La Historia de Rosh Jodesh Kislev

La Sinagoga de 770 Eastern Parkway en Brooklyn está completamente llena. Miles de Jasidim de todas partes del mundo, están allí para celebrar con el Rebe. Todos los ojos están enfocados en el  Rebe mientras comienzan las Hakafot. El Rebe sostiene el Sefer Torá. Su cara irradia la alegría de Iom Tov mientras baila con su cuñado, el Rashag, en el centro de la sinagoga. Es Shmini Atzeret del año 5738 (1977).

La primer Hakafá finaliza. El Rebe camina, lentamente, hacia su lugar en la pared sudoeste. La segunda y tercera Hakafá son completadas, y el Rebe, que se ve cansado, sólo aplaudió unas pocas veces.

Es la cuarta Hakafá, y el Rebe se da vuelta mirando a la muchedumbre. Los cantos cesan. El silencio invade 770. El rostro del Rebe está blanco como la tiza. La Hakafá comienza. El Rebe hace un gran esfuerzo para poder juntar sus manos y aplaudir. Pide una silla y se sienta.

Un estremecimiento cubre la sala. Las Hakafot son el momento más alegre del año. El Rebe nunca se sienta durante las Hakafot. Ahora, el Rebe se reclina en su silla y cierra sus ojos.

Se escucha un grito: ¡Agua! ¡Aire! ¡Muévanse! Y entre los gritos, se oyen ruidos de vidrios rotos. Cada ventana a la vista se convierte en una salida de escape. Lo Jasidim saltan al patio de al lado. En minutos, 770 quedó vacío. De los miles que se encontraban cantando y bailando hasta hacía sólo unos momentos, menos de cien quedaron adentro.

Doctores corren hacia el frente, asustados, preocupados. El Rebe sólo sonríe y dice que todo está bien. Él sólo está cansado; no hay de qué preocuparse. “Beba”, le suplican al Rebe. “No” dice el Rebe, “¡No voy a beber nada fuera de la Sucá! ¡Continúen con las Hakafot!. En ese momento, quién sabía que el Rebe acababa de sufrir un serio ataque al corazón…

Terminamos con la quinta y sexta Hakafá rápidamente. La séptima Hakafá, tradicionalmente le pertenece al Rebe, y esta noche no era diferente. A pesar de todo, él baila con el Rashag. El Rebe sonríe a la vez que el Rashag finaliza la Hakafá temprano. Luego del rezo, el Rebe le desea a sus Jasidim el tradicional “Gut Iom Tov, Gut Iom Tov”. El Rebe camina lentamente fuera de la sinagoga, hacia su dormitorio arriba, y cierra su puerta tras él. Sólo Di-s sabe lo que pasaría esa noche.

Hoy en día, sabemos el final feliz de la historia. Conocemos los milagros que llevaron a Rosh Jodesh Kislev, el día en el cual el Rebe volvió a su casa; un símbolo de su recuperación completa.

Durante aquellos días fatídicos de Tishrei de dicho año, en el mundo de Lubavitch y más, reinaba una gran confusión. La única persona que se mantenía calma era el Rebe mismo.

A continuación, les presentamos un conjunto de historias y conversaciones que se llevaron a cabo durante este caótico período.

LA COLUMNA DE LOS DOCTORES

En el momento en el que el rostro de Rebe cambió, médicos de todas partes de 770 corrieron a su lado. En los días subsiguientes, muchos más especialistas y expertos se unieron a ellos. Estos hombres de experiencia, expresan mucho asombro ante la conducta sobrehumana del Rebe durante esta prueba. En la agonía de dos ataques al corazón serios, el Rebe no gritó de dolor. Ni siquiera un respiro se le escapó de los labios. El Rebe insistió en seguir cumpliendo con todas las mitzvot (preceptos), ni siquiera renunciando a la costumbre de hacer Kidush en la Sucá aquella misma noche.

Lo expuesto a continuación son testimonios de doctores que se encontraban presentes, y de sus encuentros y discusiones con el Rebe.

¿Un hospital? ¡Olvídenlo! Durante las primeras horas luego del ataque, los doctores le insistían al Rebe que fuera al hospital.

El Rebe se negaba firmemente. “¿Qué haría uno si estuviera en un lugar en donde no hay hospitales?” preguntó el Rebe.

“Lo que sea que haya que hacer, debe hacerse ahora”. Una mujer (que había asistido médicamente al Rebe Anterior) le pidió al Rebe permiso para hacerle una pregunta. El Rebe asistió. “Si otra persona estaría en el lugar del Rebe, y le preguntara al Rebe si debería ir a un hospital, ¿Qué le recomendaría el Rebe a él?” “¿Me escucharía esta persona?” Le respondió el Rebe. “Sí”. “Entonces, debo ser obedecido ahora también” concluyó el Rebe. Muchos Rabinos se acercaron al Rebe y le rogaron que fuera al hospital. A ellos, el Rebe les respondió. “Yo soy un judío observante, por lo tanto, debo escuchar las opiniones de los Rabinos. De ser así, por favor, no me digan si la decisión es que vaya, porque sino voy a tener que hacerlo, (inclusive) que no haya necesidad”.

En las tempranas horas de la mañana, los Rabinos volvían con el mismo pedido a lo del Rebe. El Rebe seguía firme “He expresado mi opinión ayer y no la voy a cambiar”. Lo doctores discutían este problema entre ellos. Uno de ellos se acercó a la cama del Rebe y le dijo, “Rabí, si no acepta ser transferido al hospital, vamos a irnos inmediatamente y librarnos de cualquier responsabilidad. Somos doctores con experiencia y le decimos que está poniendo su vida en peligro. Si no acepta ir, no podemos tomar responsabilidad por su vida”.

A las 2 de la madrugada los doctores agarraron sus sacos y abandonaron el cuarto. Sólo un par de horas después de un serio ataque cardíaco, el Rebe se encontraba sin ayuda médica. Pero, el secretariado del Rebe no se iban a sentar con los brazos cruzados. Una hora más tarde, con la ayuda de un hospital Judío en Brooklyn, el cuarto del Rebe se convirtió en una sala de terapia intensiva (CTI). A las cinco de la madrugada, el electrocardiógrafo registró un segundo, y más serio ataque cardíaco.

EL DR.WEISS

En ese estado crítico, el Dr. Ira Weiss vino a la mente. Minutos más tarde, el teléfono sonó en la casa del Dr.Weiss en Chicago. Un renombrado cardiólogo,que, conocía bien al Rebe. Luego de pocas horas, el Dr. Weiss se encontraba al lado de la cama del Rebe. Había llegado en el primer vuelo disponible. Con lágrimas en los ojos, comentó: “Frecuentemente he tratado a gente que el Rebe me mandó. He presenciado milagros que ha hecho para muchos. Y ahora soy yo el que tiene que tratar al Rebe…”

Cuando el doctor entró a la pieza, su espíritu se elevó. El Rebe rápidamente se dio cuenta de que el doctor lo trataría como lo haría con cualquier paciente. Sin perder un minuto, comenzó a examinar al Rebe. Casi inmediatamente, la condición del Rebe comenzó a mejorar. El Dr.Weiss iba a ser muy extrañado en Chicago, pero, decidió quedarse en Nueva York hasta que el Rebe sanara.

