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que cuando soplaron vientos de         nando los jardines finamente cui-
            antisemitismo antes de que Hitler      dados de cada casa señorial.
            comenzara la Segunda Guerra               Nos detuvimos en una, estacio-
            Mundial, muchos judíos alema-          namos y tocamos el timbre de la
            nes se dirigieron a países de Amé-     impresionante entrada, con leones

            rica del Sur en busca de refugio.      de mármol blanco posados  a cada
               Sentí una conexión extraña          lado.
            pero familiar con estos nuevos            Si esto era el exterior, me pre-
            amigos, unos que compartían            guntaba cómo sería el interior. Abra-
            conmigo una parte del linaje an-       cé a Marie y le dije: “Es increíble
            cestral judío.                         poder realizar una gira por Brasil
               Tenían curiosidad por saber         con tanta información privilegia-
            más sobre el judaísmo, pero yo no      da. Esto es como la versión “detrás
            tenía mucho conocimiento para          de escena” que nunca habría visto
            compartir, por lo que se abando-       si hubiera viajado hasta aquí
            naba el tema.                          sola. Gracias.”
               Una noche, Marie pidió pres-           “Ningún problema.” Ella me de-
            tado un auto y visitamos a los pa-     volvió el abrazo cálidamente. “Gret-
            dres alemanes-sudamericanos de         chen estará muy emocionada de
            un compañera de trabajo de             que hayamos visitado a su mamá y
            Marie que se había establecido         a su papá”.
            recientemente en Alemania.                De repente, la enorme puerta de
               Enormes puertas de metal y un       madera se abrió. Al otro lado había
            guardia nos recibieron a nuestra       una pareja de pelo gris: una mujer
            llegada a esta comunidad cerrada       baja y corpulenta y un hombre alto
            muy rica en las afueras de São         y erguido.
            Paulo.                                    La mujer dijo: “Hola, por favor
               Después de compartir el nom-        pasen”. Nos hizo señas para que
            bre de la familia que habíamos ve-     entráramos.
            nido a visitar, se nos permitió           El rostro de Marie se iluminó y
            entrar.                                tomó las manos de la anfi-
               Las imponentes puertas se           triona. “¡Hola! Soy Marie y ella es
            abrieron y continuamos por el ca-      mi amiga, Meryl. Estamos muy
            mino, con grandes farolas ilumi-       contentas de visitarte. Gretchen es












                Enormes puertas de metal y un guardia nos recibieron
                 a nuestra llegada a esta comunidad cerrada muy rica
                                en las afueras de São Paulo.


                                                       ESENCIA                                                                 49
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