Una historia de Jai Elul

El jasid Rabi Nejemia de Dubrovna (1788-1852) recordó una vez haber visto a un soldado ruso siendo reprendido por su comandante. ¿Cuál había sido el crimen del soldado?
Mientras estaba parado en una noche de invierno, sus pies se congelaron en sus botas. ”Recuerdas el juramento que hiciste de servir a nuestro Zar”, su comandante le recriminó, “el recuerdo te habría mantenido con calor”.

“Desde hace 25 años”, dijo Reb Nejemia, “este incidente inspiró mi Servicio al Todopoderoso.”
“La vida” puede ser extremadamente difícil de definir, pero es reconocible al instante. Algo que está vivo es cálido, vibrante y entusiasta. Frialdad, apatía y letargo son los síntomas de la falta de vida, incluso si la persona o comunidad afectada está técnicamente vivo. La vida sólo puede venir desde adentro: cuando sabemos por qué estamos haciendo algo y estamos entusiasmados con lo que se logrará, pero cuando no hay conocimiento y emoción, nuestras acciones estarán muertas y lentas.

Hace tres siglos, la vida judía se encontraba en una depresión letárgica. Las masacres y persecuciones habían devastado la comunidad judía en el cuerpo y espíritu. Las duras condiciones, que dictaban que todos, excepto unos pocos privilegiados, se vieran obligados a abandonar sus estudios a temprana edad para ayudar a soportar la carga de ganarse la vida, habían apartado a las masas de la Torá, el alma de la conciencia judía y autoconocimiento. La élite académica se mantuvo al margen de sus hermanos analfabetos y los miraban con desprecio.
Técnicamente, el judaísmo estaba vivo, pero la chispa de la vida se estaba enfriando.

Luego, el día 18 del mes hebreo de Elul del año 5458 desde la creación (1698), un niño llamado Yisrael (Israel) nació. Rabí Israel Baal Shem Tov no agregó nada nuevo al judaísmo, al igual que un alma no aporta nada “nuevo” al cuerpo. Pero sopló vida en él, conciencia, calor y alegría. 

El 18 de Elul de 1734, su cumpleaños número 36, el Baal Shem Tov comenzó a difundir públicamente su mensaje. Habló del inmenso amor que Di-s tiene por cada Judío, del significado de cada mitzvá que realiza el Judío, de lo Divino que hay en cada caso, y en cada pensamiento en el universo. Se dirigió a las masas oprimidas y a los estudiosos distantes.

Él daba sentido a la existencia, y por lo tanto alegría y vida.

 

El 18 de Elul es también el cumpleaños de Rabí Shneur Zalman, fundador de “Jabad”. Rabí Shneur Zalman fue el discípulo del discípulo del Baal Shem Tov, Rabí DovBer de Mezritch, y era considerado como nieto espiritual del Baal Shem Tov. Nació exactamente 47 años después que su “abuelo”, el 18 de Elul, 5505 (1745), y sus enseñanzas y obras realizadas llevaban la vitalización del Baal Shem Tov del judaísmo a mayores alturas místicas.


Jai Elul, “el día 18 de Elul” en hebreo, también significa “la vida de Elul”. Y así los Rebes de Jabad enseñan: “Jai Elul infunde vida en el mes de Elul, y a través de Elul, el mes de la compasión Divina y nuestro propio mes de introspección y balance, hacia todo el año y toda
la vida del Judío.

Tiempo de balance

El último mes del año judío es tradicionalmente, un tiempo de introspección y balance, un tiempo para revisar el comportamiento  y el progreso espiritual durante el año saliente  y prepararse para las Altas Festividades.

Los maestros jasídicos comparan el mes de Elul con el periodo del año en el que “el rey está en el campo”. A diferencia de cuando el Rey está en el palacio real – donde no cualquiera puede verlo -, en el campo recibe con alegría y rostro sonriente a todo aquel que desee acercarse.

Como mes de revelación Divina y perdón, es el momento más oportuno para acercarnos a Di-s y fortalecer nuestra relación con Él.

¡VIVENCIALO!

SHOFAR: Todos los días del mes, excepto Shabat y víspera de Rosh Hashaná, se escucha el sonido del Shofar (asta de carnero) que sirve como un llamado al retorno [a Di-s].

TEFILIN Y MEZUZOT; los revisa un Sofer (escriba) para asegurar que estén en buenas condiciones y aptos para su uso.

SELIJOT: la última semana del mes se recitan las plegarias de Selijot, para pedir el perdón a Di-s. Se empiezan a recitar  el sábado 9/9 de noche después de medianoche y en los días subsiguientes se recitan  antes de la plegaria matutinal  (Shajarit). 

SHANA TOVA UMETUKA: cuando – en el transcurso del mes – se envían  cartas a amigos y seres queridos, se les desea “que sean inscriptos y sellados para un año bueno y dulce”.

¿SABÍAS QUÉ?

“Mejor una acción que mil suspiros”. La sinceridad de nuestro retorno a Di-s debe ser demostrada y acompañada de acciones concretas, tales como un compromiso para incrementar el estudio de Torá o para cumplir una Mitzvá más.

El secreto de Elul

El amor. La más poderosa de todas las emociones humanas. Todos lo anhelamos. 

