Sefer Bamidbar

Este shabat iniciamos la lectura del cuarto libro de la Torá: Bamidbar, el libro de Números.

Conozca los temas centrales de este libro.

El Libro de Bamidbar -Números- trata en especial acerca de los años de travesía del Pueblo de Israel por el desierto, desde el segundo año del éxodo de Egipto hasta el cuadragésimo año, en que acampan en los llanos de Moav, al este del Jordán, previo a su ingreso a la Tierra Prometida.

Nuestros Sabios lo llaman el Libro de los Censos, por los distintos censos a los que hace referencia.

Nuevamente se destaca en este Libro la obra y la personalidad del gran Moshé, quien tras haber sacado al Pueblo de la esclavitud en Egipto, lo organiza socialmente y lo conduce hasta las puertas mismas de la Tierra Prometida

Moshé es el gran líder, mediador y estadista, aquel que siempre está dispuesto a salir en

defensa de su pueblo ante Hashem, a cualquier costo, motivado por su gran amor a

Israel.

Toda aquella generación fallece en el desierto, sólo sus hijos ingresan a la Tierra Prometida. Se trata de un duro golpe, una encrucijada en la historia de Israel. Pero de aquellas encrucijadas de las que uno emerge con más fuerza, lejos de dejarse caer en el desánimo, el Pueblo se fortalece, se reivindica, refuerza su conexión con Hashem, y se encamina firme y decididamente a la Tierra que le fuera prometida a sus ancestros. Pues en efecto, como lo declara el versículo, el Pueblo de Israel es un pueblo testarudo, pero testarudo en sentido positivo es un pueblo empecinado; sí, empecinado en procurar el bien y mantenerse fiel a Hashem. Y por eso Él está siempre dispuesto a perdonarle sus eventuales deslices.

Es interesante destacar la distribución del campamento israelita durante su travesía: Al centro, los Levitas con el Tabernáculo conteniendo las Tablas del Pacto. Y todo el pueblo alrededor. La Torá es el eje -alma mater- alrededor del cual gira el Pueblo de Israel, es ella la que le otorga a los israelitas su status de Pueblo. Y así ellos lo entendieron.

Extraído de “Torat Emet”, Ediciones Keter Torá.

Un viaje espiritual

Cada año, en la segunda noche de Pesaj, los judíos comienzan a observar la mitzvá de Sefirat HaOmer, la “Cuenta del Omer”, que se extiende por 49 días y culmina con la celebración de Shavuot. Se trata de un precepto que encierra muchas lecciones y directivas para el crecimiento espiritual.

No importa cuán extraño pudiera sonar; la celebración de Shavuot sería imposible sin la Cuenta del Omer. La Torá nos da una fecha calendario para cada Festividad, exceptuando a Shavuot. Para Shavuot sólo ordena: “Contaréis para vosotros, desde el día siguiente al Shabat, desde el día en que traéis el Omer para la ofrenda, siete semanas completas serán; hasta el día siguiente al séptimo Shabat contaréis cincuenta días” (Levítico 23). El quincuagésimo día, se celebra Shavuot.

Hoy, cuando contamos con un calendario hebreo fijo, la Festividad siempre cae el sexto día de Siván. Sin embargo, antes del exilio, el calendario judío se fijaba mes a mes basándose en el informe de testigos que habían observado la luna nueva. El día quincuagésimo después de la segunda noche de Pesaj no era automáticamente el sexto de Siván porque el número de días de cada mes variaba. La única garantía de que la Festividad seria celebrada el día quincuagésimo era la cuenta de cincuenta días de la gente. Así, se dice que el pueblo judío, con el poder de su Cuenta del Omer, de hecho, provocaba la Festividad de Shavuot y con eso la entrega misma de la Torá. Según el pensamiento jasídico, tal como contar los días trae a Shavuot como Festividad, del mismo modo la manera en que nos preparamos cada día es lo que provoca nuestra propia celebración personal de recibir la Torá.

