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Traté de concentrarme en mi A pesar de mí mismo, me con-
Tefilá, recordándome que estaba movió. No podía imaginar qué
en el mismo minian que mi santo tipo de terrible problema se es-
Rebe. Sin embargo, a mi cerebro condía detrás de esa sincera ora-
sobreexcitado no le importaba. ción. Tal vez tenía un hijo enfermo
Perversamente se detenía en en casa o alguna carga financiera
mi inminente traición por parte aplastante.
del servicio de automóviles. Supuse que era un visitante de
En el curso de mis luchas con- fuera de la ciudad que buscaba la
migo mismo, me di cuenta de un ayuda del Rebe, y no pude evitar
suave sollozo. Ya había terminado sentirme culpable por mis propias
mi oración y pude mirar de reojo preocupaciones tontas con el ser-
a mi vecino. Era un hombre alto, vicio de automóviles, el aero-
delgado y con barba, vestido con puerto, etc.
ropajes jasídicos. Mentalmente le deseé lo mejor
Sus ojos estaban cerrados y lá- y esperaba que las cosas mejora-
grimas corrían por sus mejillas. ran.
Su rostro estaba tenso por la con- Minjá concluyó, corrí de re-
centración. Rezaba lentamente y greso a la casa de mi anfitrión, y a
con evidente esfuerzo. las 3:42 estaba esperando el auto-
Minjá con el Rebe
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