La destrucción del Primer Templo Sagrado

El Primer Templo Sagrado

En el Monte del Templo de Jerusalém se alzaban sucesivamente dos Templos .

El Primer Templo fue construido por el Rey Salomón , basándose en planos detallados que Di-s había entregado a su padre, el Rey David , a través del profeta Natán . El Rey David había querido construirlo él mismo, pero le dijeron que su hijo sería quien lo haría.

En el cuarto año de su reinado, 833 a. C., el rey Salomón se encontró en paz con sus vecinos y comenzó la construcción del Templo. El lugar elegido por el rey David fue la cima del monte Moriah, donde Abraham había demostrado una vez su disposición a ofrecer a su amado hijo en obediencia al mandato de Di-s.

Se necesitaron decenas de miles de hombres para realizar las numerosas tareas que exigía la gigantesca empresa. Se enviaron hombres al Líbano para talar cedros. Se cortaron piedras cerca de las canteras y luego se llevaron a Moriah para ensamblarlas. En el valle del Jordán se fundió el bronce. Se trajeron artesanos de Tiro para ayudar a perfeccionar el trabajo. Los barcos zarparon hacia el este y el oeste para traer los materiales más selectos para el adorno de la Casa de Di-s.

La construcción del Templo tardó siete años. En el año doce de su reinado, en el año 827 a. C., el rey Salomón dedicó el Templo y todo su contenido. El Arca de la Alianza fue llevada al Templo en medio de celebraciones inaugurales que duraron siete días.

Durante los siguientes 410 años, el pueblo judío llevó ofrendas diarias a este magnífico edificio, y allí la nación se reunía tres veces al año para “ver y ser visto por el rostro de Di-s”.

El reinado de Salomón fue una época dorada. Su capital se convirtió en el centro de la sabiduría, la riqueza y el esplendor. Tanto los monarcas como la gente común acudían a contemplar todas las maravillas que allí se veían y salían con los ojos abiertos de par en par, asombrados y maravillados. La Tierra de Israel se convirtió en un gran centro de comercio. Los judíos vivían en paz y felicidad, “cada uno bajo su parra y bajo su higuera”.

Al final de su vida, el rey Salomón cometió indiscreciones que no correspondían a su gran estatura. Di-s le dijo que sería castigado. Después de su muerte, el reino se dividiría en dos.

De hecho, tras la muerte de Salomón, las diez tribus del norte se negaron a aceptar a su hijo Roboam como rey. En el año 796 a. C., el país quedó dividido en dos reinos: el reino de Israel, en el norte, y el reino de Judá en el sur.

Los reyes del reino de Israel practicaban la idolatría, pero también lo hacían muchos de los reyes del reino de Judá . Di-s envió profetas repetidamente para amonestar a los judíos, pero ellos se negaron a cambiar su conducta 

Un ejemplo flagrante, en el año 661 a. C., el profeta Zacarías Ben Jehoiada reprendió a la nación por sus pecados, advirtiéndoles de los graves castigos que les sobrevendrían si no cambiaban su conducta. En lugar de aceptar su reprimenda, la nación apedreó a Zacarías hasta matarlo en el patio del Templo. Increíblemente, esto ocurrió en Iom Kipur .

En lugar de permitir que la sangre de Zacarías se asentara en la tierra, Di-s hizo que brotara. El pueblo intentó cubrirla con tierra, pero siguió hirviendo durante los siguientes 252 años, hasta la Destrucción del Templo.

Como resultado de la conducta desobediente y corrupta de los judíos, Dios no les proporcionó a ninguno de los dos reinos la paz y la seguridad que había disfrutado el reino unido bajo el reinado de Salomón

En el año 555 a. C., Samaria, la capital del reino del norte, cayó en manos de los asirios, y el reino de Israel llegó a su fin. Decenas de miles de los conquistados fueron llevados al cautiverio. El reino de Judá sobrevivió milagrosamente a la amenaza asiria y duró otros 150 años. Pero, con el tiempo, caerían víctimas de los babilonios .

