su instrucción implica la abstención de la acción, no una violación proactiva de un mandato bíblico).
Nuestra obligación de seguir las directivas está implícita en el versículo, “Y deberás haz conforme a la palabra que te digan, desde el lugar que Di‐s escoja, y cuidarás de hacer conforme a todo lo que te instruyan.”

En Jasidut se explica que es inconcebible que los Sabios priven a todo Israel de los beneficios que otorga una de las más grandes Mitzvot por culpa de unas pocas almas ignorantes que de otro modo podrían errar.
Debemos concluir que los Sabios entendieron que en Shabat es innecesario tocar el Shofar, porque lo que logramos haciendo sonar el Shofar, por sí solo, se logra en Shabat.

El logro del Shofar es renovar el placer de Di‐s en Sus obras, en este mundo, para que haya un deseo de continuar infundiendo Sus obras con la fuerza vital necesaria para su existencia continua.
Si Él se deleita en nosotros, tiene razón para continuar creándonos, para continuar Su relación con nosotros.

El tema principal de Shabat es el placer, el deleite y el deseo. “Llama al Shabat una delicia”, nos ordena el profeta, lo cual logramos al participar de comidas suntuosas.
Y lo que Di‐s nos instruye que hagamos, Él también lo hace.

En Shabat el deleite y el deseo de continuar con nuestro mundo y con nuestra relación ya está allí, no hay necesidad de tocar el Shofar para renovarlo. (Sin embargo, el nivel de placer Divino evocado al tocar el Shofar en el Templo Sagrado, el lugar donde se manifestó la esencia de Di‐s, es mayor que el placer activado naturalmente en Shabat. Como tal, el Shofar suena en el Templo incluso cuando Rosh HaShaná cae en Shabat.)
Pronto, esperamos merecer escuchar el “gran Shofar” que se tocará el día de la Redención.

Leicaj (torta de miel)

¡Que este Rosh Hashaná no falte un rico Leicaj de miel!

Ingredientes:

-2 huevos

-¾ vaso de miel

-1 vaso de azúcar

-1 vaso de aceite

-1 cucharadita de canela

-1 cucharadita de bicarbonato de sodio

-1 cucharada de polvo de hornear 

– 2 ½ vasos de harina 

– 1 vaso de cafe (hecho con 2 cucharitas de cafe)

Procedimiento:

Precalentar el horno a fuego medio bajo. 

Mezclar todos los ingredientes hasta que se forme una preparación homogénea y sin grumos. 

Colocar en budineras previamente aceitadas y cocinar 20 minutos aproximadamente hasta que salga el escarbadiente limpio.

¿Que es Sucot?

SUCOT

Es la fiesta de reafirmación de nuestra confianza en Di-s al recordar Su bondad durante los cuarenta años en los que nuestros antepasados atravesaron el desierto del Sinaí, después del Éxodo de Egipto.

Durante este período hubo siete milagrosas nubes de gloria que los rodearon y sobrevolaron para protegerlos de los peligros y dificultades del desierto.

Sucot expresa la idea de que nuestro vínculo con el Creador del Universo no se basa únicamente en las actividades sagradas y espirituales de Rosh Hashaná y Iom Kipur, sino que todo as­ pecto de la vida, por más mundano o bá­sico sea, es una oportunidad de unirse con Di-s.

En la Sucá comemos, descansamos y pasamos momentos con amigos; las ac­tividades cotidianas se convierten en un camino hacia lo Divino

LA SUCÁ

La Sucá es una estructura temporaria de 3 o 4 paredes, cubierta con un techo de ramas y construida directamente bajo el cielo.
Nos recuerda las nubes de gloria que protegie­ ron a nuestros antepasados en el desierto.
Al comer una comida que incluye harinas o vi­ no, además de la bendición sobre los alimen­tos, se recita la bendición referente a la Sucá:

La primera vez en el año que se come en la Sucá, se recita también la bendición de Shehe­jeianu
  • Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám shehejeianu vekiemánu vehiguianu lizman hazé.
  • Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos otorgó vida, nos sustentó y nos hizo llegar hasta el presente momento.
  • Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám ashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu leishev basucá.
  • Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus precep­tos y nos ordenó morar en la Sucá.
  • Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám shehejeianu vekiemánu vehiguianu lizman hazé.
  • Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos otorgó vida, nos sustentó y nos hizo llegar hasta el presente momento.

