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to halájico de que es digno de co- judíos excepto el custodio de la
menzar los preparativos de Shabat propiedad. La hija del custodio,
antes de lo habitual. Al dar cuenta llamada Ivanka, trabajaba en una
de tres de los cuatro judíos que taberna no lejos de la casa de
vivían en la casa, un oficial gritó Mangel, así que corrieron allí, con
preguntando dónde estaba Frau la esperanza de que ella pudiera
Mangel. ir a la casa y ver qué estaba pa-
“Mi padre les dijo que ella salió sando en su lugar. Finalmente
a comprar”, cuenta Mangel. “En- Ivanka fue a comprobarlo, pero en
tonces despertaron a mi hermana la esquina, incluso antes de poder
y le gritaron: ‘¡Ve a buscar a tu girar hacia la calle, ve a Eliezer
madre!’ Salté de la cama al mismo Mangel. Mientras la Gestapo es-
tiempo y les dije que voy con ella. peraba que regresara el resto de la
Me empujaron y me dijeron familia, ordenaron a Mangel que
que volviera a dormir. Salté de llevara sus pesados muebles de
nuevo, me empujaron y luego co- madera tallada a una sola habita-
mencé a llorar. Mi padre les dijo: ción. Protestando que no podía
‘¿Por qué no lo dejan ir? ¿No ven hacerlo solo, le permitieron salir y
que siempre están juntos? Enton- contratar algunas manos adicio-
ces los nazis nos gritaron que sa- nales para ayudarlo. Pero se dio
liéramos”. cuenta de que toda su familia
Los dos hermanos buscaron a había salido, entonces, ¿por qué
su madre por todo el mercado, que debería regresar con los nazis que
estaba repleto de miles de judíos esperaban? Fue entonces cuando
haciendo sus compras de Shabat. vio a Ivanka en la esquina.
Justo cuando se disponían a “Hubo milagros a lo largo de
darse por vencidos, diciéndose esta historia. Mi madre fue tem-
que probablemente ya se había prano a comprar para Shabat. In-
ido a casa, la vieron emerger de sistí en ir con mi hermana.
la multitud con cestas llenas de Luego que mi padre los con-
frutas y verduras, pescado y venció para que le dejaran con-
carne. Su sorpresa al ver a sus tratar ayuda, y así quedamos fue-
hijos se convirtió en miedo cuan- ra”, cuenta Mangel. “Todo fueron
do le informaron que la Gestapo milagros”.
estaba en su casa con su padre y Ese mismo día la familia se di-
los instó a correr todos juntos a rigió a la casa de un familiar en
casa. los suburbios, donde aún no se
“Le dije: ‘¿Cuál es la prisa? Tú habían llevado a cabo redadas, y
estás fuera, nosotros estamos fuera, poco después escaparon a través
¿tal vez Taty [padre] salga?” re- de la frontera hacia la República
cuerda Mangel. “Ella dijo: ‘Si Taty Eslovaca, refugiándose en Bratis-
va a Auschwitz, yo iré con él’”. lava hasta que fueron capturados.
Eliezer Mangel era dueño del Mangel dice que al regresar a
edificio de apartamentos en el que estos lugares, se siente en la obli-
vivían, y sus inquilinos eran todos gación de recitar la oración del Ka-
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