¡Los animales son espirituales!

El fundador de una Organización de Rescate de Animales, a partir de ahora Mendy, interactúa por e-mail con el Rabino Newman sobre la espiritualidad de los animales, y aquí el intercambio.

¿Crees que los animales son espirituales?

E-mail de Mendy: : 

Gracias por compartir tu sabiduría.

Tengo una perspectiva diferente en tu sentencia acerca que:

Los animales no estudian las estrellas y los ángeles están confinados a los reinos espirituales, pero el Hombre es el puente de Di-s entre los Cielos y la Tierra.

Nuestros cuerpos están formados de polvo, nuestras almas son la esencia de Di-s. Sólo nosotros podemos ver el mundo físico y ver una vida espiritual y bella. Nosotros, que estamos más allá del cielo y la tierra, forma y materia, espíritu y cuerpo, sólo nosotros podemos fusionar las dos cosas.

Este concepto ha cegado a la humanidad y se instituido en los especímenes desde Descartes.

Como fundador y presidente de una organización de Rescate a los Animales durante 30 años, puedo decir con seguridad que los animales que traemos y le damos albergue en este mundo, luego de generaciones de estar en laboratorios de observación abominables, pasan los días mirando el cielo, con asombro.

Hay mucha gente que está confinada al reino del mundo material. La mayoría de los animales que hemos rescatado tienen la conexión más profunda al mundo espiritual de la forma más auténtica que se pueda imaginar. Nos hemos sentido más cercanos a Di-s en su presencia que con los investigadores inhumanos que los han torturado.

La Tierra es redonda y somos uno con todas las Criaturas de Di-s.

Es algo antiguo dejarse llevar por las creencias sobre las especies céntricas que «sólo nosotros podemos ver el mundo físico y ver una vida espiritual y bella». Tengo que decir, con todo respeto, que esto no es cierto.

RESPUESTA del Rab Newman:

Me alegra que podamos compartir perspectivas con tolerancia y entendimiento. Una cosa que creo que ciertamente estaremos de acuerdo es: Si este Planeta Tierra fuera un jardín, y viéramos a estos humanos corriendo alrededor causando los estragos que hacen, ¡Correríamos a una jardinería para buscar una manera de eliminar la plaga!

Afortunadamente, el Creador es más paciente. Debe de haber alguna cualidad de redención que Él ve en nosotros.

Espero que usted tenga paciencia y me deje mostrarle una enseñanza de uno de los Cabalistas Italianos del Siglo XVI, Iehudá Moscato:

Perek Shira, un texto de Midrash antiguo, describe la canción que cada criatura canta a su Creador. Termina con una historia de una rana que se jacta frente al Rey David que su canción es más bella que cualquiera que él pudo haber compuesto.

¿Cuáles son estas canciones? ¿Quién las compuso? Los Cabalistas explican que cada animal recibe su vida a través de un canal de ser espiritual. La canción proviene de este ser espiritual que está puesto sobre cada una de las especies. En su melodía, están contenidos todos los movimientos y actividades, silbidos, gritos, ladridos y rugidos de cada animal que está conectado con ese ser.

Cada ser creado está vivo, incluso las rocas, la arena, el agua y el aire. Cada uno tiene su canción, y juntos componen una magnífica sinfonía.

El ser humano, escribe Moscato, es la criatura que ejecuta todas las partes como una, así como un solista en un concierto canta la melodía principal. Y mientras él está ejecutando la obra, la orquesta lo acompaña con todos sus instrumentos. Cuando uno toca fuera de tono, el universo toca en acrimonia. Cuando uno toca en armonía, el mundo ejecuta de manera dulce y bella.

Sí, nosotros somos de la tierra, otras de las criaturas de Di-s que pertenecen a esta biósfera. Aún así, somos el elemento radical, aquél que tiene el poder de traer devastación más que cualquier otra criatura. Así como tenemos el poder de destruir, tenemos también el de reconstruir, de curar, y de sublimar a todo el mundo. Esa es nuestra cualidad de redención, un tipo de espiritualidad que descansa sólo en nosotros: la capacidad de ver la curación en donde yace la enfermedad, y de tomar acción para reconocer esta curación. Está siendo tocada hoy por gente como tú. Gracias.

