El Maharash

RABI SHMUEL SCHNEERSOHN, EL REBE “MAHARASH” (1834-1882)

El Rebe Maharash, cuarto Rebe de Lubavitch, era el menor de los nueve hijos del Rebe el Tzémaj Tzédek (de los cuales había siete varones y dos mujeres). Era un “ben zikunim” (hijo de la vejez), nacido el 2 de Iyar,  doce años después que su hermano más cercano en edad, HaRav lósef Ítzjak. Ese año se cumplieron exactamente cien años desde que el Baal Shem Tov reveló su verdadera grandeza.

El Rebe Maharash es conocido por su dicho de “Lejatjilá Ariber”.

Dijo: «El mundo dice que si no se puede ir por debajo [de un problema; es decir, si no es posible evadirlo] entonces hay que elevarse por encima de él, y yo digo Lejatjilá Ariber: ir por encima de él debe ser el enfoque inicial». En otras palabras, ningún obstáculo debe considerarse demasiado grande, y todo lo que hagamos debemos realizarlo como si nos halláramos en una posición de poder y mando.

El Rebe Maharash vivió con mucha afluencia y realizó moftim (milagros) extraordinarios. Por consiguiente, los jasidim se refieren a él como el Baal Shemske Rebe (el Rebe similar al Baal Shem Tov). El Baal Shem Tov fue famoso por no permitir que ningún obstáculo ni distancia interfiriera con sus actividades milagrosas, y esto también se aplica al Rebe Maharash.

Una de las cosas extraordinarias que hacía era que cuando le daba una brajá (bendición) de sanación a un enfermo, a veces escribía la prescripción (en latín) él mismo.

Su actitud de vivir y actuar efusivamente se hizo evidente incluso antes de volverse Rebe, como lo ilustra la siguiente historia:

Una vez, luego de que un incendio destruyó la casa de la familia, su padre le dio la responsabilidad de supervisar la reconstrucción. Así lo hizo, y reemplazó las angostas ventanas de toda la casa por unos altos ventanales.

En otra oportunidad, un jasid le presentó un costoso obsequio al Tzémaj Tzédek, pero el Rebe dijo: «No tengo necesidad de esto. Dáselo a mi hijo el Maharash. Él lo usará».

Dos años después del comienzo de su nesiut (liderazgo en 5628-1868), se incendió toda su casa. El Rebe Maharash dio instrucciones para que la reconstrucción fuera tres veces más grande que el tamaño original, y dijo que tenían que completarla en lo que todos creían que era un período de tiempo increíblemente breve. Pero su deseo se concretó sin ninguna limitación o problema.

No conocemos muchos detalles sobre esta casa, pero se sabe que había cinco puertas que conducían del comedor al exterior. La araña de cristal del comedor tenía trece lámparas de querosén. En el jéder haiejidut, (la sala de los encuentros privados) había seis candelabros, cada uno con doce velas, y la mayoría de los utensilios de la casa —incluso los cubiertos— estaban hechos de oro o plata.

Si bien su estilo de vida era similar al de los ricos y aristócratas (al punto de tener un coche que costaba la increíble suma de trescientos rublos) no vivía de aquel modo en aras de su propio placer, sino que ésta era su forma de servir a Hashem. Se cree que sentía que aquello era necesario para recalcarle al gobierno que había que tratar a los judíos con respeto.

Una vez, su cochero no judío (luego de que los jasidim le dieron unos tragos) dijo: «No entiendo al rabino de ustedes. Miren lo rico que es. Pero cada vez que lo llevo, que es casi todos los días, apenas llegamos al bosque y estamos fuera de la vista de todos se sienta en el suelo y llora [ante Hashem] como si le faltara todo».

De modo similar, es sabido que el tzadik de Ruzhin usaba zapatos bañados en oro pero que abajo tenían agujeros.

Estos tzadikim, si bien aparentemente vivían rodeados de lujos, en realidad eran sumamente humildes, pues sentían constantemente que estaban frente a Hashem.

Hemos de notar que aunque el Rebe Maharash era rico por sí mismo, los jasidim consideraban un privilegio darle dinero al Rebe.

Su estilo personal único también puede verse en el enfoque que adoptó en su obra comunitaria en aras del bienestar de sus hermanos judíos. No siempre buscaba el consejo de otros líderes judíos contemporáneos. Si bien a veces les pedía ayuda para llevar a cabo sus planes, él mismo tomaba las decisiones sobre cuál era la mejor forma de ayudar a la comunidad judía.

Por otra parte, cuando les pedía ayuda a las autoridades rusas, les hablaba con valentía y decisión. La posición que adoptaba no era pedirles que ayudaran a los judíos por lástima, sino acercarse a las autoridades para exigirles que ayudaran, explicando que aquello era en beneficio del país, pues los judíos ofrecían servicios valiosos. Esto fue especialmente así en los últimos años de su vida, cuando empezaron a estallar los pogroms por toda Rusia.

