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bien al Rebe”. Habló de esa visita      estuve muy involucrada en el Beit
            al Rebe hasta sus últimos días.         Jabad local dirigido por Rabi
               Al día siguiente, en mi escrito-     Shlomo Cunin.
            rio, donde se suponía que debía            Esa era realmente mi principal
            trabajar como secretaria, había un      pasión en la vida. Tenía un depar-
            catálogo de clases en la Universi-      tamento donde hospedaba a cual-
            dad de California en Los Ángeles        quier chica del campus interesada
            (UCLA).                                 en venir a Jabad para Shabat.
               Pertenecía a una de las otras        Sentí que eso era lo que estaba
            chicas de la oficina, pero mi sueño     destinada a hacer.
            siempre había sido estudiar en el          También estaba saliendo y ha-
            departamento de psicología de           ciendo viajes frecuentes a Nueva
            UCLA, así que comencé a hojear          York para conocer algún mucha-
            y vi algunos cursos interesantes.       cho, pero en ese momento tenía
               Luego, le envié una nota al          veintitantos años y nada funcio-
            Rebe preguntándole si debería           naba. Empecé a deprimirme: las
            dejar Crown Heights, trans-             niñas que había acercado al ju-
            ferirme a Los Ángeles y especiali-      daísmo ya estaban casadas y te-
            zarme en psicología.                    nían hijos. ¿Qué estaba pasando
               El Rebe me dio su bendición,         exactamente conmigo?
            así es como terminé estudiando             Era hora de expresarlo todo en
            psicología en UCLA y, finalmente,       una carta al Rebe. Necesitaba su
            también obtuve mi maestría.             consejo.
               La parte del matrimonio llegó           Empecé escribiendo quién era
            años después, pero gracias a Di-s       yo, cuántos años tenía y qué es-
            llegó.                                  taba haciendo. “Mi trabajo secu-
               Después de terminar mi licen-        lar”, le escribí al Rebe, estaba en
            ciatura, tuve un gran trabajo como      UCLA, y luego continué diciendo
            asistente de investigación que es-      que consideraba mis actividades
            tudiaba el autismo en el instituto      en el Beit Jabad como mi “verda-
            neuropsiquiátrico de la UCLA, y         dero trabajo”.















            Donde había escrito “mi trabajo secular”, el Rebe tachó

            “secular” y agregó en el margen, “cuyo propósito es el
            bienestar emocional y la curación de los niños”.


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