El libro de las lamentaciones

A partir del año 463 a. C., Jeremías profetizó sobre la amenaza babilónica y advirtió a los judíos de la terrible devastación que sufrirían si no dejaban de adorar ídolos y de maltratarse unos a otros. Pero sus melancólicas profecías, registradas en el Libro de Jeremías, fueron en gran medida ignoradas por los judíos, quienes se burlaron de él y lo persiguieron.

Jeremías fue encarcelado por el rey Joacim, Di-s le habló entonces a Jeremías: «Toma un rollo y escribe en él todas las palabras que te he hablado acerca de Israel y de Judá… Quizá la casa de Judá oiga todo el mal que pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdone su iniquidad y su pecado.»

Esta profecía finalmente llegó a ser conocida como el Libro de las Lamentaciones.

Este Libro de Lamentaciones se lee en la sinagoga todos los años en la víspera del nueve de Av .

En el año 434 a. C., el reino de Judá intentó formar una alianza con Egipto. Los judíos pensaron, a pesar de las profecías de Jeremías, que esto los mantendría a salvo. Pero en lugar de eso, el rey de Babilonia, Nabucodonosor , marchó sobre Judá. Saqueó Jerusalém y deportó a decenas de miles de judíos a su capital en Babilonia; todos los deportados pertenecían a las clases altas, los ricos y los artesanos. A la gente común se le permitió quedarse en Judá, y Nabucodonosor nombró a un rey títere sobre Judá, Sedequías.

El 10 de Tevet , 425 a. C., Nabucodonosor comenzó el asedio de Jerusalém.

 
Treinta meses después, en el mes de Tamuz , tras un largo asedio durante el cual el hambre y las epidemias asolaron la ciudad, las murallas de la ciudad fueron derribadas. 

 

El séptimo día del mes de Av , el jefe del ejército de Nabucodonosor, Nebuzaradán, comenzó la destrucción de Jerusalén. Los muros de la ciudad fueron derribados y el palacio real y otras estructuras de la ciudad fueron incendiadas.

El noveno día de Av, hacia la tarde, el Sagrado Templo fue incendiado y destruido. El fuego ardió durante 24 horas.

 

Jeremías también prometió que el pueblo judío regresaría a Jerusalém y reconstruiría el Templo, lo que sucedería setenta años después.

Por esto nuestro corazón se ha desmayado, por estas cosas se han oscurecido nuestros ojos;
por el monte Sión, que está desolado; las zorras rondan por él.
Pero tú, oh Jehová, permaneces para siempre; tu trono perdura por todas las generaciones.
¿Por qué nos olvidas para siempre, nos abandonas tanto tiempo?
¡Restituyenos a ti, oh Jehová, y seremos restaurados! 

Renueva nuestros días como al principio.

 Lamentaciones 5: 17-21

 

Fuente

Las 3 semanas de duelo. Horarios del ayuno.

Determinación para reconstruir.

Además de las reglas y restricciones “técnicas” durante este período de 3 semanas, dedicamos más tiempo a contemplar el estado menos que perfecto en el que se encuentra el mundo ahora y lo que podemos hacer para mejorarlo aumentando las obras de bondad.

El Rebe instó a que las Tres Semanas deberían ser un tiempo de mayor estudio de la Torá y de dar caridad, de acuerdo con el versículo “Tzión será redimida por la ley, y sus repatriados por la caridad”.

Particularmente, el Rebe solicitó una y otra vez el estudio de aquellas porciones de la Torá que tratan sobre la construcción del Templo Sagrado.

Las Tres Semanas deben ser un tiempo de mayor estudio de la Torá y actos caritativos.

¿Por qué estas leyes? El Rebe basó su pedido en un diálogo, citado en el Midrash, que ocurrió después de que Di‐s le dijo al Profeta Ezequiel que instruyera al pueblo judío entonces exiliado sobre las medidas y el diseño de tercer Templo Sagrado:

“Señor del mundo”, respondió Ezequiel,

“¿por qué me dices que vaya y le diga a Israel la forma de la Casa; ahora están en el exilio en la tierra de nuestros enemigos, ¿hay algo que puedan hacer al respecto? será hasta que regresen del destierro, entonces iré y les in‐ formaré”.

Di‐s respondió: “¿Debería ignorarse la construcción de Mi Casa porque Mis hijos están en el exilio?