Rabino Tzvi Freeman.

Vaishlaj «Y Mandó»

Después de su regreso a Israel – que representa la perfección espiritual adquirida luego de haber pasado 20 años trabajando para Laván en Harán (mundo de idolatría) – Iaacov manda mensajeros a su hermano Esav para hacer las paces. Sin embargo, éste lo enfrenta con 400 guerreros, señalando así su intención de seguir peleando.

Para encontrarse con Esav, Iaacov se protege con tres cosas: la plegaria (tefilá), mandándole regalos a Esav y preparándose estratégicamente para la confrontación (divide a su gente en dos bandos, de tal modo que si Esav liquida a uno, queda el otro). Esto nos muestra cómo deben prepararse los judíos cuando son enfrentados por otras naciones. 

Al encontrarse con Esav, Iaacov se inclina ante él, pero realmente lo hace frente a la Shejiná, la Providencia Divina, que lo salva milagrosamente cuando Esav pretende matarlo. 

Iaacov pelea con el ángel protector de Esav y gana, pero es lesionado en el muslo; por ello la Torá prohíbe comer el Guid Hanashé, tendón del muslo cercano al nervio ciático.

La mitzvá de Guid Hanashé es la tercera de la Torá y la primera de carácter prohibitivo. Hay dos partes que no pueden ser comidas en un animal Kasher: el nervio ciático (ley de la Torá) y el nervio perineo (prohibición rabínica).

En nuestros hábitos diarios de comida somos forzados a recordar la herida infringida a Iaacov por Esav en su punto débil (yozai yerjó), representando por la descendencia de Iaacov, que es el pueblo judío. Por lo tanto, debemos reforzar cada generación mediante la educación en Torá, para no ser heridos por otros pueblos.

Luego de la pelea con el ángel, el nombre de Iaacov es cambiado por el de Israel, que significa “has peleado con cuerpos celestiales (el ángel de Esav) y con cuerpos terrenales (Lávan y Esav) y has vencido”; por tanto, mereces la bendición por una conducta noble en un enfrentamiento directo. En esto se diferencia del nombre Iaacov (el que obtuvo la bendición de su padre a través de la astucia).

Cambiar el nombre puede anular un decreto celestial desfavorable. De haber un decreto para que Esaú dominara a Iaacov, Di-s reafirmaría a Iaacov, “puesto que ya no será Iaacov y su nombre será Israel”.

Los nombres de Iaacov e Israel – que todos hemos heredado – se refieren al cuerpo y el alma, respectivamente. Es necesario rectificar espiritualmente el cuerpo para que el poder del alma pueda morar en él. Solo entonces merecerá llamarse Israel.

La Torá no está escrita en orden cronológico. La venta de Iosef en realidad precedió a la muerte de Itzjak por 12 años. Cuando nació Iaacov, Itzjak tenía 60 años.

Itzjak falleció en el año 120 de Iaacov. Iosef tenía 17 años cuando fue vendido, y Iaacov tenía 108 años. 

Rivka murió sin haber visto a su hijo Iaacov y fue enterrada en la Cueva de Majpelá, a diferencia de Rajel, que fue enterrada en Bet Lejem o Belén, el lugar donde los judíos pasaron cuando fueron exiliados a Babilonia, Rajel pidió a Di-s por ellos. Rajel murió al dar a luz. 

Al morir Itzjak a la edad de 180 años, Esav decidió quedarse con los bienes de su padre, y Iaacov, con la tierra de Canaán y la Cueva de Majpelá, lugar donde fue enterrado su padre. 

“Los Sabios dicen que la experiencia de los padres es una guía para sus hijos. Lo sucedido a nuestros Patriarcas refleja eventos que se repiten en la historia de nuestro pueblo, tanto en lo individual como en la nación en su conjunto”.

