Confia en tu socio

Cierta vez, un distribuidor internacional de telas de alta gama, visitó al Rebe de Lubavitch, Menajem Mendel Scheerson. Como miembro activo de la comunidad de Jabad en Inglaterra, el hombre ya conocía sobre cómo los asesoramientos y bendiciones del Rebe imapctaban en las vidas de muchas personas. En cierto punto de su discusión, el hombre de negocios le propuso al Rebe de que sea su socio para un negocio. El Rebe se puso serio y dijo: “Esta bien. Recuerde, sin embargo, que en una sociedad, ninguno de los dos llega a hacer un movimiento sin el consentimiento del otro. ¿Tenemos un trato?»

El hombre estaba entusiasmado con esta oportunidad de ser «socio» con el tzadik, y rápidamente aceptó el acuerdo. El Rebe le aconsejó hacer una compra grande de un material determinado que no conocía. El comerciante se fue a su casa e hizo un gran pedido de este tejido inusual. Cuando se reportó de nuevo a Nueva York, el Rebe le respondió de que la compra era demasiado conservadora. Debía haber comprado una cantidad mucho mayor. El hombre salió y compró cantidades astronómicas, hasta el punto de invertir toda su fortuna personal para pagar los envíos.

Para disgusto del hombre, poco tiempo después de las adquisiciones, el valor de este material comenzó a bajar. Tal vez, pensó, debería vender al menos una parte importante. Como había prometido, se comunicó con el Rebe para su consentimiento. Para su sorpresa, el Rebe no le otorgó su consentimiento y le recordó sobre el acuerdo respecto a los movimientos unilaterales.

A medida que el precio del material continuaba bajando, lo mismo ocurría con el espíritu del hombre. Cada día, veía que su fortuna se resbalaba cada vez más lejos. Todas las súplicas al Rebe concluían con la misma respuesta: «No vendas».

Frente a la ruina financiera, el hombre comenzó a cuestionar toda su relación con el Rebe y Jabad. Tal vez fue un error. Con la devaluación de cada día, su distancia con la comunidad de Jabad crecía.

Ésto continuó durante varios meses. Un día, el precio subió un poco. Le consultó de nuevo al Rebe, pero nuevamente le dijo que aún no. Cuando el precio subió incluso más, el Rebe todavía seguía sin darle la luz verde a la venta masiva.

Poco después, un famoso diseñador de moda extendió una línea que requería una gran cantidad de un material inusual. Cuando el hombre le informó de esto a la Rebe, le dijo que había llegado el momento de vender. El inventario fue rápido. El hombre hizo muchos millones. Entusiasmado, se subió a un avión para entregarle al Rebe un cheque por su «parte». El Rebe se negó, pidiéndole al hombre que le diera el dinero para caridad.

Luego el hombre le preguntó al Rebe si podían hacer otro negocio juntos. El Rebe sonriendo le dijo: “Lo siento…eres un Shvajer Shutaf, un socio débil”.

Al comienzo de la lectura de la Torá de esta semana, se nos enseña que en el Monte Sinai, Di-s le dice a Moisés que le instruya a los Hijos de Israel sobre la observancia de Shmitá, el año Sabático. Al entrar a la Tierra de Israel, deberían contar los años en ciclos de siete. Durante seis años trabajarían, y el séptimo sería un descanso”. Nada de siembra, recolección, atados. Un año entero para la búsqueda espiritual.

La Torá luego dice: “Y si vas a decir: ¿Qué comeremos en el séptimo año?….Yo daré mi bendición de que el sexto año crecerá lo suficiente para un período de tres años…”. En otras palabras, la bendición Divina de enriquecer el suelo como resultado por haber observado “Shmitá”, compensará tres veces más la pérdida por haber dejado a la tierra descansar.