El estudio del diseño del Templo Sagrado como se detalla en la Torá puede equipararse a su construcción real. Ve y diles que estudien la forma del Templo Sagrado.

Como recompensa por su estudio y su ocupación con él, lo consideraré como si realmente construyeron el Templo Sagrado”.

¡Es nuestra generación en particular, que se encuentra en el umbral de la Redención, la que debe estudiar estas leyes
con la conciencia de que estas leyes serán muy prácticas en el futuro inminente.

Guimel Tamuz

Recuerdo haber escuchado la noticia, el domingo por la mañana (horario en Israel), y correr hacia el aeropuerto. Había llegado al cementerio horas después del funeral.

Nosotros (mi señora, mi hija de 20 meses y yo) habíamos traído nuestra ropa en una mochila, ya que teníamos pensado regresar a Tel Aviv esa misma noche. Nos quedamos siete días, de los cuales la mayoría de ellos los pasé en la oficina en 770, Eastern Parkway trabajando en un número de “Week in Review”, un resumen semanal de las enseñanzas del Rebe que editaba en ese momento. Recuerdo haber observado con asombro lo que estaba sucediendo, y lo que no, en la comunidad de Jabad-Lubavitch.

Casi todo lo imaginable estaba sucediendo, a excepción de lo previsible y natural que todo el mundo esperaba que ocurriera.

 Había conmoción e incredulidad, dolor y agonía. Habían desacuerdos y muchas respuestas sin responder.

Pero no había desesperación, ni tampoco parálisis. Cada uno de los emisarios del Rebe, discípulos y seguidores se preguntaban a sí mismos: “¿Qué debería estar haciendo?” y lo hacían.

 Recuerdo haber pensado: El Rebe, quien ha redefinido prácticamente cada aspecto de la vida, también ha redefinido la muerte.

Así era el camino del Rebe. Él podía, por ejemplo, considerar el concepto de “trabajo”. Con pasos seguros, aprovechando la sabiduría de la Torá y la verdad de la experiencia cotidiana, demostraría que el trabajo es igual a la creatividad, la creatividad es igual a la sociedad humana con el Creador, y la asociación humana con el Creador es la razón de ser de la vida humana .

Esta verdad, por supuesto, se dijo hace miles de años por el Versículo: “El hombre ha nacido para ir a trabajar”. Pero esa declaración, que siempre nos ha atascado como un melancólico hecho de la vida, se convirtió, en manos del Rebe, en la clave para la comprensión de lo que nos hace funcionar y lograr satisfacciones en nuestros labores diarios.

El hizo lo mismo con “matrimonio”, “amor”, “lluvia”, etc. El solía tomar un fenómeno natural, una curiosidad cultural, una actividad diaria, y cuando terminaba de analizarlo y aplicarlo, era algo diferente. No, era la misma cosa que siempre fue, pero en la claridad de su visión, su esencia era expuesta, revelando cuán escasa y superficial era nuestro concepto previo.

En una de sus charlas, el Rebe citó el dicho Talmúdico que “El sueño es la sexagésima parte de la muerte”. Bueno, dijo el Rebe, si el sueño es una forma de muerte, entonces la muerte es una forma de sueño. El sueño no es una terminación o incluso una interrupción de la vida, es un momento de Fomento, el cual el cuerpo y el alma recuperan sus energías para levantarse fresco y renovado el próximo día. Así es la muerte. La muerte, dijo el Rebe, es un “descenso en aras de subir”.

¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? La preguntas sin responder siguen sin respuesta. Pero sabemos lo que debemos hacer, y lo estamos haciendo. Puedes verlo por ti mismo, si resides en el planeta tierra, probablemente te encuentres a poca distancia de un Centro de Jabad Lubavitch.

El Rebe nos ha entrenado bien

Por: Yanki Tauber

El coraje de Miriam

Al final de la Parashá de Behalotja leemos cómo cuando Miriam tuvo que vivir fuera del desierto de Israel por siete días “…el pueblo no viajó hasta que Miriam fue traída nuevamente” (Números 12:15)
Dos millones de personas, con todos sus líderes, profetas, jueces, ancianos y Sabios, atrasaron su viaje para esperar a un individuo!
Eso fue debido a que ellos recordaron cómo ella aguardó en los juncos del Nilo para cuidar a su hermano Moisés que flotaba en la canasta sobre el río. Ellos se acordaron cómo Miriam, una pequeña niña, ha cambiado el curso de la historia.