Conjunción de fuerzas

Sobre el encuentro de Iaakov con su hermano Eisav, dice el Midrash:

“Se alistó para tres cosas: para la plegaria, para el regalo y para la guerra”

(Midrash Kohelet Rabá 9)

En realidad el término hebreo utilizado por los Sabios para decir se alistó es “hitkín”, que en verdad quiere decir “se arregló” (por eso hemos traducido “se alistó”). ¿No hubiera sido más directo y apropiado decir “se preparó (para tres cosas)”, es decir, en hebreo, “heijín”? ¿Qué debía arreglar Iaakov?

Nuestros Sabios con ello nos quieren indicar que cada una de estas acciones- el regalo, la plegaria y la guerra- eran muy difíciles para Iaakov y debía por ello “arreglarse”, cambiarse, completarse, para poder realizarlas.

El regalo, la plegaria y la guerra

En lo que se refiere al regalo, nos relatan nuestros Sabios z”l, que Iaakov estaba enojado por ser forzado a enviar un presente a Eisav. Esto era un acto con un trasfondo espiritual, de hacer entrega de parte de sus fuerzas al lado opositor. A pesar de ello, se sobrepuso, “se arregló”, y envió el regalo. Referente a la plegaria- Iaakov temía haber pecado y con ello, perder  la promesa del Altísimo de apoyarlo. De todos modos, superó sus temores internos y rezó a Hashem, pidiéndole cumplir con la promesa de “beneficiar He de beneficiarte”- en tu mérito y en el de tus padres.

Pero más que por todo, Iaakov temió a la guerra, como dice el texto: “y temió… y se angustió”- por si iba a matar a otros o ser muerto él. Sin embargo, se fortaleció y se “arregló”, se sobrepuso interiormente, para la batalla confiando en Di-s que “el campamento restante sobrevivirá”.

Conjunción de opuestos

Desde una perspectiva más profunda, puede decirse que la dificultad especial radicaba en la necesidad de alistarse a estas tres acciones simultáneamente. Se trata de tres líneas de acción y ánimo interno opuestos. El “regalo” es producto de la benevolencia; la “guerra” implica la rigidez de la justicia y la “plegaria” está vinculada con la clemencia.

Es muy dificultoso actuar y funcionar al unísono en estas tres posturas. Esto exigió de Iaakov un “arreglarse”, una fuerza interior especial que implicaba un sobreponerse y superar la tendencia natural del carácter humano. Iaakov se elevó por encima de su naturaleza y con ello pudo conjugar tres actitudes y conductas de tinte y sentido opuesto.

Superar la naturaleza

La guerra entre Iaakov y Eisav simboliza el enfrentamiento constante que hay entre el instinto del bien y el instinto del mal. También en esta guerra debe enfrentarse al instinto del mal simultáneamente con estas tres actitudes de benevolencia, rigidez y clemencia. Con esta estrategia, está asegurada la victoria sobre el instinto, tal como Iaakov estuvo seguro de que con este accionar Di-s le concederá una victoria exitosa.

Lo mismo se aplica también a la misión principal de nuestra generación, el trabajo de superar el galut, exilio diaspórico, y traer al Mashíaj. En esto no puede darse por satisfecho con activar en la difusión y fortalecimiento de la santidad medido por la razón lógica y la naturaleza, puesto que entonces el mundo puede presentar oposición y perturbar. El éxito viene cuando uno logra elevarse por encima de la naturaleza y actuar con una entrega que supera a la lógica. Entonces alcanza el cumplimiento de la promesa Divina de “subirán los salvadores al Monte Sión para juzgar al Monte Eisav, y será de Hashem el reino”, con la llegada del justo Mashíaj, en la verdadera y completa redención.

Likutei Sijot, tomo 15, Pág. 265

El compromiso de amar

En honor al aniversario del casamiento de nuestro Rebe con la Rabanit Jaia Mushka, el 14 de Kislev, publicamos una nota sobre el matrimonio.

