Luz eléctrica

El 19 de Kislev es celebrado por la comunidad de Jabad como el “Rosh Hashana del Jasidismo”. Se hacen Farbrenguens en cada comunidad, y los jasidim se desean unos a los otros un “buen año en el estudio y caminos del Jasidut”.

El 19 de Kislev marca el día, en el año 5559 (1789), que el fundador del Jasidut de Jabad, Rabi Schneur Zalman de Liadi, fue liberado de la prisión en Rusia. Había sido arrestado por cargos, planteado por los opositores del jasidismo, que sus actividades, y el movimiento que fundó, contenían elementos traidores. Su exoneración y liberación marcaron la victoria del jasidismo sobre los que querían destruirlo. Después del 19 de Kislev, el movimiento ganó muchos nuevos adeptos, y sus enseñanzas eran mucho más amplias y libremente difundidas.

En un nivel más profundo, el arresto y liberación fueron interpretados por Rabi Schneur Zalman y sus seguidores, como el espéculo terrenal de un drama sobrenatural, en el que el movimiento en sí estaba en juicio ante la corte celestial. ¿Es apropiado revelar los más íntimos secretos de la Torá, que había sido algo exclusivo de unos pocos elegidos en cada generación, al público en general? ¿Es apropiado vestirlos con vestimentas de razón, para que estas verdades, esencialmente supra-racionales, tomen la forma de una filosofía racional? La liberación de Rabí Schneur Zalman de la prisión terrenal significaba su vindicación: La corte Celestial había dictaminado que el tiempo había llegado para que la luz interior de la Torá sea revelada e iluminara el mundo.

El siguiente es un extracto traducido de una carta del Rebe al Sr. Shneur Zalman Shazar (presidente del Estado de Israel en los años 1963 a 1973), del 14 de Tevet, 5714 (20 de diciembre, 1953), en donde el Rebe toca los paralelismos entre la luz espiritual desatada en 19 de Kislev y los métodos de iluminación de hoy en día.

“Fue un placer recibir la noticia de que energía eléctrica ha sido instalada en Kfar Jabad, y  que ya se han podido hacer Farbrenguen con luz en el luminoso día del 19 de Kislev. Me han dicho que el asunto se arregló gracias a su esfuerzo y vigor, y le agradezco y felicito por ello.

Es una antigua costumbre judía buscar un significado más profundo en cada acontecimiento, según el dicho de la Mishná: “¿Quién es sabio? Aquel que aprende de cada hombre”, el cual el Baal Shem Tov añade que hay que aprender también algo de cada evento y cada uno de sus detalles. Desde el día de su liberación, el 19 de Kislev, la doble luz de Rabí Schneur Zalman de Liadi comenzó a difundirse, libre de todas las perturbaciones y obstáculos, y de una manera que podría alcanzar también al más simple. De hecho, éste es el principio elemental del jasidismo: dibujar hacia abajo y conectar las alturas finales con las profundidades más bajas …

La fuerza eléctrica es una de las fuerzas ocultas de la naturaleza. No puede ser percibida por ninguno de los cinco sentidos, sabemos de su existencia sólo por sus causas y efectos. Sin embargo, esta fuerza oculta elimina la oscuridad e ilumina la noche. Por lo tanto, la electricidad es un análogo físico para la fuerza espiritual del jasidismo, en donde el elemento oculto de la Torá y sus secretos, revelado a través de la enseñanza jasídica y la forma de vida jasídica, desterra la oscuridad del mundo material e ilumina la oscuridad de la existencia física”.

9 y 10 de Kislev, El Miteler Rebe

El Iortzait y la liberación del Miteler Rebe, Rabí Dovber, segundo Rebe de la dinastía de Jabad

Su nacimiento

Rabi Dovber, conocido posteriormente como el “Miteler Rebe”,  nació el 9 de kislev de 5534 (1773).

Estando su padre, Rabi Shneur Zalman de Liadi – el Alter Rebe- , en lo de su maestro y Rebe, el Maguid de Mezritch, le pidió una bendición para tener un hijo varón, a lo que éste le respondió: “Por medio del cumplimiento del precepto de recibir visitas, se es meritorio de tener un niño.”