La Torá nos cuenta que durante los 50 días entre el Pesaj original y la Entrega de la Torá, el pueblo judío estaba saliendo de Egipto, en ruta hacia el Monte Sinaí. En la analogía del jasidismo, esto se corresponde con el viaje espiritual para salir de Egipto, Mitzraim, las limitaciones del propio ser; hacia el Monte Sinaí, el sitio de la mayor revelación de verdad en nuestra historia.

Es un viaje que revivimos en nuestras propias vidas. Cada año, cuando ocurre Shavuot, la Torá dice que si el día es recordado adecuadamente, las energías que estaban presentes en la ocasión original se manifiestan una vez más. Así, se nos da tiempo de la Cuenta del Omer a fin de recalcar qué es lo que recibir la Torá significa para nosotros personalmente. Y durante estas siete semanas trabajamos hacia la meta de estar preparados para recibir esa revelación de la verdad más profunda.

El Zohar dice que cuando los judíos abandonaron Egipto, estaban en el 490º plano de Tumá (impureza espiritual), siendo el 50º el nivel más bajo, y que de día en día se elevaron hasta que en el Monte Sinaí estaban en el 49º plano de los 50º de Tahará (pureza espiritual).

El mensaje reflejado aquí es que también nosotros somos capaces de un crecimiento extraordinario, incluso la autotrascendencia, durante el período de Sefirat HaOmer; si sólo hemos de quererlo y trabajar por ello.

Uno de los significados de la palabra Pesaj es “brincar” o “saltar”. Durante SefiratHaOmer, que es una continuación, en muchos niveles, de la experiencia de Pesaj, tenemos la capacidad de saltar por sobre todos los obstáculos a fin de alcanzar nuestras metas.

Los místicos nos ayudaron en este proceso al asociar cada una de las siete semanas del período de la Sefirá con siete atributos. Los días de la semana, a su vez, tienen también, cada uno de ellos, asignados una de estas características. Así, cada uno de los 49 días de la Sefirá está asociado a un conjunto único de características.

Los siete atributos básicos son:

-Jesed, bondad amorosa; apertura total y entrega.

-Guevurá, fortaleza de carácter; control.

-Tiferet, gloria, belleza (corona); una combinación de jésed y guevurá; la belleza que se percibe sólo en el contraste con la fealdad.

-Nétzaj, éxito; eternidad; el impulso al éxito que no surge de móviles ulteriores, tales como los que un niño expresa en el juego competitivo un impulso que debemos poner al servicio del trabajo espiritual.

-Hod, esplendor; magnificencia; ejemplificada por Aharón, quien amó la paz y la persiguió, aprendiendo Torá de su hermano más joven, Moshé, sin envidia.

– Iesod, fundamento; la moralidad fundamental.

– Maljut, soberanía; la acción que se realiza después de que todos los obstáculos han sido eludidos.

Cada de las siete cualidades está estrechamente hilvanada con las demás y depende de ellas. El amor bondadoso sin fortaleza de carácter conduce a un corazón débil, por ejemplo. Combinadas, cada cualidad ilumina a la otra y nos permite refinar nuestros rasgos de carácter.

Es costumbre observar un período de semiduelo durante Sefiral HaOmer a causa de una serie de sucesos desafortunados qué acontecieron en la historia judía durante este tiempo. Las prácticas de abstenerse de celebrar bodas, reuniones públicas alegres, y cortar el cabello, son adicionales a los mandamientos de la Torá en lo que concierne a la Cuenta del Omer.

El Talmud, en el Tratado de Ievamot (62), cuenta:

“Rabí Akiva tenía doce mil pares de alumnos esparcidos a lo largo del país, desde Guevat a Antipatros, y todos murieron durante un breve lapso de tiempo, entre Pesaj y Shavuot, porque no trataron uno al otro con respeto”.

Siglos después, los masivos pogroms en Alemania en 1096 durante las Cruzadas Alemanas y las matanzas de Chmielnicki en 1648-49 se asocian al período de la Sefirá.

