¿Qué es Shminí y Atzeret Simjat Torá?

Esta festividad se caracteriza por una alegría sin límites que supera incluso la alegría de Sucot. La alegría alcanza su clímax el segundo día, conocido como Simjat Torá, cuando celebramos la conclusión -y reinicio- del ciclo anual delectura pública de la Torá.

Tanto en la noche como en el día de Simjat Torá (24 y 25 de octubre) rodeamos la mesa de lectura de la Torá, abrazando los Rollos Sagrados y bailando junto a ellos (en algunas comunida­des, esto se hace también la noche de Shminí Atzeret, el 23 de octubre).

Horarios de encendido de velas

Miércoles 23 de octubre 18.57 h

Jueves 24 de octubre 19.56 h*


*Se debe encender las velas con un fuego preexistente.

Horario de CABA.

Brajot de las velas de Shminí Atzeret

Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu méej haolám ashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu lehadlík ner shel lom Tov.

Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender la vela de la festividad.

Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám shehejeianu vekiimánu vehiguianu lizman hazé.

Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos otorgó vida, nos sustentó y nos hizo llegar hasta la presente ocasión.

Brajot de las velas de Simjat Torá

Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu méej haolám ashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu lehadlík ner shel lom Tov.

Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender la vela de la festividad.

Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám shehejeianu vekiimánu vehiguianu lizman hazé.

Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos otorgó vida, nos sustentó y nos hizo llegar hasta la presente ocasión.

Se trata de una festividad importante ( yom tov ), ​​en la que se prohíben la mayoría de las formas de trabajo. En las noches anteriores, las mujeres y las niñas encienden velas, recitan las bendiciones correspondientes y disfrutamos de comidas festivas nocturnas y diarias, acompañadas de kidush . No vamos a trabajar, ni manejamos, ni escribimos, ni encendemos o apagamos aparatos eléctricos.

Después del anochecer, todas las mujeres y niñas (o, si no hay una mujer adulta en la casa, el jefe de familia) encienden velas para anunciar el comienzo de la festividad.  Las velas deben encenderse con una llama existente.

Estos dos días permiten que las sensaciones espirituales de las cuales nos empapamos en la Sucá se trasladen y nos acompañen durante todo el año. Después de haber ‘bajado los cielos” de Rosh Hashaná y Iom Kipur a lo cotidiano en nuestra Sucá, en Simjat Torá nos abra- zamos con la Torá para que nos guíe y acompañe durante el resto del año

Shmini Atzeret: Alégrate

“El octavo día tendréis un día de descanso. No haréis ningún trabajo pesado.” Los cinco libros de Moisés

¿Por qué se llama retención? Porque Di-s es como un rey que organiza una fiesta de siete días. Cuando todos están a punto de irse, retiene a su amigo más cercano y le dice:

“Es difícil para nosotros separarnos. Quédate otro día y celebraremos con lo que quede”.

El Talmud

Por eso, para los jasidim la mayor celebración del año son los dos últimos días de las Altas Fiestas, Shmini Atzeret y Simjat Torá, días dedicados a la alegría de ser judío.

Simjat Torá:

Significa “la alegría de la Torá”. El nombre se deriva del hecho de que en este día celebramos la finalización de la lectura anual de la Torá y comenzamos de nuevo.

Obsérvese que no se llama “alegría con la Torá” o “alegría de la Torá”, sino “alegría de la Torá”. Esto se debe a que la Torá misma se regocija. Y cuando cantamos y bailamos con ella, le damos piernas a la Torá y participamos de su celebración.

Los Cinco Libros de Moisés se dividen en 53 porciones, llamadas parashá.

Cada semana leemos una parashá, completando el rollo entero cada año. El ciclo comienza el último Shabat del mes de Tishrei y termina en Simjat Torá.

Para celebrar, en la noche de Simjat Torá, sacamos todos los rollos de la Torá de su arca, desfilamos con ellos alrededor de la mesa de lectura siete veces, y bailamos y cantamos con ellos.

Sucot en la ciudad

ENCONTRÁ LA SUCÁ MÁS CERCANA ACÁ

 

Encendido de velas

Miércoles 16 de octubre 18.51 h
Jueves 17 de octubre 19.49 h*

*Se debe encender las velas con un fuego preexistente.

Horario de CABA.
Encontrá los horarios de otras ciudades en la guía.

Hoshaná Rabá: 21 y 22 de octubre


Último día del juicio divino en el que se define el destino del año entrante.

Estudiamos toda la noche y por la mañana tomamos un atado con 5 ramas de sauce.

Se trata del último día para realizar la brajá del Lulav y el Etrog, y visitar Sucot en la Ciudad.

ENCONTRÁ LA SUCÁS CERCANA ACÁ

Bendición del Lulav
Barúj Ata A-do-nai E-lo-heinu melej haolám asher kidshánu bemitzvotáv vetzivánu al netilat Luláv.

Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó tomar el Lulav.

LA PRIMERA VEZ RECITAR TAMBIÉN:
Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám shehejeianu vekiimánu vehiguianu lizman hazé.

Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos otorgó vida, nos sustentó y nos hizo llegar hasta la presente ocasión.

Bendición al ingerir harinas y vino en la Sucá
Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám ashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu leishev basucá.

Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó morar en la Sucá.

Brajot de las velas de Sucot para el primer día
Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu méej haolám ashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu lehadlík ner shel lom Tov.

Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender la vela de la festividad.

Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám shehejeianu vekiimánu vehiguianu lizman hazé.

Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos otorgó vida, nos sustentó y nos hizo llegar hasta la presente ocasión.

Brajot de las velas de Sucot para el segundo día
Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu méej haolám ashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu lehadlík ner shel lom Tov.

Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender la vela de la festividad.

Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám shehejeianu vekiimánu vehiguianu lizman hazé.

Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos otorgó vida, nos sustentó y nos hizo llegar hasta la presente ocasión.

Sincero arrepentimiento

La verdadera morada de un sincero arrepentimiento, es la Sucá.

“…Que tus generaciones sepan que Yo causé que los Hijos de Israel moren en Cabañas”. (Levítico 23:43)

¿Cuál es el significado en el orden del año?

¿Por qué Sucot, la fiesta de las cabañas, viene en seguida después de Rosh Hashaná y Iom Kipur?

Rashi dice en este versículo, que “Sucot“, literalmente “cabañas”, se refiere a las Nubes de Gloria que protegían a los Hijos de Israel cuando salieron de Egipto. Si es así, pregunta Rabeinu Asher (conocido por el nombre de su famoso epítome de la Ley Judía, el “Tur”), ¿Por qué no celebramos Sucot en el mes de Nisan en la Primavera, cuando los Hijos de Israel fueron protegidos por el calor ardiente del desierto por las “Nubes de Gloria”?

