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ESCENCIA 038_Maquetación 1  13/06/2022  9:27  Página 6







                                       Nota del Editor:             i segundo encuentro con
                           El siguiente relato (del sema-           el Rebe fue en junio de
                            nario Kfar Chabad) es de un   M1967, poco antes del es-
                            hombre que se reunió con el   tallido de la Guerra de los Seis
                                 Rebe en tres ocasiones.   Días.
                           Cuando tenía la edad de Bar      Estimulado por el drama de la
                             Mitzvá, su encuentro con el   crisis de los misiles en Cuba y el
                             Rebe cambió el curso de su
                           vida. La descripción de su se-  deseo de ser protagonista en la es-
                           gunda visita al Rebe muchos   cena internacional, decidí especia-
                           años después, es la siguiente.  lizarme en ciencias políticas y
                                                         seguir la carrera en el cuerpo di-
                                                         plomático. El año 1967 me encon-
                                                         tró como prometedor asistente
                                                         diplomático del Embajador de los
                                                         Estados Unidos en las Naciones
                                                         Unidas, Arthur Goldberg.
                                                            En la primera semana de junio
                                                         recibí una llamada de mi prima.
                                                         Con voz ansiosa, me pidió que pa-
                                                         sara por su apartamento después
                                                         del trabajo. Cuando me senté en
                                                         su sala esa noche, ella y su esposo
                                                         me contaron la causa de su angus-
                                                         tia. Su único hijo, Abraham, un
                                        Arthur Goldberg
                                                         joven que era un baal teshuva (re-
                                                         tornante al camino de la Torá), es-
                                                         taba estudiando en una Ieshivá de
                                                         Lubavitch en Israel. Alarmados
                                                         por la creciente sospecha sobre la
                                                         guerra, le enviaron un boleto de
                                                         avión y le rogaron que regresara a
                                                         casa. Abraham permanecía firme
                                                         en su negativa: el Rebe de Luba-
                                                         vitch dice que me quede.
                                                            “Tratamos de acercarnos al
                                                         Rebe”, continuó mi primo. “Que-
                                                         ríamos explicarle que Abraham es
                                                         nuestro único hijo, que es toda
                                                         nuestra vida, y pedirle que le per-
                                                         mita a Abraham regresar a casa.
                                                         Pero parece que uno debe esperar
                                                         varios meses para una audiencia
                                                         con el Rebe. Le escribimos una
                                                         carta, como lo aconsejaron sus se-
                                                         cretarios, y recibimos esto como


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