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ESCENCIA 045_Maquetación 1 27/03/2024 9:40 Página 11

E

l rabino Shalom Ber Lipshitz llegó a Nueva York un jueves
después de un largo vuelo desde Israel con planes de continuar hacia
Canadá de inmediato.
Lipshitz, un rabino de Jabad-Lubavitch, encabezaba una organización
que apoya a las instituciones educativas judías en la Tierra de Israel.
Viajaba específicamente para asistir a un evento de recaudación de
fondos para su fundación y esperaba que pasar el Shabat con los
lugareños le permitiría compartir sus exitosas historias en un ambiente
más relajado.
Pero el Rebe de Lubavitch tenía otros planes…
Antes de que pudiera partir hacia Canadá, el secretariado del Rebe lo
localizó y le asignó una misión directa.
Un antiguo compañero de clase suyo, aparentemente se sentía
bastante solo y miserable y el Rebe quería que el rabino Lipshitz se
quedara en Nueva York durante el Shabat, visitara la casa del hombre
varias veces y tratara de mejorar su estado de ánimo.
Lipshitz no recordaba a este compañero de clase tanto como éste
parecía recordarlo a él, y la petición lo tomó por sorpresa.
Aunque no tenía experiencia previa en aliviar la soledad de otra
persona, inmediatamente aceptó la solicitud del Rebe, arregló un lugar
para quedarse y compró un nuevo boleto para después del fin de semana.
Fiel a su palabra, el rabino Lipshitz visitó al hombre varias veces
durante el Shabat y trató de levantarle el ánimo.
El domingo, el rabino fue convocado a una audiencia privada con el
Rebe, que enfatizó la importancia de lo que había hecho y derramó sobre
él muchas bendiciones por su esfuerzo y entrega.
El rabino Lipshitz relató esta historia muchas veces, transmitiendo lo
importante que es para cada uno de nosotros preocuparnos incluso por
un solo individuo que se siente deprimido. •

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