El Tur contesta que si las personas saldrían a la Sucá en Nisan, cuando el clima es cálido y seco en la Tierra de Israel, no sería algo muy inusual. Pero si se van de sus casas, a morar en cabañas en el mes de Tishrei (como lo hacemos hoy en día), cuando el clima allí comienza a estar más fresco y húmedo, sería obvio que no lo estamos haciendo por comodidad, sino, para servir a Di-s.

El Jidushei HaRim trae otra respuesta en tradición a los maestros Jasídicos Polacos: Cuando en la Torá, en Parshat Emor, nos describe los detalles de la festividad de Sucot, nos instruye que debemos morar por siete días en la Sucá. “… para que las futuras generaciones sepan que “Yo lo hice morar en cabañas cuando los saqué de Egipto”. (Levítico, 23:43)

Durante todo el año, el judío pelea contra su mala inclinación, cayendo de tiempo en tiempo en la transgresión. Siendo que el Talmud establece que una persona no comete una transgresión a menos que un espíritu de enajenación lo embargue (Tratado de Sotá 3a), todo el año la persona está como sin discernimiento. Sin sensatez, uno no puede cumplir adecuadamente la mitzvá de Sucá.

Un Baal Teshuvá verdadero (arrepentido, retornante), luego de los días de Rosh Hashaná y Iom Kipur, queda sin un lugar al que pueda llamar ‘casa’. El Baal Teshuvá está en su propio mundo, un mundo que incluso los Tzadikim (rectos) no tienen acceso, como establecen nuestros Sabios, “En el lugar en que los Baalei Teshuvá están parados, incluso los Tzadikim absolutos no tienen acceso” (Talmud, tratado de Berajot 34b).   Di-s, que deseaba que el Baal Teshuvá se convierta en quien es, está obligado a su vez de proveerlo de un lugar para que el Baal Teshuvá pueda vivir. Ese lugar es la Sucá.

Di-s, es llamado “El Lugar” (En Hebreo, “HaMakom”). Incluso Él, que hizo que este mundo exista y no hay lugar en el mundo que esté desprovisto de Su presencia, Su lugar no es en este mundo. Por lo tanto, sólo Di-s puede crear un lugar para alguien que no tiene lugar donde morar. En verdad, en virtud de convertirse en una persona sin lugar, el Baal Teshuvá tiene la posibilidad de hacer de cualquier lugar en el mundo, su morada.

Este mundo existe sobre tres pilares: Verdad, Juicio y Paz. “Verdad” es Rosh Hashaná, cuando Di-s asigna a cada uno lo que honestamente precisa. Iom Kipur es el Juicio, el  momento del juicio principal de cada individuo. Sucot es Paz, cuando Di-s extiende Su Sucá de Paz para los Baalei Teshuvá. La Sucá es física, estructuras finitas de madera y ramas que, extraordinariamente crean un receptáculo para una infinita e ilimitada morada para la Divina Presencia. El mundo que incesantemente expone la Divina Presencia, es el mundo de un verdadero Baal Teshuvá. Por lo tanto, siendo que la presencia de Di-s llena este mundo, también cada lugar del mundo se convierte en una morada para el Baal Teshuvá.

Sólo después de la expiación de Rosh Hashaná y Iom Kipur en el mes de Tishrei, cuando la persona se limpia de sus transgresiones y decide ser un tzadik de ahora en más, es que tiene el entendimiento para cumplir adecuadamente con la Mitzvá de Sucá.

Basado en Sfat Emet y otras fuentes de la Kabalá y el Jasidut.

Por Biniomin Adilman

Guía de Iom Kipur

IOM KIPUR

11 y 12 de octubre

En síntesis

Iom Kipur es el día más sagrado del año, el día del año en que estamos más cerca de Di-s y de la esencia de nuestras propias almas. 

Es el Día de la Expiación, cuando nos reunimos en comunidad y pedimos perdón tanto a nuestros semejantes como a Di-s. 

Tratamos de modificar las cosas que debilitaron nuestra relación con Él, y lo hacemos con alegría y con confianza absoluta en Su respuesta positiva.

Destello jasídico

Este día se pone de manifiesto la verdadera esencia de cada uno, lo que va más allá de la imagen que uno quiere mostrar al mundo e incluso a sí mismo. Las influencias exteriores, las dicotomías y todo lo que impide que nuestra voz interior sea escuchada se desvanece para que podamos encontrarnos cara a cara con el infinito poder de nuestras almas. Puede emerger por tan solo un momento, pero en ese instante recuperamos nuestra perspectiva y recordamos quiénes somos.

Erev Iom Kipur 
11 de octubre | 9 de Tishrei
Encender las velas de Shabat a las 18.47 h

Ayuno: Comienza el viernes 11 de octubre 18.47 h
Termina el sábado 12 de octubre 19.44 h

Víspera de Iom Kipur

  • Kaparot: Se realiza el ritual de Kaparot con un ave o con dinero, rogando a Di-s que sea anulado todo mal decreto (también puede hacerse unos días antes de Iom Kipur).

  • Nos preparamos para el ayuno por medio de una comida festiva y expresamos nuestro júbilo por haber llegado al momento de nuestra expiación.

  • Dar caridad es una gran fuente de mérito y de protección.

  • Pedir disculpas: Iom Kipur perdona los pecados entre el hombre y el Creador. Sin embargo, los pecados cometidos contra el prójimo Di-s no nos los perdona hasta que pidamos el perdón del prójimo agredido.

  • Antes de la puesta del sol, mujeres y ni­ñas encienden las velas de Shabat y Iom Kipur.

  • La bendición de los hijos: Antes de ir al templo, se acostumbra bendecir a los hijos con la bendición Sacerdotal, agregando luego bendiciones personales.

  • Encontrá acá la Brajá

El viernes 11 de octubre, luego de la puesta del sol y el sábado 12 de octubre todo el día hasta que salen las estrellas.

En Iom Kipur somos comparados con los ángeles, que no tienen necesidades físicas.
Por casi veintiséis horas “afligimos nuestras almas”:

  • Nos abstenemos de comer y beber.
  • No lavamos ni ungimos nuestros cuerpos.
  • No usamos calzado de cuero.
  • Nos abstenemos de tener relaciones íntimas.
REZO

Pasamos gran parte del día en la sinagoga, comprometidos con el arrepentimiento, el retorno y la oración (importante: el precepto principal de Iom Kipur es el ayuno. 

Por lo tanto, en caso de que asistir al templo debilite a la persona a tal punto que le impida completar el ayuno, es preferible que se quede en casa).

Brajá de las velas de Iom Kipur

Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu Meléj haolám ashér kidshánu
bemitzvotáv vetzivánu lehadlík ner shel Shabat veshél lom Hakipurím.

Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu Mélej haolám shehejeianu vekiemánu vehiguianu lizman hazé.

