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Rabino Tzvi Grunblatt
                  Director General


                        stamos ingresando, en buena hora y con bendición para
                        todo Israel, al nuevo año 5783.
                           Venimos de un año 5782 con muchas cosas buenas y
                  lindas que cada uno puede ver a nivel personal y también a
                  nivel comunitario. Incluso con todo el dolor que implica la gue-
                  rra en Ucrania, y sus efectos colaterales -Hashem nos proteja
                  a todos – vimos la respuesta extraordinaria para acudir en
                  ayuda de los refugiados, que se generó a niveles increíbles, así
                  como también, la abnegada labor de los Shlujim de Jabad que
                  se quedaron o retornaron a Ucrania para acompañar a nuestros
                  hermanos que tuvieron que permanecer ahí –un potente rayo
                  de luz que seguro disipará la oscuridad, beezrat Hashem.
                     5783 es un año especial. Será un año de Hakhel – “un año
                  de Reunión”. En la época del Templo (de Jerusalém) cada siete
                  años, al concluir el año sabático de Shmitá -como fue 5782 -
                  está el Mandato Divino de “reúne al pueblo, a los hombres, a
                  las mujeres y a los bebés …para que escuchen, y para que
                  aprendan y temerán a Hashem, vuestro Di-s, y cuidarán el
                  cumplir  todas las palabras de esta Torá” (Devarim 31,12). En
                  la fiesta de Sucot, el pueblo debía reunirse en el sagrado Tem-
                  plo y el rey leía frente a ellos las palabras de la Torá. Como dice
                  Maimónides, era una vivencia que renovaba la entrega de la
                  Torá por parte de Hashem. Evidentemente un evento único,
                  que dejaba su impacto en los años siguientes.
                     Aunque luego no se instauró un recuerdo de Hakhel  de
                  destruido el Templo, siendo que la Torá es eterna, los conceptos
                  y enseñanzas  de Hakhel prevalecen en todas las épocas y
                  todos  los lugares, para fortalecer, nuestra vida judía.
                     Uno de los conceptos prácticos está en la importancia, y en
                  especial en este año, de que cada líder (“el Rey”) en su familia,
                  en su entorno, lugar de trabajo, comunidad, club, etc reúna ju-
                  díos, “hombres, mujeres e (incluso) bebés” y transmita con
                  fuerza conceptos de nuestra Sagrada Torá. Sabemos que entre
                  los judíos “todos son presidentes”, todos son líderes, entonces
                  todos pueden generar reuniones de mayor o menor número y
                  fortalecer “la condición judía en el camino de la Torá Eterna”.
                     Este año, beezrat Hashem, cada uno debe asumir su condi-
                  ción de liderazgo y reunir judíos organizando un “hakhel” en

                                                             (continúa en página 88)
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