Amram, padre de Aron y Miriam, era el líder de la generación previa al éxodo de Egipto. Cuando el Faraón decretó: “Cada hijo varón debe ser tirado al Nilo” (Éxodo 1:22), Amram declaró que era inútil tener hijos, entonces se divorció de su esposa Iojeved. Todos los Judíos siguieron su ejemplo y se divorciaron de sus esposas. Luego Miriam habló. Con tan solo seis años en ese momento, y sabiendo que su padre era justo y líder de la nación, ella dijo con coraje:

“Tu decreto es peor que el del Faraón, porque él sólo decretó sobre los varones, pero tu los has hecho sobre varones y niñas. El Faraón es un hombre malvado, y su decreto puede ser efectivo o no. Tu eres una persona justa, por lo que tu decreto será efectivo”

Miriam declaró que uno debe seguir las órdenes de Di-s, incluyendo el precepto de “multiplíquense”(Génesis 9:1), sin tener en cuenta la “lógica” ni las consecuencias.
Amram reconoció la verdad y sinceridad de su pequeña hija. Inmediatamente se volvió a casar con Iojeved, y todo Israel, inspirados por su ejemplo, hicieron lo mismo.

Cuál fue el resultado de las acciones de Miriam? Nació Moisés, y en el momento que su madre lo puso sobre el río, los astrólogos del Faraón declararon: “El liberador ya ha sido lanzado al agua”, y el decreto fue anulado.

El coraje de una niña de seis años de “decirlo como es”, incluso al líder de la generación, afectó a la anulación del malvado decreto en el éxodo de Egipto, trayendo la liberación a través de Moisés, no sólo para él mismo, sino también para sus padres, familia y todo Israel.

Por: Itzjak Meir Kagan

Parashat Nasó

Resumen de la Parashá

Números 4:21-7:89

Completando la cuenta de los Hijos de Israel hecha en el Desierto del Sinaí, un total de 8.580 Levitas hombres entre 30 y 50 años son contados para ser aquellos que transportarán el Tabernáculo.

Di-s enseña a Moshe las leyes de la Sotá, una esposa sospechada de haber sido infiel a su marido. También es dada la ley del Nazir que promete no beber vino, deja su cabello crecer y tiene prohibido impurificarse ritualmente con la impureza de un muerto. Aharón y sus descendientes, los Cohaním, son instruidos sobre cómo bendecir al pueblo de Israel.

Los líderes de las doce tribus de Israel traen sus ofrendas para la inauguración del altal. A pesar de que sus ofrendas son idénticas, cada una es traída en un día diferente y es individualmente descripta por la Torá.

¿Qué relación hay entre Shabat y la entrega de la Torá?

La porción de la Torá Nasó se lee comúnmente en el Shabat siguiente a Shavuot. Dado que las festividades están relacionadas con las porciones semanales de la Torá, en las cuales caen es comprensible que dentro de Nasó haya una alusión a las cualidades especiales de este Shabat.

¿Qué tiene de especial este Shabat y dónde se alude a él en la porción de Nasó?

Antes que Di-s entregara la Torá en Matán Torá, había una división entre Cielo y tierra: “Aquellos que estaban en lo alto no podían descender abajo; aquellos que estaban abajo no podían ascender a lo alto”. Matán Torá subsanó esta división, y cielo y tierra pudieron entonces ser unidos. Como tal, las mitzvot realizadas antes de Matán Torá carecían de la cualidad de las mitzvot realizadas después.

Lo mismo se considera cierto para el mandamiento de Shabat. A pesar de que los judíos observaban Shabat antes de Matán Torá su observancia entonces no podía de ningún modo compararse a su observancia una vez que la Torá fue entregada.

Dado que todos los eventos pasados son revividos y recordados en el tiempo del año durante el cual ellos primero ocurrieron, nosotros entendemos que el Shabat siguiente a Shavuot es un eco del primer Shabat que tuvo lugar después de Shavuot, a saber: es el primer Shabat completo que nosotros observamos como resultado de Matán Torá.

