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1. Mito: Toda la Matzá es kasher para Pesaj
Como la comida de Pesaj por excelencia, toda Matzá
debe ser kasher para Pesaj. ¿Qué podría estar mal con la ha-
rina y el agua que se hornea en una Matzá?
Realidad: Solo es apta la Matzá que está certificada
para el uso en Pesaj
La caja puede parecer similar, e incluso puede tener le-
tras hebreas, pero si no hay un sello de un rabino supervisor
que declara que la Matzá es kasher para Pesaj, asuma que
no se tuvo cuidado de asegurar que la masa no se convir-
tiera en jametz, y no se puede comer en Pesaj.
2. Mito: La Matzá es cuadrada
Para muchas personas, la Matzá es una galleta salada
cuadrada, que viene cuidadosamente empaquetada en una
caja. Muchos suponen que este es el aspecto que siempre
ha tenido la Matzá.
Realidad: La Matzá tradicional es redonda
Durante miles de años, la Matzá se hizo a mano. Son re-
dondeadas, que es la forma más fácil de amasar/perforar.
La Matzá cuadrada llegó con la introducción de la Matzá
hecha a máquina, que se extendió por Europa tras la Revo-
lución Industrial.
3. Mito: la Matzá debe hornearse en 18 minutos
Quienes que estuvieron en una Matzería modelo saben
que la Matzá debe hornearse dentro de los 18 minutos
desde que el agua toca la harina, o de lo contrario se con-
vierte en jametz.
Realidad: Mientras la masa esté siendo trabajada, está
bien
De acuerdo con la ley judía, mientras la masa está siendo
golpeada y amasada, no tiene oportunidad de levar y no se
convierte en jametz.
En la práctica, sin embargo, la mayoría de las fábricas de
Matzá hornean su masa muy rápidamente y menos de 5 mi-
nutos transcurren desde que la harina y el agua se tocan
hasta que la Matzá crujiente sale del horno.
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