El lunes siguiente, el Dr.Weiss le dijo al Rebe que su esposa quería que volviera a casa. El Rebe le dijo, “Tú debes escuchar a tu esposa, porque ella es la “base” de la casa, así como yo escucho a la “base” de mi casa. Yo quería visitar el Ohel, y ella sintió que no debería ir…y yo estuve de acuerdo”

(Nota: El Dr.Weiss volvió a su casa en Chicago mucho tiempo después). 

El Dr.Weiss era uno de los pocos doctores que dio su consentimiento de que el Rebe se quedara en 770. Dijo de que el Rebe tenía razón en optar por no ir al hospital por muchos motivos: a) El Rebe querría personalmente instruir a los doctores sobre su tratamiento. En un hospital, eso sería prácticamente imposible. b) Doctores no siempre están de servicio en un hospital y los asistentes son los que hacen la mayor parte del trabajo. En 770, los doctores estarían constantemente monitoreando al Rebe. c) Un ambiente familiar, siempre ayuda en el progreso del paciente. Similarmente, la atmósfera familiar de los Jasidim facilitaría el estado mental del Rebe.

EL OHEL

El domingo luego del Iom Tov, el Rebe les consultó a los doctores si le darían permiso para ir al Ohel.

El Dr. Weiss relata que él sospechó que el Rebe pediría ir al Ohel. Anticipando dicho pedido, él le mencionó al Rebe: “¿Acaso el Rebe mismo no le instruye a sus Jasidim que escuchen al doctor?” El Rebe le respondió: “¿Tú eres un Jasid?” “¿Cuál es la diferencia?” le respondió el Dr.Weiss.

“Un Jasid debe obedecer…”- Ese martes, los doctores le preguntaron al Rebe cómo se sentía. El Rebe contestó: “Físicamente, estoy bien, Gracias a Di-s. Pero mentalmente no tan bien. Debe ser porque hoy no visité el Ohel”. Uno de los Doctores le explicó al Rebe, “Usted debe cuidar su salud, si no lo  hace, Di-s no permita, hay un %25 de probabilidad de que le vuelva a ocurrir lo mismo”. El Doctor le preguntó al Rebe si escuchó lo que le dijo. “Seguro”, dijo el Rebe, “Usted dijo que si yo no cuido mi salud, hay un %75 de probabilidad de que esta enfermedad no vuelva”

LA SUCÁ

Poco después del ataque al corazón, el Rebe se dirigió a la Sucá para su comida de Iom Tov. Los doctores se opusieron fuertemente a esto, insistiendo que el Rebe no estaba ni siquiera en condiciones para caminar.

El Rebe no quiso ni escuchar esto, “¿Cómo puedo dejar a la Rebetzin sola toda la noche, sin siquiera comer ni hacerle Kidush?” En la Sucá, el Rebe encontró una botella de jugo de uva en su mesa. “Kidush”, insistió, “se hace con vino, no con jugo de uva”

CORREO, UN ASUNTO SERIO

El jueves, 24 de Tishrei, el Rebe inquirió por el correo que había estado llegando durante los días previos. Uno de los doctores, le sugirió al Rebe que primero descanse, quizá por unas dos semanas, antes de comenzar a responder el correo.

El Rebe dijo, “Si yo espero dos semanas, el trabajo sería mucho mayor…”

En otra ocasión el Rebe comparó esto a fumar. “Un fumador no puedo simplemente dejar de fumar. Si lo hace, afectaría su salud. Si yo, siendo que estoy acostumbrado a responder y recibir correo constantemente, de repente dejo de hacerlo, no sería sano para mí.”

“Quizá”, uno de los doctores sugirió, “uno de los secretarios puede leer las cartas, y darle al Rebe un resumen general de ellas, y el Rebe responderá acorde a ésto”. “Eso”, contestó el Rebe, “es como el doctor, que en vez de examinar a un paciente, escucha un informe general de la condición del paciente de una segunda persona. ¿Le satisface eso al doctor?”

UNA SIJÁ ES ILIMITADA

Luego de la festividad de Simjat Torá, le fue dicho a la gente que el Rebe diría una Sijá (charla) desde un micrófono instalado en su cuarto. Las órdenes de los doctores eran que la sijá no durara más que cinco minutos. A las 12 de la noche, el Rebe comenzó. Terminó a las 12:22. Más tarde, los doctores le preguntaron al Rebe si había tenido el tiempo suficiente de decir todo lo que quería decir. La respuesta del Rebe fue: “De haber sido por mi, no habría un límite de tiempo para hablar”. En Motzaei Shabat Bereshit (la noche del sábado luego de la lectura de la porción semanal de Bereshit) el Rebe habló por casi una hora. Y los doctores le habían dado permiso para hablar por veinte minutos.

PROBABILIDADES Y CONCLUSIONES MÉDICAS

En las primeras horas luego del ataque, los doctores decidieron administrarle al Rebe inyecciones para aliviar el dolor. Uno de ellos, le preguntó al Rebe si podía dársela, a lo que el Rebe respondió que no había necesidad de hacerlo. Una de las personas allí presentes le susurró al oído del doctor, “Si Ud le pregunta al Rebe, él nunca va a aceptar. Hoy es Iom Tov, y de acuerdo a las leyes judías uno puede recibir una inyección si el doctor se lo instruye explícitamente”.

El doctor volvió a la cama del Rebe. “Rebe, como doctor, le ordeno aceptar estas inyecciones. Es de vital importancia, el dolor está poniendo en peligro su vida”. El Rebe aceptó inmediatamente. Mientras el doctor le extraía sangre, el Rebe preguntó. “¿Qué es lo que extrae la sangre de las venas, la aguja o el vacío?”

El doctor le explicó que era por el vacío. Al escuchar esto, el Rebe notó, “Este asunto me llamó la atención previamente. Una persona vino a mí y clamó que se sentía vacío y no apto para nada. Le dije que lo contrario era cierto. Un envase vacío se basa en sí mismo con más fuerza; él era un recipiente para todo los tipos de santidades y bienes”

El Rebe concluyó, “Todos los Rabinos dan sermones en Shmini Atzeret. Yo estoy imposibilitado para hablar, así que dije lo que le acabo de mencionar y Ud repítalo a todos los demás”

Un doctor particular llegó desde Cleveland en Iom Tov. Le preguntó al Rebe si había profanado el Iom Tov al viajar, siendo que ya habían muchos más doctores presentes.

El Rebe le contestó. “Esto es similar a las leyes de la Santificación del Mes. Le pedimos a los testigos que vengan a Ierushalaim, a profanar el Shabat y el Iom Tov para poder llegar, incluso si sus testimonios terminan siendo rechazados. Si ellos no vienen, nadie sabría cuándo es el principio del mes”

“Para curar a un judío, uno profana el Shabat, incluso cuando uno está inseguro”. El jueves a la tarde, el día 2 del Mes de Jeshvan, el Rebe mandó un mensaje a los Bajurim (muchachos) para que vuelvan a la Casa de Estudio (Beit Hamidrash) arriba a estudiar. Los doctores protestaron que el ruido disturbaría al Rebe. El Rebe respondió, “El ruido de Torá no molesta”.

ES IOM TOV, HAY QUE ESTAR ALEGRE

En el día de Shmini Atzeret, durante la tarde, el Rebe mandó un mensaje a sus Jasidim: “No se olviden hacer felices a los judíos en las diferentes sinagogas. La plegaria de la noche y las Hakafot deben hacerse con mucha alegría”.

