Un nuevo flujo de vida

¿El universo está vivo?

Los Sabios lo ven pulsante con energía espiritual. El «pulso» es el ritmo de la fuerza vital Divina que recrea continuamente todo lo que existe. Los Sabios hablan de esto como un flujo de energía que emana de Di-s, Quien es infinitamente más allá del universo. La energía espiritual da vida a todo lo que hay, a las galaxias, al sistema solar, a nuestro planeta tierra, a cada animal o ave, a cada hoja y cada granito de arena, manteniéndolos en existencia.

Esta enseñanza Jasídica nos ayuda a entender el concepto de Rosh Hashaná, el Año Nuevo. La fuerza vital no es un flujo constante que no cambia, sino que es un pulso. Así que en Rosh Hashaná, el aniversario de la Creación, hay una nueva explosión de fuerza vital que viene de Di-s. Los Sabios nos dicen que cada año, esta corriente proviene de un nivel más alto de Santidad que antes. En términos espirituales, cada año nuevo, es por lo tanto, verdaderamente ‘Nuevo’. Hay nuevas posibilidades y nuevos potenciales inexplorados.

¿Qué papel juega el judío en este proceso?

La enseñanza Judía nos dice que la existencia tiene un propósito espiritual: crear una morada para Divinidad en este mundo. Esto significa que los detalles de la vida expresen y reflejen la Santidad de Di-s. Al pueblo Judío se le dio la responsabilidad de tratar de hacer que esto suceda. Las enseñanzas de la Torá guían al pueblo judío, y a toda la humanidad, a vivir de tal manera que la bondad y Santidad se pueden expresar en sus vidas.

Rosh Hashaná es el tiempo en el que cada judío recuerda esta tarea. Nos dirigimos a Di-s con profundo sentimiento: “Nosotros vamos a ser Su pueblo, y Él va a ser nuestro Di-s”. En el nuevo mundo del Año Nuevo, vamos a intentar cumplir con nuestra tarea, y al mismo tiempo le pedimos a Di-s que nos conceda todo lo que necesitamos para poder hacerlo con alegría.

Que el nuevo flujo vital de este Rosh Hashaná traiga paz, dulzura, luz, salud y prosperidad a todo el Pueblo Judío, en Israel y en todo el mundo. Y que el bienestar de la nación Judía traiga alegría a la humanidad.

Por: Tali Loewenthal

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