Tanto si se trata de Santificar el Shabat, enviar a nuestros hijos a escuelas de Torá o hacer un esfuerzo extra para mantener una cocina kosher, Shmitá nos recuerda de que el Monte Sinai representa un puente entre la teoría y la práctica, la fe y la acción. En esa montaña, el Todopoderoso nos tomó como socios en el negocio de la creación. Desde entonces nos ha estado implorando: «No seas un Shvajer Shutaf»

Por: Moshe Bryski

¿Qué es Pesaj Sheini?

El 14 de lyar, (este año el 26 de abril de 2021) es el día conocido como Pesaj Sheini, literalmente, «el segundo Pesaj».

En la época del Beit HaMikdash, todos aquellos que no habían podido traer la ofrenda de Pesaj en la fecha estipulada, el 14 de Nisán, tenían una segunda oportunidad para hacerlo en este día. La Torá (Números 9:10-11) expresa: «Y Di-s habló a Moshé, diciendo: Habla a los Hijos de Israel, diciendo: Si hombre alguno de vosotros o de vuestras generaciones futuras se hallare impuro a causa de un cadáver o esté en camino distante, de todos modos hará la ofrenda de Pesaj a Di-s. La harán el decimocuarto día del segundo mes, hacia el atardecer, la comerán con matzot y hierbas amargas…»

“Pesaj Sheini” se ha convertido en una especie de festividad que celebra la segunda oportunidad de la vida. En las palabras del sexto Rebe de Lubavitch, y elaborado muchas veces por el Rebe, “Es iz nito kein farfalen”, nunca es demasiado tarde. Siempre podes arreglar los errores del pasado. Di-s está constantemente esperando a que expresemos un arrepentimiento sincero. 

Hoy en día, cuando no tenemos el Beit HaMikdash, se acostumbra comer un poco de matzá en Pesaj Sheni, en recuerdo a la ofrenda.

En la época del Beit HaMikdash— este era un día de regocijo para aquellos que cumplían con su obligación de traer la ofrenda de Pesaj. Por lo tanto, se considera en cierto modo especial y en él no se recita Tajanún.

BREVE RESUMEN DE LAS LEYES DE PESAJ SHENÍ

 *Aquel que se encontraba impuro [por haber entrado en contacto con un cadáver humano] en el momento estipulado para traer la ofrenda de Pesaj, o se hallaba en un lugar alejado, o tuvo algún percance, o indeliberadamente —o aun con intención— no la ofreció, debe traer la ofrenda de Pesaj en la tarde del 14 de lyar.

 *Quien se convirtió al judaísmo entre el 14 de Nisán y el 14 de Iyar, o un niño que pasa a ser adulto —respecto de su obligación para con las mitzvot, al cumplir 13 años, edad de bar-mitzvá— durante este período, también trae la ofrenda de Pesa] el 14 de Iyar. 

*Si muchos del pueblo se hallan impuros en el momento de traer la ofrenda de Pesaj: Si constituyen la minoría de la nación, traen su ofrenda en Pesaj Sheni, pero si conforman la mayoría, o si los kohanim (sacerdotes) o utensilios del Gran Templo se hallan impuros en ese momento, de todas formas el sacrificio es traído por todos el 14 de Nisán. Y si el número de personas puras e impuras es el mismo, la ofrenda se trae el 14 de Nisán con la salvedad de que cada grupo la debe traer por separado, sin mezclarse unos con otros.

 ¿Cuál es la diferencia entre la ofrenda de Pesaj traída el 14 de Nisán y la traída el 14 de lyar? 

En la primera se prohíbe el jametz, el cual no puede ser «visto ni encontrado» en posesión del judío. Por ende no debe ser sacrificada junto con éste, siendo necesario exterminar previamente todo jametz de los hogares. Asimismo, ninguna porción de su carne puede ser comida fuera de la javurá [el grupo de personas formado para traer la ofrenda y comer la carne juntos, pues cada cordero era compartido por varias personas]. Además, la ofrenda del 14 de Nisán va acompañada del Halel—cánticos de alabanza— y de una ofrenda festiva especial —korbán jaguigá—, pudiendo ser ofrecida incluso en estado de impureza—si la mayor parte del pueblo se encuentra en esa condición, como vimos antes—.

