Si eres una mujer, entonces habrás horneado un pan, orado una plegaria y amado a otra persona, como nadie lo ha hecho.
Pero, ¿Sabías que comer, orar y amar, son mucho más que una trascendente oportunidad?
Las tres Mitzvot de la mujer: Santificar la producción de nuestros hogares, santificar el tiempo y santificar nuestra sexualidad, son la llave para descubrir el misterio de vivir conscientemente. El anhelo de las almas de vivir una inspirante vida se satisface con el cumplimiento de las Mitzvot de la mujer Judía.
¿Qué es una Mitzvá?
¿Te acuerdas cuando terminaste la Universidad? Después de todas las horas extras, tu mamá ha trabajado para traerte a este día, estaba orgullosa y un poco triste. Se veía victoriosa y un poco melancólica cuando te daba instrucciones: llamá a casa, estate atenta, y estemos en contacto. Sé feliz. Haz una diferencia. Llamá a casa, acordate de tus raíces.
Una Mitzvá es llamada Casa.
Con la creación del hombre, Di-s le dio al ser humano un sinfín de oportunidades….y una tarjeta de teléfono. Seguro, llamamos cuando necesitamos dinero, pero también podemos estar conectados, con nuestras raíces, y mantenernos cerca a nuestro Creador. Quédate atento cuando el mundo está perdiendo la cabeza, incluso cambia el mundo, un acto Divino por vez.
COMER
La Mitzvá de santificar la producción de uno, se encuentra preparando los panes de Shabat. Las materias primas usadas por Sará, nuestra matriarca, se transformaron en el origen de la nueva energía dinámica a través del acto de separar un pedazo de masa, con bendición y meditación. Nuestros Sabios dicen que la bendición de Sará permanecía en su tienda de un Shabat a otro. En las épocas del Templo, un pedazo del pan era separado y Santificado para los Sacerdotes del Templo.
REZAR
Las llamas se han convertido en un símbolo para ofrecer una oración. En los momentos de alegría y en los momentos de necesidad y angustia, el mundo enciende una vela y sentimos que Di-s está observando y escuchando.
El alma del hombre es la vela de Di-s. Estas palabras pronunciadas por nuestros Sabios unos dos mil años atrás, resuenan con más fuerza con el encendido de las velas de Shabat, antes del atardecer, en la noche del viernes.
La semana de trabajo ha llegado a su fin. Shabat nos da la oportunidad de hacer santo lo que hace unos momentos era mundano. Para santificar el tiempo en sí. En todo el mundo las mujeres judías mueven sus manos sobre las llamas, y susurran una oración silenciosa (tiempo de bendición y la singularidad de Shabat). Orando por todos los deseos de sus corazones, de sus seres queridos y por la humanidad.
Es en esos momentos preciosos la oración se eleva, y nos llevan cada vez más alto en el viaje de auto-descubrimiento y cada vez más en la vida de la conciencia del alma y la paz interior.
AMAR
La intimidad en el judaísmo es una cosa sagrada y maravillosa. La unión física entre marido y mujer es la fusión de la materia. Divina, vibrante y diversa en una experiencia de alma individual.
El ritmo orgánico de la mujer, dicta la pauta del encuentro de la pareja.
La Mivke, es un cuerpo natural de agua, como un océano o un río, o una piscina artificial construida de acuerdo con las especificaciones profundamente arraigadas en las fuentes cabalistas. Los secretos se transmiten de generación en generación. La experiencia de la intimidad, se convierte en un regalo, amor consagrado y sostenido en esta mitzvá de Mikve.