 A pesar de que las autoridades lo amonestaron por sus tácticas, acciones y palabras (al punto de amenazarlo con el encarcelamiento por hacerle daño a la reputación del país diciendo que el gobierno no estaba ayudando), los pogroms se interrumpieron poco después de que el Rebe actuó con firmeza.

El médico del Rebe Maharash estaba muy preocupado por el hecho de que el Rebe hubiera hablado personalmente con el ministro del interior, porque el estrés de la situación y la conversación afectaron su salud (al punto de tener que hacer reposo durante los dos meses siguientes).

El Rebe Maharash le dijo que toda la esencia de ellos (es decir, de los Rebes) estaba dedicada a ayudar a la nación judía. «Incluso si tenemos que tolerar el dolor físico o aun la tortura para ayudar a la nación judía, lo haremos».

El enfoque del Rebe Maharash de Lejatjilá Ariber le mostró a la nación judía que incluso en situaciones graves o aparentemente sin solución, nunca tenemos que caer en la desesperación ni sentirnos intimidados, sino que debemos encarar cada situación con el conocimiento de que con la ayuda de Hashem lograremos superar la adversidad.

Había momentos en que el Rebe Maharash sentía que el gobierno promulgaría ciertas leyes beneficiosas para los judíos sólo si creían que él no participaría en la petición. En aquellos casos, él declaró públicamente que se negaba a «estar involucrado en estos asuntos».

Posteriormente, los jasidim descubrieron que en realidad el Rebe Maharash era el originador de aquellas peticiones.

SUS PRINCIPALES SEFARIM

Los maamarim del Rebe Maharash están todos impresos bajo el título de Torat Shmuel. Como se notó previamente, fue el primer Rebe que empezó a decir hemshejim. Los más famosos son Maim Rabim en 5636 (1876), vekujá en 5637 (1877) y Vehejerim en 5631 (1871).

SU FAMILIA

El Rebe Maharash y la Rebetzn Rivka tuvieron seis hijos:

HaRav Schneur Zalman Aharon, conocido como el RaZ»A

HaRav Shólom DovBer, el Rebe Rashab

HaRav Abróhom Sender

HaRab Menájem Méndel

HaRabanit Devora Lea

HaRabanit Jaia MushkaExtraído del libro «Los Rebeim» de Editorial Bnei Sholem para adquirirlo www.bneisholem.com.ar

Pirkei Avot I

Estamos en el período del año en el cual estudiamos el tratado talmúdico de Pirkei Avot. El tratado contiene seis capítulos y se estudia uno cada sábado de los seis sábados entre Pésaj y Shavuot. (Hay también quienes tienen la costumbre de repetir el ciclo hasta Rosh Hashaná.)

La temática de Pirkei Avot es la conducta piadosa, más allá de lo que exige la ley. En otras palabras, a diferencia de los demás tratados del Talmud, Pirkei Avot no habla de obligaciones sino de Milta Dejasiduta, sugerencias en cuanto a cómo vivir una vida en un nivel espiritual y ético más allá de lo exigido por la ley.

Hay varias razones dadas por las cuales se estudia este tratado justamente en este período del año. Una es que es una preparación para recibir la Torá, Dérej Eretz Kodmá Latorá, los buenos modales vienen antes y son una preparación para el estudio de la Torá.

Veamos algunas de las enseñanzas del capítulo que corresponden a esta semana. Igual que todos los tratados de la Mishná, Pirkei Avotse divide en capítulos y los capítulos agrupan módulos más específicos, denominados Mishná (o Mishnaiot en plural).

Mishná 1:

Moisés1 recibió la Torá del Sinaí y la transmitió a Josué2; Josué la transmitió a los Ancianos3; los Ancianos la transmitieron a los Profetas4; y los Profetas la transmitieron a los integrantes de la Gran Asamblea5.

Ellos dijeron tres cosas: Sé paciente en el juicio; formen muchos discípulos; y hagan un cerco defensivo para la Torá.


La pregunta que salta a la vista es ¿qué tiene que ver una reseña histórica de la transmisión generacional de la Torá con un tratado de ética?

Hay varias respuestas que dan los comentaristas:

1) Es para enfatizar que las sugerencias que aparecen en este tratado no son inventos humanos sino que provienen del Sinaí.

2) La descripción de la transmisión generacional contiene una enseñanza en cuanto a cómo aproximarse y tener éxito en el estudio de la Torá y asegurar su perpetuación. La Torá no es igual a cualquier cuerpo de conocimiento y el método de estudio de la Torá no es igual al de cualquier otra materia. Para poder conectarse verdaderamente con la Torá, más allá de su interpretación superficial, hacen falta ciertas condiciones, representadas en los mencionados eslabones de transmisión.

Veamos.


