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judía de Purim a principios de ese La Dra. Miriam A. Knoll
mes, las infecciones por coronavi- (derecha), con la estudiante
Tamar Itzkowitz (izquierda),
rus alcanzaron su punto máximo fueron emparejadas a través del
en las comunidades ortodoxas de programa de tutoría JOWMA.
Estados Unidos. La comunidad Itzkowitz es estudiante de
también fue objeto de muchas crí- primer año de medicina en
ticas por parte de las autoridades Hackensack Meridian School
de Nueva York y sufrió un antise- of Medicine.
mitismo vertiginoso: a pesar del
abrumador cumplimiento, algunas
bodas y funerales llenos de gente
llegaron a los titulares a nivel local
y nacional.
Como asistente médico en neu-
rocirugía, Lehrer está acostum-
brada a lidiar con traumas. Muchos
de sus pacientes vienen por heridas
de bala o coágulos de sangre en
el cerebro. Durante el apogeo de
la pandemia de coronavirus, vio
pacientes que habían sufrido ac-
cidentes cerebrovasculares por in-
fectarse con COVID-19. Durante
ese tiempo, su teléfono no dejaba
de sonar: recibía casi 30 llamadas
al día de vecinos y miembros de
su comunidad pidiéndole ayuda.
“Recuerdo haber recibido una
llamada de alguien que me decía:
‘¿Podrías averiguar si mi esposa
está viva o muerta?’”, Recuerda.
“Decidí esa noche que no importa
qué, ayudaría a todas estas familias
y haría todo lo que pudiera”.
Lehrer rápidamente se encontró
facilitando la comunicación con
sus seres queridos hospitalizados
y consolándolos. También ayudó
a colar comida kosher casera para
los pacientes durante Pesaj.
“Un paciente estuvo en coma
durante más de cuatro meses”,
dijo. “Nunca olvidaré cuando con-
ducía a Cleveland hace unos meses
y un hombre me llamó y me pre-

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