Algunos se quejan de que estas costumbres restringen la alegría. De hecho, sin embargo, son una invitación para explorar la verdadera fuente de alegría en la personalidad propia que no precisa de muletas externas de barullo para hallar expresión. Porque no es momento para reuniones públicas grandes, la Sefirá también permite tiempo para el desarrollo de relaciones personales cercanas.

Uno se recuerda del profesor que dijo a sus alumnos que tenía un objeto con forma de pera con hilos, y que el objeto no le permitía jugar al softbol, comer, trotar, leer, coser, cultivar, o ir a las películas. Cuando uno de los estudiante exclamó:

“Entonces, ¿para qué sirve?”, el profesor respondió: “es un violín, y con él puedo traer placer a mucha gente”. Durante la Sefirá, también, la clave radica en saber cómo utilizar las oportunidades que el período nos provee.

Un ave que nos enseña los principios de la providencia divina

“El Shalaj. Explican nuestros Sabios- es el (ave) que extrae peces del mar (-el pelicano)”
(Comentario de Rashi, VAIkRá 11:17)

Entre las aves impuras, prohibidas para la alimentación, que la Torá enumera en nuestra Parshá, se menciona también el Shalaj
1. ¿Qué es un Shalaj? Rashi comenta: “explicaron nuestros Sabios- es el (ave) que extrae-sholé- peces del mar” El Shalaj es el
pelicano que se zambulle en las profundidades del mar y extrae de allí peces con los cuales se alimenta.
La Guemará2 cuenta sobre Rabí Iojanán, que cuando veía un pelicano proclamaba3:
“Tu justicia llega a las grandes profundidades” Comenta Rashi: “Tu justicia está presente también en la gran profundidad,
puesto que preparaste un pelicano para hacer justicia, y ejecutar Tu venganza en los peces del mar, matando a quienes están predestinados a morir” Es decir, el pelicano reflejaba en los ojos de Rabi Iojanán, la forma como el Altísimo supervisa a Su mundo, y fija, incluso con los peces cuál vivirá y cuál morirá.

UNA PRUEBA PARA LA POSICIÓN DELBAALSHEM TOV
De este dicho de Rabí Iojanán, el Alter Rebe trajo una prueba4 para comprobar la veracidad de la posición del Baal Shem Tov,
que todas las cosas que suceden en el mundo son en base a la supervisión de cada detalle por parte de la Providencia Divina5.
Es decir, que no sólo los sucesos relacionados con el reino humano están supervisados, sino que Hashem supervisa también cada
detalle de lo que ocurre con el animal, el vegetal y el mineral. Esto es justamente lo que dice Rabi Iojanán, que incluso cuando
un ave se zambulle al mar y saca un pez, esto lo lleva a cabo bajo la supervisión de Hashem, Que define cuál pez es el que será
atrapado.
Efectivamente, el Baal Shem Tov enseñó que cada detalle y cada movimiento que tiene lugar en el mundo, está supervisado en detalle por Di-s, incluso una hoja que se desprende de un árbol, Di-s dirige el desprendimiento y fina hacia dónde rodará y caerá.

EN LAS PROFUNDIDADES DEL MAR
El hecho que la prueba para ello es un dicho talmúdico que hace referencia al pelicano, tampoco es casual. Hay una relación
directa entre la esencia del concepto de la Providencia Divina sobre cada detalle y el pelicano, “que extrae peces del mar” El
mundo, tal cual se ve a nuestros ojos, parecería como que es manejado por las leyes naturales. No vemos la mano de Di-s que dirige las cosas y las supervisa. Sin embargo, las enseñanzas Jasídicas explican que el término hebreo teva- naturaleza- deriva
de teviá- hundimiento (como en el texto7 “se hundieron- tuvú- en el Mar del Suf”) Tal como los elementos hundidos en el agua
existen ahí de manera íntegra, sólo que no son vistos, así es como ocurre con la naturaleza (-teva-) que oculta, como que la Providencia Divina estaría hundida en su seno, hasta que parecería como que las cosas se hacen por sí solas.
Es aquí donde aparece el pelicano y nos indica que si queremos descubrir a la Supervisión Superior, debemos sumergirnos y
extraerla de dentro del mar- ‘quitar la careta’ de la naturaleza y encontrar a la Providencia que está por detrás de la naturaleza.