No podemos vivir sin él. Y aun así es tan abrumador, tan abarcador, que no hay forma de medirlo, de demostrarlo, de definirlo o siquiera de describirlo.

Cuando hablamos del intelecto, este está representado por la mente. Y cuando hablamos de las emociones, y específicamente del amor, ellas están representadas por el corazón. 

Pero ¿por qué?

El símbolo del corazón es probablemente uno de los símbolos más conocidos. Atravesando continentes, culturas, religiones, idiomas, ese corazoncito rojo significa “amor”. Se lo usa para firmar cartas, para simbolizar la palabra “amor” y hasta ha inundado el mercado en forma de tarjetas, remeras, collares, globos y prácticamente cualquier cosa.

¿Cómo es que la imagen del corazón, tal como la conocemos comúnmente, constituye el símbolo de esta apasionada experiencia de amor?

El mes en que nos encontramos, el mes de Elul, es la clave para desentrañar el más íntimo y más potente significado del corazón. Como es sabido, las letras hebreas que forman la palabra “Elul” -alef, lamed, vav y lamed- son una sigla de la frase (tomada del Cantar de los Cantares) aní le-dodí ve-dodí li, que significa “Yo soy para mi amado y mi amado es para mí”.

Esta frase tan bella y tan romántica es aquello que representa nuestra relación con el Creador, la cual suele compararse a la relación de marido y mujer, de novio y novia, en nuestra vida individual.

El Zohar explica que al comienzo de Elul estamos ajor el ajor, que significa “espalda con espalda”, y que para fines de Elul estamos panim el panim, “cara a cara”. Pero ¿cómo es posible que estemos espalda con espalda? ¿Acaso eso no daría a entender que Dios también nos dio Su espalda a nosotros? ¿Cómo podemos decir algo así, siendo este el mes en el que -tal como nos enseña el maestro jasídico Rabí Schneur Zalman de Liadi- “el Rey está en el campo”? ¿Acaso no es este el mes en el que Dios está más accesible que nunca, esperándonos a que vayamos a Su encuentro, en que está para nosotros en el “campo” de nuestra vida cotidiana?

El hecho de que se nos describe como “espalda con espalda” y luego “cara a cara” es una lección increíble. A menudo, cuando nos sentimos enojados, dolidos, abandonados, cualquiera sea la raíz de nuestro dolor, damos la espalda. Y cuando damos la espalda, no tenemos idea de cómo está el otro. Y muchas veces nos resulta más fácil creer que el otro también nos dio la espalda, porque si así es, entonces incluso si nos damos otra vez vuelta, no va a servir de nada, así que ¿para qué molestarnos? ¿Para qué vamos a dar el primer paso si al final lo único que vamos a ver va a ser la espalda del otro?

No obstante, esta racionalización es la causa de muchas discusiones no resueltas, de sentimientos heridos, y de relaciones rotas.

¿Se acuerdan de la clásica escena, actuada eternamente en las películas, de la pareja que se separa y cada uno va caminando en otra dirección…?

A cierta altura, él se da vuelta, y quiere llamarla, pedirle que le dé otra oportunidad, pedirle perdón. Él está a punto de hablar, pero entonces se da cuenta de que ella le da la espalda. Ella se está alejando de él. Y él se dice a sí mismo que ya es demasiado tarde, que a ella no le importa de él. Y entonces él vuelve a darle la espalda.

Al cabo de unos segundos, ella se da vuelta para mirarlo. Ella no quiere que esto termine. Ella quiere decir algo, pero no logra juntar el coraje; no tiene la fuerza necesaria. ¿Y por qué, por qué va a hacerlo cuando él le está dando la espalda? Ella lo mira con ansia, pero ya no importa; ella ve cómo él continúa alejándose de ella y entonces está segura de que a él no le importa en lo más mínimo de ella. Y nosotros, los espectadores, sentados al borde del asiento, todavía tenemos la esperanza de que quizás los dos se den vuelta al mismo tiempo y finalmente se den cuenta de que al otro sí le importa, que a pesar de que aparentemente están espalda con espalda, la verdad es que quieren estar cara a cara.

A veces, el final del cuento de hadas sí sucede; otras veces, ellos simplemente continúan caminando en direcciones opuestas, saliéndose cada uno de la vida del otro.

El mes de Elul es el que nos enseña la necesidad de estar dispuestos a darnos vuelta.

El Rey está en el campo; nuestro Creador se encuentra allí y más allá de cómo nos sintamos, Él nunca nos dio la espalda. Lo único que tenemos que hacer es darnos vuelta nosotros, y darnos cuenta de que Él está allí, esperándonos.

La sensación de “espalda con espalda” que sentimos al comienzo del mes se basa en nuestras percepciones erróneas, nuestros temores, nuestras suposiciones. Recién cuando nos damos vuelta nos damos cuenta de la verdad, de la esencia interna y entonces nos ponemos “cara a cara”, que no significa solamente que finalmente podemos mirarnos el uno al otro, sino que además podemos mirar el uno dentro del otro, pues la raíz de la palabra hebrea que significa “rostro”, o sea, panim, es la misma que la de pnimiut, que significa “interioridad”.