*En cuanto a la ofrenda de Pesaj traída el 14 de lyar: tanto el jametz como la matzá pueden encontrarse en posesión del judío, no hay obligación de recitar el Halel mientras se come, la carne del sacrificio puede comerse estando la persona separada de los otros miembros de la javurá, el sacrificio no es acompañado de una ofrenda festiva, y no puede ser traído en estado de impureza. Sin embargo, ambos comparten varias cosas en común: pueden traerse en Shabat, requieren del recitado del Halel durante su preparación, deben comerse asados en una misma casa, se comen junto con matzá y maror, no puede sobrar ningún resto de su carne, y no se puede quebrar ninguno de los huesos del animal.

Shatnez: Una mezcla de lana y lino

En el libro de Levítico 19:19 dice que está prohibido usar “Shatnez”, mezcla de lana y lino. En las palabaras de la Torá: “Observarás Mis estatutos:…y una prenda que tenga mezcla de “shatnez” no vendrá sobre vosotros”. (Esta mitzvá es también mencionada en Deuteronomio 22:12).

La razón a esta prohibición no es clara. Como menciona el versículo: “Observarás Mis “estatutos”…”. Esto significa que esta Mitzvá es un “Jok”, un estatuto Divino que desafía completamente la comprensión. Sin embargo, los comentaristas intentan, de alguna forma, explicar esta Mitzvá. Maimónides dice que las prendas con Shatnez eran usadas por sacerdotes idólatras, y se nos prohíbe seguir sus caminos. Otros dicen que mezclar lana y lino es similar a la mezcla de sacrificios de Cain y Ebel, y esto desencadena las fuerzas espirituales asociadas con ellos, respectivamente, causando resultados dañinos. (Cain trajo un sacrificio de Lino, y Ebel de Lana)

Algunas de las leyes asociadas a la observancia de esta Mitzvá son:

– Shatnez está prohibido tanto en la mezcla durante el peinado como el hilado y tejido. Incluso si se usaron hilos de lino para coser los botones a una prenda de lana, está prohibido por shatnez.

– Si compra una prenda que está hecha de lana o lino, debe llevarla a revisar a un experto en Shatnez, para establecer que no tenga esta mezcla. Ellos se ocupan en tomar una pequeña muestra de la misma (sin estropearla), y la envían a un laboratorio de shatnez. Allí la muestra es examinada bajo un microscopio, y así se logra identificar los materiales.

– Según los expertos, incluso si en la etiqueta dice que la prenda esta hecha de %100 lana, puede contener shatnez. Una prenda que dice %100 lana puede tener hasta un %2 de otros materiales. Además, lo que marcan las etiquetas es solo el material por fuera, no incluye los adornos y demás. 

– Sobre estos asuntos, uno debe confiar solo en un Judío observante en las leyes de shatnez y quién está especialmente entrenado en esto.

– Uno debe probarse un traje para ver si le queda bien, a pesar del hecho de que pueda contener Shatnez.

– Uno puede usar una chaqueta de lana sobre una camisa de lino (o viceversa, solo si es posible quitarse uno de los dos sin tener que sacarse el otro)

–  La prohibición de shatnez se extiende a todo tipo de materiales, incluyendo cortinas, manteles, toallas, etc.

Por. Aryeh Citron

El mes de Iyar

El mes de Iyar, como indican nuestros sabios, es auspicioso para la curación de las enfermedades. Su propio nombre lo indica: Las letras de su nombre en hebreo coinciden con las iniciales del versículo que dice: “Yo Soy Di-s, tu Sanador” (Aní Hashem Rofeja).

