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Ahora sí que estábamos llegando         “De acuerdo”. La misma dife-
            a algo. Directamente a la trampa        rencia, pensé.
            que nos había tendido.                     “Entonces, en lo que respecta a
               «¿Por qué no pueden ver las co-      tus ojos, las ondas de radio no
            sas espirituales?», preguntó. «Hay      están aquí. Y lo mismo ocurre con
            mundos enteros que son espiri-          las emociones, las ideas, los ánge-
            tuales. ¿Dónde están escondidos?»       les y los mundos superiores: no
               «No están escondidos», respon-       están aquí. No están dentro del
            dió alguien. «Están aquí mismo.         mismo mundo que tus ojos físicos.
            Solo que no podemos verlos».            Por lo tanto, no puedes verlas”.
               Ahora Reb Yoel comenzó a mo-            Esto empezaba a tener sentido.
            ver objetos sobre la mesa donde es-     Pero no estaba preparado para la
            tábamos todos sentados.                 bomba que vino a continuación.
               «Esto de aquí», señaló una gra-         “Entonces, ¿por qué no puedes
            badora de casete que habíamos es-       ver a Di-s?”, exclamó. “¿Acaso Di-s
            condido bajo la tapa de un libro,       no está en todas partes?”
            «está escondido.                           La clase estalló en regurgitacio-
               ¿Por qué? Porque no está dentro      nes aún más inútiles de nuestros
            de mi campo de visión. Mi visión y      intentos anteriores, en formas aún
            este objeto están en dos lugares di-    más débiles.
            ferentes. Por lo tanto, no puedo           “¡Pero Di-s no tiene forma!
            verlo».                                 ¿Cómo puedes ver algo que no tiene
               Bueno, pensábamos que estaba         forma?”
            escondido. Reb Yoel, en aquel en-          Respuesta inútil. Él está aquí,
            tonces, nunca aprobó que grabára-       ahora, sin embargo. Aquí, en nues-
            mos sus clases.                         tro mundo de forma.
               “Ahora bien, ¿qué pasa con las          “Di-s no es algo que ves. ¡Ver y
            ondas de radio? ¿Están ocultas?         Di-s están muy lejos!”. Más inútil.
            ¿Están en el mismo lugar que no-           Di-s está en todas partes. Está
            sotros?”                                en los cielos y aquí en la tierra.
               “Sí, lo están”, respondí, deseoso    Está en las ideas. Está en las emo-
            de demostrar mi experiencia tec-        ciones. Está en el mundo palpable
            nológica. “Esta sala, y todo lo que     y visceral de los sentidos.
            nos rodea, está llena de ellas,            Está en la tierra fría que aprie-
            transmitiendo todas las estaciones      tas en la mano y aprietas entre los
            de la ciudad de Nueva York”.            dedos. Está en el mundo etéreo del
               “Entonces, ¿por qué no puedes        filósofo y en el mundo pragmático
            verlas?”                                del camionero que va a toda velo-
               “Porque”, me esforcé, buscando       cidad por la ruta.
            una forma de describir los espec-          Está en el mundo fétido del
            tros de frecuencia en idish, “las       obrero que limpia las alcantarillas
            ondas de radio no están…”               de la ciudad calle abajo, y está en el
               “¡No están dentro del mismo es-      aroma del ajo que nuestro cocinero
            pacio que tu visión!”                   estaba espolvoreando sobre los


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