Shabat Bereshit

“Como uno se para en Shabat Bereshit así caminará el año entero”. (Rebes de Jabad)


Sobre el Shabat Bereshit, cuando se comienza con el ciclo anual regular de la lectura semanal de la Torá, hay un dicho conocido de los Rabinos de Jabad, que este Shabat influye sobre todo el año “como uno se para en Shabat Bereshit, así camina todo el año”.


Esta centralidad de Shabat Bereshit llama la atención. A simple vista, la Fiesta de Shavuot, cuando fue entregada la Torá, es una fecha más central. Y en general, hay otras Parshiot donde aparecen mandatos fundamentales centrales en la vida del judío. ¿Qué hay de especial en Shabat Bereshit?
Sólo que lo especial de esta Parshá radica en que en ella se describe la creación del universo. El tomar conocimiento de este hecho y la reflexión en su significado son la piedra angular del Servicio a Di-s durante todo el año. Cuanto más esté el judío impregnado con el significado de Shabat Bereshit, más fácil le resultará servir a su Creador durante todo el año.


UN DICHO PERMANENTE
El relato de la creación abre con “En el principio creó Di-s los cielos y la tierra”. El Rambán explica que la palabra “creación”, indica la generación de la existencia de algo de la nada.
Es decir, que previo a la creación no había existencia alguna, era la nada absoluta, y Hashem creó al mundo de la nada.
Esto es un fenómeno absolutamente excepcional que no se asemeja a ningún acto creativo que conozcamos: crear la existencia de un mundo, a partir de la no-existencia, de la nada absoluta. Por lo tanto, para que el mundo creado permanezca como existencia y no vuelva a la nada absoluta, como lo era antes, el Altísimo debe volver a crearlo nuevamente cada instante, exacta-mente igual que como cuando lo creó por primera vez.


NO HAY EXISTENCIA
En este espíritu explica el Alter Rebe en el Tania, en nombre del Baal Shem Tov, el
mamento, se encuentra siempre en el cielo para sostenerlo. Puesto que si interrumpiera Hashem Su dicho Divino, el cielo volvería a ser, instantáneamente, nada absoluta como lo era originariamente.
Esto significa que la verdadera existencia del mundo es “el habla Divino”. El mundo por sí mismo no posee sustentabilidad independiente.
Por sí mismo, el mundo es, esencialmente, nada absoluta. Existe sólo como consecuencia de la palabra Divina que lo crea y sostiene cada instante. Resulta entonces que la palabra Divina es la verdadera existencia de la creación toda.


EL MUNDO NO MOLESTA
Ahora comprenderemos la centralidad de Shabat Bereshit. Esta Parshá le brinda al hombre el enfoque correcto del mundo. Cuando se sale a la vida uno se choca con dificultades y perturbaciones. Debe intercalar los principios de la Torá con la realidad cotidiana, en sus actividades y ocupaciones, y a veces parecería como que existe una contradicción entre ellos.
Le dice a él la Torá: “En el principio creó Di-s”- Toda la existencia del mundo no es sino los diez dichos de la Torá (con que fue creado el mundo), y en esa misma Torá dice “Yo soy Hashem tu Di-s”, y en ella hay 613 preceptos. Por lo tanto es imposible una cotradicción entre ambos; ¡no es posible que el mundo moleste al cumplimiento de los preceptos!
Un judío que sale a la vida cotidiana del año recién comenzado impregnado con esta conciencia, no verá en los temas del mundo una perturbación para la Torá. Por el contrario, incluso mientras que se dedica a sus asuntos personales, meditará en palabras de Torá y se ocupará de buenas acciones, des-arrollando de esta manera un año pleno, con éxito material y espiritual.


(Likutei Sijot Tomo I pag.1)

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