Diariamente llegaban cientos de cartas al Rebe solicitando consejo y bendición por asuntos de salud. Que ocurrieran milagros es indiscutible. Pero el Rebe no quería crear una religión en torno a curas milagrosas. En casi todas las respuestas incluía consejos prácticos sugiriendo a la gente una senda espiritual junto con una sabia orientación médica:

Cuatro consejos para la curación:

1. Encuentra un buen médico y sigue su consejo. 

2. Rechaza todo pensamiento sobre la enfermedad. Piensa exclusivamente en términos de salud.

3. Refuerza tu confianza en el Médico de Toda Carne, sabiendo que Él te sanará de la manera que Le parezca adecuado.

4. Incrementa tu estudio de la luz interior de la Torá.

La shlisel jala – La llave en la jala

Hay una costumbre llamada en idish, «Shlisel Jalá (llave).» Insertamos una llave de la puerta de la casa, o damos forma a nuestras jalot de una llave, para significar que entendemos que nuestras necesidades básicas de la vida, así como nuestras comodidades están almacenadas para nosotros en el Cielo detrás de puertas cerradas. Todo lo que tenemos que hacer es pedir a Hashem, Todopoderoso, para desbloquear las puertas y llenar nuestros hogares con bendición.

¿Por qué hacemos una Shlisel Jalá el Shabat después de Pesaj?

Es apropiado porque en la primavera, poco después de Pesaj, los Benei Israel finalmente entraron en la Tierra de Israel. Fue un momento de transición en las estaciones, así como en la forma en que recibimos nuestro sustento. Estuvimos comiendo el Man del Cielo y ahora teníamos que empezar a comer del fruto de la tierra, alimentos que parecen venir a nosotros como un resultado directo de nuestro propio esfuerzo.

Al colocar una llave en nuestra jalá en la misma época del año, estamos diciendo que la llave sólo pertenece a Hashem. Y así como Él abrió las puertas de sustento para proveer a nuestros antepasados en esos días en la Tierra de Israel, que así Él nos proporcione nuestras necesidades ahora, donde quiera que estemos.

(TheKosherplanet.com)

El mes de Nisan

El 14 de marzo de 2021 comienza el mes de Nisan. Este mes tiene tres nombres: HaJodesh HaRishón —el primer mes—, Jodesh HaAviv —el mes de Aviv [En el uso contemporáneo, el término Aviv significa «Primavera»; sin embargo, literalmente,

connota una etapa en la maduración del trigo. Por lo tanto, Jodesh HaAviv también puede ser traducido como «el mes del trigo inmaduro»]—, y Nisán.

La Torá se refiere a él como «el primer mes», pues desde la salida de Egipto siempre fue contado como el primero de todos los meses del año. También es denominado «el mes de Aviv (primavera)», ya que en esa época la flora y la vegetación brotan y se renuevan, y vida y abundancia le son entregadas al mundo.

Por su parte, el nombre Nisán es de origen babilónico, y fue el que los judíos continuaron utilizando a su regreso del exilio en Babel. La palabra Nisán también insinúa el concepto de primavera, pues es similar a la palabra hebrea «nitzái? —capullo—, como se menciona en el versículo: Los capullos han aparecido en la tierra (Cantar de los Cantares 2:12).

Los Sabios posteriores interpretaron la palabra Aviv como un acrónimo: Aviv puede dividirse en Av, que significa «padre» o cabeza, y las dos últimas letras iud y bet, que poseen un valor numérico de 12, corresponden a los 12 meses. Es decir: Nisán es «la cabeza» de todos los «doce» meses del año.

* * *

El símbolo astrológico correspondiente a este mes es el cordero (Aries), en memoria al cordero que cada familia debía traer para la ofrenda de Pesaj, tal como lo ordena la Tora (véase Éxodo 12:3). Sin embargo, aún antes de que le fuera ordenado a Israel traer un cordero para el sacrificio en el mes de Nisán, las naciones del mundo —y los egipcios en particular— ya representaban la gran fuerza de este mes mediante el símbolo del cordero, según la disposición de las constelaciones celestes en este mes. 

