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uve el gran privilegio de aprendiendo en la escuela y nos
crecer alrededor del Rebe. hizo sentir muy cómodos.
TMi padre escapó de Rusia Esto fue algo que siempre me
junto con la madre del Rebe, la impresionó de la Rebetzin: cada
Rebetzin Jana, y como resultado vez que entrabas allí, ella estaba
de ello, se hizo cercano a la fami- totalmente enfocada en ti. Podía
lia del Rebe e incluso trabajó para haber un teléfono sonando, pero
ellos después de llegar a Estados le daba toda su atención a la per-
Unidos. sona que tenía delante.
Cuando nací, mis padres que- Más tarde, mis hermanos y yo
rían ponerme el nombre del ayudábamos en la casa del Rebe,
abuelo materno del Rebe, Rabi así como en la de su cuñado, Rabi
Meir Shlomo Yanovsky, ya que la Shmaryahu Gurary.
Rebetzin Jana no tenía descen- Como resultado, terminé te-
dientes con su nombre. niendo muchas más conversacio-
Entonces mi padre le pidió per- nes con la Rebetzin y hablé horas
miso a la Rebetzin y ella dijo que con ella por teléfono.
le preguntaría a su hijo, el Rebe, Me preguntaba por mi familia
al respecto. Al día siguiente, volvió y hablaba de temas de actualidad
con el visto bueno, por lo que ob- en Estados Unidos, Rusia o Israel.
tuve el nombre de Meir Shlomo. Recuerdo haberle contado cuando
La primera vez que conocí a la le dispararon al presidente Re-
Rebetzin Jaia Mushka, la esposa agan; en otra conversación, ex-
del Rebe, fue algún tiempo des- presó su preocupación por el
pués de mi Bar Mitzvá en 1977, aumento del antisemitismo.
cuando mis padres llevaron a toda Ella estaba muy bien infor-
la familia de visita. Todos niños mada y leía mucho, por lo que es-
pequeños, estábamos nerviosos. taba realmente al día en todo. Era
La mesa estaba puesta con una mujer muy fuerte y brillante,
estos hermosos vasos y la Rebet- y cuando le hacías una pregunta
zin nos sirvió pastel de crema de siempre iba un paso delante. Te-
Boston, que siempre les daba a los nías que medir tus palabras
invitados, y algo para beber. cuando le hablabas, especial-
Nos preguntó a cada uno de los mente porque sabías que ella po-
niños qué estábamos haciendo o dría repetírselas al Rebe. Pero me
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