IZKOR

El día 12 de octubre a la mañana se recita la plegaria conmemorativa para los seres queridos fallecidos. Averiguá el horario en tu templo.

NEILÁ

Con la puesta del sol, se recita la Tefilá de Neilá, la más sagrada del día.

AL TERMINAR IOM KIPUR

Luego de la salida de las estrellas se re­ cita la Havdalá, se desea: “¡A Gut Iom Tov!” y se realiza una cena festiva, con absoluta seguridad en que Di-s recibió nuestro arrepentimiento y nos selló para un buen año.

Teshuvá no es simplemente arrepentimiento, algo que solamente se da cuando hay un pecado. Significa el retorno del alma a su fuente. “Y el espíritu volverá a Di-s, quien lo dio.” Hasta el hombre justo que sirve a Di-s con amor y temor y la totalidad de su ser no ha alcanzado todavía esa etapa de completa cercanía con Él, la cual experimentó el alma antes del nacimiento.
La existencia terrenal crea una distancia entre el alma y Di-s que ni siquiera el justo puede cerrar totalmente, y éste es el dolor del justo y la fuente de sus lágrimas. Él siente, aún en la vida humana más alta, que es un descenso del alma desde su origen celestial. Sus lágrimas, como las del judío simple, surgen de una conciencia de la distancia que le separa de Di-s.


(Likutei Sijot, Vol. IX, pp. 204-214.)

Una historia de Jai Elul

El jasid Rabi Nejemia de Dubrovna (1788-1852) recordó una vez haber visto a un soldado ruso siendo reprendido por su comandante. ¿Cuál había sido el crimen del soldado?
Mientras estaba parado en una noche de invierno, sus pies se congelaron en sus botas. ”Recuerdas el juramento que hiciste de servir a nuestro Zar”, su comandante le recriminó, “el recuerdo te habría mantenido con calor”.

“Desde hace 25 años”, dijo Reb Nejemia, “este incidente inspiró mi Servicio al Todopoderoso.”
“La vida” puede ser extremadamente difícil de definir, pero es reconocible al instante. Algo que está vivo es cálido, vibrante y entusiasta. Frialdad, apatía y letargo son los síntomas de la falta de vida, incluso si la persona o comunidad afectada está técnicamente vivo. La vida sólo puede venir desde adentro: cuando sabemos por qué estamos haciendo algo y estamos entusiasmados con lo que se logrará, pero cuando no hay conocimiento y emoción, nuestras acciones estarán muertas y lentas.

Hace tres siglos, la vida judía se encontraba en una depresión letárgica. Las masacres y persecuciones habían devastado la comunidad judía en el cuerpo y espíritu. Las duras condiciones, que dictaban que todos, excepto unos pocos privilegiados, se vieran obligados a abandonar sus estudios a temprana edad para ayudar a soportar la carga de ganarse la vida, habían apartado a las masas de la Torá, el alma de la conciencia judía y autoconocimiento. La élite académica se mantuvo al margen de sus hermanos analfabetos y los miraban con desprecio.
Técnicamente, el judaísmo estaba vivo, pero la chispa de la vida se estaba enfriando.

Luego, el día 18 del mes hebreo de Elul del año 5458 desde la creación (1698), un niño llamado Yisrael (Israel) nació. Rabí Israel Baal Shem Tov no agregó nada nuevo al judaísmo, al igual que un alma no aporta nada “nuevo” al cuerpo. Pero sopló vida en él, conciencia, calor y alegría. 

El 18 de Elul de 1734, su cumpleaños número 36, el Baal Shem Tov comenzó a difundir públicamente su mensaje. Habló del inmenso amor que Di-s tiene por cada Judío, del significado de cada mitzvá que realiza el Judío, de lo Divino que hay en cada caso, y en cada pensamiento en el universo. Se dirigió a las masas oprimidas y a los estudiosos distantes.

Él daba sentido a la existencia, y por lo tanto alegría y vida.

 

El 18 de Elul es también el cumpleaños de Rabí Shneur Zalman, fundador de “Jabad”. Rabí Shneur Zalman fue el discípulo del discípulo del Baal Shem Tov, Rabí DovBer de Mezritch, y era considerado como nieto espiritual del Baal Shem Tov. Nació exactamente 47 años después que su “abuelo”, el 18 de Elul, 5505 (1745), y sus enseñanzas y obras realizadas llevaban la vitalización del Baal Shem Tov del judaísmo a mayores alturas místicas.


Jai Elul, “el día 18 de Elul” en hebreo, también significa “la vida de Elul”. Y así los Rebes de Jabad enseñan: “Jai Elul infunde vida en el mes de Elul, y a través de Elul, el mes de la compasión Divina y nuestro propio mes de introspección y balance, hacia todo el año y toda
la vida del Judío.

El secreto de Elul

El amor. La más poderosa de todas las emociones humanas. Todos lo anhelamos. 

No podemos vivir sin él. Y aun así es tan abrumador, tan abarcador, que no hay forma de medirlo, de demostrarlo, de definirlo o siquiera de describirlo.

Cuando hablamos del intelecto, este está representado por la mente. Y cuando hablamos de las emociones, y específicamente del amor, ellas están representadas por el corazón. 

Pero ¿por qué?

El símbolo del corazón es probablemente uno de los símbolos más conocidos. Atravesando continentes, culturas, religiones, idiomas, ese corazoncito rojo significa “amor”. Se lo usa para firmar cartas, para simbolizar la palabra “amor” y hasta ha inundado el mercado en forma de tarjetas, remeras, collares, globos y prácticamente cualquier cosa.

¿Cómo es que la imagen del corazón, tal como la conocemos comúnmente, constituye el símbolo de esta apasionada experiencia de amor?

El mes en que nos encontramos, el mes de Elul, es la clave para desentrañar el más íntimo y más potente significado del corazón. Como es sabido, las letras hebreas que forman la palabra “Elul” -alef, lamed, vav y lamed- son una sigla de la frase (tomada del Cantar de los Cantares) aní le-dodí ve-dodí li, que significa “Yo soy para mi amado y mi amado es para mí”.

Esta frase tan bella y tan romántica es aquello que representa nuestra relación con el Creador, la cual suele compararse a la relación de marido y mujer, de novio y novia, en nuestra vida individual.

El Zohar explica que al comienzo de Elul estamos ajor el ajor, que significa “espalda con espalda”, y que para fines de Elul estamos panim el panim, “cara a cara”. Pero ¿cómo es posible que estemos espalda con espalda? ¿Acaso eso no daría a entender que Dios también nos dio Su espalda a nosotros? ¿Cómo podemos decir algo así, siendo este el mes en el que -tal como nos enseña el maestro jasídico Rabí Schneur Zalman de Liadi- “el Rey está en el campo”? ¿Acaso no es este el mes en el que Dios está más accesible que nunca, esperándonos a que vayamos a Su encuentro, en que está para nosotros en el “campo” de nuestra vida cotidiana?