La palabra hebrea ashtarot, que connota la multiplicación de la cría de ovejas y el aumento del rebaño, se asemeja a la palabra ósher—riqueza—, pues la primera trae a su dueño gran ganancia y beneficio. Asimismo el mes de Nisán simboliza la fuente de bendición, riqueza y abundancia para todo el año.

Los egipcios, cuyo corazón sólo corría tras la riqueza y el poder, transformaron al carnero—que en este mes se multiplicaba sobremanera— en un ídolo al cual veneraban. Sin embargo, a los Hijos de Israel, cuya preocupación principal es servir a Di-s, se les ordenó tomar esta deidad de los egipcios, sus amos, y degollarlo en este mismo mes, en el climax de su ascendiente, ofreciéndolo como

sacrificio a Di-s. Pues la auténtica riqueza y fortaleza es solamente aquella otorgada por Di-s y nadie más. Tanto para los egipcios como para Israel, el símbolo astrológico de este mes es el carnero. Sin embargo, Israel lo considera como un símbolo de sumisión a Di-s, mientras que los egipcios lo valoran y veneran como un ídolo.

A ello se refirieron los Sabios en su explicación del versículo: Apartad y tomad corderos para vosotros según vuestras familias, y sacrificad la ofrenda de Pesaj (Éxodo 12:21). Este debe interpretarse de la siguiente manera: Apartaos de las prácticas idólatras cié los egipcios; tomad un cordero y sacrificad así a su dios, convirtiéndolo en una ofrenda para Pesaj (ShemotRabá 16). Otro midrash concluye: ¡Apartaos de la idolatría y aferraos a las mitzvot.

ALGUNAS COSTUMBRES DE LOS PRIMEROS DÍAS DEL MES

En los primeros trece días del mes de Nisán se acostumbra leer la sección de la Tora que describe las ofrendas presentadas por los príncipes de las Tribus de Israel cuando fue consagrado el Tabernáculo (véase Sidur, pág. 317 y ss.). Cada día se lee la sección relativa a uno de ellos, comenzando con la ofrenda de Najshón hijo de Aminadav, príncipe de lehudá, traída en Rosh Jodesh Nisán. Estas secciones se leen de un Sidur o un Jumash («Pentateuco»); sin embargo, en algunas comunidades se acostumbra leerlas de un Rollo de la Tora, pero sin recitar las bendiciones usuales. 

El segundo día leemos el párrafo que describe la ofrenda traída por Netanel hijo de Tzuár, príncipe de Isajar, y así sucesivamente durante los doce días. El día 13 de Nisán se lee la sección de «Behaalotjá…» — Cuando enciendas las luces… (Números 8:2), en honor a la Tribu de Leví que no era contada entre las otras tribus cuyos príncipes traían ofrendas.

Aunque hay opiniones que se oponen a que estas lecturas se lleven a cabo de un Rollo de la Torá —en base a la afirmación del Talmud Ierushalmi (Meguilá 30b): «No se debe leer el Séfer Torá en público sin recitar sus correspondientes bendiciones»— muchos grandes eruditos apoyan esta práctica. Uno de los motivos es el siguiente:

Las Doce Tribus de Di-s se corresponden con los meses del año, y así también los primeros doce días del mes de Nisán guardan estrecha relación con los siguientes doce meses. Por lo tanto, los príncipes de cada Tribu traían sus sacrificios en días sucesivos y, al hacerlo, abrían los portones Celestiales de pureza y bendición para cada mes específico. Así, al leer sus ofrendas de un Rollo de la Torá en público evocamos esa bendición original ocasionando que la abundancia y la prosperidad fluyan sobre el mundo en todos los meses subsiguientes. De entre los tzadikím, aquellos justos dotados con la capacidad de una visión clara pueden ver en estos primeros doce días de Nisán todo lo que sucederá en los próximos doce meses. De un gran tzadik se cuenta que, con la inspiración Divina —rúaj hakódesh— escribía en cada uno de estos doce días todo lo que acontecería durante los doce meses correspondientes. Sin embargo, un año sólo escribió hasta el día 5 de Nisán, y en Av —el quinto mes del año— devolvió su alma al Creador.