El Maguid llamó al Alter Rebe antes de su fallecimiento y le reveló: “Tendrás un hijo varón, llámalo con mi nombre, y en la noche anterior a la circuncisión, recuerda mis palabras”.

“Después de un año, contó el Alter Rebe, nació mi hijo Rabí Dovber y lo llamé con el nombre de mi maestro, de acuerdo a sus indicaciones”.

El ilustre invitado

Cuando Rabi Dovber era joven, le contaron a su padre que su hijo ya tenía escritos trece maamarim (discursos jasídicos) muy profundos. El Miteler Rebe no estaba en su casa, y al llegar le avisaron que su padre lo buscaba. De acuerdo a lo solicitado llevó a la casa de su padre,  sus escritos.

El Alter Rebe los revisó por el lapso de una hora, y luego los devolvió a su hijo diciéndole que deseaba cenar junto a él esa noche. Después fue donde estaba su esposa la Rabanit y le indicó que preparara una comida especial ya que vendría un ilustre huésped. Al anochecer , cuando el Miteler Rebe arribó a la casa de su padre y se sentaron a la mesa, el Alter Rebe pidió a su hijo que dijera un discurso jasídico y, luego de insistirle repetidas veces logró que así lo hiciera.

Al cabo de un rato, la Rabanit se dirigió a su marido el Rebe y le preguntó: “ ¿Dónde está el importante invitado que debía llegar hoy a cenar?”.

Le contestó el Alter Rebe: “Berl (se refería su hijo, Rabi Dovber) es nuestro invitado especial, ¡el sabe recitar discursos muy bien!”

(extraído de las historias de Rabi Zalman Simón Dvorkin)

Su fallecimiento

Rabi Dovber  falleció el 9 de kislev de 5588 (1827), el día de su 54to cumpleaños.

El Miteler Rebe, solía decir que le temía al año 5588, pues habían indicios de decretos desfavorables para ese año, y comenzó a insinuarles a sus seguidores, acerca de su fallecimiento.-“Mi padre tenía 54 años cuando fue llevado a la cárcel por segunda vez, y desde el Cielo le dieron a elegir, morir o sufrir, él eligió sufrir, por lo visto me dejó a mí la otra alternativa”… y así fue que falleció a los 54 años.

Ese año, en las Altas Solemnidades, el Rebe viajó a Oditz, a visitar la tumba de su padre, el Alter Rebe, y allí les dijo a sus jasidim: “le pedí a mi padre que me exima del liderazgo rabínico”. Los jasidím pensaron que seguramente tenía la intención de viajar a nuestra Tierra Santa. Entonces le dijeron: “¿cómo vas a abandonarnos cual un rebaño sin pastor?”, él les contestó: “Mi yerno, el Tzemaj Tzedek, se encuentra con ustedes y será un pastor fiel”.

De regresó a la ciudad de Lubavitch, su salud empeoró y debieron interrumpir el viaje en la ciudad de Niezin, allí fue atendido por importantes médicos, que coincidieron al informar que su enfermedad no tenía curación.

Su salud empeoraba día a día, estaba tan débil que con solo tocarlo se desmayaba. La noche de su fallecimiento sufrió varios desmayos de los que pudieron despertarlo, pero en el último, perdió la vida. 

En la casa se escucharon llantos y gritos de dolor ante la terrible pérdida, pero aún después de comprobar que el cuerpo yacía sin vida, los jasidim se acercaron a su Rebe y le dijeron: “¿por qué nos asustas Rebe, acaso no escuchas nuestros gritos?” El Rebe los miró y les respondió: “escuché una voz que me decía, ¿qué necesita un alma así en este mundo!?” Después pidió que lo vistieran con una camisa blanca, parecía un ángel de las huestes de Di-s.


Su rostro se encendió y comenzó a alabar al pueblo de Israel. Luego les dijo a los jasidim que estén felices y comenzó un discurso jasídico. En el transcurso de su alocución, preguntó varias veces si ya estaba amaneciendo, para terminar sus palabras antes del alba, momento en que su alma volvió al Creador. Su yerno dijo: “No hubo otro fallecimiento así, desde la desaparición de Rabi Shimón Bar Iojai, que aconteció también, en medio de palabras de Torá”.