Antes de Matán Torá, las alturas del Cielo tenían aún que descender “abajo” a la tierra, y la ejecución de mitzvot estaba limitada por la capacidad individual de la persona. Como resultado, era imposible imbuir a los objetos de santidad con los que uno realizó mitzvot de la infinitud.

Cuando Di-s entregó la Torá al mundo en Shavuot, las mitzvot emanaron de Su Esencia. “Lo Alto descendió abajo” y el hombre pudo entonces realizar mitzvot con los poderes infinitos que Di-s le concedió. Por consiguiente, desde ese tiempo en adelante, los objetos físicos usados en la ejecución de mitzvot se tornaron Divinos – y “lo bajo asciende a Lo Alto”.

Esto es particularmente aplicable a Shabat: La cualidad intrínseca de Shabat – aún antes de Matán Torá – es más sublime que la creación, pues Shabat conmemora la cesación de la labor creativa. Durante los día de la semana, el amor del hombre por Di-s está condicionado por las limitaciones inherentes del hombre – su amor a Di-s resulta de su limitado trabajo y ardua labor en buscar entenderlo a Él.

En Shabat, sin embargo, a un judío se le concede un nivel mucho más encumbrado de amor por Di-s – un “amor simple por Di-s que trasciende el intelecto”. Este amor es mucho más elevado que el amor racional de los días laborales que crece del arduo trabajo.

Este grado más elevado de amor transforma a una persona y su alma animal, de modo que cesa de desear aquellas cosas que desea durante el resto de la semana.

Así, Shabat es intrínsecamente excelso en dos aspectos: Shabat está “en lo alto”, es decir, Shabat está iluminado por un grado de santidad que no puede ser alcanzado a través del servicio del hombre solo; y con respecto al efecto de Shabat “abajo”, aún el alma animal es transformada.

Estas cualidades inherentes, no obstante – cualidades notablemente similares al logro de Matán Torá – no denotan todavía comparación alguna entre la santidad de Shabat antes de Matán Torá y la santidad que alcanza después de Matán Torá.

A esta cualidad singular, reflejada cada año en el Shabat siguiente a Shavuot, se alude en la porción de Nasó, la que declara en el comienzo: “Cuenta a los descendientes de Guershón…”.

El nombre Guershón está etimológicamente relacionado tanto con revelar el producto de la tierra – que en términos espirituales refleja la revelación del amor latente de uno por Di-s – como al “ahuyentar” el mal; dos acciones que acontecen en Shabat en su manera más completa.

Basado en Likutéi Sijot, Vol. VIII, págs. 49-60.

Extraído de “Días solemnes de regocijo” de editorial Bnei Sholem

lyar, el mes de la curación

El mes de Iyar, como indican nuestros sabios, es auspicioso para la curación de las enfermedades. Su propio nombre lo indica: Las letras de su nombre en hebreo coinciden con las iniciales del versículo que dice: “Yo Soy Di-s, tu Sanador”(Aní Hashem Rofeja).Diariamente llegaban cientos de cartas al Rebe solicitando consejo y bendición por asuntos de salud. Que ocurrieran milagros es indiscutible. Pero el Rebe no quería crear una religión en torno a curas milagrosas.

En casi todas las respuestas incluía consejos prácticos sugiriendo a la gente una senda espiritual junto con una sabia orientación médica:- Pide consejo a un médico amigo. Que sea amigo hace gran diferencia.- La confianza firme en Di-s puede lograr curas grosas. Con todo, debes seguir las instrucciones del médico. No es que el médico o sus remedios curen. No, quien cura es el Médico de Toda Carne. El médico y los remedios proveen un canal natural para que suceda la mejoría. Este es el camino que Di-s prefiere para que ocurran Sus milagros: Los medios naturales…. 

Cuatro consejos para la curación:
1. Encuentra un buen médico y sigue su consejo. 2. Rechaza todo pensamiento sobre la enfermedad. Piensa exclusivamente en términos de salud.
3. Refuerza tu confianza en el Médico de Toda Carne, sabiendo que Él te sanará de la manera que Le parezca adecuado.
4. Incrementa tu estudio de la luz interior de la Torá.