El hecho de que se nos describe como “espalda con espalda” y luego “cara a cara” es una lección increíble. A menudo, cuando nos sentimos enojados, dolidos, abandonados, cualquiera sea la raíz de nuestro dolor, damos la espalda. Y cuando damos la espalda, no tenemos idea de cómo está el otro. Y muchas veces nos resulta más fácil creer que el otro también nos dio la espalda, porque si así es, entonces incluso si nos damos otra vez vuelta, no va a servir de nada, así que ¿para qué molestarnos? ¿Para qué vamos a dar el primer paso si al final lo único que vamos a ver va a ser la espalda del otro?

No obstante, esta racionalización es la causa de muchas discusiones no resueltas, de sentimientos heridos, y de relaciones rotas.

¿Se acuerdan de la clásica escena, actuada eternamente en las películas, de la pareja que se separa y cada uno va caminando en otra dirección…?

A cierta altura, él se da vuelta, y quiere llamarla, pedirle que le dé otra oportunidad, pedirle perdón. Él está a punto de hablar, pero entonces se da cuenta de que ella le da la espalda. Ella se está alejando de él. Y él se dice a sí mismo que ya es demasiado tarde, que a ella no le importa de él. Y entonces él vuelve a darle la espalda.

Al cabo de unos segundos, ella se da vuelta para mirarlo. Ella no quiere que esto termine. Ella quiere decir algo, pero no logra juntar el coraje; no tiene la fuerza necesaria. ¿Y por qué, por qué va a hacerlo cuando él le está dando la espalda? Ella lo mira con ansia, pero ya no importa; ella ve cómo él continúa alejándose de ella y entonces está segura de que a él no le importa en lo más mínimo de ella. Y nosotros, los espectadores, sentados al borde del asiento, todavía tenemos la esperanza de que quizás los dos se den vuelta al mismo tiempo y finalmente se den cuenta de que al otro sí le importa, que a pesar de que aparentemente están espalda con espalda, la verdad es que quieren estar cara a cara.

A veces, el final del cuento de hadas sí sucede; otras veces, ellos simplemente continúan caminando en direcciones opuestas, saliéndose cada uno de la vida del otro.

El mes de Elul es el que nos enseña la necesidad de estar dispuestos a darnos vuelta.

El Rey está en el campo; nuestro Creador se encuentra allí y más allá de cómo nos sintamos, Él nunca nos dio la espalda. Lo único que tenemos que hacer es darnos vuelta nosotros, y darnos cuenta de que Él está allí, esperándonos.

La sensación de “espalda con espalda” que sentimos al comienzo del mes se basa en nuestras percepciones erróneas, nuestros temores, nuestras suposiciones. Recién cuando nos damos vuelta nos damos cuenta de la verdad, de la esencia interna y entonces nos ponemos “cara a cara”, que no significa solamente que finalmente podemos mirarnos el uno al otro, sino que además podemos mirar el uno dentro del otro, pues la raíz de la palabra hebrea que significa “rostro”, o sea, panim, es la misma que la de pnimiut, que significa “interioridad”.

Por eso, ahora la cuestión es cómo se nos enseña esta lección, no sólo en el mes de Elul, sino a través del nombre mismo de “Elul”.

Los nombres en hebreo no son meramente formas de referirse a algo, sino que representan su alma misma.

La Jasidut nos enseña que cada padre recibe el don de la inspiración Divina cuando le pone nombre a su hijo. El nombre es lo que representa los aspectos más profundos de esa persona. La Kabalá y la Jasidut nos enseñan que a fin de descubrir el sentido esencial de una palabra hebrea, necesitamos analizar las letras que la componen, su valor numérico, su forma y su significado.

Tal como dijimos más arriba, la palabra “Elul” está compuesta de una alef, que va seguida de una lamed, luego una vav y la última letra, otra lamed. La primera letra de “Elul” es también la primera letra del alfabeto hebreo. La letra alef equivale numéricamente a la cifra uno, que representa la idea de la total unidad de Dios. א

Ahora debemos responder cómo es que todo esto se relaciona con el corazón. Aquí es donde nuestras lameds vuelven a definirse. A esta altura es importante pensar nuevamente en el símbolo del corazón y cuestionar su origen. Y no deberá sorprendernos que el significado de dicho símbolo también se encuentre en la palabra misma que significa “corazón”.

En hebreo, la palabra “corazón” es lev, que se escribe lamed-bet. En el año 1291, Rabí Abraham Abulafia redactó un manuscrito intitulado Imrei Shefer, en el que define el significado del corazón.

Rabí Abulafia enseña que la palabra lev, lamed-bet, tiene que entenderse como dos lameds. Esto se debe a que la letra bet es la segunda letra del alfabeto, y equivale numéricamente a la cifra dos. Él explica que la palabra tiene que leerse y entenderse como “dos lameds”.

Pero no basta con tener dos lameds. Tal como explica Rabí Itzjak Guinsburg, a fin de que la suya sea una relación, las dos lameds necesitan estar conectadas. Necesitan estar cara a cara.

Cuando damos vuelta la segunda lamed para que se enfrente a la primera, estamos formando la imagen del Corazón Judío (tal como se lo puede apreciar en la ilustración al comienzo de este artículo). Si bien el corazón, tal como estamos acostumbrados a verlo, es bastante claro en esta forma, no obstante vemos que también se revela una parte completamente nueva del corazón.

Esto se debe a que la letra lamed es la más alta de todas las letras del alfabeto hebreo. Y esto es porque la lamed representa el concepto de quebrar las fronteras, de ir más allá de tu potencial, de entrar en el súper consciente a partir del consciente. ל

La lamed también significa dos cosas simultáneamente. Significa tanto “aprender” como “enseñar”, lo cual nos demuestra que ambos conceptos están entrelazados y que ambos son esenciales.

En toda relación, yo tengo que estar dispuesto a aprender del otro, de convertirme en un receptor. Pero la otra persona también tiene que ser capaz de aprender de mí, lo cual me convierte a mí en el maestro, en el dador.

Además, la imagen de la lamed puede quebrarse en otras tres letras. La parte superior de la letra es como una iud, que es la más pequeña de las letras hebreas, y la letra que representa la cabeza. La cabeza contiene la mente, el intelecto y también el rostro. י

La letra que sigue en “Elul” es la vav. En hebreo, la vav ו sirve de conjunción, como “y”. También significa “gancho” y su forma verdaderamente recuerda un gancho.

Por lo tanto, en este caso, la vav es el gancho que conecta a la iud, la mente, con la letra inferior, la jaf, כ que representa el cuerpo. En términos físicos, la vav simboliza el cuello, que es el que transporta la corriente de sangre del cerebro al corazón.

