Un ave que nos enseña los principios de la providencia divina

“El Shalaj. Explican nuestros Sabios- es el (ave) que extrae peces del mar (-el pelicano)”
(Comentario de Rashi, VAIkRá 11:17)

Entre las aves impuras, prohibidas para la alimentación, que la Torá enumera en nuestra Parshá, se menciona también el Shalaj
1. ¿Qué es un Shalaj? Rashi comenta: “explicaron nuestros Sabios- es el (ave) que extrae-sholé- peces del mar” El Shalaj es el
pelicano que se zambulle en las profundidades del mar y extrae de allí peces con los cuales se alimenta.
La Guemará2 cuenta sobre Rabí Iojanán, que cuando veía un pelicano proclamaba3:
“Tu justicia llega a las grandes profundidades” Comenta Rashi: “Tu justicia está presente también en la gran profundidad,
puesto que preparaste un pelicano para hacer justicia, y ejecutar Tu venganza en los peces del mar, matando a quienes están predestinados a morir” Es decir, el pelicano reflejaba en los ojos de Rabi Iojanán, la forma como el Altísimo supervisa a Su mundo, y fija, incluso con los peces cuál vivirá y cuál morirá.

UNA PRUEBA PARA LA POSICIÓN DELBAALSHEM TOV
De este dicho de Rabí Iojanán, el Alter Rebe trajo una prueba4 para comprobar la veracidad de la posición del Baal Shem Tov,
que todas las cosas que suceden en el mundo son en base a la supervisión de cada detalle por parte de la Providencia Divina5.
Es decir, que no sólo los sucesos relacionados con el reino humano están supervisados, sino que Hashem supervisa también cada
detalle de lo que ocurre con el animal, el vegetal y el mineral. Esto es justamente lo que dice Rabi Iojanán, que incluso cuando
un ave se zambulle al mar y saca un pez, esto lo lleva a cabo bajo la supervisión de Hashem, Que define cuál pez es el que será
atrapado.
Efectivamente, el Baal Shem Tov enseñó que cada detalle y cada movimiento que tiene lugar en el mundo, está supervisado en detalle por Di-s, incluso una hoja que se desprende de un árbol, Di-s dirige el desprendimiento y fina hacia dónde rodará y caerá.

EN LAS PROFUNDIDADES DEL MAR
El hecho que la prueba para ello es un dicho talmúdico que hace referencia al pelicano, tampoco es casual. Hay una relación
directa entre la esencia del concepto de la Providencia Divina sobre cada detalle y el pelicano, “que extrae peces del mar” El
mundo, tal cual se ve a nuestros ojos, parecería como que es manejado por las leyes naturales. No vemos la mano de Di-s que dirige las cosas y las supervisa. Sin embargo, las enseñanzas Jasídicas explican que el término hebreo teva- naturaleza- deriva
de teviá- hundimiento (como en el texto7 “se hundieron- tuvú- en el Mar del Suf”) Tal como los elementos hundidos en el agua
existen ahí de manera íntegra, sólo que no son vistos, así es como ocurre con la naturaleza (-teva-) que oculta, como que la Providencia Divina estaría hundida en su seno, hasta que parecería como que las cosas se hacen por sí solas.
Es aquí donde aparece el pelicano y nos indica que si queremos descubrir a la Supervisión Superior, debemos sumergirnos y
extraerla de dentro del mar- ‘quitar la careta’ de la naturaleza y encontrar a la Providencia que está por detrás de la naturaleza.

POR DEBAJO DEL OCULTAMIENTO
El pelicano nos enseña que se debe meditar y observar por debajo de la ‘capa de agua’, por debajo de la cobertura de la naturaleza. Se debe profundizar y meditar en la esencia interior de las cosas, y entonces ha de descubrirse que también en las cosas casuales- por así decirlo- las que supuestamente son producto de la naturaleza, en realidad están siendo guiadas por la Supervisión Divina de cada detalle.
Esto ocurre hoy en día, el mundo materialista cubre y oculta la Verdad Divina.
Pero cuando tenga lugar la verdadera y completa redención a manos del Mashíaj,
realmente pronto, ahí se revelará esta verdad a los ojos de todos, como está escrito8: “y Ha de revelarse la Gloria de Hashem, y toda carne verá, juntos, que la boca de Hashem habló”