El mes de Nisan

El 9 de Abril de 2024 comienza el mes de Nisan. Este mes tiene tres nombres: HaJodesh HaRishón —el primer mes—, Jodesh HaAviv —el mes de Aviv [En el uso contemporáneo, el término Aviv significa “Primavera”; sin embargo, literalmente, connota una etapa en la maduración del trigo. Por lo tanto, Jodesh HaAviv también puede ser traducido como “el mes del trigo inmaduro”]—, y Nisán.

La Torá se refiere a él como “el primer mes”, pues desde la salida de Egipto siempre fue contado como el primero de todos los meses del año. También es denominado “el mes de Aviv (primavera)”, ya que en esa época la flora y la vegetación brotan y se renuevan, y vida y abundancia le son entregadas al mundo.

Por su parte, el nombre Nisán es de origen babilónico, y fue el que los judíos continuaron utilizando a su regreso del exilio en Babel. La palabra Nisán también insinúa el concepto de primavera, pues es similar a la palabra hebrea “nitzái? —capullo—, como se menciona en el versículo: Los capullos han aparecido en la tierra (Cantar de los Cantares 2:12).

Los Sabios posteriores interpretaron la palabra Aviv como un acrónimo: Aviv puede dividirse en Av, que significa “padre” o cabeza, y las dos últimas letras iud y bet, que poseen un valor numérico de 12, corresponden a los 12 meses. Es decir: Nisán es “la cabeza” de todos los “doce” meses del año.

* * *

El símbolo astrológico correspondiente a este mes es el cordero (Aries), en memoria al cordero que cada familia debía traer para la ofrenda de Pesaj, tal como lo ordena la Tora (véase Éxodo 12:3). Sin embargo, aún antes de que le fuera ordenado a Israel traer un cordero para el sacrificio en el mes de Nisán, las naciones del mundo —y los egipcios en particular— ya representaban la gran fuerza de este mes mediante el símbolo del cordero, según la disposición de las constelaciones celestes en este mes. 

La palabra hebrea ashtarot, que connota la multiplicación de la cría de ovejas y el aumento del rebaño, se asemeja a la palabra ósher—riqueza—, pues la primera trae a su dueño gran ganancia y beneficio. Asimismo el mes de Nisán simboliza la fuente de bendición, riqueza y abundancia para todo el año.

Los egipcios, cuyo corazón sólo corría tras la riqueza y el poder, transformaron al carnero—que en este mes se multiplicaba sobremanera— en un ídolo al cual veneraban. Sin embargo, a los Hijos de Israel, cuya preocupación principal es servir a Di-s, se les ordenó tomar esta deidad de los egipcios, sus amos, y degollarlo en este mismo mes, en el climax de su ascendiente, ofreciéndolo como

sacrificio a Di-s. Pues la auténtica riqueza y fortaleza es solamente aquella otorgada por Di-s y nadie más. Tanto para los egipcios como para Israel, el símbolo astrológico de este mes es el carnero. Sin embargo, Israel lo considera como un símbolo de sumisión a Di-s, mientras que los egipcios lo valoran y veneran como un ídolo.

A ello se refirieron los Sabios en su explicación del versículo: Apartad y tomad corderos para vosotros según vuestras familias, y sacrificad la ofrenda de Pesaj (Éxodo 12:21). Este debe interpretarse de la siguiente manera: Apartaos de las prácticas idólatras cié los egipcios; tomad un cordero y sacrificad así a su dios, convirtiéndolo en una ofrenda para Pesaj (ShemotRabá 16). Otro midrash concluye: ¡Apartaos de la idolatría y aferraos a las mitzvot.

ALGUNAS COSTUMBRES DE LOS PRIMEROS DÍAS DEL MES

En los primeros trece días del mes de Nisán se acostumbra leer la sección de la Tora que describe las ofrendas presentadas por los príncipes de las Tribus de Israel cuando fue consagrado el Tabernáculo (véase Sidur, pág. 317 y ss.). Cada día se lee la sección relativa a uno de ellos, comenzando con la ofrenda de Najshón hijo de Aminadav, príncipe de lehudá, traída en Rosh Jodesh Nisán. Estas secciones se leen de un Sidur o un Jumash (“Pentateuco”); sin embargo, en algunas comunidades se acostumbra leerlas de un Rollo de la Tora, pero sin recitar las bendiciones usuales. 