POR DEBAJO DEL OCULTAMIENTO
El pelicano nos enseña que se debe meditar y observar por debajo de la ‘capa de agua’, por debajo de la cobertura de la naturaleza. Se debe profundizar y meditar en la esencia interior de las cosas, y entonces ha de descubrirse que también en las cosas casuales- por así decirlo- las que supuestamente son producto de la naturaleza, en realidad están siendo guiadas por la Supervisión Divina de cada detalle.
Esto ocurre hoy en día, el mundo materialista cubre y oculta la Verdad Divina.
Pero cuando tenga lugar la verdadera y completa redención a manos del Mashíaj,
realmente pronto, ahí se revelará esta verdad a los ojos de todos, como está escrito8: “y Ha de revelarse la Gloria de Hashem, y toda carne verá, juntos, que la boca de Hashem habló”

(LIkUTEI SIJOT, TOMO 7, Pág.54)

NOTAS: 1.Vaikrá 11:17 2.Julín 63,a 3.Tehilim 36:7 4.Ver Iahel Or de Tehilim, inciso 3 5.Moré Nebujim Parte 3, cap 17 al final 6.Ver Maamar Ma Tovu Ohaleja 5689, cap. 3 7.Shemot 15:4 8.Ieshaiahu 40:5

¿Puedo pagarle a mi amigo un interés que él pagó por mi?

PREGUNTA:

Un buen amigo mio me prestó plata de su linea de crédito, y ahora tiene que pagar intereses de esa cantidad. ¿Puedo pagarle por esos intereses que él mismo le va a pagar al banco, o está prohibido pagarle más de la cantidad que el me prestó? Si es así, ¿hay alguna solución para que pueda pagar ese interés?

RESPUESTA:

De acuerdo a la ley de la Torá, no se debe pagar interés en un préstamo entre dos Judíos. Está, sin embargo, permitido pagar intereses o recibir interés de un no judío, o a un banco o tarjeta de crédito de un no judío. No hay nada de malo en cargar intereses, es algo aceptado en todas las sociedades. Sin embargo, debemos tratar a los Judíos como miembros de la familia, y entre hermanos no se cargan intereses.

En una instancia como la cual tu me describes, a pesar de que entiendo que te debes sentir mal al saber que tu amigo está pagando intereses al prestarte dinero, tu no tienes permitido pagarle ningún interés.

Tu no le debes plata a su banco, le debes la plata a él. Él te prestó el dinero, y pagarle más de lo que te prestó está prohibido.

Hay una solución que se puede hacer ANTES de tomar el préstamo llamado “Heter Iska”. La idea detrás de esto es que, en vez de pedir por un préstamo personal, el prestamista y el prestatario firman un acuerdo de negocios cuyos beneficios serán compartidos. Tu Rabino debe tener un formulario de Heter Iska que tiene que ser llenado por ambas partes.

Mientras que lo antes mencionado es la regla Halájica en tales casos, siempre debes consultarle a tu Rabino.

Rabino Eliezer Danzinger de Chabad.org

Cuatro razones pora estar contento

Porque es una buena manera de hacer las cosas

Para citar el clásico jasídico Tania, de Rabi Schneur Zalman de Liadi (1745-1812): “Al igual que en el caso de dos personas  luchando, cada una tratando

de derribar al otro, si uno de ellos se mueve con pereza y letargo, será fácilmente derrotado y derribado, aunque sea más fuerte que su compañero. Así también, en la lucha contra la inclinación del mal, uno puede prevalecer sobre ella… sólo con la ligereza que viene de la alegría, y de un corazón que es libre y limpio de cualquier rastro de preocupación y tristeza” Se aplica a la lucha libre, batallas morales y todo lo demás.