(LIkUTEI SIJOT, TOMO 7, Pág.54)

NOTAS: 1.Vaikrá 11:17 2.Julín 63,a 3.Tehilim 36:7 4.Ver Iahel Or de Tehilim, inciso 3 5.Moré Nebujim Parte 3, cap 17 al final 6.Ver Maamar Ma Tovu Ohaleja 5689, cap. 3 7.Shemot 15:4 8.Ieshaiahu 40:5

Resumen parasha Shemini

Los Cohanim asumieron sus cargos después de los siete días de iniciación. Nadav y Avihú, los hijos mayores de Aharón,
ofrecieron incienso sobre fuego no consagrado y no tomado del altar. Una trasgresión tal por qwparte de los Cohanim, que debían dar el ejemplo para el resto de la asamblea, era imperdonable.

En consecuencia, ambos fueron consumidos por un fuego que venía “de la presencia del Señor”.

Aharón estaba abrumado por el dolor de esta tragedia, pero Moshé le explicó que los Cohanim tenían la responsabilidad especial de mantener el elevado nivel de santidad requerido de ellos por Hashem.
Pureza y santidad deben ser los principios subyacentes en la vida diaria entre los judíos. Por ende, se hizo una distinción
“entre lo puro y lo impuro, y entre los animales que pueden ser comidos y los que no pueden serlo”.

La lista

La señora Edith Block y su esposo,  estaban  pasando  unos días en un hotel kosher en Florida poco después del fallecimiento de Rebetzin  Jaia  Mushka,  esposa  del Rebe. La noche del viernes en la cena de Shabat, una mujer sentada a la mesa le dijo a la Sra. Block: “¿Eres una Lubavitcher?” Cuando la Sra. Block respondió  afirmativamente,  la  mujer continuó: “Lamento mucho el fallecimiento  de  la  Rebetzin Schneerson. Tengo algo que contarle sobre ella”.

“Somos Jasidim, aunque no somos Jabad. Algunos  de  mis  amigos, incluidos nosotros, estábamos  casados  durante varios años pero no habíamos sido bendecidos con hijos. Todos éramos so-

brevivientes del Holocausto, los únicos sobrevivientes de familias muy gran-des. Fuimos a nuestro Rebe en busca de bendiciones para tener niños, pero sin éxito.

“Una de las jóvenes decidió ir al Rebe de Lubavitch para recibir una bendición. Una decena de mujeres decidimos unirnos a ella.

“Sabíamos que el Rebe vivía en President Street, que en ese momento estaba cerca del lugar donde vivía nuestro Rebe. Al acercarnos al 1304 de President Street, nos quedamos como paralizadas y no podíamos decidir quién debería ser la que llamaría a la puerta del Rebe”. .

“Estábamos paradas en la acera hablando de eso, cuando un auto salió del camino de acceso. La mujer que lo conducía salió del auto y nos preguntó qué podía hacer por nosotras. Nos tropezamos con nuestras palabras, pero finalmente le contamos sobre nuestro deseo.

“La mujer sacó una libreta y un bolígrafo de su bolso y nos pidió nuestros nombres. Luego procedió a darnos el nombre de un médico de fertilidad en Manhattan  y  nos  dijo que lo llamáramos en unos días”.

La mujer continuó y dijo: “No sé qué les sucedió a las otras mujeres. Cada una siguió su camino. Pero puedo decirte lo que me pasó a mí.

“Llamé al consultorio del médico y la secretaria me dijo que el doctor estaba muy ocupado y que podía concertarse una cita con él en un año. Comencé a llorar y la secretaria me pidió que repitiera mi nombre. Luego me dijo que esperara. Pocos minutos después, volvió al teléfono y me dijo que ya tenían una cita reservada a mi nombre para la semana siguiente.

“A través de ese doctor”, continuó, “Di-s me bendijo con una hija. ¡Y esa hija me ha dado 10 nietos!”

