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a primera vez que fui a “acompáñame y mira de qué se
Crown Heights, en 1973, trata”.
Lfue un desastre. Crecí en Mi madre era de Nueva York y
San Diego, conectándome con siempre extrañaba la ciudad, pero
Jabad como estudiante en la Uni- la idea la horrorizaba. Aun así,
versidad de California en S. Diego logré convencerla de que viniera
(UCSD), pero ir de las playas de conmigo el fin de semana del
La Jolla a Brooklyn, Nueva York, “Encuentro con Jabad”, cuando
era demasiado para mí en ese mo- tendríamos la oportunidad de co-
mento. nocer al Rebe.
Entonces, regresé a UCSD, in- Mi madre quedó muy impre-
segura sobre mi judaísmo e inse- sionada con nuestros anfitriones y
gura sobre mi propia vida. Después se sintió muy afectuosa con las
de aproximadamente un año, tenía otras personas que conocimos du-
una mejor idea de quién era y rante ese Shabat.
qué estaba buscando, así que de- Pero ella no se sentía cómoda
cidí regresar a Nueva York. Voy a con toda la escena religiosa. Cuan-
ir de nuevo, y lo intentaré otra do tuvimos que esperar durante
vez, pensé para mis adentros. horas para encontrarnos con el
Mis padres no apoyaban la Rebe, no estaba contenta. Pero era
idea, por decir lo menos. Pertene- una verdadera troupe y se unió a
cíamos a una sinagoga conserva- mí.
dora, pero nuestro interés y Nos dijeron que preparáramos
participación decayó después de una pequeña nota con nuestros
los años de Bar y Bat Mitzvá. nombres para poder entregársela
“Sabes qué, mamá”, le sugerí, al Rebe. El nombre de mi madre
Universidad de California en S. Diego (UCSD)
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