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Ese Shabat llovió torrencialmente. Cuando llamo al Sr
                             de las plantitas me dice que con la inundación en los
                             campos, no pudieron entregarle, que lo llame domingo!
                                ¡Too much! ¡¡Muy jugado con el tiempo!! ¡AYUDA!.
                                Mando mensaje al grupo de Shlujim, (emisarios del
                             Rebe en Argentina) quienes se solidarizan con mi deses-
                             peración y me ofrecen de todo.
                                Justo había uno de ellos, que por esas “vueltas de la
                             vida”, le sobran 25 paquetes…. ¡Bingo! Domingo a la
                             mañana armamos con mi señora y mis hijos los parantes
                             y las bases del Sjaj, al mediodía fuimos a buscar los eu-
                             caliptus, y a las 15:00 hs. estaba la Sucá armada.
                                ¡No podía creerlo! tan vertiginoso, y la forma en que
                             se dieron las cosas para poder tener al fin de cuentas,
                             nuestra querida Sucá.
                                Un milagro. Un milagro delante de nuestros ojos.
                                Cuando pienso en la sucesión de hechos que se dieron
                             para que podamos tener la Sucá armada, me quedo pen-
                             sando en el mensaje que nos queda de toda esta movida:
                                La bendición de Hashem está al alcance de tu mano,
                             hay que estar atentos para aprovechar las oportunidades
                             que nos da, y no quedarte en la queja o en la apatía de
                             esperar que las cosas se hagan solas.
                                Si queres cumplir una mitzvá, tenes que hacer todo lo
                             posible para lograrlo. Di-s que está a tu lado, ofreciendo
                             Su ayuda generosa para poder vivir una vida plena en
                             todos los sentidos.
                                Solo hay que abrir los ojos y ver cómo esa Mano Di-
                             vina te acompaña en cada paso que das. Todo está or-
                             questado para bien, solo hay que descifrarlo. •



















                    Y algo más, no te olvides de decir,
                                  ¡Gracias Hashem!



                                                       ESENCIA                                                                 81
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