La institución del matrimonio se compone de dos elementos integrantes: el compromiso y el amor. Bajo la jupá, la novia y el novio se comprometen a permanecer fieles y leales el uno al otro, dando todo de sí para traer felicidad y estabilidad de su relación. Mientras que el compromiso compartido constituye el fundamento de la relación, es la pasión, el amor y los sentimientos de los demás, que dan color y vida a la relación, y lo hace tan atractivo el matrimonio. Es este último elemento que hace que los solteros renuncien a sus «libertades».

La necesidad de estos dos ingredientes para asegurar un matrimonio feliz y estable, es indiscutible. ¿Cuál de estos dos valores deben constituir la base del matrimonio? ¿Con el amor se llega al compromiso, o viceversa? La tendencia actual de la sociedad en clara. Llegar a conocer a una persona por unos cuantos años, tal vez vivir juntos durante un período de tiempo, y el paso se realiza, si es evidente que los sentimientos mutuos garantizan el compromiso del matrimonio.

Por el contrario, la tradición judía es partidaria de un enfoque casi opuesto. Familiarízate con una persona lo suficientemente bien como para determinar si sus valores y temperamento acuerdan con el suyo propio. Cerciorarte de que las dos personalidades no chocan, y ver que hay una atracción. Si todas estas piezas están en su lugar, el compromiso se hace. El amor se desarrolla y profundiza después del compromiso, y basado en él. 

Está claro que  conocerse y amarse uno al otro antes del matrimonio no aumenta las probabilidades de que posteriormente tengan un matrimonio feliz.

Esto tiene mucho sentido. Si el compromiso se basa en el amor, este puede muy bien disminuir o desaparecer, siempre y cuando se desvanece el amor o desaparece. Si el amor se basa en un compromiso, a continuación, aunque a veces el amor se hace más débil, el compromiso asegurará de que los dos hagan el esfuerzo para volver a enamorarse.

De acuerdo a ley de la Torá, el matrimonio es un proceso de dos pasos. La primera etapa se denomina «kidushin», y el segundo se conoce como «nisu’in». Kidushin hace que la novia y el novio se convierten en marido y mujer. Después de este punto, si Di-s no lo permita, decidieron tomar rumbos diferentes, sería necesario un «get» (divorcio judío). Sin embargo, a la novia y el novio no se les permite vivir juntos como marido y mujer hasta que la segunda etapa, el nisu’in, se haya completado. En los tiempos modernos, tanto kidushin como nisu’in se llevan a cabo sucesivamente debajo de la jupá: el kidushin se efectúa cuando el novio le da a la novia el anillo de matrimonio, y el nisu’in a través de la unión del marido con la mujer bajo un mismo techo.

Primero viene el kidushin – el compromiso. Sólo entonces sigue el nisu’in, y todas las expresiones de amor.

La receta para un matrimonio comprometido y feliz.

Por Naftali Silberberg

Un presente del Rebe

La tormenta de hielo del siglo golpeó a Montreal en el año 1998. La energía eléctrica  de nuestro hogar se cortó el miércoles y el jueves la casa estaba muy fría. 

Decidimos alquilar un par de habitaciones en un hotel del centro de la ciudad para pasar allí el shabat, pues creímos que la energía allí no se cortaría. Afortunadamente hallamos dos cuartos en el hotel que estaba al lado de nuestro Beit Jabad. 

Lamentablemente la energía eléctrica cesó también en el hotel y todo el vecindario. El generador del hotel mantenía la calefacción y la olla del Cholent (comida sabática) encendidas. Fue un Shabat especial a la luz de las velas. El sábado a la noche, ubiqué a mi familia en un pequeño sector para cenar. Mi señora preparó unos sandwiches y yo me dirigí al bar para pedir agua caliente para las sopas instantáneas. Una joven ofreció ayudarme y le expliqué que debido a una dieta especial no podía mezclarlo con los cubiertos del hotel. Ella me respondió que ya lo sabía y que también compraba estas sopas en un negocio casher. Al notar mi sorpresa me dijo: «Soy medio judía» y enseguida agregó: «En realidad no lo soy» «¿Tu padre era judío?» le pregunté. «Si, mi padre era judío y madre católica». Y enseguida me preguntó: “¿Usted conoció al Rabino que vivía en Nueva York y que falleció hace unos años?”