El Rebe anunció a aquellos que venían a desearle una rápida recuperación, que deben alegrarse. Un jasíd se acercó al cuarto del Rebe con lágrimas deséandole una pronta recuperación, y el Rebe le dijo: “Actúas contrario a nuestra Torá, que nos enseña ‘Alégrate en tus festividades’. Todos queremos que yo me mejore, y eso lo lograremos con alegría. Llorar está en contra de mis deseos”. El Rebe entonces le dio dos botellas de vodka y le instruyó, “Distribuye esto durante el farbrenguen (reunión de Jasidim) antes de las Hakafot. Estoy seguro de que van a organizar este farbrenguen, y estoy seguro de que no van a faltar palabras de Torá, de fomento y de alegría. Y de esta forma van a poder hacer las Hakafot con mucha alegría”.

En la noche posterior a Simjat Torá, varios Jasidim ancianos fueron a visitar al Rebe a su habitación y le suplicaron que no se sobrecargue. El Rebe replicó rápidamente: “Traer al Mashíaj es aún más difícil”.

En la noche de Shmini Atzeret, en Californio, el Rebe de Rimnitz detuvo las Hakafot, justo antes de la segunda Hakafá y fue a un lado del cuarto a decir Tehilim (salmos).

El Guerer Rebe (al mismo tiempo aproximadamente) mandó a su asistente a averiguar “alguna noticia”. El asistente volvió rápidamente con la noticia del ataque cardíaco del Rebe. El Guerer Rebe lo mandó otra vez, para que escuche los sucesos. Volvió con el informe de que el Rebe no había sufrido un ataque al corazón, sino que estaba cansado. El Guerer Rebe suspiró y dijo, “Si sólo fuera como dices…”

El duelo

Ni hablar que la experiencia más traumática que un ser humano puede experimentar es la de perder un familiar o un ser querido. Deja un vacío imposible de llenar. Quizás las sensaciones más presentes son las de la impotencia y sentimiento de culpa. No se puede traer de vuelta al fallecido. No se le puede decir lo que no se le dijo en vida.

Son dolores muy profundos.

Veamos algo de las leyes y costumbres judías relevantes y la sabiduría que contienen y cómo sirven de herramientas por medio de las cuales poder lidiar mejor con la experiencia.

Hay varias sensibilidades que se respetan en las acciones que se realizan en el entierro y en los períodos previos y posteriores: 1) La vida del fallecido; 2) el vacío que deja; 3) la responsabilidad que ahora cae sobre los familiares.

Fórmula de consuelo

La fórmula tradicional con la que se consuela a los dolientes es: Hamakom Ienajem Etjem bejot Shear Aveilei Tzión V´Íerushalaim, o sea: Que el Omnipresente los consuele entre los que están de duelo por Sión y Jerusalén. 

El Rebe, zi´´a, en una carta de consuelo enviada a Ariel Sharon al fallecer su hijo en un accidente, pregunta, ¿qué sentido tiene consolar a alguien que perdió a un ser querido con incluirlo entre los que están de duelo por la destrucción del Templo de Jerusalén? ¿Cómo se compara la muerte de un ser humano con la destrucción de un edificio, por más sagrado que sea?

Responde que hay tres puntos de comparación que hace la base del consuelo.

 La muerte, igual que la destrucción del Templo, afecta nada más que la dimensión física y externa, ya que la esencia sigue existiendo en el plano espiritual;

Aun la desaparición física es nada más que temporaria, ya que creemos en la resurrección de los muertos y tal como se reconstruirá el Templo físicamente, los cuerpos volverán a vivir. 

Así como la destrucción del Templo es una tragedia que afecta y es lamentada por todo el pueblo judío, del mismo modo la muerte de cada integrante de nuestro pueblo afecta a todos y es más que simplemente un duelo personal. 

Las tres consideraciones mencionadas ayudan a aliviar el dolor producido por lo que parecería ser una pérdida permanente y puramente personal.

Dicho concepto es expresado también en la costumbre de romper la ropa y pronunciar la bendición correspondiente antes de salir al entierro. El romper la ropa expresa la idea de que lo que se afectó es nada más que la “vestimenta” del fallecido, ya que su esencia sigue existiendo. La bendición que se pronuncia declara a Di-s como el “Juez de la Verdad”, quien lleva a cada uno en el momento justo. No pretendemos entender Sus caminos; simplemente reconocemos nuestras limitaciones y, humildemente, los aceptamos como justos. 

La muerte como estado provisorio

Lo transitorio de la muerte está expresado también en las preparaciones que la Jevra Kadisha (Sociedad Sagrada) le hace al cuerpo previo al entierro, lavando y vistiéndolo, preparándolo así para reencontrarse con su Creador y eventualmente para el día que vuelva a revivir. Se entierra al muerto en mortajas de lino blanco y cajones de madera simple ya que la muerte no es un estado permanente, también para no distinguir entre los ricos y los pobres. No se lleva nada de este mundo, salvo los méritos generados por las buenas acciones. 

Seudat Havraá

En realidad, cualquier tipo de “digestión” de la pérdida puede ocurrir recién después de un tiempo. La reacción inicial natural es una de Shock total, sin capacidad de respuesta. 

Dicha condición es reflejada en la primera comida que los dolientes deben comer luego de volver del entierro, conocida como Seudat Havraá, o comida de curación: Huevo duro o lentejas con pan. Tal como el huevo duro y la lenteja no tiene “boca”, así el doliente no tiene lo que decir ante su pérdida. La etapa inicial de tres días es de silencio y lágrimas. No se inicia conversaciones con el doliente. No se le invade su espacio. 

Shivá

La siguiente etapa es el duelo que termina a los siete días, contando a partir del entierro. La neblina se levanta un poquito. Durante la semana de duelo, denominada “Shivá”, los dolientes no salen de la casa, se sientan en el piso o en sillas bajas. El golpe es duro. Los amigos vienen a la casa para los rezos y así hacen posible la recitación del Kádish. Es un favor para el alma del fallecido que se realicen los rezos en su casa, si es posible. Es recomendable asumir – en la semana de Shivá, la fundación de algún proyecto de beneficencia en mérito del fallecido.  

Al terminar la semana de Shivá, los dolientes vuelven a la rutina de la vida. Hay ciertas costumbres que se aplican hasta completarse el mes, conocido como el Shloishim, y otras que siguen hasta completarse once meses y otras que siguen hasta completarse un año. 

El Kadish

El Kadish es una plegaria que no se menciona nada de la muerte; simplemente reafirma que se agrande y que se consagre Su gran nombre, pidiéndole a Di-s el bienestar para toda la humanidad.

Es la humilde aceptación y reconocimiento de la soberanía de Di-s. Se recita durante 11 meses después del entierro y luego cada año en el aniversario del fallecimiento.

Matzeivá

Se acostumbra colocar una lápida para marcar el lugar de sepultura. Tiene una doble función: 1) honrar el lugar de descanso del fallecido; 2) inspirar a quien pasa por ahí y se acuerda de la vida vivida. Las letras talladas en la misma deben contener el nombre hebreo del fallecido y el de su padre. Hay quienes agregan versículos de la Torá o textos que expresan lo resaltable de la vida de quien yace allí.

Visitas al Cementerio

Aunque se va desprendiendo cada vez más, el alma sigue siempre ligada a su cuerpo. Se acostumbra visitar al cementerio en ocasiones especiales para pedir a las almas de quienes yacen ahí para que intervengan ante el Trono celestial a favor de uno, su familia, comunidad o pueblo. Se acostumbra también a invitar a los ancestros a los casamientos de sus descendientes. 

