Page 51 - ESENCIA 048
P. 51
criaron en un hogar tradicional de que los Rosenberg caminaban
que observaba el Shabat, pero por la acera.
violar el Shabat debido a una duda Los Rosenberg caminaron du-
sobre una exención permitida rante 40 minutos, tal vez una hora.
estaba fuera de cuestión, dijeron. A lo largo del camino, cantaron
“No había nadie afuera”, dijo la nigunim (melodías jasídicas). “Cual-
señora Rosenberg. “Hacía dema- quier canción que se nos ocurriera”,
siado frío”.
Su paseo invernal parecía muy dijo el rabino Rosenberg. “Intenta-
lejano mientras contaban su his- mos contar algunos chistes”.
toria. “Sabíamos que estábamos crean-
Pero para la pareja, el recuerdo do un recuerdo”, dijo la señora Ro-
era tan fresco como las verduras senberg.
que recogen del jardín de su gran Mientras tanto, los Hecht, que
terreno. han vivido en Rhinebeck durante
El viento ese día de diciembre una década, estaban en modo Sha-
soplaba en sus caras, recordaron. bat.
Podían ver su aliento contra el El rabino Hecht había rezado
cielo oscuro. Mantenerse en equi- Minjá y Kabalat Shabat, y la fami-
librio, especialmente apoyados en lia estaba reunida alrededor de la
un andador, era peligroso. mesa del comedor.
El rabino, que no estaba prepa- “¿Qué, no hay invitados?”, pre-
rado para su caminata improvi-
sada, llevaba zapatillas deportivas. guntó Mendel, su hijo, que enton-
Su esposa, una enfermera jubilada ces tenía seis años.
y maestra jardinera, que entonces Le gustaban los invitados que se
tenía 63 años, tenía botas. unían a la familia para las comidas
Afortunadamente, ambos te- de Shabat todas las semanas.
nían parkas de plumas y guantes. No esta noche, explicó el rabino
“Hacía un frío muy, muy in- Hecht. Hace demasiado frío afuera.
tenso, brutal”, dijo el rabino Ro- Nadie se presentó a rezar; nadie
senberg. vendrá a cenar.
Los guantes no ayudaron Mendel no estaba contento,
mucho. Había nieve en la acera pero aceptó la explicación de su
que les llegaba hasta los tobillos, y padre.
hielo. Ya habían cantado Shalom Alei-
“La calle no estaba mejor”, dijo jem y Eshet Jail, y el rabino Hecht
la señora Rosenberg.
“Estaba llorando un poco”, dijo, estaba a punto de hacer Kidush.
por el frío. “Recé a Di-s para que Tomó la copa en sus manos y es-
nos llevara a lugar seguro”. taba a punto de decir: “Baruj...”
El rabino Rosenberg caminó de- “Entonces”, dice Tzivia Hecht,
lante de su esposa para bloquear el esposa del rabino Hecht y socia en
viento. el Centro Judío Rhinebeck, “toca-
Los Hecht, que no tenían idea ron a la puerta”. •
ESENCIA 49