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ESCENCIA 036_Maquetación 1  08/11/2021  15:29  Página 56







                  En el otro extremo se encontraba un grupo de personas
                  lideradas por los Macabeos, cuya única preocupación

                  era defender su herencia. Su indignación fue provo-
                  cada por los judíos apóstatas más que por los griegos.
                  Si los paganos no querían reconocer la verdad de la fe

                  judía, esa era su propia preocupación”.






                                   ä Una explicación común ha apuntado a la rivalidad de
                                las facciones judías dentro de la ciudad. Hubo muchas per-
                                sonas que, cautivadas por el atractivo estilo de vida de los
                                griegos, buscaron desechar su judaísmo y abrazar las nue-
                                vas costumbres: eran los helenistas, a cuyos ojos todas las
                                prácticas tradicionales eran impracticablemente arcaicas.
                                Realizar la circuncisión o abstenerse de comer carne de
                                cerdo solo podía promover la particularidad judía y el ca-
                                rácter distintivo, que era de lo que huían los helenistas. Para
                                ellos, la solución era proclamar que todas las costumbres ju-
                                días eran irrelevantes y no vinculantes.
                                   En el otro extremo se encontraba un grupo de personas
                                lideradas por los Macabeos, cuya única preocupación era
                                defender su herencia. Su indignación fue provocada por los
                                judíos apóstatas más que por los griegos. Si los paganos no
                                querían reconocer la verdad de la fe judía, esa era su propia
                                preocupación. Sin embargo, cuando los judíos se opusieron
                                a las prácticas, fue un incidente horrible. Irritados por el
                                descarado rechazo de los valores judíos, se dispusieron a
                                luchar contra esos judíos renegados. El resultado fue una
                                guerra civil.
                                   Atrapado en un violento enfrentamiento, el campo hele-
                                nista pidió ayuda a Antíoco. El rey, complacido con su es-
                                fuerzo por unirse a su cultura, acordó implementar las
                                medidas incomparables que sugirieron.
                                   No fue Antíoco quien ideó los crueles decretos; fueron
                                los judíos helenistas. Desafortunadamente, la historia pa-
                                rece familiar: a veces, los peores enemigos de los judíos son
                                sus compadres judíos.




                                                 Estatua del antiguo filósofo griego Platón en Atenas


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