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No recuerdo la sensación exacta de la Matzá desmo-
            ronándose en mis manos, pero puedo decirles esto: esa
            Matzá, separada de nosotros con solo una fina hoja de

            tela, inspiró nuestra imaginación.


















               Y a Siberia, mi padre trajo una      con los dedos y las manos a través
            Matzá, que escondió en una              de la tela de la funda de la almo-
            funda de almohada bien atada.           hada, partimos la Matzá en peda-
               El día antes de Pesaj, mi padre,     zos, luego en pedazos más pe-
            viudo, tenía que ir a trabajar y no-    queños, y luego en pedazos cada
            sotros, los tres niños, pasamos el      vez más pequeños, y finalmente
            largo día esperando en nuestro          casi en migajas.
            hogar siberiano: una choza sin ca-         “No hay daño”, nos dijimos,
            lefacción, agua corriente ni co-        para justificar nuestra acción. “La
            mida.                                   Matzá todavía está allí; no la co-
               La funda de la almohada bien         mimos”.
            atada, con la Matzá crujiente y            No recuerdo la sensación exacta
            desmenuzada dentro, estaba sobre        de la Matzá desmoronándose en
            la mesa, atrayéndonos tentadora-        mis manos, pero puedo decirles
            mente.                                  esto: esa Matzá, separada de no-
               En algún momento de la tarde,        sotros con solo una fina hoja de
            finalmente sucumbiendo al ham-          tela, inspiró nuestra imaginación.
            bre y la tentación, tres pequeñas          Hablamos sobre cómo sería re-
            figuras se acercaron lentamente a       almente morder esta comida cru-
            la mesa.                                jiente y sabrosa y no tener más
               Sabíamos que no podíamos co-         hambre.Luego comenzamos a
            mer la Matzá, pero seguramente          soñar con el final de la guerra,
            tocarla estaría bien. Al principio,     cuando el mundo volvería a ser
            solo tocamos ligeramente la funda       bueno, y cómo se sentiría si nues-
            de la almohada, sintiendo sus cres-     tra habitación se llenara con pan
            tas y agujeros.                         blanco desde el piso hasta el
               Pero luego, como un pequeño          techo, o si tuviéramos una casa
            equipo de demolición, trabajando        llena de pan, o mejor aún un gran


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