Hay quienes tienen la costumbre de dejar una piedrita en la tumba como un acto de presencia y señal de respeto. No es una costumbre judía dejar flores ni en el entierro ni en visitas posteriores. 

Concluyó con el deseo de que merezcamos pronto la llegada del Mashiaj y el posterior reencuentro con todos aquellos seres queridos que hoy no están con nosotros físicamente. 

El nacimiento de un Rebe

El 20 de Mar Jeshvan del año 5621 (1860), en Lubavitch- Rusia, nació Rabí Shalom Dovber, conocido como el Rebe Rashab, quinto Rebe de la dinastía Jabad.

Su nacimiento está íntimamente relacionado con un sueño que tuvo su madre, la Rabanit Rivka. En su sueño vio a su madre y a su abuelo, el Miteler Rebe. Ellos le indicaron que mandara a escribir un Sefer Torá y le anunciaron que tendría un hijo varón. Ella no prestó atención al sueño. Después de unos días su sueño se repitió, y al final del mismo su madre y abuelo la bendijeron. La Rabanit respondió: ¡Amén! Y se despertó. Su esposo, Rabí Shmuel- el Rebe Maharash- que aún se hallaba en la habitación, al oír a su esposa contestar Amén en sus sueños, quiso saber de qué se trataba. Cuando escuchó el relato dijo: “Es un buen sueño. ¿Por qué no me lo relataste la primera vez? Sueños como éste, son acerca de temas que se encuentran en las altas Esferas”. El Sefer Torá se comenzó a escribir en secreto. También su conclusión se realizó en privado. Después de una semana, la Rabanit Rivka dio a luz a un varón, el Rebe Rashab.

Rabi Iosef Itzjak relató que en cierta ocasión su padre, el Rebe Rashab le dijo: “Cuando tenía 12 años, eduqué a mi cuerpo, para que cada miembro hiciera lo que le estaba indicado. Estudiaba de manera regular el Shuljan Aruj (Código de Leyes) Oraj Jaim. Y desde entonces entrené a mi cuerpo de acuerdo a las indicaciones del Shuljan Aruj”.

Rabi Shalom Dovber fue un intelecto profundo, conocido por su capacidad de permanecer sentado perfectamente quieto en una profunda contemplación durante horas y horas. se dedicó al futuro de la nación judía al involucrarse en la educación en todos los niveles.

Fundó la Ieshivá Tomjei Temimim, la primera en incorporar el pensamiento jasídico en su programa de estudios.

Enfocado en fortalecer las comunidades en áreas remotas, organizó un cuerpo judío que ayudó con la educación de niños y adultos judíos. Sus trabajos escritos brindan la primera organización sistemática del pensamiento de Jabad y constituyen la base de estos estudios en las Ieshivot de hoy. Sus actividades fortalecieron la conciencia judía y aseguraron el futuro para las generaciones venideras.

Rabí Shalom Dovber manifestó que «Es el deber absoluto de cada persona, ya sea profundamente instruido o simple, dedicar todos los días media hora para pensar en la educación judía de los niños y hacer todo lo que esté a su alcance, y más allá de su poder, para inspirar a los niños a seguir la camino correcto»

Adictos a la fama

Observemos minuciosamente qué historia la Biblia eligió contarnos luego del diluvio devastador, el desastre natural más grande de toda la historia, que destruyó a casi toda la humanidad. Es la ambigua historia de la Torre de Babel. Y dice así:

«Toda la tierra era un idioma y un propósito en común…Y se dijeron unos a los otros: «…Construyamos para nosotros una ciudad y una torre que llegue hasta los cielos, y hagamos un nombre para nosotros, no sea que nos dispersen de la faz de la tierra» » Y Di-s descendió a mirar la ciudad y la torre que los hijos del hombre construyeron, y dijo Di-s, …»»… ¿Será que no se debe retenerlos con lo que se proponen hacer? Di-s los esparció sobre la faz de la tierra y dejaron de edificar la ciudad»

¿Es la construcción cruel?

Esta es una historia extraña. ¿Por qué Di-s interrumpió su proyecto? ¿Cuál era su pecado? Sus motivos de querer construir una ciudad con una torre «que llegara hasta los cielos» era bastante entendible, incluso noble. La humanidad se estaba reconstruyendo luego del Diluvio, que devastó a toda la raza humana, excluyendo a Noaj y a su familia. Noaj y sus hijos estaban, de acuerdo a la tradición, todavía vivos, dándoles información del diluvio de primera mano. Si la humanidad tendría que sobrevivir, deberían construir una ciudad y una torre que pudiera prevenir algún próximo desastre.

¿Qué era lo que estaba mal en su plan? ¿Acaso no dice explícitamente en la Biblia «Sean fructíferos y multiplíquense, llenen la tierra y conquístenla?»

Someter al mundo nunca significó borrar la naturaleza, o despojarla del medio ambiente. Sino, significa una administración responsable y hacer que seamos menos vulnerables a la naturaleza a través de cualquier forma natural. ¿Por qué Di-s desaprobó entonces, este emprendimiento aparentemente maravilloso?

Una de las posibles respuestas es: al establecer su objetivo de crear una torre que alcanzara los cielos, la gente declaró: «Construyamos para nosotros una ciudad y una torre que llegue hasta los cielos, y hagámonos para nosotros un nombre». Su motivo detrás del dramático plan de construcción era inmortalizar su legado en una estructura concreta; la vitalidad de sus nombres en los anales de la historia.

¿Pero qué hay de malo en ello? ¿Quién de nosotros no desea ser recordado? ¿Quién no ansía ver su nombre en los diarios o en los sitios web? ¿A quién no le gustaría ver su nombre inscripto con honores en paredes, o impreso en las páginas de los libros de historia? ¿Le importa tanto a Di-s si hay gente así, que quiere hacerse un nombre para ellos mismos?

¿Podrías olvidar?

La respuesta es simple. Cuando ves un diluvio en el que toda la raza humana desapareció, piensas en algo más que en asegurarte un nombre y un legado.

Imagina a alguien que ve cómo su casa es consumida por un diluvio. En vez de ir y rescatar a la gente que está adentro, esta persona se para y reflexiona cómo asegurarse un nombre dentro del proceso. Sería grotesco. ¿No puedes olvidarte de tu ego? ¿No hay un momento en el cual eres capaz de decir. «¡Olvida mi legado! ¡Vidas humanas deben ser salvadas!»

Hay gente así. Son adictos a la fama. Ocurre una tragedia, y en lo único que se preocupan es: ¿Cómo puedo ser famoso? Esta gente generalmente precisa ayuda. A la larga, van a dañarse a sí mismos, siendo que no tienen nada verdadero «adentro» para dar y mostrar al mundo.

Cuando una generación entera observó las consecuencias de un diluvio que destruyó a toda la humanidad y se centra en cómo preservar su nombre en vez de ocuparse en reconstruir la civilización y recrear un mundo fundado con bondad, algo tiene que estar muy equivocado. Corrupción, manipulación, descaro y abuso de poder son probablemente las bases del crecimiento de esta nueva ciudad y su torre.

Esto es cierto también en cualquier gran campaña y proyecto que emprende la humanidad. Si el objetivo es agrandarse y no servir a Di-s, el núcleo mismo falla.

