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Sólo diré aquí que estos acontecimientos demuestran una vez más, y
lo harán de manera concluyente en los próximos días, … que Di-s le ha
dado a nuestro pueblo judío capacidades ilimitadas. - si están vinculados
con el antiguo principio profético:
“No con fuerza ni con poderío, sino con Mi espíritu, dice Di-s”.
A primera vista, esto parece algo en desacuerdo con el propio principio
de la Torá de que un judío debe hacer todo lo posible en el orden natural
y no depender enteramente de los milagros.
Sin embargo, es una obviedad y una cuestión de experiencia común
que incluso en los aspectos materiales, cuando se comparan fuerzas físi-
cas, no es la fuerza bruta, el número o el peso del equipo militar el factor
decisivo, sino más bien la calidad de los combatientes y la sofisticación
de sus métodos. El carácter del elemento humano, su moral, motivación,
dedicación desinteresada y cualidades inspiradas similares superan fá-
cilmente las desventajas puramente físicas.
Y si esto es así en el ámbito de lo físico, seguramente las capacidades
espirituales del judío (y una parte sustancial de la vida de cada judío, des-
pués de todo, está en el ámbito del espíritu) son inestimables.
Que Di-s conceda que todos merezcamos ver pronto el cumplimiento
de la promesa Divina de que “toda la tierra será llena del conocimiento
de Di-s”, cuando, como es natural, “una nación no levantará una espada
contra otra nación”, lo cual sucederá con la venida de nuestro justo Mas-
híaj, trayéndonos a la verdadera Gueula.
Con un cordial saludo y bendiciones para un feliz Yom Tov,
En el verano de 1973, semanas antes del sorpresivo estallido de la Gue-
rra de Iom Kipur, el Rebe solicitó urgentemente que miles de niños judíos
se reunieran en el Muro Occidental y en otros lugares del mundo para
orar. y recitar palabras de la Torá, en cumplimiento del versículo: “De la
boca de los niños estableciste el poder... para neutralizar al enemigo”
(Salmo 8:3)

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