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n “El Rey León” de Disney, el reino animal se
hace eco de los antiguos cuentos judíos con
Emás fuerza de lo que se piensa.
Si bien la querida animación de 1994 es celebrada
por su originalidad, es difícil no notar las profundas
conexiones que comparte con historias de la Torá.
Por ejemplo, el viaje de Simba, marcado por el
exilio y la redención, es paralelo a las narraciones
bíblicas de Iosef y Moshé. Estas dos figuras clave su-
peraron la adversidad para llevar a su pueblo a la
salvación.
Según un análisis detallado en el sitio web de
Kveller, se establece un paralelo intrigante entre el
exilio autoimpuesto de Simba y la vida de Moshé,
quien también vivió alejado de su pueblo antes de
regresar para sacarlo de Egipto.
La influencia de la cultura judía se extiende más
allá de la trama.
En particular, las figuras clave detrás de la pelí-
cula incluyen a miembros prominentes de la comu-
nidad judía.
Jeffrey Katzenberg, presidente de Walt Disney
Studios, jugó un papel fundamental en la configu-
ración de la película junto con el director Rob Min-
koff y Matthew Broderick, la voz de Simba, quienes
comparten herencia judía.
Incluso el símbolo del león tiene un peso signifi-
cativo en la tradición judía.
A menudo asociado con la tribu de Iehudá, el león
representa fuerza y liderazgo, cualidades que son
centrales en el arco del personaje de Simba.
Si bien “El Rey León” puede no etiquetarse explí-
citamente como una historia judía, los hilos del
simbolismo judío y los motivos bíblicos están pro-
fundamente entrelazados en su tejido narrativo,
mostrando una profunda resonancia cultural que
podría hacer ver este favorito de la familia bajo una
nueva luz.
La próxima precuela, “Mufasa: El Rey León”, está
programada para estrenarse en diciembre de 2024 y
ha reavivado el interés en explorar estas profundi-
dades culturales y narrativas.
Al narrar la vida de Mufasa, la película promete
ampliar los temas de liderazgo y legado que tan ví-
vidamente se retratan en el original.

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