Y las consecuencias de esto, se verán manifestadas en el futuro.

Tocar un corazón

Hace más de seis décadas nuestro pueblo experimentó el mayor «diluvio» de nuestra larga y sangrienta historia, con el asesinato de un tercio del pueblo Judío, incluyendo a un millón y medio de niños. Cientos de comunidades fueron sistemáticamente eliminadas y nadie dijo nada.

En las secuelas de esta imponente destrucción, hubo algunos que sucumbieron a la naturaleza básica del hombre, y formularon una pregunta: ¿Cómo puedo hacerme un nombre a mí mismo como gran líder, activista o visionario? Pero hubo otros que tenían otra pregunta en sus mentes: ¿Qué puedo hacer para reconstruir a un pueblo destrozado?

En nuestras vidas solemos ver gente cuyas vidas son destruidas por un «diluvio» de una forma u otra. Nuestra pregunta debe ser siempre: ¿Cómo puedo lidiar con un corazón partido? ¿Cómo puedo ayudar a un sobreviviente? ¿Cómo puedo traer más luz al mundo? ¿Cómo puedo extender mi mano para ayudar a otra persona? ¿Qué otra mitzvá puedo hacer para curar al mundo? ¿Qué puedo hacer para cambiar mi rincón del mundo y hacerlo un lugar más moral y sagrado?

¿Qué voy a hacer hoy y mañana para mover nuestro planeta dolorido un paso más cerca de la redención?

(Este artículo está basado en una directiva dada por el Rebe de Lubavitch en noviembre de 1959 a un grupo de líderes ricos judíos en cómo deben responder al «diluvio» del Holocausto que exterminó  a un tercio de la población judía)

Por Yosef Y. Jacobson



La era del arco iris

Y Di-s le habló a Noaj y a sus hijos con él, diciendo: «…Este será el símbolo del pacto que estoy haciendo entre Yo y ustedes y con cada criatura viviente que está con ustedes, para todas las generaciones. Mi arco iris que He puesto en la nube…Cuando el arco iris se vea en la nube, Recordaré Mi pacto…Nunca más las aguas se convertirán en un diluvio que destruya a toda carne» Génesis 9:8-15

 

El arco iris, por supuesto, es un fenómeno natural. Rayos de sol que pasan por las gotas de agua suspendidas en la atmósfera; aquellas gotas cristalinas y claras refractan la luz, descubriendo el espectro de colores que contiene la luz y mostrándolos en forma de arco alrededor del cielo.

Pero, antes del Diluvio, esta ocurrencia natural no sucedía. Había algo sobre la interacción entre la humedad en la atmósfera de la tierra y la luz que sale del sol que fallaba en producir un arco iris. Fue sólo después del Diluvio que la dinámica que crea un arco iris fue puesta en su lugar por el Creador como símbolo de su nuevo pacto formado con Su creación.

Lo espiritual y lo físico son dos caras de la misma realidad. Este cambio en la naturaleza física de la interacción entre el agua y la luz refleja una diferencia espiritual más profunda entre los mundos pre diluvio y post diluvio, y la diferencia resultante en la manera que Di-s se relaciona con un mundo corrupto.

 

Diferencias Contrarias

Si examinamos el reporte de la Torá sobre las primeras veinte generaciones de la historia, podemos ver algunas diferencias primordiales entre el mundo pre diluvio y la era post diluvio.

Las generaciones de antes del diluvio vivían largos años; encontramos gente que llegaba a su 8vo, 9no o 10mo Siglo (El abuelo de Noaj, Matusalém, vivió 969 años; su padre Lemej 777 años, Noaj mismo, 950 años). El Zohar explica que esta era una era de benevolencia Divina, en la que la vida, salud y prosperidad crecían libremente e indiscriminadamente de Arriba.

Después del Diluvio, vemos una declinación en la duración de vida. Diez generaciones más adelante, Abraham es considerado «mayor» a la edad de 100.

La segunda diferencia es una que parece superior, o incluso contradictoria a la primera:

Luego del diluvio, el mundo ganó estabilidad y una permanencia que no tenía en la era pre Diluvio. Antes del Diluvio, la misma existencia del mundo dependía de su estado moral. Cuando la humanidad se desintegró en corrupción y violencia, Di-s le dijo a Noaj:

El fin de cada criatura está frente a Mí, ya que la tierra está llena de violencia entre ellos; he aquí, que los voy a destruir y a toda la tierra.

 

Luego del Diluvio, Di-s prometió:

Nunca más voy a maldecir a la tierra por causa del hombre…ni voy a castigar a cada ser viviente, como he hecho. Durante todos los días de la tierra, (las estaciones para cosechar y cultivar), frío y calor, invierno y verano, día y noche, no cesarán.

Nunca más los ciclos de la vida y de la naturaleza se tambalearán en el borde de la extinción cada vez que el hombre se aleje de Di-s. El mundo post Diluvio es un mundo cuya existencia está asegurada, un mundo que es deseado por su Creador sin importar su estado presente de conformidad a Su deseo.

Y el garante de dicha seguridad, el símbolo de esta nueva estabilidad, es el arco iris.

 

Un Mundo opaco

Antes del Diluvio, el rol del hombre en la creación tenía que ver primordialmente con reaccionar frente a la involucramiento de Di-s en este mundo. El flujo de vitalidad Divina en el mundo era completo y sin inhibiciones, permitiendo que el hombre alcanzara grandes alturas espirituales y materiales; pero estos logros eran conseguidos cuando el hombre aceptaba que lo que se otorgaba venía de Arriba, más que creer que eran frutos de su propia iniciativa.

 

Después del Diluvio, Di-s imbuyó al mundo con un nuevo potencial; el potencial de crear. Él le otorgó la habilidad de tomar lo que recibe de Arriba y de desarrollarlo, extenderlo, y expandirlo. El mundo era ahora como un discípulo que había sido entrenado por su dueño para pensar por sí mismo, para tomar ideas que había aprendido y aplicarlas en nuevas áreas. El hombre ahora podía no solo absorber la entrada Divina en su vida sino que también podía dar rienda suelta a su potencial de maneras nuevas e impredecibles.

Dicho mundo, es en cierta manera un mundo más «débil» que el que está sostenido por la gracia Divina. Es más independiente, y por ello, más sujeto a limitaciones y a la mortalidad del estado humano. Por esto es que se acortó la esperanza de vida de las generaciones post Diluvio. Pero en el análisis final, dicho mundo es más duradero: incluso cuando pierde de vista su origen y propósito, gana la habilidad de rehabilitarse y de restaurar la relación con su Creador. Ya que posee el potencial de independencia para su auto renovación, entonces puede siempre despertar este potencial, incluso después que ha permanecido dormido durante generaciones.

 

El aumento de la Niebla

El arco iris es el evento natural que ejemplifica el nuevo orden post Diluvio. La humedad se eleva desde la tierra para formar nubes y gotas de lluvia, que atrapan la luz del Sol. Una sustancia menos refinada apenas absorbería la luz; pero la pureza y la translucidez de estas gotas les permite enfocar y canalizar los rayos que capturan de tal manera, que revelan todos los colores implícitos dentro de cada haz de luz.

El mundo pre Diluvio carecía de arco iris. No había nada que pudiera elevarse desde abajo para interactuar con algo y para desarrollar lo que recibía desde Arriba. Así era la naturaleza espiritual; y como resultado, las condiciones que se requieren para formar un arco iris físico no existían, la humedad que se elevaba desde la tierra, podía solo absorberse, pero no refractar la luz del sol.