Porque es algo bueno

¿Por qué el gozo debe ser sólo una herramienta, un medio para un fin? Es una buena cosa en su propio derecho, una mejor manera de ser. Y no es tan difícil de lograr. Sólo debemos centrarnos en todas las cosas buenas que tenemos y cuánto más reales y duraderas son que las cosas no tan buenas.

Porque es un tiempo feliz.

Ser feliz a veces requiere de esfuerzo, como en la razón anterior. Pero hay momentos en que la felicidad está en el aire, y todo lo que se necesita hacer es abrirse a ella y permitir que entre en nuestro alma. Ahora estamos en ese momento. Nuestros Sabios nos dicen que “cuando el mes de Adar comienza, la alegría aumenta”. Como Haman descubrió desgraciadamente (para él), es un momento en que suceden cosas  buenas  al  pueblo judío. No tenemos que hacer nada para experimentarlo, sólo incorporarla.

Porque es lo que somos

Esta no es realmente una “razón”, así que supongo que significa que hay realmente tres razones, no cuatro.

Los maestros jasídicos nos dicen que nuestra alma es “literalmente una parte de Di-s”. Por lo tanto, la alegría, en última instancia, no es una técnica para dominar, ni un objetivo a alcanzar, ni siquiera un estado al que rendirse. Es lo que somos, en virtud de nuestro vínculo con Aquel que “la fuerza y la alegría están en Su lugar” (I Crónicas 16:27).

¿Por qué escondernos de lo que somos?

¿Cuáles son los 7 preceptos Rabínicos?

Di-s le entregó a la nación judía 613 preceptos en la Torá. Hay siete mandamientos adicionales que los profetas y rabinos de las antiguas cortes judiciales iniciaron durante el primer milenio luego de la entrega de la Torá en el Monte Sinaí. Los rabinos también instituyeron varios decretos adicionales con el propósito de preservar los 613 mandamientos originales.

Cuando una corte rabínica instituye un nuevo precepto o decreto, y es aceptado por la nación Judía, se hace parte de la Torá y el Judaísmo. De hecho, la Torá declara: “Según la ley, ellos (las cortes rabínicas) te instruyen, y según el juicio que ellos te dicen, harás, no te desviarás de la palabra que te dicen, tanto a la derecha como a la izquierda”. Así, la Torá nos ordena que prestemos atención a las instrucciones de los grandes tribunales rabínicos.

A continuación los siete preceptos rabínicos:

Recitar el Halel

La Mitzvá de recitar el Halel, consiste en proclamar los salmos 113-118, los cuales alaban a Di-s, en ciertas ocasiones especiales.

Halel es recitado en las festividades de Sucot, Shmini Hatzeret (Simjat Torá), Janucá, Pesaj y Shavuot, para demostrar gratitud a Di-s por los milagros que conmemoramos en dichos tiempos. Cada una de estas festividades, celebran el milagro que Di-s realizó para el pueblo Judío. Una de las maneras de expresar gratitud es recitar el Halel. También hay una costumbre de recitar el Halel en Rosh Jodesh.

Bendiciones

Los rabinos escribieron varias bendiciones de alabanza y gratitud a Di-s para ser recitados en todo tipo de ocasiones. Hay numerosas bendiciones que se dicen antes de tener algún placer, tanto sea comiendo, bebiendo u oliendo fragancias. También hay bendiciones que se recitan antes de hacer una mitzvá. Cada categoría de comida o aroma, y cada mitzvá, tiene su propia bendición prescrita.

También hay bendiciones que se dicen al presenciar un fenómeno natural espectacular, como al ver una estrella fugaz. Otras para cuando se regresa a un lugar donde le ha ocurrido un milagro a uno mismo o a sus antepasados, al ver a un amigo después de un largo período de tiempo, al entrar a un cementerio, al ver una persona hermosa, al ver ciertos animales, etc.