SUCOT

Durante siete días y siete noches, comemos todas nuestras comidas en la sucá y la consideramos nuestro hogar. Ubicada al aire libre, la sucá está formada por al menos tres paredes y un techo de vegetación natural sin procesar, generalmente bambú, ramas de pino o de palmera.

Los 7 días de Sucot (excepto en Shabat)
Tomá el Lulav (previamente unido a las ramas de sauce y mirto) con la mano derecha y recitá la siguiente bendición:

  • Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám ashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu al netilat luláv.
  • Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus precep­tos y nos ordenó tomar el Lulav.

REGOCIJO

Más allá de la alegría que sentimos en todas las festividades, en Sucot hay una obligación especifica de es­tar alegres. Hay quienes tienen la costumbre, para cumplir con tal fin, de tomar una copa de vino cada día de Sucot. 

Noche de baile, música y alegría en recuerdo de los bailes que se cele­braban en el Santo Templo de Jerusalem desde la tarde hasta el amanecer para acompañar la pre­paración del agua utilizada para el servicio de la festividad. Seguí nues­tras redes sociales para conocer cuándo y dónde se hará el festejo.

Los días intermedios son cuasi festividades, conocidas como Jol Hamoed. Vivimos en la sucá y tomamos las Cuatro Especies todos los días de Sucot (excepto Shabat , cuando no tomamos las Cuatro Especies).

De todas las festividades judías, Sucot es la única cuya fecha no parece conmemorar un acontecimiento histórico. La Torá se refiere a ella con dos nombres: Jag HaAsif (“Fiesta de la Cosecha”) y Jag HaSucot (“Fiesta de los Tabernáculos”), cada uno de los cuales expresa una razón para la celebración.

Las 4 Especies 


Las cuatro especies, con sus diferentes carac­ terísticas, representan a los diferentes tipos y personalidades que conforman al pueblo judío. Al unirlos, marcamos la importancia de cada uno con sus particularidades y de nues­tra verdadera unión.

Tomamos el Etrog con la mano izquierda y lo juntamos a las otras tres especies. 

La primera vez en el año que cumplimos con la Mitzvá recitamos la bendición de Shehejeianu

Mirando al este movemos las 4 especies desde el corazón 3 veces hacia la derecha (sur), hacia la izquierda (norte) hacia adelante (este) hacia arriba, hacia abajo, y hacia atrás (oeste). Atrayendo así las energías positivas y rechazando las negativas.

ERUV TAVSHILIN
Para poder cocinar los viernes en Iom Tov (Rosh Hashaná, Sucot y Simjat Torá) para el Shabat posterior se debe hacer ERUV TAVSHILIN en la tarde de la víspera de cada una de estas festividades, o sea los días miércoles 2,16 y 23 de octubre.

PROCEDIMIENTO:
Antes de la hora de encender las velas se toma una Jalá o pan y un alimento cocido (por ejemplo pescado, carne o huevo duro), se lo entrega a otra persona y se dice: ”.Aní Mezaké Lejól MíSherotzé Lizkot Velismój Al Eruv Zé”, “Comparto este Eruv con todo aquél que desee participar y depender de él”.

Luego la persona que lo recibe lo levanta 10 cm y se lo devuelve a la primera quién recita lo siguiente: Bendito eres Tú A-do-nay, Nuestro Señor, Rey del universo, que nos santificó con sus preceptos y nos ordenó lo referente al Eruv. Y finaliza diciendo: Por medio de éste, nos sea permitido hornear, cocinar, guardar, prender de un fuego preexistente, preparar y hacer en la festividad todo lo necesario para el Shabat, a nosotros, ya todos los israelitas que residen en esta ciudad.