Esto nos enseña que el corazón, y que el amor que él representa, puede prosperar y alcanzar su apogeo únicamente cuando existe una totalidad en la conexión.

El corazón judío, el verdadero amor, representa una conexión mente a mente, cara a cara, ojo a ojo, alma con alma. La vav, que es la conexión entre la cabeza y el corazón, siempre tiene que mantenerse sana, con una corriente clara. Si algo la corta, entonces la relación no puede continuar.

Como todos sabemos, una de las formas más rápidas de matar a una persona es produciéndole un corte en el cuello. El cuello es nuestra línea de vida. Él asegura que nuestra cabeza, nuestro intelecto, domine a nuestras emociones y que haya un sano intercambio entre la mente y el corazón.

Al corazón con el que todos estamos familiarizados, o sea, al símbolo que representa el amor en el mundo entero, le falta la iud y la vav, o sea que le falta la mente y el cuello. Este símbolo tan popular representa solamente la conexión física entre los cuerpos.

 

Es por eso que el mes de Elul, que empieza espalda con espalda, al final culmina cara a cara.

Al comienzo del mes, somos inconscientes de la realidad de que “Yo soy para mi amado y mi amado es para mí”. Pero al trabajar sobre nosotros mismos durante todo este mes, al estar dispuestos a darnos vuelta y hacer cambios, finalmente nos damos cuenta de que nuestro Creador nunca nos dio la espalda. Él siempre continuó dándonos la cara, y esperando que nosotros nos diéramos vuelta. Y una vez que lo hacemos, somos como las dos lameds que están enfrentadas, que conforman el corazón judío y que son la esencia del mes de Elul.

Por lo tanto, Elul puede entenderse como una alef, que representa a Dios, seguida de una lamed, vav, lamed -una lamed que está conectada (vav) con la otra lamed.

Y el corazón judío, esta idea de amor como una totalidad de conexión, no es meramente la tarea a llevar a cabo en el mes de Elul, sino todo el propósito de la Creación.

Este corazón judío es un símbolo de por qué fuimos creados y qué es lo que debemos lograr. Porque la Torá es el plano de la creación y el manual de cómo debemos conectarnos con la divinidad. Y no es un libro que tenga un comienzo, un medio y un final, sino que es más bien un rollo, pues se nos enseña que “el final está encajado con el principio, y el principio, con el final”.

 

Entonces ¿qué es lo que encontramos cuando el final del rollo de la Torá se arrolla con el comienzo? ¿Cómo empieza y cómo termina la Torá?

La última palabra de la Torá es Israel, que termina con la letra lamed; y la primera palabra es bereshit, que significa “en el comienzo”, y que empieza con una bet.

Cuando unimos la primera y la última letra de la Torá, obtenemos la palabra lev, que es “corazón” en hebreo.

Dios quiera que seamos bendecidos con la capacidad de aprovechar los poderes del mes de Elul, reconociendo y revelando nuestra capacidad de aprender y de enseñar, y de esa forma ponernos cara a cara con nosotros mismos, con nuestros seres queridos y con nuestro Creador, tal como nos enseña el corazón judío.

El Corazón Judío, tanto el diseño como las joyas, están bajo patente y copyright de Rabí Itzjak Guinsburg.

Por Sara Esther Crispe

La Cábala es el misticismo judío

14 datos que debes saber sobre la Cabalá


Por Yehuda Altein

La Cábala es el misticismo judío, una antigua tradición que ofrece conocimientos profundos sobre la naturaleza de Di-s, su interacción con el mundo y el propósito de la Creación.

Oculto durante milenios para todos, salvo para unos pocos elegidos, hoy este aspecto más profundo de la Torá es accesible para todos, inspirando y elevando a hombres y mujeres de todo el espectro del conocimiento académico y la observancia religiosa.

Siga leyendo para conocer 14 hechos sobre quizás el área más potente pero mal representada de la sabiduría judía.

1. Significa “Tradición Recibida”
El término “ Cábala ” se traduce como “tradición recibida”, lo que significa que este conjunto de conocimientos fue transmitido por Di-s a Moisés en el Monte Sinaí, junto con el resto de la Torá . Moisés luego se lo pasó a Josué y continuó transmitiéndose a través de las generaciones hasta que llegó a nosotros hoy.

Este nombre subraya la importancia de mantenerse fiel a las enseñanzas originales y puras de la Cábala tradicional, para evitar alterar o distorsionar esta sabiduría sagrada.

2. Es el estudio de lo Divino.
La Cabalá es la más profunda de las cuatro formas en que se interpreta la Torá. En esencia, es una doctrina espiritual que sondea las profundidades del Creador, del mundo y de nosotros mismos, y la interacción entre los tres. Arroja luz sobre las dimensiones más profundas de la existencia e ilumina nuestro lugar y propósito en el plan maestro de Di-s.

3. Es el “Alma” de la Torá
Si los tecnicismos de la ley judía son el cuerpo de la Torá, entonces la Cabalá es su alma. 1 Así como un cuerpo no puede vivir sin un alma, el judaísmo sin su lado místico puede volverse monótono y sin vida. Y así como el alma no puede funcionar sin el cuerpo, la Cabalá sin la base del judaísmo práctico es un ejercicio inútil.

4. La obra más antigua es el Sefer Yetzirah
A menudo traducido como el “Libro de la Formación”, el Sefer Yetzirah es la obra esotérica judía más antigua que se conserva y la única mencionada en el Talmud. Según la tradición, fue escrito por nuestro antepasado Abraham.  Algunos postulan que, si bien las ideas fundamentales del Sefer Yetzirah se originaron en Abraham, en realidad fue escrito por Rabí Akiva. 

5. El Zóhar es su obra principal
El texto principal de la Cábala es el Zóhar , compilado por el rabino Shimon bar Yochai y sus discípulos en el siglo II a. C. El Zóhar no fue la primera obra cabalística; fue precedida por el mencionado Sefer Yetzirah, así como por el Sefer Habahir (“Libro de la Iluminación”) del rabino Nechunya ben Hakanah. Pero si bien esas dos composiciones son breves y crípticas, el Zóhar tiene un alcance amplio y se convirtió en la base de todas las enseñanzas cabalísticas autorizadas posteriores.

Durante siglos, el Zóhar permaneció en un gran anonimato. Fue descubierto y publicado por primera vez en el siglo XIII por el rabino Moshe de Leona, un destacado cabalista español.

Muchas fuentes destacan el poder del estudio de esta obra sublime y su capacidad para elevar el alma. 

6. Los talmudistas eran cabalistas
Algunos de los más grandes talmudistas de la historia fueron cabalistas, como Rabí Akiva, Rabí Yishmael y Rabí Nechunya ben Hakanah. Rabí Shimon bar Yochai , autor del Zohar y uno de los más grandes maestros de la Cábala, es mencionado en el Talmud cientos de veces. Otros eruditos talmúdicos, como Rava , Rabí Chanina y Rabí Oshaya, utilizaron los secretos de la Cábala contenidos en el Sefer Yetzirah para crear animales e incluso humanoides (también conocidos como golems). 