El segundo día leemos el párrafo que describe la ofrenda traída por Netanel hijo de Tzuár, príncipe de Isajar, y así sucesivamente durante los doce días. El día 13 de Nisán se lee la sección de “Behaalotjá…” — Cuando enciendas las luces… (Números 8:2), en honor a la Tribu de Leví que no era contada entre las otras tribus cuyos príncipes traían ofrendas.

Aunque hay opiniones que se oponen a que estas lecturas se lleven a cabo de un Rollo de la Torá —en base a la afirmación del Talmud Ierushalmi (Meguilá 30b): “No se debe leer el Séfer Torá en público sin recitar sus correspondientes bendiciones”— muchos grandes eruditos apoyan esta práctica. Uno de los motivos es el siguiente:

Las Doce Tribus de Di-s se corresponden con los meses del año, y así también los primeros doce días del mes de Nisán guardan estrecha relación con los siguientes doce meses. Por lo tanto, los príncipes de cada Tribu traían sus sacrificios en días sucesivos y, al hacerlo, abrían los portones Celestiales de pureza y bendición para cada mes específico. Así, al leer sus ofrendas de un Rollo de la Torá en público evocamos esa bendición original ocasionando que la abundancia y la prosperidad fluyan sobre el mundo en todos los meses subsiguientes. De entre los tzadikím, aquellos justos dotados con la capacidad de una visión clara pueden ver en estos primeros doce días de Nisán todo lo que sucederá en los próximos doce meses. De un gran tzadik se cuenta que, con la inspiración Divina —rúaj hakódesh— escribía en cada uno de estos doce días todo lo que acontecería durante los doce meses correspondientes. Sin embargo, un año sólo escribió hasta el día 5 de Nisán, y en Av —el quinto mes del año— devolvió su alma al Creador.

Shabat Pará, La Vaca Roja

Este Shabat, además de la Porción Bíblica Semanal, se lee la porción que habla sobre la Vaca Roja, “Parashat Pará”. 

¿Qué es Parashá Para?

En esta parashá, la Torá describe la forma de purificación de la impureza ritual por haber estado en contacto con un cadáver. La ceniza de la vaca roja, junto con “aguas vivas” era arrojada sobre el impurificado y así se limpiaba ritualmente. Esta norma no tiene explicación asequible a nuestro entendimiento, es del grupo de las “oídas”, que deben cumplirse aún sin comprender su sentido. Por ello el Todopoderoso le dijo a Israel: Este es un decreto acerca del cual no tienes derecho de apelación.

¿Por qué una vaca? ¿Por qué roja? ¿Por qué una que no haya tenido un yugo encima? ¿Por qué purifica su ceniza después de haberse incinerado? Todas estas preguntas carecen de explicación, “las cosas ocultas pertenecen a nuestro Di-s”. Existe una idea que determina que la vaca hace perdonar el pecado del becerro de oro, “que venga la madre – la vaca – y limpie lo que el becerro, su hijo, ensució”; pero esta explicación no es suficientemente satisfactoria y deja interrogantes sin contestar: ¿Por qué una vaca roja?, etc.

¿Cuál es la razón de haberse fijado esta lectura en el sábado anterior al mes de Nisán? Estos días comienza la cuenta de los 30 días anteriores a Pesaj. Los preparativos para esa fiesta obligan purificarse de toda impureza, porque únicamente en estado de pureza se podrá peregrinar y ascender a Jerusalén y tomar parte en la ofrenda del sacrificio pascual, que es un mandamiento positivo para todo ciudadano.

Aquel que estuviera impuro ritualmente por haber estado en contacto con un cadáver, tenía prohibido el sacrificio pascual y ni siquiera podía probar un kazait, una mínima porción de él. Por ello, se acostumbraba notificar las reglas de pureza e impureza contenidos en el capítulo bíblico de Pará, como parte de los preparativos de la inminente festividad de Pesaj.

El pueblo escuchaba la lectura y tomaba conciencia de hacer todo lo posible para purificarse de toda impureza, para estar preparado a cumplir los mandamientos de Pesaj correctamente.