Por eso, ahora la cuestión es cómo se nos enseña esta lección, no sólo en el mes de Elul, sino a través del nombre mismo de “Elul”.

Los nombres en hebreo no son meramente formas de referirse a algo, sino que representan su alma misma.

La Jasidut nos enseña que cada padre recibe el don de la inspiración Divina cuando le pone nombre a su hijo. El nombre es lo que representa los aspectos más profundos de esa persona. La Kabalá y la Jasidut nos enseñan que a fin de descubrir el sentido esencial de una palabra hebrea, necesitamos analizar las letras que la componen, su valor numérico, su forma y su significado.

Tal como dijimos más arriba, la palabra “Elul” está compuesta de una alef, que va seguida de una lamed, luego una vav y la última letra, otra lamed. La primera letra de “Elul” es también la primera letra del alfabeto hebreo. La letra alef equivale numéricamente a la cifra uno, que representa la idea de la total unidad de Dios. א

Ahora debemos responder cómo es que todo esto se relaciona con el corazón. Aquí es donde nuestras lameds vuelven a definirse. A esta altura es importante pensar nuevamente en el símbolo del corazón y cuestionar su origen. Y no deberá sorprendernos que el significado de dicho símbolo también se encuentre en la palabra misma que significa “corazón”.

En hebreo, la palabra “corazón” es lev, que se escribe lamed-bet. En el año 1291, Rabí Abraham Abulafia redactó un manuscrito intitulado Imrei Shefer, en el que define el significado del corazón.

Rabí Abulafia enseña que la palabra lev, lamed-bet, tiene que entenderse como dos lameds. Esto se debe a que la letra bet es la segunda letra del alfabeto, y equivale numéricamente a la cifra dos. Él explica que la palabra tiene que leerse y entenderse como “dos lameds”.

Pero no basta con tener dos lameds. Tal como explica Rabí Itzjak Guinsburg, a fin de que la suya sea una relación, las dos lameds necesitan estar conectadas. Necesitan estar cara a cara.

Cuando damos vuelta la segunda lamed para que se enfrente a la primera, estamos formando la imagen del Corazón Judío (tal como se lo puede apreciar en la ilustración al comienzo de este artículo). Si bien el corazón, tal como estamos acostumbrados a verlo, es bastante claro en esta forma, no obstante vemos que también se revela una parte completamente nueva del corazón.

Esto se debe a que la letra lamed es la más alta de todas las letras del alfabeto hebreo. Y esto es porque la lamed representa el concepto de quebrar las fronteras, de ir más allá de tu potencial, de entrar en el súper consciente a partir del consciente. ל

La lamed también significa dos cosas simultáneamente. Significa tanto “aprender” como “enseñar”, lo cual nos demuestra que ambos conceptos están entrelazados y que ambos son esenciales.

En toda relación, yo tengo que estar dispuesto a aprender del otro, de convertirme en un receptor. Pero la otra persona también tiene que ser capaz de aprender de mí, lo cual me convierte a mí en el maestro, en el dador.

Además, la imagen de la lamed puede quebrarse en otras tres letras. La parte superior de la letra es como una iud, que es la más pequeña de las letras hebreas, y la letra que representa la cabeza. La cabeza contiene la mente, el intelecto y también el rostro. י

La letra que sigue en “Elul” es la vav. En hebreo, la vav ו sirve de conjunción, como “y”. También significa “gancho” y su forma verdaderamente recuerda un gancho.

Por lo tanto, en este caso, la vav es el gancho que conecta a la iud, la mente, con la letra inferior, la jaf, כ que representa el cuerpo. En términos físicos, la vav simboliza el cuello, que es el que transporta la corriente de sangre del cerebro al corazón.

Esto nos enseña que el corazón, y que el amor que él representa, puede prosperar y alcanzar su apogeo únicamente cuando existe una totalidad en la conexión.

El corazón judío, el verdadero amor, representa una conexión mente a mente, cara a cara, ojo a ojo, alma con alma. La vav, que es la conexión entre la cabeza y el corazón, siempre tiene que mantenerse sana, con una corriente clara. Si algo la corta, entonces la relación no puede continuar.

Como todos sabemos, una de las formas más rápidas de matar a una persona es produciéndole un corte en el cuello. El cuello es nuestra línea de vida. Él asegura que nuestra cabeza, nuestro intelecto, domine a nuestras emociones y que haya un sano intercambio entre la mente y el corazón.

Al corazón con el que todos estamos familiarizados, o sea, al símbolo que representa el amor en el mundo entero, le falta la iud y la vav, o sea que le falta la mente y el cuello. Este símbolo tan popular representa solamente la conexión física entre los cuerpos.

 

Es por eso que el mes de Elul, que empieza espalda con espalda, al final culmina cara a cara.

Al comienzo del mes, somos inconscientes de la realidad de que “Yo soy para mi amado y mi amado es para mí”. Pero al trabajar sobre nosotros mismos durante todo este mes, al estar dispuestos a darnos vuelta y hacer cambios, finalmente nos damos cuenta de que nuestro Creador nunca nos dio la espalda. Él siempre continuó dándonos la cara, y esperando que nosotros nos diéramos vuelta. Y una vez que lo hacemos, somos como las dos lameds que están enfrentadas, que conforman el corazón judío y que son la esencia del mes de Elul.