“Más tarde, descubrí que la persona que había hecho las citas para nosotras no era otra que la Rebetzin Jaia Mushka Schneerson”

Relatado por Henya Laine

3 reglas para preparar la casa para pesaj

Se acerca Pesaj, y este año más que nunca te debes estar preguntando: ¿cómo preparo la casa?

Recordá estas 3 simples reglas, que te ayudarán a concentrarte en lo necesario: 

  1. Si está fuera del alcance, no existe: si está en lugares donde no podés llegar con tu mano, se lo considera inexistente.
  1. Solo en los dominios del Jametz: es necesario limpiar únicamente aquellas habitaciones o lugares donde entró Jametz durante el año.
  1. Poné el Jametz en “cuarentena”: cualquier habitación, placard o alacena donde haya mucho Jametz se puede cerrar para los días de Pesaj, siempre y cuando antes del comienzo de la festividad lleves a cabo el proceso de venta de Jametz para desvincularte de él.

¿Qué es la Venta de Jametz?

La Torá nos prohíbe poseer Jametz durante toda la festividad de Pesaj, desde la mañana del 8 de Abril hasta la salida de las estrellas la noche del día 16.

Para cumplir con este requisito en la práctica, se designa un espacio (estante, armario o habitación) donde se coloca todo el Jametz (también toda la vajilla y utensilios utilizados con Jametz durante el año). Por medio de un documento, se transfiere todo el Jametz al rabino, quien a su vez lo vende a un no judío antes de que empiece la festividad y después de Pesaj se lo recompra. 

Debe marcarse el lugar para no ser abierto durante Pesaj. 

La venta no es meramente simbólica, sino real. Dado que tiene muchos detalles halájicos para que sea válida, se hace por medio del rabino, experto en estos detalles.

El pollo es de carne ¿Por qu los huevos de gallina son Parve (neutros)?

La prohibición mencionada en la Torá es mezclar carne (carne de res) con leche. Los Sabios ampliaron este mandato para incluir las aves de corral, ya que su carne puede confundirse con la de res.
Los huevos no entran en esta categoría porque no pueden confundirse con carne. Además, los huevos se consideran una entidad separada una vez que han sido puestos y se consideran parve o neutros, por lo que pueden comerse con leche o carne.

Curiosamente, el Código de Ley Judía (Ioreh Dea 87:5) menciona que si se encuentran huevos completamente formados dentro de una gallina, estos se pueden consumir con productos lácteos; sin embargo, si los huevos no están completamente formados, no se pueden consumir junto con leche aunque se podría comer productos lácteos después de comer uno de ellos.

¿LOS HUEVOS MARRONES SON KASHER?
Los huevos de gallina marrones son kasher. Sin embargo, es necesario examinarlos cuidadosamente para detectar manchas de
sangre no kasher, ya que los huevos marrones tienden a tener más manchas de sangre que los blancos.
La razón es doble. En primer lugar, la genética de las aves marrones las predispone a poner más huevos con manchas de sangre. En segundo lugar, durante el procedimiento de visualización al trasluz [que permite a los fabricantes eliminar casi todos los huevos con manchas de sangre], la cáscara marrón del huevo parece tener un tinte rojo, lo que hace que la tarea de buscar una mancha roja detrás sea extremadamente difícil.

La jala correcta

Reb Meirke de Mir, uno de los jasidim de Rabi Mordejai de Lejovitch, una vez interrumpió su viaje para entrar en una posada para decir sus oraciones. Mientras estaba allí, llegó una gran caravana de carros, atiborrada de pobres itinerantes con sus esposas y pequeños pordioseros. Reb Meirke vio a un hombre en el medio, de apariencia venerable cuyo rostro reflejaba una extraña pureza de mente. Cuando lo estaba mirando más de cerca, vio que la esposa del posadero puso pan y otra comida en la mesa.

Mientras que toda la otra gente pobre agarró sus rodajas para aliviar su hambre, el pobre anciano caminó determinadamente hacia las cubetas de agua, y examinó una jarra cuidadosamente para ver si era apta para realizar el Netilat Iadaim (lavado ritual de las manos).
Antes de lavar sus manos, sin embargo, tomó la rodaja de pan sobre la que debería luego decir la bendición‐ pero la volvió a colocar inmediatamente, tomó un poco de otro pan que estaba allí en cambio, recitó la bendición sobre él, y se sentó para comer.

