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A la edad de setenta, Reshevsky ya no estaba entre los
ganadores de élite en los torneos de ajedrez. Cuando le
preguntó al Rebe si debía retirarse, el Rebe respondió
que no, diciéndole que jugar al ajedrez mientras obser-
vaba meticulosamente las Mitzvot era su forma de san-
tificar el nombre de Di-s. No mucho después de eso,
Reshevsky derrotó al campeón mundial Vasily Smyslov
en la Unión Soviética.
Recibió una ovación de pie de la audiencia de mil
miembros que quedaron encantados con su brillantez.
Poco tiempo después, en el año 1984, Reshevsky fue
proclamado ganador conjunto de un importante torneo
de ajedrez que tuvo lugar en Islandia, victoria para la
que se había preparado pidiendo la bendición del Rebe.
Luego de su victoria en Islandia, Sammy recibió una
carta en la que el Rebe lo elogió calurosamente por su
éxito en el torneo: “Me sentí doblemente satisfecho por-
que fue bueno saber que sigues participando en torneos
internacionales, y especialmente que compartiste el pri-
mer premio en el torneo de Reykjavik. No hace falta decir
que el punto más gratificante es que continúas mostrando
un Kidush HaShem Barabim, santificando el nombre de
Hashem públicamente, insistiendo en tu derecho a no

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