Por lo tanto, Elul puede entenderse como una alef, que representa a Dios, seguida de una lamed, vav, lamed -una lamed que está conectada (vav) con la otra lamed.

Y el corazón judío, esta idea de amor como una totalidad de conexión, no es meramente la tarea a llevar a cabo en el mes de Elul, sino todo el propósito de la Creación.

Este corazón judío es un símbolo de por qué fuimos creados y qué es lo que debemos lograr. Porque la Torá es el plano de la creación y el manual de cómo debemos conectarnos con la divinidad. Y no es un libro que tenga un comienzo, un medio y un final, sino que es más bien un rollo, pues se nos enseña que “el final está encajado con el principio, y el principio, con el final”.

 

Entonces ¿qué es lo que encontramos cuando el final del rollo de la Torá se arrolla con el comienzo? ¿Cómo empieza y cómo termina la Torá?

La última palabra de la Torá es Israel, que termina con la letra lamed; y la primera palabra es bereshit, que significa “en el comienzo”, y que empieza con una bet.

Cuando unimos la primera y la última letra de la Torá, obtenemos la palabra lev, que es “corazón” en hebreo.

Dios quiera que seamos bendecidos con la capacidad de aprovechar los poderes del mes de Elul, reconociendo y revelando nuestra capacidad de aprender y de enseñar, y de esa forma ponernos cara a cara con nosotros mismos, con nuestros seres queridos y con nuestro Creador, tal como nos enseña el corazón judío.

El Corazón Judío, tanto el diseño como las joyas, están bajo patente y copyright de Rabí Itzjak Guinsburg.

Por Sara Esther Crispe

Elul: un mes de balance y acercamiento

Elul es el último mes del año hebreo. 

Por ser el último mes del calendario hebreo, Elul precede directamente a Rosh Hashaná, el día en el que el Creador juzga a las criaturas.

Con el primer día del mes comienzan los Cuarenta Días en los que Moshé Rabeinu subió por tercera vez al Monte Sinaí para pedir el perdón de Di-s por el pecado del becerro de oro y recibir, a su vez, las segundas Lujot (Tablas de la Ley). 

Estos fueron días de misericordia para el pueblo de Israel. Todo el pueblo se reunió para rezar y ayunar hasta que en el día de Iom Kipur (40 días después), fueron perdonados por Di-s.
Es por este motivo que estos 40 días desde el 1º de Elul hasta Iom Kipur, se fijaron como días de arrepentimiento y reflexión.

Leyes y Costumbres de Elul

Se toca el Shofar – Se acostumbra tocar el Shofar todos los días del mes de Elul, excepto en Shabat y en víspera de Rosh Hashaná.


Revisación de Tefilín y Mezuzot – Es costumbre en muchas comunidades entregar los Tefilín y Mezuzot para su control a un Sofer (Escriba) para asegurarnos de que aún siguen siendo aptos para ser usados.


Augurios y deseos – Se acostumbra a desearse unos a otros “Ketivá Vajatimá Tová”, o sea, que seamos inscriptos y sellados para bien.


Salmos – Desde el primer día de Rosh Jodesh Elul hasta el séptimo día de Sucot se recita durante los rezos matutinos y vespertinos el capítulo 27 del Salmo, que comienza: “LeDavid Hashem orí Vehishí…”.


Alegría – En estos días debemos estar alegres y tratar de hacer todo con alegría, ya que Di-s se encuentra en estos días más cerca de nosotros y nos concede la oportunidad del arrepentimiento.

La Teshuvá, retorno a Di-s- según nuestros sabios

El mes de Elul es un mes de introspección y retorno a Di-s, en preparación para Rosh Hashaná, el día del juicio y de la coronación de Hashem. 

 

Una recopilación de lo que es la Teshuvá de acuerdo a nuestros sabios:

  • Dijo Rabí Eleazar: “Retorna (a la buena senda) el día anterior al de tu muerte”
  •  

Le preguntaron sus alumnos:

— ¿Acaso hay alguien que conoce con antelación el día de su muerte?

—Debe retornar hoy —contestó Rabí Eleazar— por si mañana es su último día. De esa manera, estará retornando toda su vida. A ello se refería el Rey Salomón cuando decía: “En todo momento, tus ropas deben ser blancas”

 

  • Rabí Iojanán ben Zakai narraba al respecto la siguiente anécdota:

Un rey invitó a sus servidores a un gran banquete, sin darles a conocer la fecha exacta en que éste se llevaría a cabo.

Los súbditos inteligentes, vistieron rápidamente sus ropas de gala y esperaron en los portones del palacio, pues pensaron:

— ¿Es posible que falte algo en el palacio real, como para hacer demorar el comienzo del banquete?

Los súbditos de menor inteligencia se dirigieron a sus ocupaciones habituales pues pensaban:

—Seguramente el banquete se está demorando por los preparativos del mismo. Pues ¿es posible realizar un banquete sin preparativos?

Imprevistamente, el Rey mandó llamar a sus súbditos.

Los inteligentes, se presentaron inmediatamente, engalanados con sus mejores atuendos. Los otros en cambio, debieron hacerlo con sus ropas de trabajo.

