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Sobrevivientes en el campo
                                                                Foehrenwald DP


























            la congregación) para compartir            Llevar un kitel en Iom Kipur
            algunas palabras pre-Kol Nidrei         nos recuerda nuestro último día
            para despertar nuestros corazones       de juicio cuando seremos sepul-
            y prepararnos para el maravilloso       tados. Por lo tanto, oprime y rompe
            día que teníamos por delante.           nuestros corazones, impulsándonos
               Nunca olvidaré lo que dijo el        a hacer Teshuvá completamente.
            Rebe de Klausenberger en la vís-           El kitel de lino blanco es un
            pera de Iom Kipur hace 61 años.         símbolo de pureza que logramos a
            El momento fue abrumador.               través de nuestra introspección y
               Con lágrimas en los ojos, co-        nuestros esfuerzos por reparar
            menzó agradeciendo a Di-s por           todos nuestros errores.
            salvar nuestras vidas del infierno         “Dado que el kitel nos recuerda
            nazi.                                   el sudario funerario de los que fa-
               Luego señaló su kitel,  túnica       llecieron antes que nosotros”, con-
            de lino blanco que usamos tradi-        tinuó el Klausenberger, “¿por qué
            cionalmente en Iom Kipur, y co-         llevamos un kitel hoy? Nuestros
            menzó a hablar (en idish), lenta,       padres y seres queridos fueron
            deliberadamente, con lágrimas en        masacrados sin tajrijim (mortajas
            los ojos:                               funerarias).
               “Una de las razones por las             Fueron enterrados, con o sin
            que usamos este kitel es porque         ropa, en fosas comunes, o en nin-
            es la prenda de entierro tradicional,   guna tumba… ”
            en la que envolvemos un cuerpo             De repente, el Klausenberger
            antes de dejarlo sobre la tierra,       Rebe comenzó a arrancarse su
            como hacemos cuando enterramos          propio kitel, literalmente. “¡No, ki-
            a nuestros padres y los que vinie-      tel!” gritó con voz angustiada.
            ron antes que nosotros.                 “Seamos como nuestros padres.


                                                       ESENCIA                                                                 67
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