1. Moisés recibió la Torá del Sinaí.

A primera vista cabe preguntarse, por qué dice que recibió la Torá del Sinaí y no en el Sinaí? También: ¿por qué mencionar al Sinaí como origen de la Torá en vez de decir que Moisés recibió la Torá de D-os?

Nuestros sabios relatan6 que la razón por la que D-os entregó la Torá específicamente sobre el Monte Sinaí fue porque debido a su poca altura simboliza la humildad.

Hete aquí la primera condición necesaria para poder recibir la Torá correctamente: la humildad. Si uno se aproxima al estudio de la Torá con arrogancia, es difícil que esté abierto a aprender algo, ya que seguramente estaría convencido que es capaz de enseñarle a la Torá en vez de aprender de ella…


2. y la transmitió a Josué.

La Torá7 describe la característica especial de Josué como un “joven que nunca se apartó de la tienda (de Moshé)”. Hete aquí la segunda característica necesaria para tener éxito en el estudio de la Torá: dedicación. Para tener éxito en el estudio de la Torá hay que dedicarle tiempo; mucho tiempo. Debe ser la ocupación central, si no exclusiva, de uno.


3. y Josué la transmitió a los Ancianos.

La palabra hebrea por Anciano es Zakén. El Talmud8 explica que Zakén es una compresión de dos palabras Ze Shekaná (Jojmá), o sea “el que adquirió (sabiduría)”. La idea es que la edad se mide por la cantidad de sabiduría que uno ha adquirido.


“Adquirir” implica usar la mente para entender y “adueñarse” la Torá. A diferencia de los primeros dos pasos que implican “dejarse de lado”, este paso implica lo contrario, usar la capacidad intelectual de uno para entender las cosas de acuerdo a ella. El intelecto de uno también tiene que estar de acuerdo.


4. y los Ancianos a los Profetas.

¿Qué tiene que ver la profecía con el estudio de la Torá? De hecho, no es aceptable decidir una ley de la Torá en base a la profecía. Uno no puede imponer su opinión en un tema halájico diciendo que “D-os me dijo que la interpretación de tal ley es así…”; debe ganar la discusión en base a argumentos fundados en las tradicionales reglas de interpretación talmúdica.

La explicación es que para tener éxito en el estudio de la Torá uno debe, tal como los profetas, estar en un estado espiritual elevado para poder captar la dimensión Divina de la misma. El estudio de la Torá no es meramente una actividad intelectual; es una tarea spiritual y uno precisa la ayuda de D-os para tener éxito.


5. y los Profetas la transmitieron a los hombres de la Gran Asamblea

Los hombres de la Gran Asamblea fueron quienes definieron muchos de los aspectos prácticos del judaísmo luego del retorno del exilio babilónico.

Hete aquí otra característica necesaria para el estudio exitoso de la Torá: buscar y sacar conclusiones prácticas de cada cosa que uno estudia en la Torá. El saber que cada cosa debe tener una aplicación práctica ayuda a que el estudio sea más focalizado y exitoso.


Ellos dijeron tres cosas:

Si bien dijeron muchas cosas, las tres citadas aquí tienen que ver con el tema de la perpetuación de la Torá.


Sé paciente en el juicio

Esto tiene implicancias tanto para jueces como para líderes comunitarios y educadores.

Para los jueces la enseñanza es que no deben juzgar apresuradamente.

Para los líderes comunitarios la implicancia es que no juzguen por las apariencias; que sepan comprender a fondo la situación de su comunidad antes de juzgarla y tomar acción.

Para los educadores la enseñanza es que deben analizar los fuertes y debilidades de cada alumno y trazar un plan de estudios personalizado acorde.


Formen muchos discípulos

Al entender las particularidades de cada alumno uno podrá desarrollar la capacidad de cada uno, logrando así muchos discípulos. El énfasis está en la palabra “discípulo”, quiere decir uno que no sólo escucha y comprende, sino internaliza las enseñanzas recibidas.


Hagan un cerco para la Torá

En cada generación hay que analizar los desafíos particulares y establecer normas de conducta que aseguren el respeto a la Torá, su cumplimiento y futura transmisión.


Basado en las enseñanzas del Rebe de Lubavitch, que su mérito nos proteja, transmisor de Torá por excelencia quien personificaba las enseñanzas de esta Mishná.

Rabino Eliezer Shemtov

La shlisel jala – La llave en la jala

Hay una costumbre llamada en idish, «Shlisel Jalá (llave).» Insertamos una llave de la puerta de la casa, o damos forma a nuestras jalot de una llave, para significar que entendemos que nuestras necesidades básicas de la vida, así como nuestras comodidades están almacenadas para nosotros en el Cielo detrás de puertas cerradas. Todo lo que tenemos que hacer es pedir a Hashem, Todopoderoso, para desbloquear las puertas y llenar nuestros hogares con bendición.

¿Por qué hacemos una Shlisel Jalá el Shabat después de Pesaj?