Al ver a sus súbditos inteligentes, vestidos de acuerdo a las exigencias de la corte, se llenó de alegría. Mas, al ver a los demás con sus ropas burdas y desgastadas, montó en cólera, y gritó:

—Aquellos que se han preparado para la fiesta, que tomen asiento y disfruten de ella; los que no lo hicieron, que permanezcan de pie y se contenten con observar.

 

  •  “Meuvat lo iujal litkon vejisaron lo iujal lehimanot” —Un daño imposible de reparar, una falta que no se puede contar (entre los justos)-.

Mientras se encuentra en este mundo, en la vida terrenal, un perverso puede enmendar su camino del mal hacia el bien.

Aún quien no es digno de ser contado entre los piadosos y justos, si modifica su comportamiento y actitudes, puede llegar a la perfección espiritual. Pero una vez que se fue de este mundo ya es imposible reparar.

Referente a ello, se cuenta la siguiente parábola:

Dos amigos se encaminaron juntos en la senda de la maldad y el delito.

Antes de morir, uno de ellos se arrepintió sinceramente del mal que había cometido durante su vida y murió, mientras que el otro permaneció en su ruindad hasta su último instante.

Cuando ambos llegaron al Mundo Venidero —el Olam Habá— fueron juzgados de acuerdo a sus actos y el que se arrepintió a último momento fue situado entre los justos mientras que su ex-compinche fue enviado junto a los malvados.

Este último, advirtió que su compañero estaba sentado en el grupo opuesto al suyo y exclamó sorprendido:

— ¿Hay aquí predilecciones? Ese hombre y yo hemos robado y realizado las peores acciones que se puedan imaginar sobre la tierra. ¿Cómo es posible que él se halle ahora entre los justos cuando a mí me toca estar con los malvados?

Entonces le respondieron:

¡Tonto! ¿No sabes que tu compañero retornó a la senda del bien?

—Si es así, que se me permita volver a la tierra y también yo he de regenerame.

—Ello es imposible —le respondieron— por el momento. Este mundo está comparado al Shabat, en relación al mundo del cual provienes. Si no has preparado alimentos en Erev Shabat —víspera de Shabat— ¿qué pretendes comer en Shabat? Además, este mundo se compara con los días invernales, en cuanto a que el mundo del cual provienes es como los días del verano. Si no has arado, sembrado y cosechado durante el verano, ¿qué comerás durante el invierno?

Al escuchar tamaña verdad, crujieron con rabia los dientes del malvado, por no haber obrado tal como lo hiciera su compañero.

 

  • Dijo Rabí Ionatán: Tan grande es el poder de la “Teshuvá” (arrepentimiento y retorno a Di-s) que ocasiona la salvación del mundo, pues está escrito: “Y vendrá a Tsión el Salvador, para los que retornan a la senda del pecado, dice Di-s”.
  • Dijo Rabí Iehudá: Israel será redimida sólo por medio de la Teshuvá. A ella llegará por medio de privaciones, de deambular por el mundo, y por la falta de víveres.

Ellos retornarán con sinceridad con la venida del Profeta Eliahu, en la época mesiánica, como está dicho: “He aquí que Yo enviaré hacia ustedes al Profeta Eliahu y hará volver el corazón de los padres (hacia el Creador) por intermedio de sus hijos y el corazón de sus hijos por medio de sus padres”(Malaji 3).

Elul: buscar al Rey

El mes hebreo de Elul es un momento de preparación espiritual para la inminente llegada de las Altas Fiestas. Hay varias observancias durante este mes, todas con la intención de despertar nuestro sentido más espiritual. Se toca el Shofar todos los días, se recitan Salmos extras, y se comienza a decir las especiales Selijot.

Además de su proximidad a las Altas Fiestas, ¿Hay algo especial en Elul que incluye tantas observancias?

Rabí Shneur Zalman de Liadi (creador de la filosofía Jasídica de Jabad) dio una explicación que lleva análisis. Dijo que, “durante el mes de Elul, es como si el Rey, es decir Di-s, está en el campo”. Los explicó dando una analogía. Durante el transcurso de un año, el rey está prácticamente secuestrado en su palacio. Sólo aquellos con misiones específicas o los que se consideran muy importantes, tienen acceso a la presencia del rey. Los otros no tienen la oportunidad de ver al rey, y mucho menos conversar con el.

Sin embargo, el rey dedicaría un mes de su calendario anual específicamente para salir de su palacio e interactuar con sus súbditos. Saldría a los campos y ellos tendrían acceso a él. ¿Cómo actúa el rey cuando se encuentra al público? En el palacio sabemos que hay normas estrictas que debemos mantener. Cuando estamos parados frente al trono debemos comportarnos con dignidad.

Estas condiciones no se aplican en el campo. Por el contrario, el rey se dirige al campo porque quiere reafirmar su relación con sus súbditos a su nivel. Haciendo esto, refuerza la noción de que él es su rey. Y se entiende que no hay rey sin un pueblo. Entonces, durante este mes, la grandeza del pueblo es el punto que se enfatiza.