Lavarse las manos antes de comer

Antes de comer pan uno debe lavarse las manos de una manera prescrita. La razón de esto es que los alimentos Sagrados y las ofrendas del Templo no debían comerse con impureza ritual. Los rabinos decretaron que, debido a que la gente está constantemente tocando todo tipo de cosas, las manos deben ser tratadas como si fueran impuras. La manera de librarse de esta impureza es a través de este lavado de manos ritual. Para asegurarse de que las manos sean lavadas antes de comer alimentos sagrados, los rabinos extendieron esta ley y decretaron que uno debe lavarse las manos cada vez que se come pan.

Eruv en Shabat

Los rabinos impusieron ciertas restricciones al Shabat y a las festividades. El “eruv” es un mecanismo que hace que estas restricciones sean más permisivas. Hay tres clases de “eruv”:

En Shabat, la Torá prohíbe cargar cualquier cosa desde un área cerrada a un área abierta, o viceversa. También está prohibido cargar más de cuatro codos (2 metros aprox) en un área pública abierta, conocida como “Reshut Harabim”. Los rabinos extendieron esta prohibición a un área menos pública, conocida como Karmelit. Por lo tanto, no se puede cargar a un bebé o un libro de una casa a la calle (Karmelit), o viceversa. El propósito del eruv es solucionar esta extensión de la prohibición.

El Eruv transforma todo el área en el que uno desea cargar, en un dominio cerrado. Uniendo los dominios públicos y privados, es posible cargar, como así también lo es dentro de una casa. El Eruv puede ser lo suficientemente grande como para abarcar barrios enteros, o también puede ser en un área pequeña, como ser la entrada a una casa.

Hacer el Eruv es un proceso de dos pasos. En primer lugar, se realiza un cercamiento técnico de una serie de paredes, cuerdas montadas en postes, colinas empinadas o cables.

El siguiente paso es que todos los que viven dentro del cercamiento posean comida en común. Esto se puede lograr recolectando una pequeña cantidad de comida de todos los judíos que viven dentro del cerco, o por una persona que da algo de su alimento a los otros. Debido a que la zona está cerrada, y los residentes están compartiendo comida (aunque simbólicamente), se considera como una casa, en donde cargar es permisible.

2. El segundo tipo de Eruv es llamado “Eruv Tjumim”. En Shabat y Festividades, los rabinos prohibieron caminar más de 914 metros desde la residencia más apartada de una ciudad. Si uno desea caminar más allá de esa distancia en Shabat, se debe crear una residencia temporaria en aquella zona. Esto extiende la frontera de la ciudad y permite que uno camine hasta 914 metros de esa residencia temporal. La manera de crear esta residencia es colocando comida más allá del borde de la ciudad antes de que comience el Shabat o la festividad.

3. El tercer Eruv es el llamado “Eruv Tavshilin”. Una de las diferencias entre las Festividades y Shabat, es que en las Festividades uno tiene permitido cocinar desde una llama preexistente, mientras que en el Shabat está prohibido. Sin embargo, incluso en las festividades, uno puede cocinar únicamente lo que será consumido durante ese día. El problema ocurre cuando una festividad acaece un viernes. ¿Cuándo se prepara para Shabat?

Uno no puede prepar comida en una festividad para el día siguiente, y cocinar en Shabat tampoco es permisible. Para resolver esto, los rabinos decretaron que deben prepararse dos alimentos y reservarlos para Shabat antes del día festivo, sirviendo simbólicamente como el comienzo de la preparación de la comida para el Shabat. Por lo tanto, cualquier cocción subsiguiente realizada en la festividad, es considerada una continuación y finalización de la preparación que se inició anteriormente, y por lo tanto está permitido. La comida que se prepara antes de la festividad para este fin se conoce como “eruv tavshilin”.