Es apropiado porque en la primavera, poco después de Pesaj, los Benei Israel finalmente entraron en la Tierra de Israel. Fue un momento de transición en las estaciones, así como en la forma en que recibimos nuestro sustento. Estuvimos comiendo el Man del Cielo y ahora teníamos que empezar a comer del fruto de la tierra, alimentos que parecen venir a nosotros como un resultado directo de nuestro propio esfuerzo.

Al colocar una llave en nuestra jalá en la misma época del año, estamos diciendo que la llave sólo pertenece a Hashem. Y así como Él abrió las puertas de sustento para proveer a nuestros antepasados en esos días en la Tierra de Israel, que así Él nos proporcione nuestras necesidades ahora, donde quiera que estemos.

(TheKosherplanet.com)

Si todos los Jasidim se visten igual… ¿Están subyugando su individualidad?

Ser original significa poseer algo propio y único que nadie posee.

Algunos piensan que para ser originales se necesita una camisa rara, zapatos a la moda y un corte de pelo inusual.

Lo más extravagante que uno se vea, más resaltará de la multitud, estableciendo su identidad.

¿Es el aspecto exterior lo que define su individualidad? Para la tradición Judía lo que hace a cada persona un individuo único es su carácter, no su forma de vestir.

Cuando perteneces a una comunidad donde todos se visten del mismo modo la única manera de sobresalir es que uno sea original, no su ropa.

A la gente que nos rodea le llamará la atención nuestro carácter, el modo de tratar a los demás, el lenguaje, el valor de nuestro espíritu, el clamor de nuestro corazón, los sacrificios, la calidad de nuestras relaciones y la sinceridad de nuestros argumentos. Uno no puede esconderse detrás de una indivdualidad basada en el corte de pelo y la moda, debes ser un sujeto “REAL”.

Todos deben vestirse del modo que desean, pero tal vez debas repensar cuál es la mirada que posees de ti mismo y cómo estás proyectando esta imagen al exterior.

¿No será que nos obsesionamos con la idea de vestir de manera original tratando de compensar la ausencia de un sentido genuino de individualidad y falta de preocupación por nuestra verdadera misión en este mundo?

Las personas que realmente se sienten cómodas con su individualidad no necesitan dejarse el pelo hasta los tobillos ni tatuarse de pie a cabeza. Ni caminan por el mundo semidesnudos para mostrar al resto su originalidad. Lo que hay dentro de ti es lo que te hace realmente un ser humano. Esta conciencia no se adquiere a partir de un modo particular de vestir. Nace del verdadero y más íntimo carácter de la persona.

Una pequeña luz

Hace mucho, mucho tiempo en un pequeño pueblo de Rusia, un grupo de jasidim estaba decidido a cumplir las palabras de su Rebe.

Les había dicho que bajaran al sótano a oscuras para deshacerse de la oscuridad y estaban intentando esta hazaña aparentemente simple.

Pero, ¿cómo debían hacerlo? se preguntaron.

“Bajen las escaleras con palos y golpeen la oscuridad”, les dijo el Rebe. Los jasidim fueron obedientemente al sótano y comenzaron a gol‐ pear la oscuridad. Por supuesto, no sirvió de nada y pronto regresaron a su Rebe para pedirle consejo una vez más.
“Vuelvan abajo y esta vez griten

para alejar la oscuridad”.
Los jasidim volvieron a bajar.

“¡Fuera oscuridad!” gritaron. “¡Fuera!” gritaron. “¡Deja este lugar para siempre!” vociferaron

Pero nada pasó. Y así, regresaron a su Rebe.

Esta vez, el Rebe les dio otra sugerencia.

“Vayan abajo y enciendan una vela”.

Los jasidim bajaron las escaleras y encendieron una vela. Y el sótano una vez oscuro se llenó de luz, porque incluso un poco de luz ahuyenta una oscuridad muy profunda.

Este próximo martes celebramos el 120 cumpleaños del Rebe de Lubavitch. El enfoque del Rebe está tipificado en la historia anterior, que es una ilustración de una enseñanza fundamental de Rabi Shneur Zalman, fundador del jasidismo Jabad: “Una pequeña luz disipa una gran cantidad de oscuridad”. (Tania, cap. 12).

La perspectiva del Rebe brinda en vivir con una perspectiva positiva, trayendo más alegría, bien y luz al mundo.

El Rebe enciende velas. Él enciende y cuida “la vela de Di‐s, que es el alma del hombre” en cada uno de nosotros, siempre de la manera positiva y amorosa.

Y al hacerlo, permite que todos enciendan sus propias velas para ayudar a disipar la oscuridad.

El Rebe predica con el ejemplo. Los miles a quienes el Rebe ha empoderado como sus emisarios, las decenas de miles a quienes el Rebe ha inspirado de todos los ámbitos de la vida, todas las culturas y credos, países y continentes, encienden velas, alejando así la oscuridad.