Este mismo concepto se aplica con El Santo, el Rey del pueblo Judío. Di-s se hace accesible para Su pueblo en este momento el año. El está con nosotros, y nos recibe a cada uno con una “sonrisa”. La pregunta no es si “¿El rey está disponible para nosotros?”, sino “¿Lo estamos buscando? Si abrimos nuestros ojos y buscamos a nuestro Rey, entonces Su Presencia seguro es sentida.

Una vez que percibimos a nuestro amado Rey, uno no puede ayudar pero sí estar profundamente conmovido por la experiencia. Nuestro amor y devoción por el Rey crece. Nuestras vidas quedan impactadas y anticipamos las Altas Festividades con una combinación de emoción y energía.

Esto no quiere decir que Di-s no está disponible el resto del año. Es una creencia Judía que Di-s siempre está disponible. Sin embargo, durante todo el año, nosotros debemos acercarnos a Di-s en Su palacio. Debemos hacerlo en intervalos específicos y bajo las normas exactas. Por el otro lado, durante el mes de Elul, el nivel de disponibilidad de Di-s es mucho mayor, al ser que Di-s es el que viene hacia nosotros.

Es un tiempo para “aprovechar el momento” en nuestra búsqueda espiritual de Di-s. Pensándolo bien, en este momento del año, es Di-s quien “nos persigue” a nosotros, por lo que debemos dejar que nos “atrape”. ¿Qué implica dejar que Di-s nos capture? Significa simplemente abrir nuestros ojos y corazones y devolverle la mirada de Di-s cuando Él nos sonríe. ¡Es un momento para estar inspirados!

¿Por qué la Teshuvá (retorno a Di-s) no perdura?

Estamos en el mes de Elul y cada judío siente un despertar de Teshuvá, de retornar a Di-s, reconectarse con Él. Quiere de verdad corregir lo errado. Pasan los días, y los malos hábitos retornan, como si nada hubiese pasado. ¿Por qué la Teshuvá (retorno a Di-s) no perdura?

Rabí Dovber de Lubavitch, el Miteler Rebe, nos explica que la Teshuvá sólo se ocupó superficialmente del problema y no de su raíz. La mayor energía se invirtió en los fenómenos negativos únicamente, y fue poco lo que se ocupó en tratar las razones y su raíz interna.

Esto se asemeja a un terreno que no posee un cerco. Seguramente se arrojarán allí todo tipo de residuos. El propietario del lugar vendrá al lugar cada tanto, expulsará a los intrusos y limpiará los desperdicios. Pero probablemente al día siguiente, la zona volverá a llenarse de basura y de individuos indeseables. Mientras el terreno permanezca sin cerca que lo proteja, el problema regresará. Sólo cuando el dueño se decida a cerrar el lugar, no necesitará venir a limpiarlo.

Lo mismo sucede con el alma de la persona: Existen todo tipo de elementos que la dañan y ensucian. Son los pensamientos, palabras y acciones negativas, de los cuales debemos retornar y arrepentirnos. Pero la razón principal por la cual nuestra alma se convierte en “tierra de nadie” es que está abierta a todo. Cuando no existe el yugo y todo vale.La verdadera Teshuvá consiste primero, en colocarnos los límites.

¿Y qué significa, después de todo, colocar límites? Colocar portones y cercas alrededor del alma. No todo el que desea entra o sale. Existe lo permitido y también lo prohibido. El alma no es un terreno baldío. Cada elemento debe ser sometido a un profundo análisis intelectual, y una inspección del corazón. Y sólo si es bueno y correcto- podrá ingresar al alma.

La primer condición para una Teshuvá auténtica es: Recibir el Yugo Divino.

Quien reconoce constantemente la autoridad de Di-s puede gobernar sobre todos sus actos y calificar cada una de sus expresiones y pensamientos. Todo está bajo control.

Esta es la verdadera Teshuvá, que arranca de raíz lo negativo. Sólo entonces, estamos en condiciones de arreglar el pasado.

(Adaptado de Darjei HaJasidut)

Nuestra pertenencia secreta

Es invisible y siempre está con nosotros. Es nuestro mayor enemigo, pero también nuestro mejor amigo. Se mueve, pero es inquebrantable. Nos enseña experiencia, pero nos erosiona.

Puede trabajar con nosotros o en contra nuestro. Nunca se detiene. ¿Qué es? El Tiempo.

El ser humano ha conquistado el espacio. Los medios de transporte y de comunicación nos han permitido trascender grandes distancias. Pero no el tiempo. No podemos conquistarlo; lo podemos manejar.

El Pensamiento Judío siempre ha puesto como meta conquistar el tiempo. Podemos santificarlo, como Shabat y Festividades. El Zohar explica que el tiempo es energía. Cada momento es potente, lleno de poder. Es una oportunidad, nunca es neutro. Al tocar la energía del tiempo, lo conquistamos. Cuando usamos la energía del momento, el tiempo se convierte en nuestro aliado, lanzándonos a otra dimensión. Si no lo usamos en el momento, “muere”.

Podemos hacer eterno cada momento en nuestras vidas. Al llenarlo de sentido y de espíritu, el tiempo no pasa meramente; se convierte en un catalizador para alcanzar la inmortalidad.