En generaciones posteriores, el rabino Yosef Caro , famoso por ser autor del Shulján Aruj ( Código de la ley judía ), también fue un cabalista de estatura eminente, visitado a menudo por un ángel celestial que le revelaba secretos esotéricos.

7. Safed fue la capital de la Cábala
Quizás ningún otro lugar del mundo esté tan intrínsecamente asociado con la Cábala como la ciudad sagrada de Safed, en la Tierra de Israel . En el siglo XVI, un grupo de eminentes cabalistas sefardíes hicieron de la ciudad su hogar, convirtiéndola en un foco de estudio y actividad esotérica. Entre los prestigiosos miembros de este grupo se encontraban el rabino Shlomo Alkabetz, el rabino Moshe Cordevero (el Ramak), el rabino Yosef Caro , el rabino Yitzchak Luria (el Arizal ) y su alumno, el rabino Chaim Vital.

8. El Arizal desarrolló una doctrina definitiva
El rabino Yitzchak Luria , conocido comúnmente como el Arizal, llegó a Safed en 1570 y desarrolló un sistema de pensamiento cabalístico que desde entonces se ha convertido en el estándar entre los cabalistas. Las enseñanzas del Arizal no solo revolucionaron el campo del misticismo judío, sino que también dejaron un impacto significativo en la teología y la práctica judías. Es ampliamente considerado como el mayor practicante y expositor de la Cábala desde el rabino Shimon bar Yochai.

9. La Cabalá práctica no es para los profanos
La Cábala se compone de dos ramas: la Cábala Iyunit, la Cábala contemplativa, y la Cábala Maasit , la Cábala práctica. Mientras que la Cábala contemplativa analiza el funcionamiento interno de lo Divino, la Cábala práctica implica liberar poderes espirituales para efectuar cambios tangibles en la naturaleza, como la creación de golems y la escritura de amuletos.

Mientras que la Cabalá contemplativa está abierta a las masas (siempre que se la aborde correctamente), la Cabalá práctica sigue estando en manos de unos pocos elegidos capaces de aprovechar su fuerza de forma adecuada. El Arizal, uno de los cabalistas más famosos de todos los tiempos, advirtió sobre los peligros inherentes a la apropiación indebida de estos poderes divinos por parte de los no iniciados. 

10. Algunos (pero no todos) lo restringieron a los mayores de 40 años
Algunas fuentes indican que el estudio de la Cabalá debe restringirse a quienes hayan alcanzado la edad de 40 años. Sin embargo, muchos explican que esta restricción no se aplica a la gran mayoría de las enseñanzas de la Cabalá, sino que está destinada únicamente a ciertas enseñanzas metafísicas de la Torá.  Además, las ideas básicas de la Cabalá son una necesidad si se desea cumplir con la mitzvá de conocer, amar y temer a Di-s. Otros renuncian por completo a esta restricción, 10 especialmente en la era actual (ver más abajo).

11. Hoy es imprescindible
Durante la mayor parte de la historia, el estudio de la Cabalá estuvo oculto para las masas, reservado para unos pocos individuos selectos de cada generación considerados dignos de conocer esta disciplina sagrada. Sin embargo, hace unos 400 años se inició un marcado cambio en el enfoque. Según las claras instrucciones del Arizal y sus discípulos, hoy en día el estudio de la Cabalá no sólo está permitido sino que es obligatorio, 11 y se lo considera una herramienta indispensable para conocer a Di-s y servirlo como es debido.

12. Cuidado con las falsificaciones y los falsificadores
Los estudiantes de Cabalá deben estar seguros de que están accediendo a la Cabalá genuina y no a un sustituto falso. Incluso cuando se trata de la Cabalá real, debe ser enseñada por un mentor, parte de la cadena de la tradición cabalística que se originó en el Monte Sinaí (después de todo, Cabalá significa “tradición recibida”). Si se tergiversa, la Cabalá tiene el potencial de hacer más daño que bien. 

He aquí dos reglas generales: ignore a cualquiera que presente la Cábala como algo ajeno a la auténtica observancia judía. Y tenga cuidado con los amuletos, talismanes y otros supuestos remedios instantáneos con temática de la Cábala. Es casi seguro que son falsos y que solo curan la codicia de dinero de su vendedor oportunista.

13. El jasidismo contiene cábala de primera calidad
Una forma segura de acceder a la Cabalá auténtica sin el riesgo de malentendidos es estudiar el Jasidismo. El Jasidismo es un refugio seguro para las enseñanzas cabalísticas genuinas, lo que garantiza que las aprendas de manera precisa y efectiva. Una ventaja adicional: el Jasidismo presenta estas enseñanzas en un lenguaje comprensible y fácil de entender, lo que te brinda una experiencia que es a la vez espiritualmente fortalecedora y de aplicación práctica.

14. Prepara el camino para el Mesías
¿Por qué el estudio de la Cabalá ha pasado de ser privado a ser público en los últimos tiempos? Se dan dos razones. En primer lugar, las generaciones posteriores han experimentado un tremendo declive espiritual. La única forma de despertarnos de nuestro letargo espiritual es aprovechando la luz interior de la Torá. En segundo lugar, nos estamos acercando a la llegada del Mashiaj y la Redención Final, cuando los niveles más profundos de Divinidad se revelarán para que todos los vean. Es justo que nos preparemos de la misma manera, saboreando la dulzura de las enseñanzas esotéricas de la Torá. 

15 de Av


El Talmud nos cuenta que hace muchos años las “hijas de Jerusalén iban a bailar a las viñas” el 15 de Av, y “quien no tenía esposa iba allí” a buscar una esposa.

Se celebra tan sólo seis días después del 9 de Av —que marca la destrucción del Primer y Segundo Templos Sagrados— y es un día de felicidad y regocijo.

“No había días tan alegres para el pueblo judío como el 15 de Av y Iom Kipur”

Declara la Mishná. En este día “las doncellas de Jerusalén salían a bailar en los viñedos. ¿Y qué decían? Joven, por favor, levanta tus ojos y mira lo que eliges para ti”.

De hecho, en esta fecha se produjeron un total de siete acontecimientos alegres.

 

Una búsqueda en el Shulján Aruj (Código de la ley judía) no revela observancias o costumbres para esta fecha, excepto la instrucción de que el tajanún (confesión de pecados) y porciones similares deben omitirse de las oraciones diarias (como es el caso de todas las fechas festivas), y que uno debe aumentar su estudio de la Torá, ya que las noches comienzan a alargarse y “la noche fue creada para el estudio”.

