Page 9 - ESENCIA 046
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Está más
              presente ahora
                 que antes
               de su muerte,
                 y aún más
              cada nuevo día.
                El Rebe hablando
                 de este suegro
                  su predecesor

















            Dos

               Para aquel cuyo yo es su cuerpo, la muerte del
            cuerpo es la muerte del yo. Pero para aquel cuyo yo es
            su amor, asombro y fe, no hay muerte, sólo un pasaje.
               Desde un estado de encierro en el cuerpo, hace el
            paso a la liberación. Continúa trabajando en este
            mundo, y aún más que antes.
               El Talmud dice que Iaakov, nuestro padre, nunca
            murió. Moshé tampoco murió. Tampoco Rabí Iehudá el
            Príncipe.
               Eran almas muy elevadas que eran una con la Ver-
            dad en un vínculo último, y como la Verdad nunca
            puede morir, ellos tampoco.
               Sí, a nuestros ojos vemos la muerte. Un cuerpo está
            enterrado en la tierra y debemos lamentar su pérdida.
            Pero esto es sólo una parte de la falsedad de nuestro
            mundo. En el Mundo de la Verdad, siguen aquí como
            antes.
               Y la prueba es que todavía estamos aquí. Porque si
            estas almas elevadas no estuvieran con nosotros en
            nuestro mundo, todo lo que sabemos dejaría de existir.

                                                       ESENCIA                                                                   7
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