Alguien que ha dominado el arte del tiempo, como Abraham, quien “llegó a sus días”, aprovechó el máximo de sus días, convirtiéndolos en eternos.

Ese es el poder y el misterio del calendario Judío: Cada día, semana y mes se define por su energía única. Estamos en el tiempo más poderoso del año: El Mes Hebreo de Elul. La energía de este mes es amor y reconciliación.

En Elul, Moshé subió a la montaña por tercera y última vez, para pedir perdón a Di‐s en aras del pueblo que había pecado al erigir el Becerro de Oro. Los días de Elul son llamados “compasión”, porque en este período Di‐s estaba abierto para escuchar a Moshé, y Moshé pudo lograr su perdón y renovación.

Desde ese momento, el mes de Elul es considerado el mes de la misericordia Divina y del perdón.

Elul es la historia de la construcción de una relación verdadera, incluso luego de haber sido desafiada. La experiencia de Elul de Moshé nos provee de una energía especial de amor y compasión durante este mes, cuando el “Rey está en el campo” e irradian los Trece Atributos de Compasión. Esto aplica a las relaciones humanas, que son una manifestación de la relación entre el hombre y Di‐s.

El amor y el dolor son dos lados de una misma moneda: La moneda de tu vida emocional.

Cuando nuestras emociones se despiertan y están activas, están sensibles a todos los sentimientos: Amor y dolor. Cuando amas y eres amado, estás vulnerable a ser herido también. Cuando estás encerrado, pueden no lastimarte, pero tampoco recibirás amor. Sin el reconocimiento de la pérdida, la reconciliación no sería posible.

El amor de Elul, surge por del dolor de Av. Y como tal, el amor durará para siempre. El poder de las Altas Fiestas es un producto del trabajo realizado en los dos meses previos de Av y Elul.

Aprovechemos la energía del tiempo. Percatarnos de su enorme poder, que puede cambiar nuestras vidas. Todos tenemos desafíos y tenemos las herramientas que nos ayudan a enfrentarlos. Cada momento es una oportunidad; repleta de poderosa energía

 

Tiempo de Cambio

Elul es un mes muy especial. Es un tiempo para aprovechar la oportunidad de trabajar en nosotros mismos, para cambiar, para ser mejores y llevar a cabo nuestros sueños…

Es un nuevo principio para finalmente hacer aquellas cosas que siempre sentiste que eras capaz de hacer pero nunca las hiciste.

Cada Elul empieza con las mismas grandes expectativas: va a existir un nuevo mundo y las cosas no serán iguales. Desafortunadamente, el entusiasmo inicial rápidamente da lugar a una realidad muy diferente; el entusiasmo baja su nivel y acabas estando no muy distinto que antes de empezar. Es seguro que creces poco a poco año tras año, pero el avance importante – convertirte en la persona que sabes que puedes y debes ser – nunca parece materializarse, quedando como un sueño difícil de realizar.

¿Cómo tomar todo el entusiasmo, la buena voluntad y la emoción, y convertirlos en un cambio significativo y duradero? En otras palabras: ¿Cómo puedes hacer que Elul realmente funcione?

Los Sabios nos dicen que existe una Voz Divina (“Bat Kol”) que resuena en el mes de Elul diciendo: ‘Vayan a arar los campos, no planten sobre las espinas y la maleza”. Claro que existen muchos significados cabalísticos para esta frase, pero una explicación simple; es que si no preparas tu campo arándolo, no importa lo que siembres, tu jardín va a estar eventualmente invadido de espinas.

Por lo tanto, la clave para un Elul exitoso es prepararse adecuadamente considerando qué semillas deseas plantar.

¿Cómo te debes ararte a ti mismo para asegurarte de que todo lo que decidas hacer se desarrollará de la manera que quieras, para que después de unos cuantos meses no pienses que tu resolución no fue nada más que un bonito deseo?

Tu deseo de cambio es claro, de otra manera no estarías leyendo esto en este momento. Pero ¿qué es lo que te motiva al cambio?. La llave es entenderte a ti mismo. Cómo funcionas, cómo creces y qué te motiva. ¿Cuáles son los pasos apropiados para tu crecimiento? A su vez, está el factor fundamental: “todo a su tiempo”.

Se cuenta la historia de un hombre joven en la Ieshivá del Rabino Meir Jadash. Era un estudiante perezoso que nunca estudiaba, hacía l¡o que se le antojaba y parecía que iba a dejar todo completamente. Un día el estudiante hizo un giro de 180 grados. Era el primero en el salón de estudios en la mañana y el último en salir de allí por la noche.

Al día siguiente el Rabino Jadash se le acercó y le dijo: “Eres tan inmaduro, ¿cuándo vas a crecer?”.

El mensaje es claro: no vas a cambiar de la noche a la mañana, no pasarás de ser irresponsable y apático, a ser el más responsable. Y si lo intentas, es pura falsedad. Puedes tener éxito unos cuantos días pensando que lo has logrado, pero ¿cuánto te durará?. Eso no es “crecimiento”, es inmadurez. El verdadero crecimiento es paulatino. Tienes que saber cuál es el siguiente paso, entenderte a ti mismo y ser honesto.