 

7 acontecimientos alegres que sucedieron el 15 de Av


Las doncellas danzantes de Jerusalem

Dijo Rabí Shimon Ben Gamliel: No había fiestas más grandes para Israel que el 15 de Av y Iom Kipur. En esos días las hijas de Jerusalem salían… y danzaban en las viñas. ¿Y qué decían? “Joven, levanta tus ojos y mira cuál escoges para ti…” (Talmud, Taanit 26b)

 

Cesó la muerte de la generación del Éxodo

Varios meses después de que el pueblo de Israel fuera liberado de la esclavitud egipcia, el incidente de los espías demostró su falta de preparación para la tarea de conquistar la tierra de Canaán y desarrollarla como la Tierra Santa. Di-s decretó que toda esa generación moriría en el desierto, y que sus hijos entrarían a la tierra en su lugar (como se relata en Números 13 y 14). Después de 40 años de vagar por el desierto, la muerte finalmente terminó, y una nueva generación de judíos estaba lista para entrar en la Tierra Santa. Era el 15 de Av del año 2487 desde la creación (1274 a. C.).

Mientras los miembros de esta generación condenada aún estaban vivos, Di-s no se comunicó con Moisés de manera afectuosa. Tan pronto como murió el último de estos hombres, Di-s volvió a comunicarse amorosamente con Moisés.

 

A las tribus de Israel se les permitió casarse entre sí.

Para asegurar la división ordenada de la Tierra Santa entre las doce tribus de Israel, se habían impuesto restricciones a los matrimonios entre miembros de dos tribus diferentes. A una mujer que hubiera heredado tierras tribales de su padre se le prohibía casarse con alguien de otra tribu, para que sus hijos —miembros de la tribu de su padre— no causaran la transferencia de tierras de una tribu a otra al heredar sus bienes (como se relata en Números 36). Esta ordenanza era vinculante para la generación que conquistara y se estableciera en la Tierra Santa; cuando se levantó la restricción, el 15 de Av, el evento se consideró motivo de celebración y festividad.

 

A la tribu de Benjamín se le permitió reingresar a la comunidad.


En esta fecha, la tribu de Benjamín, que había sido excomulgada por su conducta en el incidente de la “concubina de Giva”, fue readmitida en la comunidad de Israel (como se relata en Jueces 19-21). Esto ocurrió durante el mandato de Otoniel ben Kenaz, quien dirigió al pueblo de Israel en los años 2533-2573 desde la creación (1228-1188 a. C.).

 

Oseas Ben Ela abrió los caminos a Jerusalén.

Tras la división de la Tierra Santa en dos reinos tras la muerte del rey Salomón en el año 2964 desde la creación (797 a. C.), Jeroboam ben Nabat, gobernante del reino separatista del norte de Israel, erigió barricadas para impedir que sus ciudadanos hicieran la peregrinación trienal al Templo Sagrado en Jerusalén, capital del reino del sur de Judá. Estas barricadas fueron finalmente eliminadas más de 200 años después por Hoshea ben Elah, el último rey del reino del norte, el 15 de Av de 3187 (574 a. C.).

A los muertos de Betar se les permitió ser enterrados.

La fortaleza de Betar fue el último bastión de la rebelión de Bar Kojba. Cuando Betar cayó, el 9 de Av de 3893 (133 d. C.), Bar Kojba y muchos miles de judíos fueron asesinados; los romanos masacraron a los sobrevivientes de la batalla con gran crueldad y ni siquiera permitieron que los judíos enterraran a sus muertos. Cuando los muertos de Betar finalmente fueron llevados al entierro el 15 de Av de 3908 (148 d. C.), se agregó una bendición adicional (“Hatov Vehameitiv”) a la oración después de las comidas en conmemoración.

 

“El día en que se quebrará el hacha.”


Cuando el Templo Sagrado estaba en Jerusalem, el corte anual de leña para el altar finalizaba el 15 de Av. El evento se celebraba con banquete y regocijo (como es costumbre al concluir una tarea sagrada), e incluía una ceremonia de rotura de las hachas, que dio nombre al día.

Por Yanki Tauber

¿Por que nos lamentamos?

El ayuno de Tisha BeAv, la fecha más triste del calendario Judío, es el día en el que vimos la destrucción de los dos Templos Sagrados, así como muchos eventos trágicos sucedidos en el correr del exilio de nuestra nación.

Se va creando cuidadosamente un estado de ánimo triste. Leemos el Libro de Lamentaciones de Jeremías y una gran colección de elegías que describen todas las tragedias, y durante el día, seguimos varias prácticas de lamentación.

Tisha BeAv es nuestro día nacional de lamentación cuando nos ponemos a reflexionar sobre todos los pogroms, las cruzadas, inquisiciones y holocaustos que han perseguido a nuestra nación durante los últimos 2000 años.

Sin embargo, son específicamente observados en la fecha en la que los Templos fueron destruidos, y los Templos son el principal enfoque de la lamentación del día. Está claro que nuestro sufrimiento está íntimamente asociado con la ausencia de los Templos. ¿Cuál es la conexión? ¿Y por qué tanta obsesión sobre una estructura antigua de Jerusalem? ¿Acaso la falta del Templo Sagrado nos deja sintiendo un agujero en nuestras vidas? El Talmud declara (BrAJoT 3a): Cuando los Judíos entran a las casas de estudio y a las plegarias y proclaman: “Que Su gran nombre sea bendecido”, el Santo Bendito Sea asiste y dice, “Afortunado es el rey que es alabado en su casa. ¿Qué le queda a un padre cuando tiene un hijo exiliado? ¡Y Ay de los hijos que han sido exiliados de la mesa de su padre!” Esta corta frase captura la propia esencia del Galut- exilio.

La relación entre padre e hijo comparte muchas cualidades que simbolizan todas las relaciones, aunque quizá en un nivel más grande: respeto, amor, cuidado, etc. No obstante, existe una diferencia esencial.

Las otras relaciones se basan en estos sentimientos arriba mencionados: porque Te quiero, te cuido, por eso, somos amigos.

En una relación de padre-hijo, lo contrario es cierto; estos sentimientos se basan en la relación: siendo que Yo soy tu padre/hijo, te quiero. Por eso, la relación padre-hijo posee dos aspectos; su esencia y sus manifestaciones.

Su centro es la relación esencial que es inmutable y no sujeta a cambios. No importa qué suceda, un padre siempre es un padre, y un hijo siempre es un hijo. En una relación padre-hijo normal y sana, este conexión del alma se expresa en la forma de amor, cuidado y respeto mutuo.

Di-s es nuestro padre, y nosotros somos Sus hijos. Y durante el Galut (exilio), constituimos una familia disfuncional. Nos han echado de la casa de nuestro Padre. Todos los rasgos perceptivos de la relación, han desaparecido. No vemos ni sentimos el amor de Di-s hacia nosotros, y no sentimos que somos Sus hijos.

