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na profesora para toda la           La guerra fue un aconteci-
                   vida: tras la guerra, Sonya      miento impactante para ella. “Este
            URosenblatt, sobreviviente              año fue muy difícil para mí y para
            del Holocausto de 88 años y profe-      los estudiantes. La situación es
            sora de matemáticas, decidió no         muy difícil tanto en el sur como en
            dejar de enseñar: “Esta es mi con-      el norte. Vivimos en un mundo
            tribución al país”                      donde nadie nos ama y sólo quiere
               Sonia Rosenblatt enseña mate-        matarnos”.
            máticas desde hace 66 años. Co-            Rosenblatt incluso recordó a
            menzó a enseñar en 1959 en una          uno de sus alumnos, el fallecido Eli
            escuela secundaria en Kiev, Ucra-       Amsalem, que murió en las bata-
            nia, hoy es profesora de matemá-        llas de Gaza: “Le enseñé hace tres
            ticas en la escuela secundaria          años. Sentado frente a mí había un
            “Amit Kfar Batya” en Ra’anana, y a      chico maravilloso y guapo, que sus
            pesar de sus 88 años no tiene in-       amigos amaban”.
            tención de dejar.                          La guerra fortaleció la decisión
               Dentro de unos cuatro meses, el      de Sonia de continuar enseñando
            1 de enero de 2025, Rosenblatt          también este año por el deseo de
            cumplirá 89 años.                       contribuir al país. “A mi edad, lo
               “Todavía recuerdo haber en-          que puedo hacer por el país es en-
            trado al aula por primera vez”, dice    señar”, dice, “seguiré enseñando
            mirando hacia atrás. “Cuando            con todo mi corazón tanto como
            emigré a Israel hace más de 30          pueda”.
            años, sentí alegría en mi corazón          En la escuela secundaria donde
            porque estaba enseñando a niños         trabaja, Rosenblatt, una sobrevi-
            de mi pueblo, en mi país. En Kiev,      viente del Holocausto, recibe un
            los maestros eran respetados, pero      trato especial. “La sala de profesores
            aquí me siento rodeada y amada.         aquí es genial, los profesores me
               Cuando camino hacia abajo en         ayudan, tres días a la semana vie-
            la calle, mis egresados  que viajan     nen a recogerme y también a de-

            en colectivo o en auto me gritan        jarme en mi casa. Doy clases a gru-
            desde la ventana ‘¡Hola profe-          pos pequeños de estudiantes du-
            sora!’”.                                rante cuatro y cinco unidades”. •


               El rabino Yoni Berlin, director de “Amit Kfar Batya”, dice de Sonia que ella es “una maestra
            de vida, una educadora que tiene que ver con el amor por los estudiantes, el amor por el país y el
            amor por las matemáticas. Ella es una inspiración”.

                                                       ESENCIA                                                                 11
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