Decide lo que quieres aceptar sobre ti y qué realmente cambiará las cosas. Por ejemplo: cuidar que la casa sea casher, o dedicarte a ser más sensible y cuidadoso. Estas semillas tienen un increíble potencial… si preparas antes el terreno.

Observa profundamente dentro de ti, pide buenos consejos, y por sobre todo sé realista acerca de lo que es posible alcanzar.

¿Y sobre el proceso real de teshuvá? El primer paso es reconocer tus errores, entender lo que has hecho mal y cómo lo podrías haber hecho mejor.

Para hacer esto, tienes que conocer tus capacidades específicas. De otra forma, cometerás el error de tratar de cambiar cosas que están más allá de ti. Esto es muy malo, porque cuando lo “confiesas”, realmente no lo sientes porque muy dentro de ti sabes que no es real.

La verdadera teshuvá y confesión significa articular el hecho de que a tu nivel lo hubieras podido hacer mejor. Es muy importante hacer esto de una forma en la cual lo escuches y lo creas.

Entiende los asuntos que son reales para ti; si están más allá de ti, entonces no son “tus” asuntos. Trabaja con lo que es real y apropiado. De lo contrario, vas a plantar tus semillas año tras año y no vas a cosechar más que espinas. Claro que no debes utilizar esta idea como excusa para continuar cometiendo errores. Por el contrario, toma conciencia de cómo un cambio drástico a veces termina en algo peor. No te muevas en un mundo ilusorio. Evalúa qué aspecto de tu carácter no está muy bien y empieza a cambiarlo – gradualmente.

“Preparar el terreno” significa descubrir qué es lo que te motiva y reconocer qué es lo que necesitas hacer ahora. Al final  .de cuentas, el cambio final puede ser en unos cuantos años. Pero no te desanimes. Los Sabios dicen que una vez que te encamines hacia algún lado, para Di-s, es como si ya hubieras llegado a ese lugar. Una vez que hayas decidido hacer algo, existe una elevación de tu alma; en el plano metafísico es como si ya estuviera hecho. Tu alma ha llegado; es sólo que tu cuerpo todavía tiene que caminar por muchos senderos.

Una cosa más. Para estar inspirado en el proceso de la teshuvá (el arrepentimiento), tenemos que darnos cuenta de que Di-s nos ama, incluso con todos los errores que hemos cometido. Sé consciente de que Di-s te entiende y quiere ayudarte. No te sientas culpable; los errores que has hecho son parte de tu proceso de crecimiento para llegar hasta donde te encuentras el día de hoy. Di-s no quiere que sufras. Por el contrario, si el crecimiento es para lo que nos creó Di-s, entonces incluso las dificultades involucradas deben ser lo mejor para nosotros. Di-s no es el “patrón autoritario del cielo”. Está de tu lado. Si no entiendes esto, nunca podrás hacer teshuvá.

Piensa a lo grande y plantéate metas a largo plazo, – pero sé realista. Toma las cosas con calma, – pero trata de mantener la motivación. La teshuvá demanda madurez, realismo y honestidad. No utilices esta oportunidad año tras año de la manera incorrecta.

¡Que el Todopoderoso nos ayude a tener una vida significativa y unas fiestas productivas! 

Leshaná tová tikatevu! – ¡Buen año para todos!



El mes de Elul

Elul es el último mes del año judío. Como preparación para Rosh Hashaná, el Día del Juicio, que le sigue inmediatamente, Elul está marcado por una serie de costumbres y tradiciones especiales. En el mes de Elul, hacemos un recuento general de todo lo que hemos hecho a lo largo del año.

Algunas leyes y costumbres

El último mes del año judío es tradicionalmente, un tiempo de introspección y balance, un tiempo para revisar el comportamiento  y el progreso espiritual durante el año saliente  y prepararse para las Altas Festividades.

 

Los maestros jasídicos comparan el mes de Elul con el periodo del año en el que “el rey está en el campo”. A diferencia de cuando el Rey está en el palacio real – donde no cualquiera puede verlo -, en el campo recibe con alegría y rostro sonriente a todo aquel que desee acercarse.

Como mes de revelación Divina y perdón, es el momento más oportuno para acercarnos a Di-s y fortalecer nuestra relación con Él.

 

SHOFAR:

Todos los días del mes, excepto Shabat y víspera de Rosh Hashaná, se escucha el sonido del Shofar (asta de carnero) que sirve como un llamado al retorno [a Di-s].

TEFILIN Y MEZUZOT

Los revisa un Sofer (escriba) para asegurar que estén en buenas condiciones y aptos para su uso.

SELIJOT:

La última semana del mes se recitan las plegarias de Selijot, para pedir el perdón a Di-s. Se empiezan a recitar de noche después de medianoche y en los días subsiguientes se recitan  antes de la plegaria matutinal  (Shajarit). 

SHANA TOVA UMETUKA:

Cuando – en el transcurso del mes – se envían  cartas a amigos y seres queridos, se les desea “que sean inscriptos y sellados para un año bueno y dulce”.

 

¿SABÍAS QUÉ?

“Mejor una acción que mil suspiros”. La sinceridad de nuestro retorno a Di-s debe ser demostrada y acompañada de acciones concretas, tales como un compromiso para incrementar el estudio de Torá o para cumplir una Mitzvá más.