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ESCENCIA 038_Maquetación 1  13/06/2022  9:27  Página 76
































                        asé mi año escolar en 2006        barbilla y el sombrero que lucía
                        visitando fosas comunes.          (que caía entre una boina fran-
                          Con base en el centro Ja-       cesa y una gorra rusa), parecía un
                  bad en Varsovia, Polonia, la legión     beatnik, o quizás un Refusenik so-
                  de estudiantes de Ieshivá y yo pa-      viético.
                  samos el año en lo que considera-          Cuando aparecían tres estrellas
                  mos las cenizas del Holocausto.         en el cielo nocturno, que simboli-
                  Claro, hubo muchas primicias: el        zaban el final de Shabat y el co-
                  primer bar mitzvá improvisado con       mienzo de una nueva semana, es-
                  un judío de Bialystok, la primera       cuchaba Havdalá, tomaba un sorbo
                  comida kasher de Shabat en Bres-        de la copa de vino y luego se iba,
                  lavia, etc., pero la mayoría de         siempre con su Sidur en la mano.
                  nuestras experiencias parecían          Excepto por un asentimiento su-
                  centrarse en las fosas comunes.         perficial o un Shavua Tov, nunca
                  En Varsovia, en Majdanek, y don-        hablamos.
                  dequiera que viajáramos en Polo-           Hasta que una semana, mien-
                  nia, el recuerdo de lo que una vez      tras paseaba por el santuario des-
                  fue se cernía ineludiblemente.          pués de que terminaran las ora-
                     Hasta que conocí a Jakob.            ciones, se me acercó, con el Sidur
                     Me fijé en él por primera vez        púrpura apretado contra su pecho,
                  poco después de que llegué a Var-       con el pulgar entre las páginas
                  sovia, y observé cómo, semana           para mantener su lugar. Mirán-
                  tras semana, llegaba a la sinagoga      dome de arriba abajo, como si sus
                  en la tarde de Shabat para el ser-      ojos estuvieran escaneando todo
                  vicio de minjá, se sentaba en la        mi carácter, abrió el Sidur y lo
                  parte de atrás y oraba en silencio.     sostuvo frente a mí. “Tal vez po-
                     Sus ojos oscuros, entrecerrados      drías ayudarme...”
                  por la concentración, le daban el          Los otros feligreses fueron sa-
                  aire de alguien mucho mayor que         liendo mientras hablábamos, y
                  sus casi treinta años, y con la fina    pronto solo quedamos nosotros dos.


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