Velas de Shabat

Los viernes por la noche, justo antes del comienzo del Shabat, cada hogar judío debe encender una vela (generalmente por lo menos dos) en honor al día especial. Las velas también son encendidas antes de que comience Rosh Hashaná, Iom Kipur, Sucot, Shemini Atzeret (Simjat Torá), Pesaj y Shavuot. Los rabinos introdujeron esta práctica para asegurar de que el Shabat y las festividades fueran pacíficas y tranquilas, sin que la gente se tropezara en la oscuridad.

Purim (Meguilá)

En el año 355 AEC, la nación judía fue salvada, milagrosamente, por la Reina Ester y Mordejai de la exterminación. Los Sabios de esos tiempos, a pedido de la Reina Ester, instruyeron que todos los judíos celebraran una alegre festividad llamada Purim, el 14 (15) del mes de Adar, día de aniversario de la salvación.

Hay cuatro preceptos de Purim que son parte de la celebración. La dramática historia fue escrita en la Meguilá de Ester. Leemos la Meguilá la noche de Purim, y también al día siguiente. Las otras Mitzvot de Purim son: realizar un festín, dar dos regalos alimenticios a otro judío, y dar dinero a por lo menos dos necesitados.

Janucá

Esta festividad fue promulgada en el primer aniversario de la victoria de los Macabeos sobre el ejército griego en el año 139 AEC. Cuando los judíos regresaron al Templo Sagrado después de la guerra, encontraron sólo una pequeña vasija de aceite para encender la Menorá. Milagrosamente, el insuficiente aceite alcanzó para ocho días.

En Janucá celebramos la victoria del pequeño ejército judío recapturando el Templo Sagrado, y el milagro de la pequeña vasija de aceite.

Janucá dura ocho días, comenzando el 25 del mes de Kislev, que es cuando los judíos regresaron jubilosamente al Templo para repararlo, y cuando ocurrió el milagro del aceite. Los preceptos de Janucá son encender la Menorá y recitar Halel en agradecimiento a Di-s por los milagros que realizó.

Por: Yejeskel Posner

Diezmo

La Torá nos ordena separar el diezmo de nuestras ganancias y entregarlo a caridad. 

Dar el diezmo, dicen nuestros sabios, trae bendición y abundancia material. 

¿Cómo calculamos el diezmo?

Asalariados: En el caso de una persona que es asalariada el cálculo es muy sencillo. Se calcula el diezmo sobre el sueldo neto (vale decir luego que se descontaron los impuestos, obra social y jubilación, etc.).

Autónomos: En el caso de quien es autónomo, es decir que presta sus servicios y los factura abonando al estado sólo un monotributo. Entonces el diezmo será calculado luego de descontar de los ingresos todos aquellos gastos vinculados directamente a su actividad. Esto incluye impuestos, jubilación, obra social, seguro de vida, A.R.T, la compra y mantenimiento de los instrumentos de trabajo. Estos cálculos pueden ser mensuales, o semanales según le sea más cómodo.

Actividad Comercial ó Productores: Quienes desarrollan una actividad comercial o son productores. Deben calcular el diezmo restando a los ingresos generados por las ventas todos los costos directamente relacionados con la venta o producción. Estos son: materia prima, sueldos, alquileres, impuestos, energía, publicidad, comisiones, transporte, etc.

Quienes por lo complejo de las operaciones comerciales no puede determinar cuánta es exactamente su ganancia neta, obrará de la siguiente manera; todo dinero que extrae de sus negocios para sus asuntos personales; ahorros, etc. Deberá sobre este valor retirar el diezmo para caridad.

A quienes hacen solamente un balance anual, vale decir que sólo a fin de año sabrá realmente a cuánto asciende su ganancia, recomendamos que mensualmente entregue a la caridad un monto aproximado y al fin del año cuando conoce los resultados exactos ajustará el diezmo para que sea exacto.

por el Rab. Iosef  Feigelstock