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Sin embargo, cuando un peón finalmente completa su
                             progresión paso a paso y llega al otro lado, puede cam-
                             biarse y ascender a un nivel superior. Incluso es posible
                             que un peón alcance el nivel de reina.
                                Esto también es cierto espiritualmente: es posible que
                             un alma simple se una con su fuente en maljut deAtzilut,
                             y se cargue con el nivel de Divinidad que es superior a
                             todos los ángeles y almas.
                                Somos los únicos en todos los reinos de la realidad
                             creada, capaces de este tipo de transformación drástica.
                                Esto contrasta con los oficiales: la torre, el alfil o el ca-
                             ballo. Pueden saltar y saltar, varios pasos a la vez. Sin em-
                             bargo, cada uno solo puede moverse en la forma en que
                             se le ha asignado. Las torres solo se mueven en línea
                             recta, los alfiles solo se mueven en diagonal y los caballos
                             solo se mueven dos casillas en vertical, una casilla en ho-
                             rizontal o viceversa.
                                En los mundos espirituales, cada ángel tiene su propio
                             carácter y método únicos para transmitir el flujo Divino a
                             los mundos inferiores. Pero mientras que los ángeles son
                             fuerzas espirituales sobrenaturales y pueden “saltar y
                             brincar”, están limitados por sus propias descripciones de
                             trabajo. A diferencia de los humanos, los ángeles no pue-
                             den actuar fuera de lugar, actualizarse o mejorarse.



               Pero en un asombroso movimiento de extravagancia, cuando
              la batalla se convierte en una batalla de vida o muerte, cuando
              todo el propósito de la creación está en juego, el Rey de reyes,
             “Di-s” en el sentido más infinito, interviene y se Une a nosotros.
                   Nunca estamos muy alejados ni siquiera del aspecto
                                   más trascendente de Di-s.



                                La reina tiene más poder y libertad que cualquiera de
                             los oficiales; ella puede moverse infinitamente en cual-
                             quier dirección. Pero la libertad implica riesgo, y la reina
                             a menudo se ve en peligro por el bien del juego.
                                Paralelamente a esto, Di-s permite que un aspecto de
                             Sí mismo vaya al exilio, para quedar incrustado en un
                             mundo que no necesariamente reconocerá Su presencia.
                             La Divinidad se puede encontrar en todas partes y en
                             cualquier momento, incluso en situaciones que parecen
                             ajenas a Di-s.


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