Rebe de educar al mundo sobre Mashiaj y la inminencia de la Redención.

La Era de la Redención se asemeja a la luz que viene después de las tinieblas. Y la Redención se acelera y se trae a este mundo a través de cada uno de nosotros encendiendo velas, haciendo actividades positivas, siendo amables, alegres, ayudando a otra persona, comenzando a cumplir otra mitzvá, avanzando en nuestro conocimiento judaico, estudiando acerca de Mashiaj y la Redención.

¡Vamos todos a encender velas hoy! Hagámoslo para disipar algo de la oscuridad. Hagámoslo como regalo de cumpleaños para el Rebe y para acelerar la Redención.

 Shabat HaGadol – El comienzo de la redención


El Shabat que precede a Pesaj es llamado Shabat HaGadol -el Gran Shabat. Existen muchas costumbres especiales relacionadas con este Shabat.

El pueblo de Israel celebró su primer Shabat HaGadol en Egipto, en el décimo día de Nisán, cinco días antes de su redención. En aquel Shabat, los Hijos de Israel recibieron su primera mitzvá (precepto) que rigió únicamente para ese momento y no para las futuras generaciones: En el décimo día de este mes [Nisán]… tomará cada uno un cordero por casa paterna, uno por familia… (Exodo 12:3). 

Esta mitzvá de preparar un cordero para el sacrificio de Pesaj cuatro días antes de realizar la ofrenda fue especificada sólo en relación con aquel primer Pesaj en Egipto, pero con respecto a los siguientes la Torá no nos ordena proceder de esta forma. Sin embargo, el pueblo de Israel la siguió cumpliendo, dedicando estos días al examen de sus corderos, verificando que no tuvieran ningún defecto que los pudiera invalidar para ser sacrificados.

Grandes milagros tuvieron lugar en favor de los Hijos de Israel en este primer Shabat HaGadol. En aquel día, cada uno de ellos tomó un cordero para su ofrenda y lo ató a las patas de la cama. 

Los egipcios, al ver esto, preguntaron: “¿Para qué es este cordero?” Los Hijos de Israel respondieron: “Es para ser sacrificado como ofrenda de Pesaj, tal como Di-s nos lo ordenó”. Los dientes de los egipcios, para quienes el cordero constituía una deidad, crujieron de rabia, pero no pudieron emitir sonido alguno de protesta.

También ocurrieron otros milagros relacionados con este episodio, y por eso nos referimos a este día como Shabat HaGadol, en recuerdo de los grandes milagros que Di-s obró por nuestro bien.

En el Sefer haPardés —atribuido a Rashi— encontramos lo siguiente:

La gente acostumbra a llamar “Shabat HaGadol” al Shabat anterior a Pesaj pero ignora el por qué de este nombre especial, ya que en apariencia es igual a cualquier otro Shabat. 

Los Hijos de Israel salieron de Egipto un jueves, como lo registra Seder Olam (Capítulo 5), y prepararon el cordero para el sacrificio de Pesaj el Shabat anterior, en el décimo día de Nisán. Cuando se les ordenó hacerlo, dijeron: “¿Acaso es posible que sacrifiquemos al dios de los egipcios ante sus propios ojos y no nos apedreen?” 

Pero el Santo, bendito sea, les dijo: “Ahora veréis las maravillas que haré por vosotros”. Los Hijos de Israel tomaron de inmediato cada uno un cordero, que guardaron durante cuatro días. Cuando los egipcios vieron esto quisieron alzarse en su contra y tomar venganza, pero fueron azotados por todo tipo de males y no pudieron dañar a los Hijos de Israel. Debido a los milagros que Di-s obró en ese día, el Shabat anterior a Pesaj es llamado Shabat HaGadol.

Aun antes de que cada familia judía tomara un cordero el 10 de Nisán, los egipcios sabían que la plaga que se abatiría sobre sus primogénitos era inminente, pero desconocían el día exacto en que tendría lugar, pues la advertencia de Di-s, “Enviaré una plaga más sobre el Faraón y Egipto” (Éxodo 11:1), ya había sido formulada el 7 de Nisán. Cuando los egipcios se enteraron de que los Hijos de Israel habían tomado corderos y los tenían amarrados a las patas de sus camas, un gran temor se apoderó de sus primogénitos. “La plaga está a punto de caer sobre nosotros”, dijeron. 

“Nuestros dioses están amarrados con cuerdas en las casas de los hebreos y no pueden defendernos”. Fue así que en aquel primer Shabat HaGadol los primogénitos egipcios llegaron a las casas judías dominados por el pánico, ansiosos por saber qué les deparaba el futuro.