Estudiamos Su Torá, y cumplimos con Sus mandamientos, y se nos dice que al hacerlo nos estamos conectando en Él, pero no sentimos que tenemos una relación. Ésta, ciertamente, no es la manera en la que debería ser la relación, y no siempre fue así el caso. Hubo un tiempo en el que estábamos mimados por el abrazo de nuestro Padre. Su amor por nosotros se manifestaba en varias formas: a través de milagros, profetas, abundantes bendiciones y una tierra que manaba leche y miel. Y en el centro de nuestra relación estaba el Templo Sagrado, la casa de Di-s en donde Él, literalmente moraba entre Su pueblo, en donde Su presencia era tangible.

Tres veces anuales, los judíos visitaban la casa de Di-s y sentían Su presencia, sentían su relación. Luego volvían a su casa vigorizados por la experiencia, con sus corazones y almas ardiendo de amor por Di-s.

Todo el sufrimiento que ha sido nuestro lote desde el día en el que el Templo fue destruido, es un resultado de nuestro estado de exilio. Cuando el hijo del rey vive en el palacio, cuando el amor del rey por el príncipe es evidente al público, el hijo entonces queda aislado frente a los designios de sus enemigos.

Pero cuando el hijo es echado, los enemigos atacan súbitamente. Es por eso que nos lamentamos por la destrucción de los Templos.

Y creemos con fe completa que el día en el que volveremos a la casa de nuestro Padre está cerca, y que una vez más nos embriagaremos con Su amor.

* Por Naftali Silberberg

Costumbres para los 9 días de Av

Cuando comienza el mes de Av, hasta el día 9,  limitamos aún más nuestro regocijo al grado de evitar incluso cualquier situación que pueda llevar a alegrarnos. No plantamos árboles para dar sombra o para embellecer y dar aroma, ni emprendemos ningún proyecto de construcción o de refacción en la casa por mero lujo, como ser redecorar o pintar nuestros hogares. Sin embargo, si alguien no tiene dónde vivir, puede construir una casa durante este período.

En muchas comunidades es costumbre realizar un sium (culminación del estudio de un tratado talmúdico) cada día del mes de Av, desde Rosh Jodesh hasta Tishá beAv inclusive.

La fuente de esta costumbre surge de una interpretación original de la frase de nuestros Sabios: “Desde que ingresa [al mes de] Av, se disminuye la alegría”.

La interpretación es la siguiente: “Desde que ingresa Av, se disminuye” la tristeza del exilio diaspórico.

¿De qué manera se logra esto? Mediante “la alegría”. Y como la única alegría permitida es la que genera el estudio de la Torá (Los preceptos de Di-s son rectos, alegran el corazón — Salmos 19:9), se realiza un sium cada día. No obstante, no se comen alimentos cárneos tras éste, cómo suele hacerse en un sium en el resto del año.

*Está prohibido comprar, coser, y tejer prendas nuevas, incluso si la intención es estrenarlas luego de Tishá beAv.

Tampoco se puede comprar una prenda usada si es que ésta le agrada a la persona por su belleza. Sin embargo, debe observarse, estas restricciones atañen sólo a situaciones donde no se encuentra involucrada la realización de una mitzvá. Pero si el fin es el de cumplir una mitzvá —por ejemplo, comprar el ajuar para el novio y la novia, o construir una casa para ellos—, está permitido. Si existen razones para sospechar que después de Tishá beAv aumentarán los precios de las prendas, se puede comprar la ropa que se desee, pero no se ha de usarla hasta después de Tishá beAv.

*Desde Rosh Jodesh Av —y según la costumbre sefaradí, en la semana en que acaece Tishá beAv— no se debe lavar ropa, aunque no vaya a ser utilizada hasta después de Tishá beAv.

Sin embargo, si la persona tiene un único conjunto de ropa, puede lavarlo hasta comenzar la semana en la cual acaece Tishá beAv. Alguien que transpira mucho y necesita cambiar su camisa con suma frecuencia debe preparar de antemano —antes de Rosh Jodesh Av— varias camisas, y vestir por un rato cada una de ellas [o bien, usarlas en Shabat]. Sólo así podrá usarlas durante los “nueve días”.

*Además de la prohibición de cortarse el cabello, los adultos también tienen prohibido cortar el cabello de sus niños a partir del 17 de Tamuz, y lavar sus prendas desde Rosh Jodesh Av. Sin embargo, la ropa de niños pequeños puede ser lavada y planchada —incluso durante la semana en que acaece Tishá beAv—. De ser posible, no hay que lavar grandes cantidades de ropa ni hacerlo en forma pública.

*Está prohibido lucir zapatos nuevos a partir de Rosh Jodesh Av. Sin embargo, si fueron comprados especialmente para usar en Tishá beAv —por ejemplo, calzado confeccionado con lona o goma— pueden lucirse aunque sean nuevos. No obstante, es preferible estrenarlos en Iom Kipur y no en Tishá beAv.

*Desde Rosh Jodesh Av [según algunas opiniones, incluyendo ese día] hasta después de Tishá beAv, está prohibido comer carne y beber vino [a excepción de Shabat], pues durante este período se interrumpieron los sacrificios animales y las libaciones de vino en el Beit HaMikdash. Por costumbre esta prohibición se extendió para incluir también toda comida a base de carne. Sin embargo, está permitido comer alimentos parve que fueron preparados en un recipiente utilizado generalmente para preparar carne. La costumbre sefardí es observar todas estas restricciones sólo en la semana misma en que acaece Tishá beAv.

*Algunos son estrictos y se abstienen de beber el vino usado para el recitado de la Havdalá y el Birkat HaMazón. En su lugar, dan de beber el vino a un niño que aún no comprende el significado del duelo por Jerusalén, pero que ya es lo suficientemente grande como para ser entrenado en la práctica de mitzvot. Si no hay ningún niño presente, la persona misma que recita la Havdalá debe beber el vino, pero en el caso del Birkat HaMazón debe recitarlo sin vino.

*Desde Rosh Jodesh Av (según la costumbre sefardí, en la semana en que acaece Tishá beAv) no se puede lavar el cuerpo entero, aun con agua fría. Asimismo, está prohibido bañarse en una piscina, en un río, o en el mar. Sin embargo, si Rosh Jodesh Av acaece un viernes, la persona puede bañarse con agua caliente en honor a Shabat, siempre que ésta sea su costumbre cada viernes. La prohibición anterior se refiere específicamente al baño por placer. Aquel que debe bañarse por motivos de salud —por ejemplo, si los médicos le ordenaron bañarse cada día con agua caliente—, o un trabajador que se ensució como consecuencia de su trabajo, pueden bañarse durante este período.

Extraído de “Nosotros en el Tiempo” de editorial Kehot.