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La asistente médica Rochel Leah
Lehrer, a la izquierda, dice que no
tendría su trabajo en neurocirugía
en el Westchester Medical Center
en Nueva York si no fuera por la
ayuda de su familia, incluida su
hija Esther Neuman, a la derecha,
que ayudó a cuidar a lo hermanos
menores cuando Lehrer estaba en
turnos largos.
Rochel Leah Lehrer, oriunda de luación y tratamiento.
Brooklyn, es asistente médica (PA) La asistente médica Rochel
en neurocirugía en el Westchester Leah Lehrer, dice que no tendría
Medical Center de Nueva York. su trabajo en neurocirugía en el
Cuando a los 11 años, Lehrer per- Westchester Medical Center en
dió a su hermano menor después Nueva York si no fuera por la
de que lo atropellara un automóvil ayuda de su familia, incluida su
frente a su escuela en Brooklyn, hija Esther Neuman, que ayudó a
supo que quería “hacer que la cuidando a sus hermanos meno-
gente se sintiera mejor y tratar de res cuando Lehrer estaba en tur-
curar a todos”. Trabaja en el campo nos largos.
hace unos 20 años. “Notamos que había un grupo
“Comencé la escuela de PA para cada raza y religión, pero no
cuando tenía 20 años”, dijo Leh- había nada para los asistentes mé-
rer. “Éramos sólo dos chicas ob- dicos judíos”, dijo Lehrer. “Nuestro
servantes en mi clase”. objetivo es volver a conectarnos
Los asistentes médicos, explicó entre nosotros a través de la edu-
Lehrer, tienen una amplia gama cación continua, la creación de
de responsabilidades en el hospi- redes laborales y eventos socia-
tal, que incluyen examinar a los les”.
pacientes, solicitar diagnósticos “Se siente como en familia, en
de laboratorio, prescribir medica- un ambiente cálido y confortable”,
mentos y realizar planes de eva- dijo.
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