«¿Te refieres al Rebe?» Pregunté muy sorprendido.

«Sí. Yo lo visité y tengo el dólar que me dio» La joven me contó que además poseía una hermosa pintura del Rebe. De sus palabras comprendí que sentía una gran admiración por él.

«Estoy buscando a las personas correctas para regalarles la pintura, que la merezcan y puedan apreciarla. Deseo regalársela a ustedes». Intercambiamos nuestros teléfonos y partimos del hotel. Durante todo el domingo y el lunes estuve ocupado con las conexiones de electricidad de mi casa y del Beit Jabad. El martes la electricidad se conectaba por una hora y por otras cuatro desaparecía. A la tarde llamé a la muchacha. Conversamos unos instantes sobre la tormenta y los problemas causados por la falta de energía. Luego de un instante dijo: «Espero que hayas llamado por la pintura».

Admití que así era y prometió venir a nuestro hogar al anochecer. A las 19:30 hs arribó con la pintura bajo el brazo. Era un hermoso y enorme cuadro, réplica de la famosa foto del Rebe saludando en un desfile de Lag Baomer. Nos sentamos con ella y nos relató su historia: «Mi padre era judío. Él falleció cuando yo tenía 5 años. Mi madre enfermó gravemente y fui colocada en un hogar sustituto pues ella no podía hacerse cargo de mí. Recé constantemente para su recuperación, imaginándome la cara de alguien santo que me ayudaría. Mi madre se salvó, pero el rostro imaginario permaneció en mi mente. En mi adolescencia desarrollé un talento especial en el dibujo. Dibujé pues el rostro que guardaba en mi memoria. Mi madre guardó el bosquejo. Cuando tenía 15 años, mientras buscaba un programa de televisión me vi atrapada por la emisión de un programa en cadena de Janucá. Imaginen mi shock cuando reconocí el rostro que guardaba en mi memoria. ¡Era el Rebe! Llamé a mi madre frenéticamente. Ella corrió a mi lado y al ver el rostro del Rebe en la pantalla, se desmayó. Lo reconoció de mi dibujo.

Llamé al número que aparecía debajo de las imágenes y pude conseguir más información acerca de este Rabino. Resolví viajar a Nueva York y visitarlo en persona. Mi madre creyó que aún era muy joven y no me permitiría realizar el viaje hasta los 18 años. Finalmente me encontré en la fila para ver al Rebe, con una gran ansiedad. Cuando me hallé frente al Rebe no podía levantar siquiera mis ojos. El Rebe me habló en francés (mi idioma) y me dijo: «Cualquiera sea el camino que elijas, Di-s estará contigo». El Rebe aguardó a que levantara mis ojos y me entregó un dólar para caridad. Antes de mi regreso a Montreal, compré una fotografía del Rebe y le pedí a mi madre que encargara una pintura. A pesar de que nuestra situación económica no era muy buena, mi madre accedió a mi pedido. Asignamos el trabajo a un artista y luego la pintura fue colgada en el salón principal de nuestra casa. Descubrí que en ocasiones mi madre observaba e incluso le hablaba a la pintura. El año pasado, luego de una cena familiar, mi madre se puso muy seria, miró la pintura del Rebe y me dijo: «Ya es tiempo de que te vayas; y también es tiempo de que yo me vaya.» No entendí lo que quiso decirme, pero luego de unos meses mi madre falleció. Antes de morir me hizo prometerle que entregaría el cuadro a quienes pertenece realmente.

Siempre pensaba en sus palabras y el día anterior a nuestro encuentro me lamentaba porque los meses pasaban y no encontraba a las personas correctas. Pedí que la persona indicada viniera a mí. Y entonces usted se acercó a mi puesto de trabajo.» La muchacha concluyó su relato, la electricidad retornó y nunca más cesó la luz.