Este, que debió ser un día feliz por el festejo de la conmemoración de su liberación acontecida el 10 de Kislev del año anterior, se transformó en uno de duelo para los jasidim y para todo el pueblo.

Gedalia

Nabudonosor, rey de Babilonia, mal logró su objetivo. Había logrado someter por completo al Reino de Judá, destruido su capital Jerusalén, y su altar más sagrado, el Beit Hamikdásh

Mató o capturó a la mayor parte de la familia real y la nobleza de la tierra. Las clases más altas del pueblo judío, incluyendo los líderes del sacerdocio y los principales oficiales civiles y militares, fueron conducidos cautivos y en masa a Babilonia. Muchos de ellos fueron asesinados sin piedad en Ribla. Judá fue triturada y despojada de sus mejores hijos.

Sin embargo, Nabucodonosor no deseaba que la tierra de Judá se convirtiese en un completo desierto. Permitió que las clases más pobres permaneciesen en Judá a trabajar el suelo y atender los viñedos. Sobre ellos, Nabucodonosor había nombrado a Gedalia, hijo de Ajicam, como gobernador.

Al profeta Jeremías se le había permitido escoger entre permanecer en Judá o ir a Babilonia como invitado de honor de la casa real de Babilonia. Escogió permanecer con sus hermanos en tierra santa. Jeremías fue a Mizpah, ubicada cerca del norte de Jerusalén, donde Gedalia había establecido la sede de su gobernación, y le ofreció todo su apoyo. Gedalia aceptó con gratitud, y Mizpah se convirtió también en el centro espiritual del pueblo.

Gedalia era un hombre sabio, gentil y modesto. Celosamente empezó a animar a la gente a cultivar los campos y los viñedos, y establecer así las bases dela seguridad. Bajo la sabia administración de Gedalia, la comunidad judía empezó a prosperar. Su fama empezó a difundirse en el extranjero. Muchos judíos que habían huido a lugares seguros en tierras vecinas durante la guerra de destrucción, fueron atraídos por las noticias de que la comunidad judía había revivido en Judá. Vinieron a Gedalia en Mizpah y fueron cálidamente recibidos por éste.

El Gobernador judío exhortó a sus hermanos a seguir siendo leales al rey de Babilonia y les prometió paz y seguridad. Su consejo fue aceptado. La guarnición de Babilonia ubicada en la tierra no los molestó. Por el contrario, les ofreció protección contra vecinos hostiles. La joven comunidad judía iba camino a la recuperación cuando fue golpeada repentinamente por una cobarde acción de traición y derramamiento de sangre.

Entre los refugiados que se habían unido a Gedalia en Mizpah se encontraba Ismael, el hijo de Nathanías, descendiente de la casa real de Sedecías, el último rey de Judá. Ismael era un hombre ambicioso que no se detenía ante nada para lograr su meta. El honor y el éxito que Gedalia se había ganado le llenaron de celos crueles. Ismael empezó a tramar un complot contra Gedalia. Encontró un aliado en el rey de Amón, quien había estado siguiendo con aprensión el crecimiento de la nueva colonia judía.

Su historia se cuenta dos veces en las Escrituras
La breve historia de Gedalia se cuenta dos veces en los Profetas: una en 2 Reyes 25, donde ocupa un total de seis versículos, y otra con más detalle en Jeremías 40 y 41.

En Reyes, solo se hace referencia a él como Gedalia. En Jeremías, hay algunos casos en los que su nombre se registra como Gedalías, 2 la forma que desde entonces se ha popularizado.

El asesinato de judíos y babilonios inocentes por parte de Ismael puso fin a cualquier esperanza de vida judía en Tierra Santa, hasta el regreso de los exiliados babilonios varias generaciones después.

Los que quedaron huyeron a Egipto a pesar de la advertencia de Jeremías, quien les advirtió que Di-s no los salvaría allí.