Purim: Meguilá en Buenos Aires

Llega Purim y tenemos opciones para compartir la alegría en toda la ciudad. El viernes 26 de febrero habrá lecturas de la Meguilá al aire libre en Barrancas de Belgrano, Plaza Armenia, Plaza Córdoba, Plaza Hussay, Plaza Arberti, Corrientes y Scalabrini Ortiz, y en Florida y Diagonal Norte. En todos los puntos la cita es a las 12 o 14 horas, con inscripción previa. También habrá lectura de la Meguilá a cada hora en Agüero 1164, el jueves 25 entre las 21 horas y la 1 de la mañana, y el viernes 26 entre las 8 y las 19 horas, sin inscripción previa. 

La Meguilá se lee de un rollo de pergamino escrito a mano, con una melodía antigua, y tanto de noche como de día se acostumbra concurrir a un templo a escucharla.  Si por alguna razón no podés acercarte a un punto de encuentro, comunicate al 1161974444 para solicitar la Meguilá a domicilio y recibir la alegría de Purim en tu casa, oficina, hogar de ancianos u hospital, respetando siempre el distanciamiento. En todos los casos se respetará el protocolo por COVID-19 y el uso de tapaboca es obligatorio. Visitá www.purimargentina.com para ver toda la información y para inscribirte.  Además, en https://jabad.org.ar/2021/02/paso-a-paso-de-purim/ podés conocer todas las mitzvot y tradiciones de la celebración.
La unión como pueblo es un tema central de Purim. Hamán quiso exterminarnos y como pueblo estábamos en peligro, por eso es que también festejamos juntos. Los esperamos a todos en los puntos de encuentro de la ciudad. ¡Jag Purim Sameaj!

Moisés, confianza y humildad

El 7 de Adar (19 de febrero) es el aniversario de nacimiento y fallecimiento de Moshe Rabeinu.

La confianza se encuentra principalmente entre los humildes.

Moshé (Moisés) fue el hombre más humilde. Aún así, tuvo la confianza necesaria para presentarse ante el dictador más poderoso de la tierra y demandar sus exigencias. Tuvo la confianza para estar de pie frente a D-os y escuchar sin perder la compostura. Tuvo suficiente confianza para discutir con D-os, cuando fue necesario.

En su opinión, sin embargo, se consideraba nada.

La confianza de Moisés no era confianza en sí mismo, en el “yo”. Él no tenía «yo». No era más que un agente de Arriba. Arriba hay poder infinito.

La auto-confianza es, en el mejor de los casos, limitada. Pero si confías en Aquél que te envió aquí para hacer lo que debes hacer, tal confianza no conoce fronteras.

La humildad debe ser legítima. Humildad legítima significa trascendencia del «yo».

Tal como está escrito, Moshé (Moisés) fue el más humilde de los hombres. Obviamente sabía quién era. Que, de entre todos los hombres, había sido escogido para desempeñar el mayor papel de la historia:

Guiar a un pueblo entero en su liberación de la esclavitud y conducirlo a la mayor revelación de todos los tiempos. Fue el más excelso de los profetas, capaz de hablar directamente con D-os cada vez que lo deseaba. Sabía todo esto, y aún así era humilde.

Porque se decía a sí mismo: «Este no es mi logro personal. Es lo que he hecho con los poderes que D-os me otorgó. Quizás, si algún otro hubiera recibido tales poderes, hubiese hecho un mejor uso de ellos.»

Extraído de «Trayendo el Cielo a la Tierra», Editorial Keter Tora.