Asimismo, Tosafot (Talmud, Shabat 87b) hace mención de este suceso en nombre del midrash:

Por eso nos referimos a este Shabat como “Shabat HaGadol”, pues un gran milagro ocurrió en aquel día. El midrash relata: Cuando los Hijos de Israel tomaron cada uno su cordero para Pesaj en ese Shabat, los primogénitos de todas las naciones del mundo se congregaron a su alrededor y les preguntaron el por qué de su proceder. 

Ellos respondieron: “Es la ofrenda de Pesaj para nuestro Di-s, quien dará muerte a todos los primogénitos egipcios”. De inmediato estos se dirigieron a sus padres y al Faraón, rogando que dejaran salir a Israel de Egipto, pero el Faraón y sus consejeros no estuvieron de acuerdo con la petición. Entonces los primogénitos libraron una guerra contra los otros egipcios, matando a muchos de ellos. Así lo expresa el versículo: Quien golpeó a Egipto a través de sus primogénitos (Salmos 136:10); es decir, los primogénitos mismos fueron quienes dieron muerte a otros egipcios.

CONMEMORACIÓN EN SHABAT EN LUGAR DEL 10 DE NISÁN

¿Por qué conmemoramos este milagro el Shabat anterior a Pesaj y no el 10 de Nisán, el día en que realmente ocurrió, tal como menciona la Torá (Exodo 12:3)?

La razón de ello es que dicho milagro guarda una estrecha relación con el Shabat. Los egipcios sabían que los Hijos de Israel observaban el Shabat y no se ocupaban del cuidado de los animales en ese día; por eso, cuando los vieron tomando corderos y atándolos a las patas de sus camas en Shabat, se sorprendieron y decidieron averiguar qué estaba sucediendo. Fueron y confrontaron a los Hijos de Israel quienes se vieron en un gran peligro, requiriéndose de un milagro para salvarse, puesto que era Shabat. Por este motivo conmemoramos el milagro en Shabat y no en el décimo día del mes.

Además, de no haber sido en Shabat, los Hijos de Israel no habrían necesitado de un milagro para ser salvados pues habrían podido persuadir a los egipcios distrayendo su atención hacia otro asunto o inventando cualquier tipo de justificación. Sin embargo, al ser Shabat, no podían actuar así, ya que, como dijeron nuestros Sabios, 

“Aun el ignorante siente temor al Shabat y no miente en este día”. Por lo tanto, en tales circunstancias sus vidas corrían peligro, siendo necesario un milagro para salvarse.

Otra de las razones por la cual conmemoramos el milagro en Shabat y no el 10 de Nisán es que en ese preciso día, cuarenta años más tarde, murió Miriam —hermana de Moshé— y desapareció el manantial que había acompañado a los Hijos de Israel proveyéndolos de agua durante su travesía en el desierto. Así, esta fecha fue establecida como día de “ayuno por los justos” cuando acaece en medio de la semana.

OTRAS RAZONES PARA EL NOMBRE “SHABAT HAGADOL”

Durante siglos, nuestros eruditos de la Torá han proporcionado diversas razones que justifican este nombre, razones acordes a quienes las formulan y que deleitan a quienes las oyen.

Algunos interpretan la palabra “hagadol” —el gran— como un adjetivo que califica al Shabat mismo. Aunque el sustantivo Shabat es femenino y el adjetivo hagadol se encuentra en su forma masculina, ello no debe inquietarnos pues muchas veces encontramos que un adjetivo cambia de su forma femenina a masculina cuando es utilizado para expresar grandeza e importancia.

Otros, por su parte, interpretan la palabra hagadol haciendo referencia a otros asuntos. Lo que sigue a continuación es una selección de explicaciones adicionales que nuestros Sabios ofrecieron en relación a este tema:

— Al igual que un niño es considerado gadol (adulto) desde el momento en que recibe sobre sí la responsabilidad de cumplir las mitzvot, así también el día en que todo el pueblo de Israel observó su primera mitzvá —el acto de tomar un cordero el día 10 de Nisán— es llamado gadol (Jizkuni, Abudraham, y comentaristas posteriores).

— Cuando los Hijos de Israel estuvieron en Egipto, Moshé pidió al Faraón que les concediera un día de la semana —Shabat— como día de descanso. Así, apenas concluía el Shabat, regresaban de inmediato a su trabajo forzado. Sin embargo, en aquel Shabat no regresaron a su esclavitud, y por eso nos referimos a él como Shabat HaGadol (Rabí Iehoshúa de Trani, en nombre de su padre)

3 tips para preparar la casa para pesaj

Se acerca Pesaj, y te debes estar preguntando: ¿cómo preparo la casa?

Recordá estas 3 simples reglas, que te ayudarán a concentrarte en lo necesario: 

  1. Si está fuera del alcance, no existe: si está en lugares donde no podés llegar con tu mano, se lo considera inexistente.
  1. Solo en los dominios del Jametz: es necesario limpiar únicamente aquellas habitaciones o lugares donde entró Jametz durante el año.
  1. Poné el Jametz en “cuarentena”: cualquier habitación, placard o alacena donde haya mucho Jametz se puede cerrar para los días de Pesaj, siempre y cuando antes del comienzo de la festividad lleves a cabo el proceso de venta de Jametz para desvincularte de él.