Menú de Rosh Hashaná

Ensalada de los Simanim- las comidas simbólicas de Rosh Hashaná

Ingredientes:

Ensalada

3 zanahorias peladas y ralladas

1 remolacha pelada y rallada

1 manzana pelada y rallada

2 puerros (solamente la parte blanca)

1/4 taza de aceite vegetal

2 cucharadas de semillas de granada

3 dátiles picados

3 tazas de lechuga

Aderezo

1/4 taza de aceite vegetal

2 cucharada de jugo de lima

3 cucharadas de miel

1 cucharada de mermelada de frutilla

1 cucharadita de canela

1 cucharadita de sal

1/4 cucharadita de pimienta

Preparación:

1. En una taza pequeña batir el aceite, jugo de limón, la miel, la mermelada de frutilla, la canela, la sal y la pimienta. (Puede prepararse 5 días por adelantado, mantener bien tapado en el refrigerador.)

2. En una sartén pequeña, calentar el aceite y freír los puerros hasta que estén doradas, 3-5 minutos, y escurrir sobre papel de cocina. Dejar enfriar y guardar en un recipiente tapado.

3. En un bowl mediano, mezclar las zanahorias, remolacha y manzana con suficiente aderezo para cubrir. Guardar hasta que esté frío. (puede prepararse un día antes)

4. Al momento de servir, montar la ensalada ya sea en platos individuales o en una fuente de servir. En una cama de lechuga, el montículo zanahoria, remolacha y manzana, espolvorear con semillas de granada, dátiles y puerros fritos.

Tzimes kugel

Ingredientes:

1 taza de batata rallada,

1 taza de zanahoria rallada

1 tazas de manzanas verdes ralladas

1 taza de azúcar negra

100 g de margarina, derretida

1 taza de harina

1 huevo batido

1/2 cdta. canela

1/4 cdta. sal

1/2 taza de pasas de uva rubias (opcional)

Procedimiento:

Mezclar todos los ingredientes juntos. Añadir en una fuente para horno (previamente aceitada) y cubrir con aluminio y hornear a 175 grados durante 45 minutos. Retirar el aluminio y continuar la cocción durante 20 minutos más.

Pollo con manzanas y miel

Ingredientes:

-1 pollo cortado en ocho sin piel

-2 manzanas verdes cortadas en rodajas

-2 manzanas rojas cortadas en rodajas

-8 cucharadas de miel

Procedimiento:

Colocar en una olla profunda las manzanas verdes y rojas en forma de colchon . Distribuir el pollo sobre las manzanas con los huesos para abajo. Cocinar a fuego lento hasta que el pollo se ponga blanco (20 minutos aproximadamente). Poner una cucharada de miel sobre cada pieza de pollo y dejar que se siga cocinando hasta que esté dorado.

Helado de miel

Helado

2 tazas de crema neutra

1 cucharaditas de esencia de vainilla

2 huevos

1/4 taza de azúcar

1/3 taza de miel

Relleno

7 rebanadas de leicaj congelado

1/3 taza de azúcar

1/2 cucharadita canela

2 cucharadas margarina derretida

Para el relleno torta: Precaliente el horno a 175 Cº. Cortar el leicaj en cuadrados. Combinar el azúcar, la canela y la margarina derretida en un tazón pequeño. Vertir esto sobre el pastel equitativamente. Hornear en una bandeja forrada por 12 minutos, revolviendo ocasionalmente. Dejar que se enfríe.

Para el helado: Batir la crema neutra y el extracto de vainilla hasta que esté punto chantilly . En un recipiente aparte, batir los huevos con el azúcar durante 5 minutos. Agregar la miel a los huevos y batir 1 minuto más. Mezclar la crema batida y los huevos juntos cuidadosamente y agregar de apoco el leicaj hasta que esté todo bien integrado. Congelar en formas de silicona o en cualquier recipiente.