Los pobres abandonaron la posada poco después, y el hombre anciano salió con ellos.
Pero a lo largo de sus oraciones y de su comida de la tarde, Reb Meir no podía alejar sus pensamientos del anciano mendigo. ¡¿Por qué no comió esa rodaja de pan?!
Él tenía que averiguarlo. Se acercó a la propietaria y le preguntó: “Excúseme, pero ¿cuándo amasó y horneó ese pan?”
“¿Por qué?. Ayer o anteayer…” ella contestó.
“¿Y usted me certifica” él continuó, “si recordó en ese momento separar un trozo de Jalá de la masa (de cada masa es debido retirar un trozo y quemarlo‐ hafrashat jalá)?”
“¡Oh! ¡Qué barbaridad!” Exclamó a la mujer. “¡Me olvidé de quitar la masa!”

Ahora estaba claro para Reb Meirke que el hombre estaba Divinamente inspirado. Ensilló sus caballos y a toda prisa salió inmediatamente para alcanzar al grupo de viajeros. Los encontró pronto, pero su hombre no estaba entre ellos.
“¿Dónde está ese hombre anciano que estaba con ustedes?” Preguntó.
“¿Por qué preguntas por ese viejo loco?” Contestaron. “Él se nos unió hace unas semanas, y viaja dondequiera que viajemos, y duerme dondequiera que dormimos. Pero se comporta como si estuviera chiflado.

Cada día nos deja durante un tiempo y se para solo, entre los arbustos en el bosque. Y una vez, en pleno invierno, cuando vio un lago helado cerca nuestro, rompió el hielo y se zambulló en el agua congelada.”
Cuando Reb Meirke siguió la dirección que le indicaron, descubrió a este hombre extraño que estaba de pie bajo un árbol, extasiado en sus pensamientos,y su cara encendida como un leño.
“¡Rebe, bendígame!” Exclamó Meir.

El pobre le pidió una moneda de cobre, y le dio su bendición.
Cuando en el momento debido, Reb Meirke visitó Lejovitch de nuevo para ver su Rebe y le contó toda la historia, el tzadik dijo: “¡Cuán afortunado eres! ¡El hombre que te dio su bendición no es otro que el santo Rabi Leib Sarahs!”

Una gran mujer

Cuenta Reb Janania Halbershtam, quien trabajó durante 18 años en el hogar del Rebe y la Rebetzn Jaia Mushka:

ALGUNOS DE SUS RASGOS

El honor que sentía por su esposo y su auto-anulación frente a él es comparable al que siente un jasid por su Rebe.

Cuando pasaba mensajes del Rebe decía: “Así y así dijo mi esposo” Jamás agregó alguna explicación de su parte.

Sin embargo, el Rebe la consultaba y trabajaba junto a ella. En las noches en las que no se quedaba en su oficina en “770”, acostumbraba a trabajar en el escritorio de su casa, y contestaba cartas que recibía de todas partes del mundo. Su ritmo era incomparable. ¡Contestaba hasta cientos de cartas por noche!

En las horas de la madrugada, la Rebetzn se sentaba junto al Rebe. Cuando las misivas recibidas estaban escritas en francés, el Rebe le dictaba la respuesta en Idish y ella respondía en francés.

Era una intelectual brillante, y dominaba varios idiomas.

El Rebe honraba muchísimo a su esposa, y muchas veces se refería a ella como: “La hija del Rebe” (su suegro era el Rebe Anterior, Rabi Iosef Itzjak Schneerson) Y cuando le provocaba alegría decía: “He dado satisfacción a la hija del Rebe”.

UNA CENA SOBRE LA SILLA

Durante un tiempo, la Rebetzn debió permanecer en cama debido a una dolencia en su pierna. Reb Halbershtam recuerda que en uno de esos días, dejó la cena de la Rebetzn sobre una silla al lado de su cama y colocó la comida para el Rebe, como de costumbre, sobre la mesa. Luego Halbershtam vio cómo el Rebe tomaba su bandeja de comida y se dirigía a la habitación donde estaba la Rebetzn, colocó su comida junto a la de su esposa, y ambos cenaron juntos… sobre la silla en lugar de una mesa.