¿Qué es la Venta de Jametz?

La Torá nos prohíbe poseer Jametz durante toda la festividad de Pesaj, desde la mañana del 15 de Abril hasta la salida de las estrellas la noche del día 23.

Para cumplir con este requisito en la práctica, se designa un espacio (estante, armario o habitación) donde se coloca todo el Jametz (también toda la vajilla y utensilios utilizados con Jametz durante el año). Por medio de un documento, se transfiere todo el Jametz al rabino, quien a su vez lo vende a un no judío antes de que empiece la festividad y después de Pesaj se lo recompra. 

Debe marcarse el lugar para no ser abierto durante Pesaj. 

La venta no es meramente simbólica, sino real. Dado que tiene muchos detalles halájicos para que sea válida, se hace por medio del rabino, experto en estos detalles.

Testimonio urbano: Yo como kasher


Mis amigos saben de mi “cambio de bando” al kashrut. No se hacen ningún problema, aunque miran con cierto resquemor. Nunca falta el chiste al mejor estilo “¿cómo, vos no te pedís una hamburguesa con queso?”, pero siempre lo hacen con buenas intenciones, apelando al sentido del humor.

Como solemos hacer, nos juntamos una noche en la casa de uno a tomar unas copas. Ya desde que me había subido al colectivo una idea retumbaba en mi cabeza: tengo que convencerlos de que comer comida kasher no implica convertirse en rabino. Hay millones de personas que llevan una vida normal pero que, a la hora de alimentarse, siguen éste tipo de dieta. Es más: muchas veces, si no fueran ellos mismos los que lo aclaran, el hecho de que comen comida supervisada pasaría totalmente inadvertido.

Mis amigos seguían entre risas, charlando no sé de qué cosa, pero yo tenía este tema retumbándome en la cabeza. Así que me decidí y lancé el desafío: “Saben qué, ¿por qué no se vienen la semana que viene a casa? Tengo ganas de hacer un asado”. Me miraron incrédulos. Supongo que pensaban que mi nueva dieta consistía sólo de knishes, lajmayin y demás platos judíos.

Lamentablemente, el grueso de la gente ignora que “comida kasher” no es igual a “comida tradicional judía”. Una milanesa, siempre que sea Supongo que pensaban que mi nueva dieta con-sistía sólo de knishes, lajmayin y demás platos judíos. Lamentablemente, el grueso de la gente ig-nora que “comida kasher” no es igual a “comida tradicional judía”. adquirida en carnicerías kasher o en la góndola kasher del súper, tranquilamente puede ser kasher. Entre risas aceptaron, como diciendo “a ver si te salen los latkes a las brasas”. Habían dado el sí. Ahora la pelota estaba de mi lado.

Lo primero que sentí al llegar a mi casa fue temor. ¿En qué habré estado pensando? Pero decidí que no sólo sería un desafío para ellos, sino uno para mí también. El viaje a la carnicería me sorprendió, porque no sabía que existían chinchulines o salchichas parrilleras. Más o menos planifiqué la cuestión: Arrancaríamos con chinchulines, unas mollejas, chorizos y salchichas parrilleras. Además, papas y cebollas al plomo. Después, tira de asado y entraña. Había ojo de bife, pero la verdad es que el precio era de un ojo de la cara (Lo dejo para algún asado que organice mi viejo…).

Ensaladas varias, chimichurri y criolla. Una vez que pasé en limpio el menú me di cuenta de que realmente podía salir bien y ni notarían la diferencia. Finalmente llegó el día esperado: a las 12.00 me puse a hacer el fuego y ya 12.15 empezaron a venir los muchachos. Hicieron los chistes típicos que ya me había imaginado, pero la primera sorpresa llegó en cuanto saqué una bandeja con choripanes: pensaban que era yo el que los estaba cargando. Seguimos con las salchichitas, chinchulines y etcéteras. No voy a negar que uno advirtió que la entraña era “un poco más salada” que la taref (no kasher) y que hubo otro que hizo el previsible chiste de la falta de provoleta, pero nada más. Terminamos llenísimos y yo, chocho. Me dieron la razón: si no les hubiese dicho que era un asado kasher, ni se hubieran dado cuenta. Eso sí, a la hora de repartir gastos, ¡casi me matan!Saludos, Martin.

¿Nos conectamos con el creador al comer kasher?


Siempre que comemos algo, conscientes de nuestro Creador y del propósito Divino, nuestro acto de comer actúa como una conexión con El. La energía que recibimos de ese alimento en sí se eleva a ese propósito superior.