Siendo que faltaba dicho potencial, el mundo pre Diluvio no tenía razón ni derecho de existir en el momento en el que la Divina emanación de Arriba cesara. Luego, vino el Diluvio. La lluvia que destruyó el mundo corrupto también lo limpió y lo purificó, dejando a un nuevo mundo con una nueva naturaleza: un mundo que se eleva para encontrarse y transformar lo que se le ha otorgado; un mundo con la «translucidez» y refinamiento para desarrollar el regalo que recibe en nuevos paisajes de color y luz.

Cuando este mundo se desmorona, Di-s ve el arco iris, y esta imagen le causa descartar la idea de destruirlo. Ya que el arco iris atestigua la nueva madurez del mundo; la habilidad que tiene para elevar su lapso presente y reconstruir su relación con su Creador.

 

Basado en las charlas del Rebe, Shabat Noaj 5721 (1969), 5724 (1963)



Adam y Javá en el Gan Eden

Luego de crear al hombre, a quien llamó Adam, Di-s declaró que no era bueno para él estar solo…

Luego de crear al hombre, a quien llamó Adam, Di-s declaró que no era bueno para él estar solo. Trajo a todos los animales y aves y los colocó frente a él para que recibieran de Adam un nombre. Pero Adam no logró una pareja para sí. Entonces Di-s lo hizo caer en un sueño profundo y removió una de sus costillas. Luego de moldearla, desarrollarla y completarla, emergió de ella una mujer que fue presentada a Adám, quien la llamó Javá. (Esta había sido el plan original de la Creación, pero Di-s decidió que Adám debía tomar parte en su propio desarrollo).

Di-s colocó a Adam y Javá en el jardín del Edén donde podían comer de todo excepto “el fruto del árbol de la sabiduría”. Pero Javá cayó bajo la influencia de una astuta serpiente y comió del fruto prohibido, ofreciéndoselo también a Adán. El castigo no tardó en llegar. Fueron forzados a abandonar el Jardín del Edén, comenzando una nueva vida, como ya sabemos, signada por el arduo trabajo de ganar el sustento y debiendo soportar los sufrimientos del parto. La serpiente también fue castigada viéndose obligada a arrastrarse y a comer el polvo de la tierra.

El propósito del hombre

El judaísmo sostiene que el hombre ha sido dotado de la libertad de optar entre lo correcto y lo incorrecto. En realidad, esa es la razón de haber creado al hombre como expresión máxima de la Creación. El hombre es un mundo en miniatura que contiene en su naturaleza todos los elementos que se encuentran en la Creación en su totalidad.8 El hombre y su Shabat fue la creación final de Di-s. Cada hombre encierra dentro de sí una chispa del Todopoderoso y es, por lo tanto, capaz de reconocer y servir a Di-s. Fue creado con el propósito especifico de imitar la rectitud de Di-s en la tierra impidiendo que la corrupción, la codicia y la violencia dominen por sobre la justicia y la bondad.

Un análisis de las Siete Leyes Noájicas revela que proveen normas de comportamiento a seguir:

  1. Establecer tribunales de leyes y orden
  2. No blasfemar contra el nombre de Di-s
  3. No reverenciar ninguna forma de ídolo o deidad que no sea Di-s
  4. No matar
  5. No cometer adulterio
  6. No defraudar ni robar
  7. No comer órgano alguno de animal viviente

Estas siete leyes sirven al propósito de ayudar al hombre a cumplir su misión en este mundo, además de servir de base para la moralidad y la ética. Las prohibiciones referentes a la idolatría y la blasfemia enseñan al hombre a reverenciar y respetar a Di-s como fundamento del universo. Las prohibiciones en cuanto al asesinato, el adulterio, el robo y la corrupción de la justicia son el basamento de la ética humana. La prohibición de comer órganos de un animal vivo enseña al hombre a mostrar bondad hacia los seres inferiores así como a ejercer control sobre sus apetencias animales.

Un gentil que cumple estos siete preceptos por el solo hecho de que Di-s así lo ordenó es conocido como uno de los jasidei umot ha-olam (“gentiles rectos del mundo”.) Tal no-judío, aun cuando nunca abrace el judaísmo, se hace acreedor a la vida en el Olam Ha-Ba (el Mundo por Venir.) Tanto el piadoso no-judío como el piadoso judío pueden aspirar a la vida eterna.

El primer ser humano fue creado luego de haber sido creados

los animales y todo lo vegetal. Hashem quiso que Adam encontraba al mundo bellamente preparado para él. Pero existía además un segundo propósito. El mundo debía servir también de recordatorio de la razón de su creación. El hombre fue creado a semejanza a Di-s, con el intelecto y la sensibilidad necesarios para comprender la Creación y estar al servicio del Amo del Universo.

Dijo entonces Hashem: “Si cumple Mi voluntad, ostentará la imagen de Di-s y reinará sobre los animales; pero, si no lo hace, perderá su imagen divina y será dominado por los animales”.’

Extraído de Ayer, hoy y siempre Editorial Bnei Sholem



Un cargamento poderoso

Si miramos hacia atrás veremos que salimos al camino plenos de contenido y de vivencias espirituales variadas.

De Rosh HaShaná nos llevamos la recepción del yugo Divino. En este día todos nos paramos frente a Di-s, tocamos el Shofar y coronamos nuevamente sobre nosotros al Todopoderoso.

En Iom Kipur dejamos al descubierto la fibra más íntima que se esconde dentro nuestro. Revelamos que todos somos iehudim plenos de fe y amor a Di-s. Todos sentimos que somos Sus hijos.

La festividad de Sucot nos otorgó la oportunidad de comprender más profundamente a las diferentes partes del pueblo judío. Entendimos que no existen judíos que valgan más que otros. Comprobamos que sin la aravá (sauce) no tienen sentido el etrog, el lulav y el hadás. Nos es más fácil entender acerca de la unión de Israel.

Finalmente llegó Simjat Torá. El maravilloso día en el que todos bailamos con la Torá. Eruditos, iletrados, personas honorables, gente sencilla. Nos alegramos de tener la Torá y manifestamos el amor que sentimos hacia el extraordinario obsequio que Di-s nos dio.

Con todo este enorme cargamento volvemos a lo profano, para que lo transformemos en sagrado. Por eso es importante salir al camino con “provisiones” de buenas decisiones, la resolución de comportarnos diferente y mejor este año.

Debemos prepararnos para la llegada del Mashiaj, que hará su entrada muy pronto en nuestros días!



¿Qué son las Hoshanot?

  1. ¿Qué son las hoshanot?

Cuando el Templo estaba en pie, grandes ramas de sauce eran llevadas y apoyadas sobre el altar durante Sucot. El shofar sonaba y los Cohanim caminaban alrededor del altar y recitaban la plegaría de «hosha na» – «Por favor trae la salvación». Entonces entraba la gente y agitaba las aravot (hojas de sauce).

 

  1. ¿Cuál es el procedimiento para las hoshanot?

Se abre el arca y uno de los congregantes saca una Torá y la sostiene en la bimá. Los cuatro versículos introductorios son recitados, y los que tienen el set de las cuatro especies las sostienen mientras se paran en el lugar. Al recitar el siguiente párrafo la congregación gira en torno a la bimá en dirección contraria al reloj, sosteniendo las especies con las dos manos.

