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Por David I. Klein













                             Antakya, conocida en la antigüedad como
                             Antioquía, tuvo una comunidad judía de
                             2.300 años de historia y se menciona en el

                             Talmud, pero una huida a zonas urbanas
                             ha dejado apenas una decena de judíos
                             residentes.





                                   os judíos han vivido en la ciudad de Antakya, co-
                                   nocida en la antigüedad como Antioquía, durante
                             Lmás de 23 siglos. Y la ciudad quiere que los visi-
                             tantes lo sepan.
                                Un símbolo compuesto por una estrella de David en-
                             trelazada con una cruz cristiana y la media luna islámica
                             se ha convertido prácticamente en el logotipo de la ciu-
                             dad, ya que está pegado por toda la ciudad, especial-
                             mente en los restaurantes que venden la cocina
                             claramente picante de la provincia sureña de Hatay.
                                “Nací en Antakya y moriré en Antakya”, dijo Selim
                             Cemel, un comerciante de ropa judío con una tienda en
                             el famoso Long Bazaar de la ciudad, un laberinto serpen-
                             teante de caravasares de la era otomana e incluso tiendas
                             más antiguas, que rivaliza con el Gran Bazar de Estam-
                             bul o el de Jerusalém.
                                 En él, uno puede encontrar de todo, desde textiles
                             hasta especias y algunos de los mejores hummus de Tur-
                             quía.
                                Las imágenes de la Estrella de David son tan frecuen-
                             tes que uno sería perdonado por pensar que los judíos
                             constituyen una parte significativa de la población de
                             200,000 habitantes de la ciudad.
                                En realidad, apenas quedan más de una docena de ju-
                             díos.
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