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n 1943, cuando la Segunda una pequeña caja de metal que
Guerra Mundial se desató, colgaba de una cadena alrededor
ERay J. Kaufmann sabía lo de su cuello.
que tenía que hacer y no permitió Su unidad fue enviada a ocupar
que algo tan insignificante como un fuerte en la Línea Maginot
su edad se interpusiera en su ca- cerca de Metz, Francia, mientras
mino. los aliados avanzaban hacia Ale-
“Sentía que era su deber ha- mania.
cerlo, como todos los demás en ese A la una de la madrugada de
momento, y estaba orgulloso de una noche, sus compañeros des-
hacerlo”, recordó su hijo Lenny. pertaron al soldado de primera
Los hermanos de Kaufmann ya clase Kaufmann.
estaban en el ejército y su padre Al salir de su trinchera, le pidie-
era policía auxiliar. ron que escoltara a un soldado en-
A los 17 años, Ray J. se alistó en fermo hasta el puesto de socorro
el ejército de los EE. UU., min- en la retaguardia.
tiendo sobre su edad para ingresar. “Después de unos 10 minutos de
Después del entrenamiento bá- camino, oí un hormigueo, como si
sico, fue enviado a Europa. unas pulseras o unos anillos cho-
Lo acompañaba una Mezuzá caran entre sí”, recordó Kufmann
que su madre le había regalado. en sus memorias.
Aunque las Mezuzá se instala “Abrí mi chaqueta para ver si la
en las puertas, la gente suele llevar cadena de mi placa de identifica-
una Mezuzá consigo o la mantiene ción y la Mezuzá eran la fuente del
cerca de su cama como medida de ruido. Lo eran. Cuando las toqué,
protección. pude sentir dónde se habían da-
El soldado de primera clase ñado”.
Kaufmann llevaba la Mezuzá en “Luego me desmayé”.
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