En Hoshaná Rabá, todos los sefer Torá son sacados del arca mientras se gira en torno a la bimá siete veces con las cuatro especies.

 

  1. ¿Está permitido sostener las especies en una mano?

Para poder sostener el sidur, muchos sostienen las cuatro especies en la mano derecha. Sin embargo, mientras sea posible, es preferible sostenerlas con ambas manos. El sidur puede ser equilibrado en los brazos, o una copia liviana puede ser usada y sostenida fácilmente entre los dedos.

 

  1. ¿Qué pasa si una persona no tiene su propio set de especies?

Sólo aquellos que estén sosteniendo un grupo de especies deben caminar alrededor de la bimá.

 

  1. ¿Quién debería sostener la Torá si todos sostienen un set de especies?

Si hay una persona de duelo, él debe sostener la Torá. (Y es una mitzvá para él darle su set de especies a alguien que no tiene).

Si no hay nadie de duelo, alguien se debe ofrecer a sostener la Torá en lugar de dar vueltas a la bimá. Es una mitzvá mucho más grande sostener la Torá que caminar alrededor de la bimá.

 

  1. ¿Cómo se recitan las hoshanot en Shabat?

Se abre el arca y los rezos son recitados parados en el lugar, sin tomar las cuatro especies.

 

  1. ¿Cuál es el significado especial de Hoshaná Rabá?

En Sucot, Dios dicta sentencia sobre la lluvia y son agregadas plegarias adicionales en este día para cerrar un veredicto favorable. Adicionalmente, dice en el Zohar que en éste día todos los decretos que fueron cerrados en Iom Kipur son expedidos. Una sentencia desfavorable puede todavía ser arrancada de raíz a través de un arrepentimiento sincero.

Hay una costumbre extendida de leer todo el libro de Deuteronomio en la sinagoga en la tarde de Hoshaná Rabá, y algunos se quedan despiertos toda la noche para estudiar Torá.

 

  1. ¿Qué ramas de aravá pueden ser usadas para cumplir la costumbre de tomar un atado en Hoshaná Rabá?

Es suficiente tomar tres ramas de aravá, pero la mayoría tiene la costumbre de tomar cinco.

Lo que es casher para las aravot en las cuatro especies es también casher para esta mitzvá. En circunstancias atenuantes, es suficiente tomar una rama incluso si sólo tiene una hoja. Es una alabanza mayor el usar ramas largas.

La costumbre es amarrarlas con una hoja de lulav o una rama de sauce. Según algunas opiniones, uno no puede usar una hoja del lulav que haya sido sacada durante Sucot. Si uno no tiene una hoja de lulav o una rama de sauce, se puede atar el atado con una cuerda o un elástico, pero el atado no debe ser sostenido en el lugar del nudo.

Si uno saca aravot del atado del lulav, pueden ser usadas para esta mitzvá. Sin embargo, después que hayan sido usadas, puede que no sean casher para usarse en el atado del lulav. Esto debe ser tomado en consideración si alguna otra persona puede necesitar agitar el lulav.

 

  1. ¿Qué se hace con las ramas?

Después de girar en torno a la bimá siete veces con las cuatro especies, las ramas son agitadas de la misma manera que las cuatro especies pero sin recitar ninguna bendición. Algunos tienen la costumbre de agitarlas un poco solamente.

Adicionalmente, son golpeadas en el piso. Se debe pegar con el atado cinco veces en el piso. Preferiblemente, después se debe pegar con ellas a una silla o algún objeto adecuado para sacar algunas hojas, pero no todas las hojas deben ser removidas.

 

  1. ¿Puede usarse el mismo atado de aravot por distintas personas?

La costumbre es intentar conseguir por todos los medios un atado para cada uno, pero si es necesario varias personas pueden usar el mismo atado.

 

  1. ¿Qué se debe hacer con las aravot después de ser usadas?

Algunos tienen la costumbre de poner las ramas sobre el arca, mientras que otros sostienen que esto es irrespetuoso. En cualquier caso, uno se debe deshacer de ellas de una manera respetuosa y puede usarlas para otra mitzvá.

Similarmente, después de Sucot las cuatro especies deben ser tratadas con respeto y no nos debemos deshacer de ellas en la basura normal. Es elogiado usarlas para otra mitzvá y muchos tienen la costumbre de usarlas como combustible en el fuego cuando hacen matzá o cuando se quema el jametz en Érev Pesaj. Está permitido usar el etrog para hacer mermelada.



Pidiendo lluvias

Desde Sheminí Atzeret hasta Pesaj incluimos en nuestras plegarias de Shemoné  Esré la mención de la revelación del poder de Di-s a través de la lluvia: «Él hace que el viento sople y que caiga la lluvia». Sin embargo, en la Tierra de Israel la plegaria explícita por lluvia: «Y otorga rocío y lluvia para bendición», se agrega recién a partir del 7 de Jeshván pues para esa fecha, según nuestros Sabios, ya habían llegado hasta el Eufrates, en camino de regreso a sus hogares en las ciudades lejanas, los últimos judíos que habían ido en peregrinación a Jerusalem para Sucot y Sheminí Atzeret.

 

Fuera de Israel, donde el agua es abundante y no hay necesidad de que la lluvia caiga con antelación, se comienza a decir esta plegaria más tarde, sesenta días después de tekufát(equinoccio de) Tishrei. Su cálculo no responde a un día fijo en el calendario lunar, pero según el calendario solar este día acaece la noche anterior al 5 de diciembre en un año regular (cuando Febrero tiene 28 días) y la anterior al 6 en un año civil bisiesto (cuando Febrero tiene 29).

 

Aunque hay países donde la lluvia es tan necesaria al comenzar el invierno [boreal] como lo es en la Tierra de Israel, y hay tierras que la precisan aún después de Pesaj, la plegaria por la lluvia se agrega únicamente a partir del 7 de Jeshván (en Israel) o sesenta días luego del equinoccio de Tishrei (fuera de Israel), y se concluye en la víspera de Pesaj en todos los lugares.

 

LA LLUVIA EN SU MOMENTO APROPIADO

Una persona hambrienta expresaría naturalmente su gratitud a quien le ofrezca siquiera un simple higo o dátil que le sirva de alimento siquiera durante un breve período de tiempo. Por otro lado, quien recibe todo su sustento de otro sin habérselo solicitado, con frecuencia tiende a olvidarse de agradecer la generosidad de su benefactor. Pero, no cabe duda, la beneficencia de este último supera a la del primero miles de veces.

Ven y observa: ¿Existe un acto de benevolencia más grande que las lluvias que Di-s hace caer en el momento adecuado? Mientras la gente duerme plácidamente en su cama, Di-s abre Su tesoro para ésta, otorgándole el rocío y la lluvia, irrigando los campos y saciándolos para que rindan sus frutos con abundancia. ¿No debemos agradecerle?

Sin embargo, aunque este insigne acto de bondad puede parecer insignificante al hombre común, nuestros Sabios, que reconocían los poderes de Di-s, comprendieron su magnitud y jamás lo olvidaron.

El Talmud (Taanit 7b 8a) registra una serie de expresiones mencionadas por nuestros Sabios referentes a la magnitud del obsequio de la lluvia:

  • El día en que cae lluvia es tan importante como el día en que fue entregada la Torá.
  • El día en que cae lluvia es tan importante como el día en que cielo y tierra fueron creados.
  • La lluvia cae sólo cuando los pecados de Israel son perdonados.
  • Grandioso es el día en que cae lluvia, pues incluso una pequeña moneda en el bolsillo de la persona es bendecida gracias a ella.
  • El día en que cae lluvia es tan trascendente como aquel en que se reunirán los exiliados.

