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E
ra el segundo día de Sucot y
Lulav firme y de espalda recta.
mi esposo llegó a casa y alegre- dete e impecable y una rama de
mente me informó que su Lulav y Esto se suma a todos los gastos
Etrog no estaban por ningún lado. adicionales de festividades: ropa
Le había dado su equipo a un es- y zapatos nuevos para todos los
tudiante de Ieshivá que estaba niños, comidas festivas casi todas
haciendo visitas a hospitales y ho- las noches.
gares de ancianos, para darles a Sin embargo, antes de reaccio-
los pacientes la oportunidad de nar, recordé una historia que es-
cumplir con esta importante cuché en la infancia, de un rabino
mitzvá. El joven, a su vez, se lo pobre que vendió un juego de Te-
había pasado a otra persona que filín reliquia, su única posesión
le prometió que se lo devolvería valiosa, para comprar un hermoso
personalmente. La cadena se rom- Etrog. Su esposa estaba tan indig-
pió en ese punto, pero estaba nada por lo que había hecho que
claro que alguien tenía el juego agarró el etrog y mordió la punta,
de Cuatro Especies de mi esposo, dejándolo inservible para su ben-
y no era él. dición.
Desafortunadamente, no pude Mis simpatías en ese momento
digerir esta noticia con la misma estaban completamente con la Re-
ecuanimidad que mostró mi es- betzin, y probablemente le habría
poso. Un juego de Lulav y Etrog hecho cosas peores al Etrog, si
no es barato: entre $ 100 y $ 200 hubiera estado en mi poder. Pero
por un Etrog bien crecido, regor- nuestro precioso conjunto de Cua-
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