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ace muchos años, mi es- Soy docente en noveno grado en
poso, el rabino Hershel la escuela secundaria Beit Rivka en
HLustig, director de prima- Crown Heights, y cada año, cuando
ria del Instituto Educativo Oholei enseño los capítulos del Libro de
Torá durante muchos años, recibió los Reyes que describen la cons-
una llamada telefónica de un trucción del Primer Templo Sagrado,
joven que había estado en el Ohel leemos cómo el rey Shlomó imploró
ese día. a Di-s que respondiera a todas las
Este tuvo una conversación con oraciones ofrecidas en el Templo,
una mujer no judía— quien le especialmente las de los gentiles.
contó lo que la había llevado allí. Generalmente, intento incluir
Le relató que vive en Crown ideas o historias del Rebe en mis
Heights, en Lincoln Place, en la lecciones, y cuando llegamos a esta
cuadra detrás del edificio de la es- sección, comparto con mis alum-
cuela Oholei Torá en Eastern Park- nos la historia de la mujer de Lin-
way. coln Place para ilustrar cómo
“Sus cantos son tan puros, ins- incluso los no judíos vienen al Ohel
piradores y hermosos. Es música a orar.
para mis oídos”, dijo con entu- Siempre concluyo que, basán-
siasmo, explicando que podía es- dome en la plegaria del rey Shlomó,
cuchar las oraciones matutinas de estoy segura de que todo lo que esta
los niños desde su casa. mujer pidió en el Ohel ese día, se
Poco antes había pasado por cumplió.
una crisis familiar devastadora y Un año, al contar la historia,
se acercó a la vuelta de la esquina, una de mis alumnas comentó que
a Eastern Parkway, para pregun- vive en esa cuadra de Lincoln Place
tarle a uno de los estudiantes de y confirmó que, cuando no va a la
Oholei Torá dónde rezan cuando escuela, puede oír a los chicos de
tienen un problema grave. Oholei Torá rezar.
El chico respondió con fran- “¿Quién sabe?” Dije en broma:
queza que van al Ohel del Rebe y le “Quizás vivas en la casa de esa
dio la información que necesitaba. mujer...”.
“Por eso estoy aquí”, concluyó Al día siguiente, mi alumna
su relato. entró en clase y me dijo: “Sra. Lus-
El joven compartió esta conver- tig, no lo va a creer. ¡Sí que vivimos en
sación con mi esposo para que la casa de esa mujer!”.
apreciara que los niños rezan con Más tarde esa noche, hablé con
tanta belleza que incluso inspiran su madre, quien me contó los de-
a una vecina no judía. talles.
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