Lo que debemos saber acerca de la Parashá de Shekalim

La Parshá de Shekalim se encuentra en el Libro de Shemot desde el capítulo 30, versículo 11 hasta el 16. Esta sección trata acerca de la donación del medio shekel (ciclo de plata) que debían aportar todos los varones mayores de veinte años. Dicho dinero era utilizado para los menesteres del Santuario.

Conozcamos más detalles:

En la época del Gran Templo, cada judío debía aportar medio shekel anualmente -lo que constituía una mitzvá positiva-, utilizado para adquirir los sacrificios comunitarios que se ofrecían diariamente. Estos sacrificios eran adquiridos con la donación del medio shekel de ese año, y de ningún otro.

Todos tenían el deber de cumplir esta mitzvá, aun el pobre que obtenía su sustento mediante la caridad. Si la persona no tenía medio shékel debía pedir dinero prestado, o empeñar o vender alguna de sus prendas, pues el versículo expresa (Éxodo 30:15): “El rico no dará más y el pobre no dará menos, de medio shékel” Asimismo, el medio shékel no podía ser pagado en cuotas.

Todas las contribuciones de medio shékel debían llegar al Gran Templo antes de Rosh Jodesh Nisán, pues en esa fecha se hacían las asignaciones del tesoro para la compra de los sacrificios comunales que se traían durante el año. De igual forma, era necesario que cada judío participara de esos sacrificios puesto que servían de expiación para el pueblo entero.

Se solían realizar anuncios públicos -desde Rosh Jodesh Adar-recordando a la gente que trajera su medio shékel, de modo que cada uno tuviera tiempo suficiente para reunir los fondos y dar su contribución en el momento apropiado. El 15 de Adar, los recolectores comenzaban a establecerse en cada ciudad y solicitaban que se les trajeran las contribuciones. Quien no traía el medio shékel en ese momento, no era obligado a hacerlo. El 25 de Adar los recolectores se instalaban en el Gran Templo, y a partir de esa fecha, aquellos que no hubiesen traído su contribución eran forzados a hacerlo.

Los Sabios estipularon que en el Shabat inmediatamente anterior a Adar o en Rosh Jodesh mismo, si fuera Shabat- debía leerse la sección de la Torá que trata acerca del medio shékel, pues en Shabat la nación entera se reúne en las sinagogas y casas de estudio para escuchar la lectura de la Torá. La Parshat Shkalim que se leía entonces servía como el primer llamado para el cumplimiento de la mitzvá en el momento apropiado.

Hoy en día, cuando no tenemos el Beit HaMikdash, los sacrificios, ni la mitzvá del medio shékel, leemos no obstante Parshat Shkalim en la época correspondiente para que por medio de su lectura nos sea considerado como si realmente hubiésemos cumplido la mitzvá, como expresa el versículo (Hoshéa 14:3): Te tributaremos la plegaria de nuestros labios en lugar del sacrificio de novillos; es decir, nuestras plegarias ocuparán el lugar de los animales que ya no podemos sacrificar -y del mismo modo, de las mitzvot que no podemos cumplir-.

Existe otra razón: los Sabios ordenaron que la sección de Shekalim fuera leída en su momento adecuado aún hoy día, ya que dado que oramos por la pronta reconstrucción del Beit HaMikdash, es nuestro deber familiarizarnos con la forma correcta de cumplir este precepto.

La mitzvá del medio shékel es muy apreciada por el pueblo de Israel, pues nos enseña a amar inmensamente a nuestros semejantes, puesto que todos somos iguales ante Di-s, y el más importante de los servicios Divinos -la ofrenda de los sacrificios comunales- era cumplido por igual por todo el pueblo. No existen ricos o pobres delante de Di-s, ni favorecidos o desfavorecidos. Todos están próximos a Él y Él recibe con agrado los sacrificios que ofrecen, expiando todos sus pecados.