Seraj, la hija de Asher

Los nombres de los hijos y nietos de Iaakov se enumeran cuando entraron a Egipto.
Uno de ellos es Seraj, la hija2 de Asher.

Durante muchos años, Iaakov lamentó la muerte de su amado hijo Iosef y estaba convencido de que había sido asesinado por animales salvajes.
22 años después, sus hermanos lo encontraron en Egipto, donde era virrey. Iosef pidió a sus hermanos que regresaran a casa y trajeran a su anciano padre a Egipto, enviando carros para facilitar el transporte de su padre y sus familias.
Los hermanos tenían miedo.

¿La conmoción del anuncio sería demasiado para Iaakov? Decidieron pedirle a Seraj que se lo dijera de una manera que no fuera
impactante.
Seraj esperó hasta que Iaakov comenzó a orar. Luego se paró frente a él y le preguntó: “¿Iosef está en Egipto? ¿Tuvo dos hijos,
Manashé y Efraím?
Iaakov escuchó y cuando vio los carros que Iosef envió, comprendió que estaba vivo.

Rabi Ionatan ben Uziel, en su traducción de la Torá, dice: “Debido a que Seraj le dijo a Iaakov que Iosef estaba vivo, entró al Gan Eden (Paraíso) sin tener que morir”.

Sefer Haiashar cuenta que Seraj tocaba un arpa (o algún otro instrumento de cuerda) y cantaba: “Iosef todavía vive y es rey en Egipto”.
Debido a su forma gentil de dar la noticia, su abuelo le dio a Seraj la bendición de vivir para siempre.

Cuando Moshé y Aarón anuncian que son los mensajeros de Di‐s, enviados para liberar a los judíos de su esclavitud en Egipto, los ancianos de los hijos de Israel no sabían si era cierto.
Seraj sabía que Iaakov le contó a Asher cómo identificar al redentor, y que Asher se lo había pasado a Seraj. Cuando citaron las palabras que Di‐s le dijo a Moshé que les dijera a los judíos:
“Me he acordado de vosotros”, ella dijo: “¡Él es el verdadero salvador! Aprendí por mi padre que el mensajero que venga a salvar a los israelitas usará esas palabras”.

Otro secreto que sabía Seraj era dónde encontrar el ataúd de Iosef. Antes de morir, Iosef hizo jurar a sus hermanos que cuando salieran de Egipto se llevarían su ataúd de regreso a la Tierra Prometida.
Cuando llegó el momento de salir de Egipto, Moshé buscó el ataúd, pero no pudo encontrarlo. ¡No podían salir de Egipto sin el ataúd!
Seraj era de las pocas personas que vivían cuando se sepultó a Iosef. Moshé le preguntó: “¿Sabes dónde está enterrado?”

Ella respondió: “Los egipcios lo introdujeron en un ataúd de metal y lo hundieron en el río Nilo, para que sus aguas fueran bendecidas”
Así Moshé pudo cumplir la promesa cuando el pueblo judío abandonó Egipto.
Seraj vivió una vida muy larga.
Rashi señala que se la menciona en los últimos versículos para señalar la duración inusual de su vida.

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