¿Por qué los «amasados»?

Seguramente en las últimas semanas hayas participado de algún “amasado de jalá” comunitario.

Compartimos este artículo publicado hace unos años, sobre el poder de esta hermosa costumbre que se está tornando tan popular:

Hace unas semanas uno de los muchos mensajes de e-mail que entran a mi inbox llamó mi atención. El mensaje llamaba a hacer algo para ayudar a los soldados israelíes secuestrados que están en cautiverio. Me sentí fascinado. ¿Qué puedo hacer yo, viviendo en Nueva York, para ayudar a los rehenes?

Esta campaña del e-mail era un esfuerzo de una dinámica mujer en Tzfat, Israel. El e-mail se remitía a las mujeres judías del mundo y se trataba de la Mitzvá de Hafrashat Jalá (separar de la masa de la jalá), una Mitzvá específica de las mujeres.

Las mujeres que contestaron la llamada, estaban deseosas de dedicar el mérito de la Mitzvá de Hafrashat Jalá al bienestar de los soldados israelíes encarcelados. Estas mujeres la dedicaron para lograr un cambio positivo en alguien.

Desgraciadamente, los soldados todavía están cautivos, pero este esfuerzo mundial de las mujeres por ayudar a estos soldados toca nuestras fibras más íntimas.

Todos tenemos problemas. Todos tenemos alguna meta por la que trabajamos. Pero el poder espiritual de las mujeres logra hacer una diferencia y hace que las cosas pasen.

Mi conocimiento del mundo político me ha mostrado esto. He visto el poder de los lobbystas -cabilderos – y es para tener en cuenta.

Una de las fuentes del poder de las mujeres es la espiritual. Las Matriarcas han orado por sus hijos. Particularmente la Matriarca Rajel que todavía llora por sus hijos. Nuestros Sabios nos dicen que ni bien Rajel presenta el caso del sufrimiento de Israel a Di-s, Él le responde.

El investigar la historia de Hafrashat Jalá me llevó a saber que dos mujeres en mi propio barrio, en Brooklyn, tienen grupos de 40 o más mujeres que semanalmente dedican el mérito de su Mitzvá de Hafrashat Jalá a otras que no pueden tener hijos.

Descubrí que había otros grupos similares en otras ciudades y países del mundo, que desde que empezaron su programa hace más de dos años, han ayudado a innumerables mujeres. Algunas que durante 10 años o más no podían procrear, han dado a luz después de que su condición fue tenida presente por las mujeres que hacen la Mitzvá de Hafrashat Jalá.

Mi hija es parte de un grupo de jóvenes que hacen esta misma cosa especial para sus ex compañeras de clase. Algunas no están casadas aún y otras no tienen hijos. Aquéllas que tienen la suerte de tener ambas bendiciones oran por aquéllas que no, y han dado testimonio del tremendo poder de sus Plegarias, que han sido respondidas cuando dedicaron su Mitzvá.

El Talmud nos dice que los judíos salieron de Egipto en mérito de las mujeres. Y éste no es el único lugar dónde se atribuyen grandes milagros al poder de las mujeres. A lo largo de la historia ellas han orado y logrado salvaciones para otros – actuando como una poderosa antecámara espiritual. Y podemos enorgullecernos del hecho que incluso continúa hoy.

Rabino Shea Hecht

Ángeles reales

Dicen que “no puedes bailar en dos casamientos a la misma vez”. Pero según las enseñanzas del Maguid de Mezritch sí puedes.

La lectura de la Torá de Vaishlaj comienza: “Y Iaakov envió ángeles delante de él a Esav su hermano” (Génesis 32:4). Iaakov lucha para reconciliarse con su salvaje hermano Esav, quién está determinado en castigar a Iaakov.