BAJO PERFIL

La Rebetzn se distinguía por su recato y modestia, y escapaba de los honores como del fuego. Cuando asistía a cualquier sitio se empeñaba en esconder su identidad.

También cuando realizaba compras, se preocupaba de hacerlo en lugares en los que nadie la conocía. Cierta vez, Halbershtam se atrevió a preguntarle por qué se aleja tanto de los honores.

Ella respondió con total simpleza: “Créeme que no necesito que se me rindan honores. Las manifestaciones de honor no me interesan en absoluto”

En cierta ocasión, la Rebetzn acudió a un negocio de ropa en Nueva York para comprarse un tapado. Se encontraba allí también la esposa de un importante rabino de una comunidad jasídica. Alguien deslizó un comentario a la esposa del rabino, diciendo que “la Rebetzn de Lubavitch se encuentra en lugar”. La esposa del rabino se acercó a la Rebetzn, le dio la mano y charlaron por un instante. Al concluir la conversación, la Rebetzn se apresuró a terminar su compra y dejar el lugar. Al salir le dijo a Halbershtam: “No podemos retornar a este negocio. Ya saben quien soy…”

UN PASEO DISTINTO…

En sus últimos años, la Rebetzn tomaba un paseo diario por un parque a orillas del río Hudson. Siempre viajaban por el mismo camino, pero en cierta ocasión tuvieron que desviarse. Al pasar por una de las calles, notaron que algo sucedía: autos de policía, un camión de mudanzas, una familia afligida y alguien que les gritaba furiosamente.

La Rebetzn ordenó a Halbershtam que detuviera el automóvil y retrocediera para averiguar de qué se trataba. “Mi padre, el Rebe” dijo la Rabanit, “me enseñó que cada cosa que uno ve está guiada por la Providencia Divina. Si nos desviamos y nos tocó ver esta escena, debe existir una razón”

Halbershtam se acercó al lugar de los hechos y averiguó lo sucedido. Rápidamente regresó al auto y le relató al Rebetzn lo indagado. Una familia judía- inmigrantes de Rusia- se había atrasado en el pago de sus alquileres, adeudando un total de 7000 dólares. El propietario, después de muchas advertencias, los estaba desalojando por la fuerza.

La Rebetzn, sin pronunciar palabra, abrió su cartera, sacó su libreta de cheques y emitió uno por la suma indicada. Se lo extendió a Halbershtam, y le señaló que lo entregara al propietario sin darle demasiadas explicaciones y que además se asegurara que devolvieran los muebles dentro de la casa rápidamente, para dejar el lugar antes de ser reconocidos por la familia y así evitar que se avergonzaran.

Halbershtam entregó el cheque a un sorprendido propietario, se cercioró que la policía ordenara retornar los muebles a su lugar, y dejó detrás a una familia judía confundida pero eternamente agradecida a esa misteriosa dama que ocupaba el asiento trasero del automóvil

Galletitas de avena y chocolate

Ingredientes:

-250 gr de margarina a temperatura ambiente

-1 taza de azúcar

-1 taza de azúcar negra

-2 huevos

-1 cucharita de esencia de vainilla

-2 tazas de harina

-1 cucharita de bicarbonato de sodio

– 1/2 cucharita de polvo de hornear

-2 tazas de avena tradicional

-1/2 taza de nueces

-1/2 taza de chips de chocolate

-1/2 taza de coco rallado

Procedimiento:

Precalentar el horno a 180 grados. Línea 2 bandejas para hornear con papel manteca. En un bol grande, batir la margarina y el azúcar. Agregar los huevos y la vainilla. En velocidad baja, agregar la harina, el bicarbonato, el polvo de hornear y la avena. Agregar las nueces, chips de chocolate y coco. Poner de a cucharadas sobre las bandejas para hornear preparadas. Hornear durante unos 12 minutos o hasta que se dore ligeramente. Dejar reposar en la bandeja de horno 2 minutos antes de colocar sobre una rejilla de alambre para terminar de enfriar.