Por otro lado, si solo comemos esa comida porque tenemos hambre, sin una intención interna, nosotros y la comida seguimos siendo solo una parte más de este mundo fragmentado. Así es como funciona con la comida kosher. Kosher significa “apto para su uso”. Este alimento es apto para comer porque puede elevarse mediante el tipo correcto de alimentación.

Por eso también se le llama mutar, que significa “desatado”. No está ligado a ser otra cosa material. A través de su alimentación adecuada, puede convertirse en una ofrenda Divina. Pero si es del tipo de comida que el Creador no quiere que comamos, entonces la naturaleza de esa comida es tal, que nunca se puede elevar al comer.

No importa lo que hagamos, permanece atrapada en este mundo y nos arrastra con ella. Por eso también se llama asur, que en hebreo significa “atado”. El alimento está atado a su existencia material y mundana y las mejores intenciones nunca pueden sacarla de allí. Algunos de estos animales reflejan esta negatividad espiritual en su naturaleza y comportamiento.

Así que Najmanides habla de los rasgos de carácter negativos imbuidos en la carne de especies no kosher. Además, en muchos casos, lo que no es saludable para el alma tampoco lo es para el cuerpo. Entonces, tenemos nutricionistas que confirman que una dieta kasher es más saludable. Buenos dividendos, pero no el factor subyacente.

Toda la Meguila


Todo comenzó un Purim a principios de 1980. Rabi Shlomó Schwartz, conocido como Schwartzie, era rabino del campus universitario de Jabad en UCLA (Universidad de California). Trataba de convencer a los estudiantes judíos para que escucharan una lectura de la Meguilá de Ester, pero todos se negaban.

Finalmente, un profesor judío aceptó. Este imaginó que la lectura de la Meguilá tomaría uno o dos minutos. Pero cuando Schwartzie desenrolló un enorme pergamino, el profesor se sobresaltó. “¿Cuánto tiempo llevará esto?” preguntó vacilante. Schwartzie respondió: “Alrededor de 15 a 20 minutos”.

El profesor tenía prisa, ya que tenía un largo camino por recorrer hasta su casa en Irvine. “Lo siento, no podré escuchar la lectura de la Meguilá”. Sin pensarlo dos veces, Schwartzie dijo: “¿Irvine? ¡Yo también tengo que ir allí! ¿Puedes llevarme?”. El profesor aceptó y Schwartzie subió al auto. Irvine está en las afueras de Los Ángeles, aproximadamente una hora en auto.

Mientras conducían, Schwartzie dijo: “Tenemos un viaje largo por delante. Sugiero leer la Meguilá y tú escuchas mientras conduces”. El profesor estuvo de acuerdo.

Después de un viaje de una hora y la lectura de Meguilá, llegaron a Irvine. Para dejarlo en un lugar conveniente, el profesor preguntó a su pasajero: “¿A dónde tienes que ir?” Schwartzie respondió: “A la estación de autobuses”.

Entonces, quedó claro que Schwartzie había hecho el viaje solo para leer la Meguilá para él.

La historia podría terminar aquí, y sería una bonita anécdota sobre un joven y entusiasta rabino de Jabad haciendo lo suyo. Después de 30 años, Schwartzie falleció a principios de 2017.

El rabino Moshe Schwartz, uno de los hijos de Schwartzie, es emisario de Jabad en Massachusetts. En una visita a Crown Heights, conoció a un estudiante en la Ieshivá Jabad.

El joven le preguntó: “¿Eres hijo del rabino Shlomó Schwartz?” Moshe respondió “sí” y el joven insistió en que escuchara su historia. “Crecí en una familia asimilada. Cuando tenía 20 años, decidí aprender más sobre mis raíces judías y estudiar en una Ieshivá. Mis padres se asustaron.

Su sueño era que fuera a la universidad y se desarrolló un feroz conflicto entre nosotros. “Mis padres sugirieron que tuviéramos una ‘intervención familiar’, a la que invitaríamos a mis abuelos para hablar sobre la crisis.

El abuelo era un profesor respetable y mis padres estaban seguros de que apoyaría su perspectiva. “El abuelo escuchó a ambos lados. Luego se volvió hacia mí y me preguntó: ‘¿A qué Ieshivá quieres ir?’ “‘La Ieshivá de Jabad’, respondí. “Sorprendentemente, el abuelo dijo: ‘Bueno, entonces, eso es bueno. Ve allí’.

“Mis padres estaban conmocionados. “El abuelo contó una historia sobre una experiencia que tuvo con un joven rabino de Jabad a principios de los años 80 en UCLA. Fue en Purim. Él era el profesor que conducía el automóvil y escuchó la lectura de Meguilá de Schwartzie. El abuelo concluyó: ‘Si esta Ieshivá educa a los jóvenes a tener tales valores, a tener tal devoción por otras personas al punto de dedicar horas para que alguien más tenga una sola mitzvá, estoy feliz de que mi nieto vaya a estudiar a un lugar así”