 Los Sabios (Shabat 32a) también expresan que, como consecuencia de violar determinadas leyes (ej. robar a los Levitas y pobres), los cielos se cierran y no dejan que caiga la lluvia, los precios aumentan, se pierde la ganancia, y los hombres buscan su sustento sin éxito.

  • Rabí Shimón ben Pazí dijo: Las lluvias son retenidas por causa de aquellos que calumnian («lashón hará»).
  • Rabí Sela dijo en nombre de Rabí Hamnuná: Las lluvias son retenidas por causa de aquellos que son arrogantes.
  • Rabí Amí dijo: Las lluvias son retenidas por causa del pecado de hurto.
  • Rabí Iojanán dijo: Las lluvias son retenidas por causa de aquellos que prometen donaciones pero no cumplen su palabra.
  • Rabí Ketina dijo: Las lluvias son retenidas por descuidar el estudio de la Torá… pues quien desatiende el estudio deroga el pacto de fidelidad [entre Di-s y Su pueblo] y se asemeja a aquel que traiciona a la esposa de su juventud. Y si el hombre no es fiel, tampoco el cielo y la tierra lo serán con él (Taanit 7 y 8)



Abstracto, pero muy cierto

Nuestra Parashá comienza diciendo: “cuando salgas a la guerra contra tu enemigo…“.

 

En aquella comunidad de la Europa de antaño, vivían dos líderes que impartían de su espíritu y Torá a toda la comunidad. Convivían en amistad y armonía. El respeto mutuo que cada uno demostraba por el otro, era celebrado por toda la comunidad, extendiendo sobre ella un espíritu de unión.

 

¿Qué pasaba? A los judíos les gustaba discutir. Y cuando el tema del valor de ambos líderes se puso en discusión, la comunidad se dividió. Algunos decían que uno de ellos era el más grande, en tanto que los otros sostenían que el segundo era más grande. Así se entabló la polémica, cada vez más ardiente.

 

Como es usual en las comunidades judías, también ésta fue bendecida con un buen número de chiquilines juguetones. Estos vieron que sus mayores estaban discutiendo y se pararon a un costado prestando atención a sus “sabias” palabras. Grande fue su asombro cuando vieron que los ancianos se hallaban abocados a una tonta discusión; unos decían que éste era el más grande y otros dicen que el otro lo superaba.

 

Cuchichearon entre ellos y llegaron a una conclusión. El más bravo del grupo de niños asumió una postura digna, irguió la espalda y pidió, con el merecido respeto, permiso para hablar. Los ancianos se volvieron dispuestos a escuchar sus palabras.

 

El niño dijo: ¿Cuál es el punto de discusión? Acaso no ven ustedes que éste es mucho más grande que aquél? ¡Este tiene la espalda encorvada, mientras que el otro la tiene derecha!.

Los ancianos comprendieron el error conceptual de los niños y sintieron la obligación de brindarles una explicación. Comprendan, niños. No estamos hablando acá de grandeza física. Estamos tratando una cosa muy diferente. No había terminado sus palabras, cuando su voz fue cortada por un coro de risas por parte de los niños: Ya vuelven a sus extrañas explicaciones dijeron y salieron presurosos al patio mientras su risa seguía retumbando en el recinto de la sinagoga.

No es tan terrible. Los niños crecerán y entenderán. Su inteligencia captará con el correr de los años que el término “grandeza”, como cualquier otro, tiene más de un sentido. Entretanto, con su inteligencia infantil, les resulta difícil concebir cosas que no se ven con el ojo físico, cosas que no son palpables. Pero el tiempo hará lo suyo.

 

Pero ¿qué pasa con nosotros? ¿Hemos sido bendecidos con el suficiente desarrollo como para poder comprender cosas espirituales, temas “abstractos”?

Hoy elevamos esta pregunta, después de haber tratado durante semanas temas que no siempre son palpables. Nos hemos referido al alma y a la esencia judía, a la santidad con que hay que impregnar la materialidad del mundo, y, salvando las distancias, también se habló de la astuta inclinación al mal del que nos debemos apartar: el Ietzer Hará.

Poder entender cosas de este estilo es una prueba de crecimiento intelectual. No se trata de aceptar las cosas sin suficiente clarificación. Se puede, y hay que entenderla bien, formular preguntas y hasta polemizar. Pero el rechazo de las cosas con el pretexto de que ellas pertenecen al área de la “ciencia teórica”, muestra una inteligencia estrecha y pobre.

También esta semana trataremos un tema muy difícil de captar, pero cuya verdad es indiscutida. Explicaremos, al estilo de las enseñanzas del jasidismo, el primer versículo de la Parashá Ki Tetzé.

 

En nuestro interior se desarrollan, en forma permanente, duros conflictos. Conflictos sobre cuestiones de conciencia, en diferentes dimensiones, son frecuentes.

Las fuerzas enfrentadas son el “Alma Divina” por un lado y el “Alma animal” por el otro. La primera, no siente deseos por los placeres materiales y pasajeros, y anhela elevar a la persona a un nivel espiritual y superior. Frente a ella, el alma animal tiende hacia lo material tratando de arrastrar en su objetivo a toda la persona.

El sentido espiritual y eterno de las palabras expresadas al comienzo de la Parashá alude a esta dura contienda.

Nuestra Parashá comienza diciendo: “cuando salgas a la guerra contra tu enemigo…“. Estas palabras no escapan a su sentido literal, enseñando las leyes que la Torá impone en relación a la guerra con los enemigos.

 

Sin embargo, esta interpretación, no excluye la interpretación espiritual.

La Torá enseña que debemos salir a la guerra “contra tu enemigo“ es decir, contra el “alma animal” que anhela desperdiciar los años de la persona en vanidades mundanas. La persona debe concentrar todas sus fuerzas y luchar contra ella. El propósito es tomarla prisionera y aprovechar sus fuerzas para fines positivos y no necesariamente quebrarla y destruirla.

 

No cabe duda de que la fuerza del “Alma animal” es poderosa. Cuando anhelamos placeres espirituales, como efecto del fortalecimiento del “Alma Divina“, su intensidad no tiene comparación con el deseo del placer material, cuya raíz está en el “Alma animal“. Hay que dedicarse a ella de modo apropiado, y llevarla a un estado en el que por sí misma se aboque a la tarea espiritual. Cuando se convenza de que la vida espiritual es mejor, lo hará.

Es cierto que la lucha no es fácil. La fuerza del “alma animal” es inmensa. Pero no salimos solos a la guerra. Antes transcribimos sólo la parte inicial del versículo. Pero cuando lo leamos por entero, tendremos una imagen muy diferente. Dice así: “Cuando salgas a la guerra contra tu enemigo, Di-s tu Di-s lo entregará en tus manos y tomarás prisionero…”. Vemos que lo único que se has exige es salir a la “guerra”, mostrar disposición y buena voluntad. Sobre el resto… hay en quién apoyarse!

Las palabras “y tomarás prisionero” enseñan lo que dijimos antes. No hay necesidad de quebrar y destruir al “alma animal”, sino tan sólo tomarla “prisionera” y hacerla pasar a nuestro bando.