Comentando las palabras “Y Iaakov envió ángeles”, Rashi dice: “Ángeles reales”. El Maguid de Mezritch dice: “Sólo el aspecto ‘real’ de los ángeles le envió a Esav, pero el componente espiritual se mantenía siempre con Iaakov”.

Espera un minuto, algo no está bien aquí. Parecería que el objetivo de Iaakov en el envío de los ángeles, era que ellos ejercieran sus inmensos poderes espirituales para neutralizar la hostilidad de su hermano Esav. ¿Por qué el Maguid propone que en el envío de los ángeles, Iaakov retenga estos poderes espirituales, enviando una versión más común de los ángeles en su lugar?

Pero las palabras del Maguid pueden ser entendidas de otra forma más mágica.

Los ángeles traen todo de sí mismos para el encuentro con Esav. Están totalmente equipados, en la realidad, así como también espiritualmente, para hacer frente a este formidable desafío. Sin embargo, mientras que luchan para realizar su misión, nunca dejan de darse cuenta de que estar con Esav no es su destino final. Ellos se apuran en terminar y reunirse con Iaakov. Así, mientras los ángeles están con Esav en la realidad, siguen estando espiritualmente conectados con quien los envió.

Y es este vínculo inquebrantable que provoca el éxito de los ángeles. Sólo permaneciendo firmemente conectados con su fuente, el virtuoso Iaakov, los ángeles pueden estar seguros de tener éxito en su esfuerzo de refinar a Esav.

Así también es la historia de nuestras vidas.

Nosotros también estamos en una misión. Nuestras almas se han enviado desde lo alto, para investirse en un cuerpo. Al mismo tiempo, se nos ha imbuido con las herramientas necesarias para dominar, refinar y elevar nuestro entorno.

Es imprescindible que para enfrentar esta prueba, tengamos el arte de bailar simultáneamente en dos casamientos. Mientras enviamos a nuestro ángel mensajero, a nuestra alma, para vencer, debemos mantener firme nuestro propio “Iaakov”, la fuente de nuestra alma Divina, que nunca puede ser manchada.

Por: Dovi Scheiner

11 consejos para aumentar tus ganancias

Te invitamos a leer estos once consejos que ayudarán a que tu economía se estabilice y hasta de mayores frutos. 

1. Es conveniente destinar un determinado porcentaje de la ganancia neta para tzedaká (caridad).

2. Asistí a clases de Tora.

3. Tomá decisiones sólo luego de analizar los detalles con tres amigos y seguir su consejo.

4. Dedicá esfuerzo y tiempo extra al estudio de la Torá, o sea, «Amal Tora», esforzarse en el estudio de la Torá con gran diligencia.

5. Fortalece tu bitajón (confianza) en Di-s como Proveedor de todas tus necesidades.

6. Incrementá la cantidad de tzedaká que normalmente das. Distribuí el dinero en lugar de darlo todo de una vez. Por ejemplo, si planeas dar $1000, en vez de darlo entero de una vez, da $100 en diez diferentes oportunidades.

7. Independientemente de tu situación económica, debe darse un par de monedas a diario antes de la plegaria de la mañana.

8. Estudiá de la filosofía jasídica, denominada «árbol de la vida», pues mejora también la propia vida física.

9. Da tzedaká (caridad) a las instituciones de mi santo suegro. [Lo mismo se aplicaría a las instituciones del Rebe, por ejemplo, Batei Jabad, sinagogas Beit Menajem, etc.].

10. Poné un «dólar o una moneda del Rebe» en el fundamento del hogar o del negocio que estás construyendo. Si la propiedad ya existe, entonces ponelo dentro de la casa o negocio. Si se trata de una oportunidad comercial o laboral, hace que sea parte de la transacción.

11. Las mujeres deberían dar alguna suma para tzedaká al fondo «Rabí Meír Baal HaNés» antes de encender las velas de Shabat y festivas.

Basado en Sefer Heijal Menajem, Vol. 2, págs. 87-90, y diversos Igrot Kodesh

Extraído de «Consejos del Rebe» de editorial Kehot.